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De allí que ni en Rio de Janeiro, Kioto, Copenhague, Cancún, ni tampoco en el venidero Berlín, ni en ninguna Cumbre Climática – que debe reconocerse como espacio de la resistencia al desastre global - habrá posibilidad alguna de revertir el tránsito ineludible del planeta Tierra hacia su pauperación ambiental y al crecimiento y extensión de los fenómenos nocivos que hoy laceran toda la Humanidad, sin hacer distinción de países por sus sistemas políticos, ubicación geográficas, nivel de desarrollo material o cumplimientos de los topes contaminantes de efecto invernaderos; mientras el modelo civilizatorio implantando por la modernidad capitalista y su etapa superior de desarrollo – la Globalización – mantenga su dominio sobre espacios, seres y riquezas de este hermoso planeta azul, hoy reivindicado como la Pachamama.
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La globalización del Desastre.
“Ineficientes frente a la terribles
consecuencias del Cambio Climático Global”.
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Yoel Pérez M.
Sábado 18 de diciembre del 2010.
En artículo anterior, motivado por los espantosos daños humanos y materiales causados por el terremoto del 12E10 en Haiti, consideramos como una necesidad inaplazable, que la comunidad internacional acordara la creación de un verdadero sistema mundial de atención a las emergencia relacionadas con los fenómenos naturales que permitiera unificar recursos, voluntades y capacidades tecnológicas dirigidas a una rápida respuesta a este tipo de fenómeno que permitiera las mayores posibilidades de salvamento de vidas humanas y la creación de condiciones apropiadas de sobrevivencia y recuperación de las poblaciones afectadas.
Tal propuesta derivaba de la conclusión generalizada del mundo científico y de la experiencia concreta de la Humanidad de que tales fenómenos cíclicos, recurrente e intensificado en sus fuerza y duración, ya no solo están relacionado con los procesos naturales del calentamiento del planeta Tierra que genera las erupciones volcánicas, del movimiento cíclico de las grandes masas de aires y aguas que, en su encuentro, desatan fuerzas altamente destructivas, de los sacudimientos de la corteza terrestre por los desplazamientos de grandes bloques, ni el incendio de grandes extensiones de bosques a causa del ciclo natural de sequedad y envejecimiento de árboles; sino, que tales fenómenos tradicionalmente considerados naturales, hoy están asociados o potenciados con las modificaciones operadas en el ambiente general del planeta Tierra como consecuencia del uso y depredación intensivo del patrimonio planetario sin consideración a las deformaciones que tales procesos “civilizatorios” venían provocando en los equilibrios ecológicos construidos por la propia naturaleza a través de miles de millones de años.
Por si fuera poco, es tal el grado de acumulación de la depredación ambiental e imposible el control de la fuerza de tales fenómenos que lo que hace “apenas” cien años (hablando en términos de Eras Geológicas) solo afectaba a un área relativamente pequeña del planeta, hoy se convierte en fenómenos con efectos expansivos, globales y duraderos, no solo respecto a su epicentro, sino de todo el globo terráqueo, en tanto que afecta la vida en grandes conglomerados humanos y sus patrimonios substentacionales y, con ello, dimana su fuerza negativa sobre la economía, el ambiente, la salud y las relaciones entre diversas comunidades humanas distantes de los hechos pero relacionadas con su funcionamiento, dado el grado de integración y conexión impuesto por la modernidad capitalista dominante, aún, en este comienzo del siglo XXI.
Contrario a la conclusión del artículo aludido, hoy comparto el escepticismo de quienes sostienen que, en el marco actual de las probabilidades de desastres, no existen ni podrán existir posibilidades de contener en los espacios nacionales los efectos de tales situaciones ni será posible enfrentar y resolver, para la mayoría de los pueblos, los efectos desastrosos en el corto y mediano plazo porque, además de la fuerza expansiva de tales fenómenos destructivos incontrolados, se encuentra el modelo de la Globalización Capitalista que requiere para su sustentabilidad, mayores grados de subordinación de todos los espacios productivos y de fuentes de riqueza natural, al servicio de un modelo de apropiación de tales recursos, de producción irracional de bienes, de distribución desigual de la riqueza socialmente producida y de acumulación vertical y concentrado del Capital, el cual, inevitablemente, genera la destrucción de los equilibrios naturales y, por ende, la provocación de ciclos destructivos más cortos y espacios de afectación más extensos, en lo espacial, poblacional, cultural y económico.
De allí que ni en Rio de Janeiro, Kioto, Copenhague, Cancún, ni tampoco en el venidero Berlín, ni en ninguna Cumbre Climática – que debe reconocerse como espacio de la resistencia al desastre global - habrá posibilidad alguna de revertir el tránsito ineludible del planeta Tierra hacia su pauperación ambiental y al crecimiento y extensión de los fenómenos nocivos que hoy laceran toda la Humanidad, sin hacer distinción de países por sus sistemas políticos, ubicación geográficas, nivel de desarrollo material o cumplimientos de los topes contaminantes de efecto invernaderos; mientras el modelo civilizatorio implantando por la modernidad capitalista y su etapa superior de desarrollo – la Globalización – mantenga su dominio sobre espacios, seres y riquezas de este hermoso planeta azul, hoy reivindicado como la Pachamama.
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1 comentario:
Es logico que de alguna manera u otra la inhumana explotacion y la triste e ignorante ambición atente contra la naturaleza se evidencia no solo en las amazonias ni en bastas extenciones forestales sino en tambien en pequeños y grandes espacios agricolas que se urbanizan en la ciudad dejando cada vez mas la huella del concreto en cada espacio que era destinado para la purificacion del aire o para los cultivos, con que autorizacion , con la de los mafiosos representantes ediles que dan habilitaciones donde no deberian, otro caso ejemplar es la plataforma Andres Avelino Caceres, es un tarea casi imposible que un arbol o sector verde armonice con las tiendas comerciales, ¿porque? por la simple razon que la indiferencia por parte de los comerciantes degenera en atentar hasta contra estos espacios verdes , destruyendolos, las intingentes cantidades de basura que desechan es tambien otro problema EN REALIDAD LA CONDUCTA CAPITALISTA SIMPLE SERA IRRESPONSABLE LO IMPORTANTE ES QUE ASUMAN SU COMPROMISO PARA CON LA SOCIEDAD, Y EL PLANETA.
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