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América latina exporta específicamente productos básicos, que en las Bolsas del mundo son objeto de especulaciones. Entonces los precios y, por ende, los ingresos de los países latinoamericanos son muy frágiles. Este es un momento único para los países latinoamericanos, porque son ricos y deben aprovecharlo para ampliar sus mercados internos. Hay que dejar de ser tibios. La única solución sería ampliar los mercados internos y afianzar las relaciones intrarregionales en Latinoamérica. El comercio intrarregional debe crecer en detrimento del comercio con Estados Unidos o los países europeos. Pero no logra crecer y eso es un gran problema.
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CASH
ENTREVISTA A KOSTAS VERGOPOULOS, DE LA UNIVERSIDAD DE PARIS VIII.
“Deben dejar de ser tibios”
“Deben dejar de ser tibios”
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El investigador francés plantea que los países latinoamericanos deben aprovechar esta etapa de precios altos de los commodities para profundizar un modelo de desarrollo con valor agregado. “Es preciso ampliar los mercados internos”, reclama.
Por Natalia Aruguete.
Con excepción de China, India o Brasil, no habrá un crecimiento significativo de las economías del resto de los países en el corto plazo, según lo estimado por diversos organismos internacionales. En el caso particular de los emergentes, el investigador de la Universidad de París Kostas Vergopoulos afirmó en diálogo con Cash que el escaso crecimiento será a causa de que sus ingresos dependen en gran medida de las exportaciones –basadas fundamentalmente en productos básicos –, por la falta de inversiones que alienten el mercado interno y, como consecuencia, la fragilidad de sus estructuras económicas.
¿Qué efectos tuvo la crisis mundial en los países emergentes?
–Permanecen en una situación buena porque tienen ingresos por sus exportaciones, pero esos países dependen mucho de su capacidad de exportar. Y las exportaciones, en el futuro próximo, corren un riesgo inminente de caer por la reducción del comercio internacional. Como consecuencia, la crisis se trasladará al interior de sus economías. El problema para América latina y otros países emergentes asiáticos, como China o India, es que tienen muchas reservas por esas exportaciones, pero no reciclan sus riquezas en inversiones al interior de sus economías.
¿Qué particularidades diferencian a América latina de los países asiáticos?
–En América latina, los gobiernos han dado prioridad a reducir sus deudas externas. Según mis cálculos, el 50 por ciento de esos ingresos del exterior fueron exportados para pagar deuda. La cuestión central debería ser cómo introducir esas riquezas al interior de las economías. Especialmente, a mejorar la distribución de los ingresos –los salarios y el poder de compra de las clases medias y bajas– para ampliar el mercado interno. La insuficiencia de la demanda internacional se debió a la caída de la demanda norteamericana, y para sustituir esa caída hay que aumentar la demanda de los mercados internos de los países emergentes.
¿Cómo caracteriza a las exportaciones de los países emergentes?
–Los excedentes de los países emergentes se basan en las exportaciones de productos primarios y recursos naturales energéticos y alimentarios. No son explotaciones con transformación industrial, es decir que son muy frágiles frente a la demanda internacional y a la volatilidad de los precios internacionales de los commodities. América latina exporta específicamente productos básicos, que en las Bolsas del mundo son objeto de especulaciones. Entonces los precios y, por ende, los ingresos de los países latinoamericanos son muy frágiles. Este es un momento único para los países latinoamericanos, porque son ricos y deben aprovecharlo para ampliar sus mercados internos. Hay que dejar de ser tibios. La única solución sería ampliar los mercados internos y afianzar las relaciones intrarregionales en Latinoamérica. El comercio intrarregional debe crecer en detrimento del comercio con Estados Unidos o los países europeos. Pero no logra crecer y eso es un gran problema.
¿Por qué no crece?
–Porque no hay una real política de distribución de los ingresos, sólo medidas moderadas en países como Argentina u otros con gobiernos progresistas, pero insisto en que son políticas tímidas. Es necesario que se produzcan reformas al interior de los países para generar una distribución de los ingresos más justa y más eficaz económicamente, y que se profundice la cooperación intrarregional.
¿Cree que en Europa sí existe una efectiva cooperación intrarregional?
–No, en Europa también hay inercia. Todos los países del mundo han estado casi paralizados por la crisis actual. En el caso de Estados Unidos, el gobierno no hace nada para superar la crisis, a excepción de medidas tradicionales.
¿A cuáles se refiere puntualmente?
–Medidas presupuestarias como las que hace el presidente Obama, recurriendo al déficit, por ejemplo. Pero es sólo la mitad del déficit necesario para combatir la crisis y asegurar el empleo. Otra de las medidas consiste específicamente en reducir los impuestos a los que tienen ingresos altos. Pero son parciales y se necesitan reformas más profundas, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo. Hoy vivimos la pérdida de la hegemonía norteamericana, necesitamos una nueva construcción global. Pero no hay un poder económico igual al de los Estados Unidos que lo suceda, a menos que esta sucesión se haga de manera conjunta, con los países emergentes unidos.
¿Cuáles son los obstáculos que enfrentan los países emergentes para reemplazar esa caída de la demanda?
–Son obstáculos ideológicos: avanzan de manera tímida. Hay ideas buenas, como la creación del Banco del Sur o la emancipación geopolítica, pero por el momento son sólo ideas, no hay efectos. Y la base de estos cambios debe ser una justa distribución del ingreso.
Algunos especialistas han planteado que la recuperación de la crisis pasa por China y los países asiáticos, ¿usted qué opina?
–China tiene un gobierno reaccionario, no sólo a nivel político sino económico. El gobierno chino no quiere ampliar el mercado interno, como los gobiernos progresistas de América latina. La política china es más negativa para suceder a la hegemonía norteamericana que la latinoamericana, aunque todavía las políticas de los gobiernos de esta región no impactan lo suficiente.
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