sábado, 15 de octubre de 2016

EN DEFENSA DE LA TIERRA: EL MOVIMIENTO CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO CRECE DÍA A DÍA.

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TODOS SOMOS AMBIENTALISTAS.- “Todos somos ambientalistas y nos gustaría que las energías renovables, como la energía solar y eólica, pudieran reemplazar el uso de los combustibles fósiles. Sin embargo, debemos aceptar que con la tecnología actual este tipo de energías no tienen la capacidad de sostener nuestra sociedad de consumo. Todos somos ambientalistas, pero los científicos deberíamos ser también anarquistas, no someternos a ninguna autoridad y construir nuestras conclusiones a partir de las evidencias y el estudio sistemático de los fenómenos. En todo caso, cambiar las conclusiones ante nuevas evidencias. Los problemas científicos no pueden ser resueltos por ninguna autoridad, ni por consenso, ni por movimientos sociales. Lamentablemente, la discusión sobre el shale gas y la fractura hidráulica ha olvidado estas cuestiones y hoy nos encontramos en una situación en la que se ha perdido la comprensión global del problema, donde todos somos ambientalistas sin darnos cuenta que, sin evidencias científicas y con desconocimiento sobre la tecnología utilizada, se intenta limitar la explotación de un recurso que es imprescindible para nuestra sociedad y para lograr mejores condiciones de vida para todos. Es verdad que este tipo de actividad debe ser regulada por las buenas prácticas, donde la actividad empresarial debe estar enmarcada en el cuidado del medio ambiente, pero en un país que necesita crecer y desarrollarse, la buena política pasa por regular con el conocimiento y no limitar con los prejuicios, la falta de información o la ideología.”
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EN DEFENSA DE LA TIERRA: EL MOVIMIENTO CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO CRECE DÍA A DÍA.
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Amy Goodman y Denis Moynihan.

Democracy now!

Rebelión sábado 15 de octubre del 2016.

El Huracán Matthew llegó y se fue, dejando tras de sí una gran devastación. Hasta el momento, se han reportado al menos 1.000 personas fallecidas en Haití y al menos 39 en el sureste de Estados Unidos. En Carolina del Norte, sigue en curso la crecida de los ríos. En vistas de la destrucción, uno podría pensar que el cambio climático es un tema central de este año electoral en EE.UU. Sin embargo, casi no ha sido mencionado en los debates presidenciales, vistos por decenas de millones de personas. Es lo que sucede ahí afuera, a nivel de los movimientos sociales a lo largo de todo el país, lo que nos da esperanza.

El movimiento para combatir el cambio climático crece de manera dinámica e impredecible y enfrenta cada vez más represión por parte de la industria de los combustibles fósiles y las autoridades gubernamentales. Tal vez no haya mejor ejemplo que la resistencia de la tribu sioux de Standing Rock al oleoducto Dakota Access.

La tribu ha firmado tratados con Estados Unidos durante más de un siglo y medio y el Gobierno federal los ha quebrantado, a todos y cada uno de ellos. Por eso no debería sorprendernos que un tribunal federal se haya expedido en contra de los sioux de Standing Rock, permitiendo que prosiga la construcción del controvertido oleoducto de 3.800 millones de dólares de costo. Por si fuera poco, la decisión fue anunciada sorpresivamente un domingo y en vísperas del 12 de octubre, considerado por muchos pobladores nativos como el día en que se celebra el comienzo del genocidio contra los pueblos originarios del hemisferio occidental.

“La tribu sioux de Standing Rock no retrocederá en su lucha”, declaró Dave Archambault II, jefe de la tribu sioux de Standing Rock tras la resolucion. “Somos guiados por la plegaria y continuaremos luchando por nuestro pueblo. No descansaremos hasta que nuestras tierras, nuestra gente, nuestra agua y nuestros sitios sagrados queden definitivamente protegidos de este destructivo oleoducto”, añadió. Y agregó durante una entrevista para “Democracy Now!”: “Siempre dijimos que tenemos derecho a los tratados de tierras que hemos suscrito y que tenemos voz. La compañía, el Gobierno de Estados Unidos y las autoridades estatales nunca nos solicitaron autorización para estar en esas tierras, para hacerles esto a nuestras tierras”.


Aún así, rompiendo con la historia y a pesar del fallo judicial, el Ejército de Estados Unidos y los Departamentos de Justicia y del Interior emitieron también un comunicado en el que establecen: “El Ejército no autorizará la construcción del oleoducto Dakota Access en las tierras del Cuerpo de Ingenieros que se encuentran a orillas o por debajo del lago Oahe. Reiteramos nuestra solicitud de que la compañía responsable del oleoducto detenga voluntariamente toda actividad de construcción dentro de los 32 kilómetros al este o al oeste del lago Oahe. Asimismo, pretendemos mantener una discusión seria acerca de si debería realizarse una reforma nacional del proceso de consulta a las tribus para este tipo de proyectos de infraestructura”.

Es en tierras del Cuerpo de Ingenieros del Ejército que se han instalado los principales campamentos de oposición al oleoducto, en los que miles de personas, en su mayoría representantes de pueblos originarios del continente americano de más de 200 tribus de todo Estados Unidos, Canadá y América Latina, se han congregado para proteger a la tierra y al agua del oleoducto. Se trata de tierras ancestrales lakota y dakota que fueron tomadas sin consentimiento de la tribu por el Ejército de Estados Unidos.

En agosto, estos protectores de la Tierra, ya que no se consideran a sí mismos como “manifestantes”, hicieron un llamado internacional a la plegaria y la solidaridad. Cada día, se llevan a cabo creativas y pacíficas acciones directas a lo largo de los más de 1.900 kilómetros del trayecto proyectado para el oleoducto. El miércoles, en Keokuk, Iowa, Krissana Mara, de 31 años de edad, se encadenó a una excavadora en el lugar previsto para que el oleoducto Dakota Access atraviese el río Mississippi. La creciente resistencia que se desarrolla en ese lugar con el nombre #MississippiStand pretende impedir que el oleoducto atraviese el río, al igual que las acciones que se llevan a cabo en Standing Rock están evitando que el oleoducto pase por debajo del río Missouri.

Por otra parte, en una impactante acción coordinada, nueve activistas contra el cambio climático fueron arrestados el martes por intentar cerrar el paso a las arenas alquitranadas que llegan a Estados Unidos desde Canadá, cerrando manualmente oleoductos en los estados de Minnesota, Montana, Dakota del Norte y Washington. Uno de los activistas, Leonard Higgins, expresó en un video publicado posteriormente por Internet desde el oleoducto en Coal Banks, Montana: “Estamos en estado de emergencia para proteger a nuestros seres queridos, a nuestros familiares, a nuestras comunidades. Es necesario que como ciudadanos nos comprometamos y llevemos a cabo acciones cuando nuestros líderes no lo hacen. Eso es lo que me dispongo a hacer al cerrar la válvula”.

Entre los nueve arrestados se encuentra Ken Ward. En 2013, Ward y Jay O’Hara anclaron una pequeña embarcación frente a las costas de Massachusetts, impidiendo así que un buque descargara 40.000 toneladas de carbón para la planta Brayton Point, una de las mayores emisoras de gases de efecto invernadero de la región. En un increíble giro de los hechos, quien debía acusarlos, el fiscal local de distrito Samuel Sutter, retiró los cargos penales presentados en su contra, alegando: “El cambio climático es una de las crisis más graves que le ha tocado atravesar a nuestro planeta. En mi humilde opinión, los líderes políticos han demostrado graves falencias con respecto a este tema”.

Es probable que el liderazgo político haya actuado de manera insuficiente. Pero desde una pequeña embarcación en el océano hasta los campamentos de resistencia en Dakota del Norte, el movimiento contra el cambio climático crece día a día.

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Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español.

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