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El paro de 48 horas de mayo de los choferes era por tanto no sólo un reclamo a los patrones, sino la expresión del generalizado rechazo sindical a la política antiobrera de Onganía y de Caballero, pero la gota que desbordó el vaso fue la que vertió el gobierno nacional el 12 de mayo al derogar efectivamente el Sábado Inglés, derogación que perjudicaba a los trabajadores de varias provincias, entre ellas la nuestra. Vinieron entonces la movilización del SMATA, la gigantesca asamblea de los mecánicos del 14 de mayo, el “Correntinazo” estudiantil del 16 –coincidente con una huelga general en Córdoba-, el “Rosariazo”, pueblada de la “capital del peronismo” (17 al 22) y la represión a la “Marcha del Silencio” protagonizada por trabajadores, sacerdotes tercermundistas y estudiantes cordobeses, culminando con la ocupación del Barrio Clínicas por miles de estudiantes enfurecidos el día 23. Tratando de hacer retroceder a la dictadura, los gremios del interior y los afectados por la represión y los despidos consiguen arrancar a la CGT de Azopardo la conformidad para realizar con la CGT-A un paro nacional por 24 horas el 30 de Mayo. Los sindicatos cordobeses, tanto de la línea “ongarista” (Tosco, Correa, Simó, Martini) como los “legalistas” de la filial de la CGT de Azopardo (Elpidio, Godoy y otros) acuerdan entre sí y con la dirigencia estudiantil que el paro en Córdoba se adelantará para el día 29 a partir de las 10 de la mañana.
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Cordobazo: La fuerza del conjunto.
“El inicio de los Movimientos Sociales Históricos anti-dictaduras”.
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ARGENPRESS.info. Jueves 31 de mayo del 2012.
INFOSUR
A 43 años de este hito del movimiento obrero, compartimos el testimonio de algunos de sus protagonistas.
Porque Proyecto Sur es la memoria de este cuarto de siglo, honra en las históricas luchas de nuestro pueblo, las banderas de los trabajadores y de la defensa de los intereses nacionales, que tienen en el Cordobazo su punto más alto en conciencia y organización.
En las vísperas de la crisis del petróleo de la década del setenta, nuestro pueblo protagonizó en las calles, enfrentando a la dictadura de Onganía, jornadas llenas de heroísmo, siendo la unidad de todo el pueblo su signo más distinguido.
En este nuevo aniversario del Cordobazo, brindamos testimonio de luchadores que fueron partícipes y dirigentes de este hito del movimiento obrero y que a partir de entonces profundizó la conciencia de su fuerza y capacidad de liderazgo social.
Testimonio de Rodolfo Walsh:
El 26 de Mayo el movimiento obrero de Córdoba resuelve un paro general de las actividades de 37 horas a partir de las 11 horas, para el 29 de Mayo, con abandono de trabajo y concentraciones públicas de protesta.
El 29 de Mayo amanece tenso. Los trabajadores de luz y fuerza son atacados con bombas de gases a la altura de Rioja y Gral. Paz. Una vez más la represión está marcha. Las columnas de los trabajadores de las fábricas automotrices llegan a la ciudad y son atacados. El comercio cierra sus puertas y la gente inunda las calles. Corre la noticia de la muerte de Máximo Mena, obrero mecánico. Se produce un estallido popular, la rebeldía contra tanta injusticia, contra los asesinatos, contra los atropellos. La policía retrocede. Nadie controla la situación.
Es el pueblo. Son las bases sindicales y estudiantes que luchan enardecidas. El apoyo total de la población. Es la toma de conciencia contra tantas prohibiciones. Nada de tutelas ni usurpadores del poder, ni de cómplices participacionistas. El saldo de la batalla de Córdoba, “El Cordobazo”, es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un pueblo florecen y marcan una página histórica argentina y latinoamericana que no se borrará jamás.
“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. Esta vez es posible que se quiebre el círculo…”
Testimonio de Roberto A. Ferrero (de su libro “Del Mutualismo al Cordobazo. Breve historia del movimiento obrero de Córdoba”, Izquierda Nacional)
La gran insurrección popular del 29 de Mayo, conocida como el “Cordobazo”, fue el pico máximo que alcanzaron las huelgas y movilizaciones que caracterizaron el “verano caliente” de 1969 y los meses sucesivos. Mientras en Buenos Aires los “participacionistas” se reúnen con Onganía para tramar con el gobierno y los vandoristas la reconstitución de una CGT complaciente, la conflictividad social crece en todo el país. A la inquietud por el cierre de empresas del ramo metalúrgico con su secuela de despidos o suspensiones, el incumplimiento de la legislación laboral vigente, la detención de activistas políticos y gremiales y la furia contenida por casi tres años de una dictadura cerrada a toda comunicación con la sociedad que no fuera la represiva, se añadían en Córdoba todavía el aumento de los impuestos, la ofensiva de la burguesía para que se restablecieran las Quitas Zonales y se derogara la antigua ley provincial del Sábado Inglés y el desconocimiento, por parte de la patronal del transporte colectivo urbano, de la antigüedad de sus empleados y choferes. Desorganizado el sindicato desde hacía mucho tiempo atrás, Atilio López, que era por entonces chofer de la Línea 18, tomó a su cargo la tarea de ponerlo de pie, a cuyo efecto organizó pacientemente asambleas línea por línea, hasta poner a la UTA en condiciones de afrontar la primera huelga reivindicativa en muchos años, la que se cumplió el 5 de mayo.
El paro de 48 horas de mayo de los choferes era por tanto no sólo un reclamo a los patrones, sino la expresión del generalizado rechazo sindical a la política antiobrera de Onganía y de Caballero, pero la gota que desbordó el vaso fue la que vertió el gobierno nacional el 12 de mayo al derogar efectivamente el Sábado Inglés, derogación que perjudicaba a los trabajadores de varias provincias, entre ellas la nuestra. Vinieron entonces la movilización del SMATA, la gigantesca asamblea de los mecánicos del 14 de mayo, el “Correntinazo” estudiantil del 16 –coincidente con una huelga general en Córdoba-, el “Rosariazo”, pueblada de la “capital del peronismo” (17 al 22) y la represión a la “Marcha del Silencio” protagonizada por trabajadores, sacerdotes tercermundistas y estudiantes cordobeses, culminando con la ocupación del Barrio Clínicas por miles de estudiantes enfurecidos el día 23. Tratando de hacer retroceder a la dictadura, los gremios del interior y los afectados por la represión y los despidos consiguen arrancar a la CGT de Azopardo la conformidad para realizar con la CGT-A un paro nacional por 24 horas el 30 de Mayo. Los sindicatos cordobeses, tanto de la línea “ongarista” (Tosco, Correa, Simó, Martini) como los “legalistas” de la filial de la CGT de Azopardo (Elpidio, Godoy y otros) acuerdan entre sí y con la dirigencia estudiantil que el paro en Córdoba se adelantará para el día 29 a partir de las 10 de la mañana.
Testimonio de Agustín Tosco (Dirigente de Luz y Fuerza)
El 7 de septiembre fue herido Santiago Pampillón, y el 12 de septiembre falleció en el Hospital de Urgencias de Córdoba. El movimiento obrero cordobés aún con todas las dificultades que planteaban los resabios de una falta de concepto de la unidad de los trabajadores y de los estudiantes, con las dificultades que planteaba que algunos compañeros estuvieran inmersos en esa expectativa esperanzada, declaró un paro general, que si bien es cierto fue de una hora, fue la primera medida de acción directa en repudio de la dictadura. Fue el hecho de Santiago Pampillón en particular, lo que desencadenó el proceso? No, ese fue un hecho de mucha importancia, pero en Córdoba, tanto en el movimiento obrero como en el estudiantado, se planteaba una toma de conciencia de todos los sectores postergados de la población, que el camino para lograr los derechos populares, era enfrentar decididamente al régimen que simbolizaba lo más reaccionario de nuestra sociedad, lo más reaccionario de las altas jerarquías militares, vinculadas a un proceso de penetración imperialista y de dominio de todas las riquezas naturales, económicas y culturales de nuestro país.
Denunciamos que el régimen había dictado una ley de hidrocarburos para facilitar en abierta medida la entrega del petróleo nacional, que había sancionado una ley de sociedades anónimas, contrariando el proceso de recuperación por parte del estado, de las fuentes básicas de la economía y de las empresas que son palancas fundamentales para el desarrollo auténtico. Tanto como que YPF o Agua y Energía Eléctrica, empresas del estado, pasaban a constituir entidades mixtas, donde para satisfacer nuestra inquietud como argentinos por dominar el proceso, la actividad de esas empresas se nos quería fundamentar en que la titularidad de esas acciones en un 51% eran del estado y en un 49% eran de los monopolios, de los tenedores privados de acciones, y que como teníamos un 2% más, con ese voto formal del 2% íbamos a imponer la política económica, el curso de esas empresas en el país. También denunciábamos que mientras en el resto de los países del mundo las empresas de capital privado cuyo fin es el lucro, las empresas pertenecientes a los grandes monopolios como sucursales foráneas inserta en los países dependientes, eran nacionalizadas o al menos se producía una recuperación por parte del estado, mientras entonces en el resto del mundo o en los países que tomaban medidas con los interese nacionales se pasaba de lo privado a lo estatal o público, en la Argentina se pasaba de lo estatal a lo privado. Este era el significado de toda una política de entrega del patrimonio nacional, no sólo del patrimonio sino de la conducción de la economía nacional a los grandes monopolios. Ese fue el fundamento principal de la sanción de la ley de sociedades anónimas o de sociedades mixtas.
Sosteníamos que el sindicalismo específico que quieren imponernos las patronales, para que reduzcamos nuestra acción a discutir una cláusula de contrato colectivo de trabajo, a esta altura del proceso de liberación, levantar las banderas del sindicalismo específico, es una traición a la Patria. Porque no hay posibilidad alguna de que la clase trabajadora pueda tener un adecuado nivel de vida, mientras el país este sometido y esté expoliado por los grandes monopolios.
El día 26 de mayo hay un plenario general de la CGT con la identificación de todos y por moción aprueba un paro activo de 37 horas, a partir de las 11 horas del día 29 de mayo, con abandono de las fábricas, de la Universidad, invitando a la población para que se concentre en el centro de la ciudad, frente a la CGT. De esa manera evidenciar masivamente el repudio y la condena a toda la política que se estaba llevando y la reclamación de medidas de naturaleza popular. Esa resolución, aprobada por el movimiento obrero el 26 de mayo de 1969, esa resolución aprobada por el estudiantado el mismo 26 de mayo, la adhesión de una serie de instituciones a esa medida, que tenía día, que tenía hora, que tenía lugares para concentrar a los compañeros que salían de las fábricas, de la Universidad, etc. para ir a concentrarse frente a la CGT, demuestra que no existió el espontaneísmo que se quiere adjudicar al “CORDOBAZO” para quitarle la profundidad de su proyección histórica.
El 29 de mayo a las 11 horas todas las fábricas, absolutamente todas y la Universidad abandonan los lugares de trabajo y se dirigen encolumnados al centro. En el sentido pacífico de ir a realizar una concentración, escuchar los pronunciamientos de sus representantes, de elaborar la continuidad de la lucha para defender todo esto que hemos relatado, que se sufría continuamente, realmente en carne y en espíritu. El Gobierno ante esta tremenda acción del pueblo, resuelve que todo el transporte haga una especie de cordón sobre el casco chico que se denomina “la ciudad”. Y manda las fuerzas policiales para interceptar las columnas de los trabajadores, que venían 7000 de Kaiser, 6000 de Fiat, 2000 de Luz y Fuerza, de Perkins, de una serie de fábricas del complejo industrial, de empresas de los Servicios Públicos, de los propios empleados de comercio, que hacían llegar prácticamente a 100.000 los afectados por toda esta movilización.
Eran los trabajadores, los estudiantes, atropellados en su derecho, violentados espiritualmente, reprimidos todos los días, y reprimidos ahí con un compañero muerto, que reaccionaron ante la represión y doblegaron a la policía e hicieron lo que todos conocen, “El Cordobazo”, y que determinó que por esa tremenda indignación del pueblo, de la cual nosotros nos sentimos orgullosos y de la cual incluso se sintieron orgullosos, lo manifestaron quienes sucedieron a Caballero, como el propio Gral. Carcagno ( interventor a la caída de Caballero) quien reconocía el coraje civil de un pueblo.
…porque recordamos para volver a ese hecho histórico del cordobazo, que cuando el compañero luchaba en la calle, que cuando el compañero acudía a las concentraciones, que cuando el compañero era reprimido no se destacaba porque tuviera un rótulo que dijera: el compañero es peronista, el compañero es radical, sino que a todos ellos, todos nosotros nos sentimos identificados en ese momento con una lucha altamente humanista, con una lucha que por ser humanizada exige el sacrificio de la perseverancia, la paciencia, la no desesperación, el no entrar en el aventurerismo para poder salir adelante. De ahí, que en ese hecho del compañero, que tiene una identidad común, la de luchar, la de querer mejorar las cosas, la de respetar al hombre como hombre, como sujeto de la historia no como objeto de la explotación, como mercancía, como ser maquinal y frustrado, en esa identidad, en la lucha que se ha dado en la práctica, de ella nosotros sacamos la inspiración para seguir sosteniendo la misma idea aunque otros compañeros entiendan que el proceso es distinto, nosotros creemos que el proceso es de acción común, es de unidad en la lucha.
Testimonio de Taurino Atencio (compartió con Tosco la conducción del gremio Luz y Fuerza en 1973)
“Si nosotros asumimos que la lucha debe continuar tenemos que arriesgar, tenemos que apostar. Por ahí uno ve que la tierra es desértica, pero si uno tiene la posibilidad de tirar una semilla hay que tirarla, porque puede ser que caiga detrás de una piedra donde hay un poco de humedad y crezca. No hay que descartar nada, es lo que tenemos. Para continuar la lucha hoy tenemos la cuesta mucho más empinada que en aquel tiempo, pero hay que hacerlo, hay que arriesgar.”
“Esto es esencial, los hechos que fueron creando ese clima que estalla en el Cordobazo. Muchos de esos hechos son próximos a la fecha. Pero hay otros más distantes
Taurino se remonta al año 1956 y recuerda el levantamiento de Valle contra la “Revolución Libertadora”, los años de la proscripción peronista -partido que alineaba a la mayoría de la clase trabajadora-, la resistencia Peronista y los sabotajes como el empleo de nuevos métodos por parte del sector obrero para hacerse oír – la legitimidad de la violencia “de abajo”-. Recuerda Cubana, en el mismo continente y con el Che Guevara, un hombre “de los pagos” comandándola. Todos, elementos que “apantallaban el fuego”
Taurino Atencio hace referencia a la ‘conciencia’ de clase. El grado de conciencia de clase es la comprensión de que hay una clase social que es la responsable de la injusticia. Ese es el objetivo profundo de la lucha. Preguntarse porqué el sufrimiento de las personas, la marginación, el dolor, la pobreza de unos. En un primer momento da la sensación de que es gente que viene al mundo a sufrir. Pero eso comienza a cambiar. Eso es lo que yo interpreto modestamente como conciencia de clase. Hay una clase social que es la explotadora, la opresora, a la que no le importan los seres humanos sino sólo las ganancias. Ese es el sector poderoso que acá en está ligado desde la época de la colonia a los dueños de la Pampa Húmeda.
Asumir conciencia de clase está ligado a una sucesión de hechos, nos dice Atencio. “Hacer una manifestación, cuando desde el golpe de Estado lo primero que haces es prohibir toda movilización, toda reunión pública; al desoír esto y hacerlo de todos modos uno va comprendiendo el poder, la fuerza que tenés en el conjunto. Allí uno se da cuenta, recién ahí, que por más que te repriman, en el conjunto está la fuerza. Y eso se ve después de una sucesión de protestas, de peticiones, de salidas a la calle con reclamos.
Los dueños del poder, uno de cuyos brazos son las fuerzas armadas, pueden accionar porque ellos no son tontos, van estudiando como estás, si vas retrocediendo, si estás vivo todavía. Pero ellos notaban concretamente que la clase trabajadora a nivel de sus organizaciones iba dando pasos decisivos para la toma de conciencia de clase. Ya no era solamente que los trabajadores luchaban por la vuelta de Perón –eso también estaba- pero acá había otro condimento. Se hablaba de Liberación.
El mismo Gringo Tosco plantea una faceta de suma importancia a nivel de los gremios que es el ‘Sindicalismo de Liberación’ y que se oponía al sindicalismo meramente administrativo que practicaban los ‘Gordos’. (que eran distintos a los de hoy; estos probablemente sean doblemente peligrosos, porque el dirigente gremial de hoy es también propietario, es patrón, empresario)
Tosco decía que el enemigo era la dictadura militar, el imperialismo y la burocracia sindical. La realidad de los hechos. Y así es como nosotros fuimos interpretando quién es el responsable de la injusticia. Quién es el autor de que haya gente abandonada, sin trabajo, tirada a una orilla.”
El cordobazo estalla contra el golpe de estado.
Los militares tomaron medidas tendientes a acallar la protesta que generaran sus disposiciones. Uno de los primeros gremios que plantea una lucha social fue el de los trabajadores de los ingenios azucareros en Tucumán, que cerraban, eliminando fuente de trabajo. Allí muere Hilda Guerrero de Molina, una trabajadora.
Después hay movimientos estudiantiles y populares en Corrientes, allí muere Cabral, un estudiante. Muy parecido a lo que sucedió en Rosario, donde se implementan los consejos de guerra. Allí mueren los estudiantes Blanco y Bello.”
“En Córdoba, se instala Mecánica del Estado donde fue la fábrica de aviones. Entonces acá hubo gran concentración de trabajadores – , , y hubo esta germinación de lo que podía ser tener industria propia. Fue la antítesis de lo que planteaban los dueños del poder, la desindustrialización. Los sectores dueños del poder, que se asociaron en su momento con los grandes centros del poder del mundo, se contentaron con ser socios menores. Y esto implicaba negarnos la cuestión industrial, contentarnos con exportar materia prima. Son factores que van creando el clima para la gran rebelión popular. El gobierno de Onganía crea, entre otras cosas de Sociedades Anónimas. Esa ley apuntaba a que el estado tenía que desprenderse de las empresas de servicio, y de los recursos naturales básicos de la economía, como el combustible, necesario para tener industria propia, para lograr una independencia económica. El factor de la no industrialización influye en el clima con el que llegamos al Cordobazo.
Pero además en Córdoba había formas de ir bebiendo agua de otras fuentes, como , los Curas para el Tercer Mundo, que llegan a la clase trabajadora por distintas vías, que llevan a la clase trabajadora elementos de esclarecimiento de clase, y posibilitando formas de organizarse mejor para resistir.
Hubo otras experiencias en otras provincias, pero los levantamientos eran en lugares muy específicos. Acá en Córdoba era un clima generalizado.”
“Hay unos hechos ahí bien próximos que dentro del movimiento obrero son de vital importancia, y es cuando los milicos toman dos medidas, una afectaba a los trabajadores del SMATA y otra a los trabajadores en general, el quite del Sábado Inglés, que en los hechos era una reducción salarial.
Desde allí comienzan las reuniones entre las dos CGT, para tomar medidas. Nosotros, sin haber participado, como simples activistas, creíamos que “la gotita” (por decir un elemento que pega) fue el Gringo Tosco, que posibilitó la reunión de las dos CGT , la de Ongaro (CGT de los Argentinos) y la de Azopardo, para programar el paro de 37 horas.
Hay que tener en cuenta que en 1968 por primera vez sale de un congreso normalizador, como dirección de un núcleo que justamente era el contestatario, quienes se planteaban enfrentar a los militares. Fue una dirección de muy poca duración. Entonces, de los Argentinos de Ongaro no participó del Cordobazo por su poca duración. Pero no fue porque se diluyó, sino porque estos mismos jerarcas sindicales, al decir del Gringo Tosco, los peores enemigos, porque pertenecen a la clase trabajadora, les cortaron los víveres desde Buenos Aires.
Se disuelven los centros de Estudiantes, que consideraban que se trataba de un Centro de Comunistas y anulan la participación del estudiantado en el gobierno tripartito de la universidad. Eso es el primer condimento a tener en cuenta de cómo los estudiantes se ven potenciados a intervenir..”
De hecho, como el movimiento obrero estaba en constante ebullición, los convocaba. Los estudiantes se iban sumando a la protesta.
Tosco propulsaba el Sindicalismo de Liberación. Lo determinante era su posición ideológica, por eso lo perseguían. Denunciar a los dueños del poder como responsables de todas las atrocidades cometidas no solamente contra los trabajadores sino también contra el pueblo, las injusticias. Una de las máximas del Gringo era señalar qué nos hace falta como pueblo: “organización y conciencia”.
El Cordobazo nos deja elementos básicos para que el pueblo, la clase obrera, tenga poder para enfrentarse a los sectores de poder. El tema de la organización y conciencia como enseñanza del Cordobazo. Y la unidad, que era también la prédica del Gringo Tosco. La unidad tiene que ser la unidad en la lucha, unidad en el accionar. Siempre tenemos que buscar entre nosotros los puntos de contacto y privilegiarlos.
Si nosotros asumimos que la lucha debe continuar tenemos que arriesgar, tenemos que apostar. Por ahí uno ve que la tierra es desértica, pero si uno tiene la posibilidad de tirar una semilla hay que tirarla, porque puede ser que caiga detrás de una piedra donde hay un poco de humedad y crezca. No hay que descartar nada, es lo que tenemos. Para continuar la lucha hoy tenemos la cuesta mucho más empinada que en aquel tiempo, pero hay que hacerlo, hay que arriesgar”.
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