jueves, 17 de febrero de 2011

La Democracia es una "Matriuska". "La Muñeca Rusa de doble figura". China y E.U. apuestan a la ganancia compartida.

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El fallecido erudito estadounidense Samuel P. Huntington escribió en “La tercera ola: democratización a finales del siglo XX” que en las elecciones de países no occidentales con frecuencia los políticos locales son capaces de afirmar que pueden ganar la mayoría de los votos. Estos individuos, agrega el texto, pueden azuzar pensamientos racistas, religiosos y nacionalistas y a menudo agravan las divisiones domésticas, conduciendo a una mayor aceptación de la retórica y las políticas anti-occidentales.


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Estudiantes, lideresas de la sociedad civil y activistas políticas, obtuvieron las herramientas y habilidades necesarias para convertirse en lideresas políticas con el objetivo central de Democratizar la Democracia.
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La Democracia es una "Matriuska".-" La Muñeca Rusa de doble figura ".
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Pueblo en Línea. Martes 15 de febrero del 2011.


El tránsito mundial hacia la democracia es imparable. Sin embargo, con la globalización, la democracia se ha convertido en lo más parecido a una matriuska, esa muñeca rusa que al abrirse siempre oculta otra muñeca más pequeña en su interior.

La revolución egipcia ha comenzado como una revolución constitucional, en un país que dista en gran medida de los presupuestos de las culturas occidentales, pero que asimila de ellas tanto como rechaza.

En el futuro, los militares y demócratas egipcios, apoyados por EEUU, competirán con la Hermandad Musulmana. Aún es demasiado pronto para afirmar que Egipto y el Oriente Medio en su conjunto se encaminarán por la senda anti-EEUU.

Pero aún más temerario es concluir que la revolución egipcia ha sido una victoria para Occidente. El actual orden mundal es injusto, como se desprende del habitual hecho de que las ciudades ricas de cualquier nación vivan prósperas en medio de la influencia occidental, mientras muchos otros habitates del país languidecen en la pobreza, preguntándose ¿Por qué este destino?

El fallecido erudito estadounidense Samuel P. Huntington escribió en “La tercera ola: democratización a finales del siglo XX” que en las elecciones de países no occidentales con frecuencia los políticos locales son capaces de afirmar que pueden ganar la mayoría de los votos. Estos individuos, agrega el texto, pueden azuzar pensamientos racistas, religiosos y nacionalistas y a menudo agravan las divisiones domésticas, conduciendo a una mayor aceptación de la retórica y las políticas anti-occidentales.

Para algunos países musulmanes, la conclusión de Huntington es que a estos pueblos sólo les queda elegir entre el secularismo anti-democrático y la democracia anti-occidental.

En las próximas décadas, los juicios de Huntington serán puestos a prueba. En los últimos años, ha sido electos gobiernos izquierdistas en América Latina, en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros. Estos ejecutivos han resultado ser más anti-EEUU y anti-occidentales que las dictaduras militares de tiempos previos.

En las ex repúblicas soviéticas se instalaron regímenes favorables a Occidente al ritmo de la democratización, como ocurrió en Ucrania, Georgia y los países bálticos, otrora parte de la zona de influencia rusa. En Asia oriental no surgieron gobiernos anti-EEUU y el despegue de China y la India parece haber influido en la disminución de la presión sobre Occidente.

Cuanto más se globalice la democracia, más complejo será su funcionamiento y más difícil será distinguir entre sus ventajas y desventajas. Pero hay algo seguro: la democratización no conducirá a la “occidentalización global. ”

La atracción que ejercen sobre el mundo los países occidentales no deriva de sus plataformas políticas, sino de su estilo de vida, obtenido parcialmente gracias a la explotación de los recursos globales.

Sin embargo, a muchos se le reducirá a agua de borrajas el sueño de imitar a los países occidentales. Los resultados de los comicios deberán por fuerza reflejar las características de cada país, regiones y nacionalidades.

Cuando estalló la revolución egipcia, Occidente sonrió con tanto placer como lo hicieron por igual motivo Irán y Hamas, un fenómeno realmente desconcertante. Pero la historia demostrará que algunos de ellos reían por no llorar.

China y EEUU: en pos de respeto mutuo y ganancia total compartida.


La visita de Estado del presidente chino, Hu Jintao, a Estados Unidos, del 18 al 21 de enero, ha sido coronada con el éxito. Durante la histórica estancia de cuatro días del mandatario en el país norteamericano, las partes llegaron a un amplio consenso para la construcción de una asociación de cooperación basada en el respeto y beneficio mutuos, así como la búsqueda de una ganancia total compartida. Este es un compromiso fundamental que ambas naciones han hcho ante el mundo, valiéndose de sus esfuerzos conjuntos en una coyuntura histórica crucial, en momentos en que la Humanidad entra en una nueva era. Resulta de vital importancia estratégica asimismo que ambas naciones se hayan comprometido a estabilizar sus relaciones bilaterales y la situación mundial en su conjunto.


En vista de la importancia internacional de China y EEUU, sus vínculos estables son de beneficio propio, pero también contribuyen al aumento de la seguridad mundial y ejercen notable influencia en la esfera económica global. Con un trato amistoso y comunicación franca mutuos, ambos jefes de Estado mantuvieron un amplio intercambio de puntos de vista sobre una serie de importantes asuntos, alcanzando así una mejor percepción sobre las opiniones de su contraparte, lo que ayudó a limar asperezas y a promover la confianza mutua.

Asumiendo por igual los éxitos y los yerros en el desarrollo de las relaciones bilaterales, ambas partes incrementaron su conciencia sobre la importancia y la complejidad de las relaciones bilaterales. En consecuencia, propusieron nuevas ideas, lo que deberá redundar en una mejora de la confianza estratégica entre ambas.

China y EEUU han decidido seguir promoviendo la asociación en la cumbre, como medio de promover sus intereses comunes, encarar las dificultades que atañen a los dos y enfatizar sus responsabilidades internacionales. Tal consonancia, demuestra el positivo talante con el cual China y EE.UU actúan de consuno en la cooperación internacional, aunque ateniéndose a sus propios puntos de vista y partiendo de sus intereses nacionales, proceder que deberá granjearles reconocimiento internacional.

Quedó claro en estas conversaciones el compromiso de los dos países con socios y agencias internacionales, así como el hecho de que el desarrollo económico de China y EEUU, las dos mayores economías del mundo, afecta a toda la Humanidad. De ahí la importancia de que ambos suscriban sus compromisos tomando en cuenta los derechos y deberes que les vinculan al resto del planeta.

Lo alcanzado en la cumbre sino-estadounidense supone un éxito general, que se traducirá en nuevas bazas para el desarrollo equilibrado respectivo, para una interacción bilateral benigna y para el beneficio de la cooperación positiva bilateral, por un lado, mientras aporta beneficios no menos importantes para la comunidad global, por la otra.

China y EEUU deben asegurarse de que en este proceso de interacción, ambos se atienen al Derecho Internacional, poniendo en práctica concienzudamente todos los instrumentos legales reconocidos por la comunidad mundial. Además, las cambiantes relaciones mundiales requieren de nuevas normas y reglamentos, por lo que ambos países deben coordinar y estimular su establecimiento, en lo que deberá constituir una tendencia progresiva en lo que queda del siglo XXI.

Los dos países deberán estar atentos además a las contradicciones entre ellos, pues las mismas no desaparecerán y, por el contrario, seguirán siendo paisaje cotidiano en sus relaciones, por lo que se hace necesario que ambos las traten con inteligencia, sin magnificarlas en ningún momento.

A este tenor, China y EEUU deberán cooperar y coexistir en la región de Asia y el Pacífico y mejorar la comprensión mutua sobre tendencias estratégicas en el área. Las fricciones de larga data en la zona deberán atenuarse mediante la cooperación, evitando en todo momento que las mismas dañen la relación bilateral en su conjunto.

El presidente Hu Jintao ha regresado a casa portando la buena impresión que le dejaron el entusiasmo y atención esmerada de sus anfitriones norteamericanos, imbuido además, al igual que ellos, de una mayor confianza en que el siglo XXI será cuna de una nueva civilización política.


Por Pueblo en línea, con la colaboración del profesor Ding Shenli, director del Centro de Estudios sobre EEUU, de la Universidad de Fudan en Shanghai.

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