miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿RENACE CON AMLO EL SUEÑO DE INTEGRACIÓN SOBERANA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE?.

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ANDES MANUEL LÓPEZ OBRADOR: “NO TENGO DERECHO A FALLAR AL PUEBLO DE MÉXICO” JURÓ  NUEVO PRESIDENTE. LÍDER de la “CUARTA TRANSFORMACIÓN.-  El presidente de MÉXICO dibuja su sexenio con una agenda ANTICORRUPCIÓN que rechaza juzgar los delitos del Gobierno de Peña Nieto. /Presidente primer gran “error”, primer paso negativo en su lucha contra la CORRUPCIÓN. En MÉXICO es HISTÓRICA, ESTRUCTURAL, MÚLTIPLE y de ALTA COMPLEJIDAD, todo en relación con la captura del PODER. Por algo Señor Presidente es la CUARTA TRANSFORMACIÓN – no ceder un milímetro a los CORRUPTOS Y TRAIDORES A LA PATRIA. Cuidado Peña Nieto NO es un  Angelito. Al frente suyo, Presidente están los restos de los 43 Alumnos Normalistas Rurales de Ayopzinapa, reclamando ante el mundo JUSTICIA. Sus Padres exigen la VERDAD.

LA DENOMINADA CUARTA TRANSFORMACIÓN ha puesto en marcha su reloj en México. Andrés Manuel López Obrador se convirtió oficialmente en presidente este sábado a las 11.20 de la mañana. La ceremonia de traspaso de poderes culminó un largo camino que el POLÍTICO DE IZQUIERDAS comenzó en julio de 2005 y que incluyó dos intentos fallidos de hacerse con el poder. Más de 13 años después, y al fin con la banda tricolor sobre el pecho, el LÍDER del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) dibujó en su primer discurso un proyecto que pretende delo neoliberal aplicado en 36 años, sino también por el predominio de la más inmunda corrupción pública y privada… Lo digo con realismo y sin prejuicios, la política económica ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país”.

EL PRIMER MENSAJE DEL POLÍTICO, desde la tribuna de la Cámara de Diputados de San Lázaro, en el centro de la capital mexicana, fijó su hoja de ruta para un Gobierno de seis años. Fue un largo discurso que abarcó desde su programa social hasta la promesa de poner fin al fracking y a los transgénicos. No obstante, en el centro del mensaje está la promesa de poner FIN A LA CORRUPCIÓN y dar un cambio ejemplar en el reflejo que el poder da a la CIUDADANÍA en un país acostumbrado a ver a sus políticos rodeados de opulencia y riqueza. “Nada ha dañado más a MÉXICO que la deshonestidad de los gobernantes y la minoría que ha lucrado con el influyentismo”, afirmó el mandatario. Minutos después agregó: “¡No tengo derecho a fallarle al pueblo de México! Nada material me interesa y no me atrae la parafernalia del poder. Soy consciente de la gran expectativa que tienen los mexicanos”.

“NO INICIA UN CAMBIO DE GOBIERNO, ES UN CAMBIO DE RÉGIMEN POLÍTICO. Una transformación política y ordenada, pero al mismo tiempo pacífica y radical”, siguió. A pocos minutos de iniciar su gestión, LÓPEZ OBRADOR se autoproclamó protagonista de un momento estelar de la historia de México. Este momento seguiría, según el ganador de los comicios de julio con 30 millones de votos, a la INDEPENDENCIA DE MÉXICO (1810-1821) “que luchó por abolir la esclavitud y alcanzar la soberanía”; LA REFORMA (1858-1866) “en la que predominó el poder civil y restauró la república”; y LA REVOLUCIÓN (1910-1921) “donde se luchó por la justicia y la democracia”. López Obrador prometió convertir la honestidad y fraternidad en forma de vida y Gobierno. Pablo Raúl sábado1 de diciembre del 2018.

1/.- Asumió la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) "Acepto el reto, no tengo derecho a fallar". López Obrador, Presidente de México, Hombre de Izquierda Democrática, y su Movimiento Político MORENA. Luego de 36 años de gobiernos conservadores y neoliberales. En su discurso inaugural se comprometió a luchar contra la CORRUPCIÓN y MEJORAR LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA. México después de BRASIL es el País de Mayor DESIGUALDAD Económico-Social de la REGIÓN

2/.- Investido como presidente constitucional, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) expresó: “Acepto el reto. No tengo derecho a fallar. Bajo ninguna circunstancia habré de reelegirme”. Y anunció la separación definitiva del poder público del poder económico que, acusó, durante décadas se alimentaron mutuamente al cobijo del modelo neoliberal, que “resultó una calamidad” para México, envenenó con la CORRUPCION las INSTITUCIONES, la violencia e inseguridad, la narco-política destruyeron la DEMOCRACIA, y un ESTADO INVIABLE un NARCO-ESTADO.

3/.- Real y objetivamente Presidente LOPEZ OBRADOR, hoy y mañana – los 6 años como Mandatario de MÉXICO,  NO TIENE DERECHO A FALLAR. Millones de Ciudadanos, hombres y Mujeres, tienen en Usted la esperanza de rescatar el DERECHO AL FUTURO, de forjar desde los cimientos sociales LA CONFIANZA de la CIUDADANÍA - como columna vertebral, de la DEMOCRACIA y la POLÍTICA-   en la lucha contra la CORRUPCIÓN, la DESIGUALDAD económico-social y las bandas armadas del NARCO-TRAFICO. Una esperanza política para NUESTRA AMÉRICA, la PATRIA GRANDE. Pablo Raúl sábado 1 de diciembre del 2018.

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Presidente Andrés Manuel López Obrador -AMLO - desde el Norte, la Liberación Social y Política de México, de las garras destructivas del neoliberalismo  - no es un cambio de gobierno, sino un cambio de sistema político - ha expresado, como Política Central de Gobierno. La gran esperanza, de no fallar a su pueblo e impulsar mirando hacia América Latina, la Integración Soberana de nuestro Continente, la Patria Grande.
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¿RENACE CON AMLO EL SUEÑO DE INTEGRACIÓN SOBERANA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE?.
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Javier Tolcachier.
ALAI. América latina en Movimiento.
Martes 4 de diciembre del 2018.

En un ambiente signado por la esperanza de millones de mexicanos, asumió la presidencia de México Andrés Manuel López Obrador. Esperanza impulsada por la promesa histórica de una cuarta revolución que mejore las condiciones de vida de las mayorías, que acabe con la violencia y la degradación institucional en la que sucesivos gobiernos neoliberales, atados al yugo estadounidense, han dejado al país. 

Su mandato pretende inspirarse en figuras señeras de la historia política del país, como lo indica la nueva imagen institucional del Gobierno. En ella están Miguel Hidalgo y José María Morelos, próceres en la lucha contra el imperio español; Benito Juárez, hijo de indígenas zapotecas y presidente liberal de la Reforma; Francisco Madero, referencia política de la Revolución de 1910 contra la dictadura porfirista y el general Lázaro Cárdenas del Río, quien impulsó la reforma agraria, nacionalizó el petróleo y dio asilo a miles de perseguidos luego de la guerra civil española.

Sin duda, una herencia de inclusión y derechos sociales, de soberanía y dignidad. Un legado de unidad nacional y transformación valiente que intentará sobreponerse a un horizonte plagado de obstáculos.

Silvio Rodríguez, invitado a la finca de AMLO en Palenque a modo de musa inspiradora, trasmitió el desafío del flamante gobierno con un poema de su connacional cubano Nicolás Guillén. Para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos, los negros sus manos negras, los blancos sus blancas manos…, recitó el trovador, en clara alusión a una orientación de resistencia a los muros racistas y fascistas.

Mientras tanto, en la porteña Buenos Aires, otra muralla de gendarmes y vallas blindaban la reunión G-20 de jerarcas mundiales y otras especies menores. Allí, como no podía ser de otro modo, el presidente saliente Peña Nieto ejecutaba su último gran acto de entrega neoliberal, la firma del nuevo tratado comercial T-Mec (USMCA por sus siglas en inglés) entre México, Canadá y Estados Unidos, apenas una renovación forzada del viejo NAFTA.

La esperanza de retomar la senda virtuosa.


La presencia de varios presidentes y líderes de izquierda como Evo Morales Ayma, Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel o Manuel Zelaya, simbolizaron la esperanza con la que revolucionarios y el progresismo latinoamericano miran hoy hacia su propio Norte. Un horizonte de anhelos necesario luego de la dura derrota ante el fascismo en Brasil.

¿Marca la presidencia de AMLO la posible recuperación del sueño de soberanía de América Latina y el Caribe? ¿Es el posible inicio de una nueva “oleada” – al decir de García Lineras – de gobiernos alineados con sus pueblos y no con los amos del capital? ¿Podrá el nuevo gobierno mexicano tender puentes, marcar nuevamente los trazos de una integración regional hoy desdibujada por el imperialismo?

Aunque sea demasiado pronto para afirmarlo con certeza, para elucidar parcialmente estos interrogantes bien vale dar una mirada al panorama regional que se avecina, para entender los retos que tendrá que afrontar América Latina y el Caribe en su sinuosa marcha hacia la emancipación.

Lo previsto y lo imprevisto.


En la arena de la institucionalidad democrática, en pocos días se llevarán a cabo elecciones municipales en Venezuela, en las que además del PSUV y sus partidos aliados, algunos partidos opositores o locales podrían obtener un buen resultado. Más allá de eso, el gobierno bolivariano continuará en el intento de volver a la mesa de negociación con la oposición, para distensar una guerra económica que no da tregua. Es evidente que el panorama sigue siendo complicado dado que Estados Unidos ha fortalecido su retaguardia en la región, contando ahora con una derecha militarista y macartista en el poder en el vecino Brasil.

Como contrapeso a la consolidación del esquema golpista en Brasil, el éxito en la gestión de gobierno de López Obrador y la posibilidad de concertar un ambiente de menor agresividad a través de una política exterior dialoguista, serán un gran aporte.

Si bien la paz regional es el primario, las fuerzas progresistas latinoamericanas deberán apoyar también con compromiso a la revolución bolivariana en sus esfuerzos por reconducir la situación económica del país. A la estrategia de sometimiento neocolonial le resulta casi tan útil el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro, como culparlo de las penurias económicas del país, difamando a Venezuela como un experimento fallido de modelos socialistas para anular la imagen de que hay alternativas a la barbarie capitalista.
 

Presidente Evo Morales de Bolivia, la esperanza y la realidad de mantener, la Antorcha Revolucionaria y Democrática de la Integración Soberana de Nuestra América, La Patria Grande.
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Dicho esquema de propaganda no será tan fácil en Bolivia, país que junto a Paraguay proyectan el mayor crecimiento económico para este año, alrededor de un 4,3% según la CEPAL. En su último informe “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2018”, la Comisión destacó las políticas del gobierno de Evo Morales basadas en la inversión pública y el consumo interno, señalando además entre otros factores positivos su bajo nivel de emisión de deuda en relación a otros países de la región.  

Pese a ello, los sectores conservadores no cejarán en arremeter en las primarias y generales de este año contra una nueva reelección del binomio Morales-García Lineras. Las estratagemas de manipulación de la oposición serán todas las conocidas y acaso más, ya que la situación objetiva habla a favor del actual gobierno.

Una parada difícil tendrá el FMLN en el Salvador para continuar en el gobierno y obtener mayoría parlamentaria el 3 de febrero. En apariencia, las mejores posibilidades de triunfo las tienen por ahora el ex alcalde de San Salvador Nayib Bukele, expulsado del FMLN en 2017 en puja contra el candidato del partido derechista ARENA, Carlos Calleja. Esto constituiría un nuevo revés para la izquierda en la región y por supuesto para los bloques de integración regional soberana.

En Centroamérica estará también en juego el poder ejecutivo de Panamá (en Mayo) y Guatemala (en Junio). Aunque no es posible aún realizar vaticinio alguno, la mayor parte de los contendientes pertenecen a partidos del establishment y a la derecha, lo cual no permite alentar optimismo sobre cambios positivos.

Además de todo esto, en la vecindad subregional es previsible lo imprevisible. La debilidad del gobierno de Hernández en Honduras, el desmejoramiento social en Costa Rica, la agresión estadounidense contra Nicaragua, el tema migratorio y la contienda entre China y los EEUU por prevalecer, hacen de Centroamérica un polvorín inestable en el que podría haber variaciones no inscritas en calendario.

Lo mismo podría suceder en Haití, si las manifestaciones y la impopularidad de Moise continuaran subiendo de tono.

Otro momento clave ocurrirá en octubre, cuando – además de las elecciones en Bolivia ya mencionadas- se elija un nuevo gobierno en Uruguay y Argentina. En el país charrúa, también se perfilan dificultades para la continuidad del Frente Amplio, luego de tres ciclos consecutivos en el poder.

En Argentina, el desprestigio del actual gobierno neoliberal de Macri es muy grande, pero la alternancia hacia un gobierno popular de raigambre peronista no está asegurada. Los medios monopólicos y el gobierno de Estados Unidos jugarán allí muy fuerte, dividiendo y ensuciando la imagen pública de la oposición. Sólo un potente movimiento popular unificado logrará contrarrestar allí la catástrofe de una nueva victoria del poder concentrado.

Dentro de la inestabilidad regional se inscriben también la enorme fragilidad del sistema político peruano, apenas mitigado por un Vizcarra navegando entre rocas afiladas y la pérdida de legitimidad institucional del gobierno de Lenin Moreno en Ecuador, ocultada por los medios hegemónicos. Si la situación económica desmejora por el ajuste iniciado, acabaría por encenderse la chispa de la indignación, lo cual según la historia de este lugar podría incendiar la pradera velozmente.

¿Qué sucederá con la integración regional?.

Los pueblos del mundo se ven hoy confrontados con la falta de salidas que ofrece el capitalismo, la incertidumbre futura y la inseguridad generalizada. En el trasfondo subjetivo las personas sufren la asfixia de la globalización cultural, la extrañeza que producen los cambios veloces y la angustia de un modelo de sociedad que promueve la ruptura de lazos, la competencia individualista y el consumo irracional.

A ello se suma en América Latina la desmoralización insuflada por las “cruzadas anticorrupción” – impulsadas por Estados Unidos para eliminar a la competencia política y por ende económica.

En vez de optar por el único camino posible, una revolución humanista de los valores y la organización social, la emergencia de un nuevo sentido común que permita redistribución de riqueza y emancipación colectiva, un gran sector, acaso el más vulnerable, opta por la regresión, adhiriendo a modo de tabla de salvación a morales conservadoras, fundamentalismos religiosos y personajes autoritarios. Todo ello sumamente funcional al poder establecido.

La derechización social cuestiona la decadencia sistémica, la opresión globalizadora y de algún modo también los fundamentos racionalistas de las sociedades surgidas a partir de las revoluciones del siglo XVIII.

En ese clima adverso, los lentos avances conseguidos en la integración y la soberanía en los últimos años se ven barridos hoy por una ola mundial y regional de fragmentación. En su caída del pedestal de la unipolaridad, los EEUU aspiran a arrasar con toda resistencia en bloque para rehacer al menos en parte su dominancia sobre las naciones al Sur del Río bravo.

Los gobiernos progresistas de los países latinoamericanos, comenzando con el nuevo faro mexicano, tendrán que vérselas en todos los casos con fuerzas de choque internas que consumirán la mayor parte de sus energías disponibles, dificultando que parte de esta energía fluya hacia proyectos de integración compartidos.

Aun así, ya se deja entrever la recomposición de lazos de pertenencia a un amplio campo popular en el que incubará un futuro más promisorio, lazos en los que los movimientos sociales de base y sobre todo, las nuevas generaciones y las mujeres deberán tomar la palabra.

El fuego de la unidad solidaria y soberana de los pueblos no se apaga. En la hora en que la adversidad política institucional la convierte en rescoldo, corresponde su cuidado, hasta que nuevamente vuelva a ser potente llama.

JAVIER TOLCACHIER es investigador del Centro de Estudios Humanistas de Córdoba y comunicador en agencia internacional de noticias Pressenza.

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