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Los sindicatos hoy en la coyuntura de la triple crisis global, tienen una misión y responsabilidad estratégica diferente, como las "únicas" instituciones sobrevivientes post segunda guerra mundial. Porque la globalización neoliberal desde sus propios origenes - allá por los 80 - afectó directamente contra los sindicatos y el llamado "Poder Sindical". El compromiso sindical realmente es de primer nivel ya no solamente por asumir la defensa de los trabajadores frente al poder de los empresarios, - sus corporaciones, transnacionales y monopolios - sino que ahora debe asumir directamente la defensa y lucha por los derechos de los trabajadores frente a la Gobernabilidad Democrática - hoy secuestrada por el poder de las transnacionales - el Estado y los inmensos poderes fácticos mundiales.
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Problemática sindical siglo XXI.
La globalización afectó a los sindicatos, así como a las Instituciones.
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Por José Alberto Pradera Jáuregui, * Exdiputado general de Bizkaia -
Lunes, 13 de Diciembre de 2010.
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LA globalización nos sitúa en este siglo XXI ante múltiples retos, cambios de paradigmas y una nueva dinámica política, económica y social. Pero siendo todo ello motivo de análisis, vamos ahora a adentrarnos en el modelo sindical vigente y que deberá acogerse, en esta etapa que viene, a lo que le dicte la nueva realidad.
LA globalización nos sitúa en este siglo XXI ante múltiples retos, cambios de paradigmas y una nueva dinámica política, económica y social. Pero siendo todo ello motivo de análisis, vamos ahora a adentrarnos en el modelo sindical vigente y que deberá acogerse, en esta etapa que viene, a lo que le dicte la nueva realidad.
En estos treinta años de democracia hemos vivido momentos sindicales duros, derivados de los cierres de grandes empresas consecuencia del cambio de modelo industrial, y también momentos laxos, derivados de una etapa de casi quince años de bonanza económica y poca conflictividad, donde las relaciones sindicales eran más llevaderas.
Sin embargo, se ha producido un anquilosamiento en las estructuras sindicales consecuencia de la toma del poder en los sindicatos de unas "élites" que no los desbancan, ni así no hagan nada, con congresos de repartos de poder y aplausos y a seguir chupando del bote, porque es justo decir que muchos no han trabajado fuera del sindicato ni tienen intención de hacerlo. Así se perpetua una clase sindical que ya dura demasiado tiempo y no parece que sea posible el que lo dejen. De ahí viene el anquilosamiento por la falta de exigencia y de competencia.
Como no había mucho que hacer hacia dentro -eso era intocable- se han dedicado a hablar de política, mucho, y de economía, algo, porque había que tener presencia pública por encima de todo.
Así hemos llegado a un 2010 en el que la crisis económica les coge con el pie cambiado y en su caso hablando de la prehistoria.
La globalización ha afectado tanto a las instituciones como a los sindicatos y así como las primeras han cogido el toro por los cuernos y se dedican, en lo que pueden, a atraer a empresas para la creación de riqueza y empleo, los sindicatos no dejan de mostrar su cara más arisca y que espanta a cualquiera que pudiera venir, lo que obliga a las instituciones a un sobreesfuerzo y no digamos lo que hay que hacer para que inviertan las que ya están afincadas aquí.
A nadie se le oculta que una implantación exige una inversión que, en general, genera una recaudación fiscal por IVA e IRPF que en menos de cinco años ya se ha pagado el coste de la inversión, por lo que las ayudas industriales son hoy imprescindibles y hay que tener en cuenta que la competencia global es muy fuerte. Pues nada, aquí nos dedicamos a "ayudar" sindicalmente a las empresas.
Pero no sólo en su plan de actuación tienen que adaptarse a esa realidad los sindicatos, siendo propiciadores de atraer empresas y no de expulsarlas, sino que no puede ser así el coste que los sindicatos representan para la sociedad y las empresas.
La pléyade de liberados en las instituciones y empresas es tan elevada, producto de modelos pasados, que los propios sindicatos debieran mirarse en su interior y reconsiderar su actual existencia.
Todo se ha modernizado, abaratado costes como consecuencia de cambios en los modelos productivos menos este apartado que se topa con el modelo sindical vigente que no está dispuesto a ceder en su propia "calidad de vida".
Obviamente los sindicatos son necesarios, pero tienen que hacer su propia reflexión y desde luego que el modelo orgánico y abierto, tiene que traer un nuevo paradigma -crear empresas- con una eficiencia mayor -menos liberados- porque forman parte real de la vida de nuestro país y no pueden estar como en una nube, cual autistas, viendo cómo sufre la crisis este país y no se les ocurre otra cosa que seguir en la "brecha" pero no sufriendo ERE"S. Así es la vida.
Quiero creer que un nuevo futuro es posible y que volvemos a ser un país amable y competitivo porque tenemos capacidad, como lo hemos demostrado, para volver a serlo a pesar de cargar con algunos michelines que nos lastran.
La globalización y la UE nos dictan el marco de juego, y hemos de aprovecharlo en el beneficio de nuestra sociedad y para ello debemos aunar esfuerzos y no convertirnos en estériles actores confrontados.
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Es la Reflexión Sindical para el nuevo siglo que tan necesaria considero para nuestro bienestar.
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