miércoles, 10 de julio de 2019

LA HISTORIA DE AMÉRICA LATINA PARA ENTENDER EL PRESENTE HISTÓRICO.

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AMÉRICA, EL CONTINENTE MÁS VIOLENTO Y CON MAYOR CANTIDAD DE HOMICIDIOS.

 La Jornada. Miércoles 10 de julio del 2019.

El Salvador, Venezuela, Jamaica, Honduras, encabezan el listado de naciones con más asesinatos.

“Pero cuál es el motivo o justificación y no consideran la violencia en inseguridad, secuestro y asesinatos en países como México, Colombia, Brasil, solo como ejemplo de lo que se considera que América latina es el Continente, más Desigual – económico-social – más inseguro, violento en relación a las Ciudades, violencia, crímenes y asesinatos de Dirigentes Populares, Periodistas, Autoridades, Estudiantes, etc. El primero en el mundo en Feminicidios y el primero en cuanto al (in)surgimiento de Iglesias Evangélicas tradicionales, ultraconservadoras, presentes muy fuerte en la Política, además por 200 años de Vida Republicana, seguimos manteniendo fuertemente estructurados ESTADOS, Machistas, Paternalistas”. Pablo Raúl

Al menos 464 mil personas en el mundo fueron víctimas de homicidio en 2017, siendo América el continente más violento y superando las 89 mil que murieron en conflictos armados en el mismo periodo, informó ayer la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés). De acuerdo con el Estudio mundial sobre homicidios de 2019 publicado por la UNODC, con sede en Viena, el número total de personas que sufrieron una muerte violenta como consecuencia de un homicidio aumentó en el pasado cuarto de siglo, de 395 mil 542 en 1992 a 464 mil en 2017.
 



Precisó que la mayoría de las víctimas de homicidio son hombres, pero 60 por ciento de las 87 mil mujeres que fueron asesinadas en 2017 en todo el mundo fueron víctimas de un crimen machista cometido por sus parejas, ex parejas o familiares hombres, lo que hace que el hogar sea el lugar más peligroso para ellas. El estudio mundial sobre el homicidio 2019 busca arrojar luz sobre los asesinatos por motivos de género, la violencia entre pandillas y otros desafíos, teniendo como propósito apoyar en la prevención y las intervenciones destinadas a reducir las tasas de homicidio, dijo el director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov.

Explicó que la desigualdad, el crimen organizado y el machismo están entre las principales causas, desestabilizando a los países, minando su desarrollo socioeconómico y erosionando el estado de derecho.
Por continentes, América tiene la mayor tasa de asesinatos al registrar 17.2 por cada 100 mil habitantes, seguido de África (13), Europa (3), Oceanía (2.8) y Asia (2.3). Los únicos cuatro países del mundo con tasas de homicidio de más de 40 personas por cada 100 mil habitantes están en América Latina: El Salvador (62.1), Venezuela (57), Jamaica (57) y Honduras (41.7). La UNODC resaltó especialmente el caso de Venezuela, donde se ha registrado el más dramático incremento de la tasa de homicidios, al pasar de 13 a 57 por 100 mil habitantes entre 2012 y 2017.

A escala mundial, alrededor de 81 por ciento de las víctimas de homicidio registradas en 2017 eran hombres y niños, y más de 90 por ciento de los sospechosos de homicidio eran hombres, según el estudio, que además muestra que la disparidad de género entre las víctimas cambia con la edad. Tanto las niñas y los niños de nueve años, así como los menores de edad, son asesinados en tasas aproximadamente iguales, contrastando con todos los demás grupos de edad, en los que los hombres constituyen más de 50 por ciento de las víctimas, según datos de 41 países.

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LA HISTORIA DE AMÉRICA LATINA PARA ENTENDER EL PRESENTE HISTÓRICO.
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Juan J. Paz-y-Miño Cepeda.

Prensa Latina.

Miércoles 10 de julio del 2019.

El auge de las ciencias sociales en América Latina se produjo en las décadas de 1970 y 1980. Con ellas se superó el ensayo como instrumento bastante generalizado para tratar los temas más importantes de la región. Y apareció una vasta producción, con una amplia gama de autores que hicieron época en casi todos los países. Prestigiosas editoriales latinoamericanas, pero además europeas, contribuyeron a esa difusión de las ciencias sociales de la región.

La historia fue la ciencia vertebradora en aquel auge. La intelectualidad de la época se caracterizó por acudir a ella con el propósito de afirmar las investigaciones y sustentar las interpretaciones. Si se examina obras y autores de los que fueron más renombrados, se comprobará lo que afirmo.
Entre esas obras de enorme influencia están los tres tomos de la Historia de América Latina que publicó Siglo Veintiuno Editores, como parte de su colección “Historia Universal Siglo XX”. 
El primer tomo (1971), a cargo de Laurette Séjourné, trató las “Antiguas culturas precolombinas”; el segundo (1972), de Richard Konetzke, “La época colonial”; y el tercero (1985), de Gustavo y Hélène Beyhaut, “De la independencia a la segunda guerra mundial”.
Séjourné, nacida en Italia (1914), era de nacionalidad francesa. Fue arqueóloga en el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y contaba con una vasta experiencia y una voluminosa obra intelectual. Konetzke era profesor de historia ibérica y latinoamericana en la Universidad de Colonia, con notable dedicación a las fuentes en el Archivo de Indias de Sevilla. Gustavo Beyhaut fue profesor en la Universidad de París III (Sorbonne) y también en universidades de Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile; en tanto Hélène participó como investigadora en el Centro de Estudios de las Relaciones Internacionales de París.
El libro primero tuvo un trato singular: comenzó por un capítulo introductorio sobre el “descubrimiento” y la “conquista”, para dar cuenta de la “América” que habían encontrado los invasores y destructores. Entonces pasa la obra a revisar las culturas aborígenes, como queriendo presentar una fotografía de las que existieron al momento del “descubrimiento”; además, analiza las fuentes; y se concentra en las culturas del Perú y de Mesoamérica.

El libro segundo comienza por pintar a los “indios americanos”, sus culturas y su actitud frente a los “conquistadores blancos”, para discutir enseguida los títulos de la conquista y proseguir con el desarrollo de la organización estatal, la iglesia y sus misiones, y, sobre todo, la explotación económica, concentrada en los imperios coloniales español y portugués.
El libro tercero distingue varios momentos: el primer período corresponde a las luchas por la independencia; el segundo, a la “europeización y expansión económica inducida”; y el tercero, “el comienzo de la crisis”. La lógica argumental es muy importante: el impacto del capitalismo industrial europeo está en las raíces de las economías exportadoras latinoamericanas; la modernización de los transportes y la expansión extractiva en algo modernizan a la región; la inmigración integra la estructura social; desde luego, se enfoca el caudillismo, el militarismo, el bandolerismo, las oligarquías, la búsqueda del orden, las políticas internacionales; pero hay un capítulo especial sobre la “europeización” impuesta en los países, que recuerda en mucho a la visión hegeliana de la historia. El tercer período se inicia con la afirmación del “imperialismo norteamericano”, para luego pasar revista al medio siglo XX, destacando las estructuras económicas y enfocando los cambios sociales y los del poder.
Los tomos que destaco siguen siendo fuentes obligadas para conocer la trayectoria de América Latina. Hoy contamos con nuevos trabajos de investigación, que evidentemente avanzan mucho más de lo que se logró hace varias décadas y sobre los que haré referencia en otras oportunidades.
Lo que por el momento debería quedar en pie es que la reflexión y el análisis sociales merecen reforzarse con el examen de la historia pasada, pues hay una conexión entre pasado y presente que enriquece la comprensión precisamente del presente. Es el fundamento que encontró la ciencia social latinoamericana hace varias décadas y que ya fue motivo de examen de los filósofos de la historia del siglo XVIII, y en la concepción dialéctica que introdujo G.W.F. Hegel en el campo de la filosofía idealista. 

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