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“El
frente de trabajo en el tema de migración
que lideran México, Colombia y
Honduras, necesita urgentemente de un plan de mayor plazo, no solo
para identificar acciones
relacionadas con la protección
de los derechos humanos de
sus ciudadanos, sino también
en la construcción de políticas
y estrategias regionales, más
allá de la propuesta del Triángulo
Norte y que, al parecer, los mayores beneficiarios serán Guatemala y el Salvador, y en menor grado Honduras. Es evidente que Donald
Trump también recortará la llamada ayuda al desarrollo a los países
latinoamericanos, canalizada mayormente por USAID. Ello abre una posibilidad de cooperación mayor entre los países, fortaleciéndose con instancias como la CELAC. Por los momentos se ha congelado
por 90 días toda la ayuda al
desarrollo por el Departamento de Estado,
en espera de una evaluación de sus
resultados y el posible alineamiento
a las políticas de Washington,
sumado a recortes de fondos para salud y cambio climático. La reunión
de la CELAC también es una oportunidad para revalorar el rol de países “seguros”,
designado para México,
Guatemala y Honduras, y los costos que ello implica. En el caso
del México, ya dio muestran
de este rol al contener mediante el uso de la fuerza militar la caravana
de migrantes post-Trump.
Lo mismo sucede con los costos
ambientales, no recuperados, de aquellos países altamente contaminantes.
Trump es poco dado a reconocer costos
internos por ello, lo que implica ajustes en las partidas
presupuestarias de los gobiernos.
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CELAC FRENTE A LAS POLÍTICAS
DE DONALD TRUMP.
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"Ya era hora. De responder como UNIDAD de
América Latina y el Caribe. CELAC. Al que se considera el “Dueño del mundo”.
Por Javier Suazo | 30/01/2025 | América
Latina y Caribe
Fuentes: Rebelión
[Imagen: Latribuna.hn]
Fuente. Revista Rebelión jueves 30 de enero del 2025.
“Lo
que está pasando es, en todos los aspectos, un crimen contra la humanidad y
desde esa perspectiva debe ser objeto de análisis, ya sea en los foros públicos
o en las conciencias” (José Saramago)
Las
deportaciones de inmigrantes
por el gobierno de Donald Trump
se convirtieron de una promesa de
campaña y amenaza, a una
realidad. Un problema es que el Presidente y varios de sus
funcionarios relacionan el concepto de inmigrante
con el de criminal, solo por
pasar la frontera entre México y EEUU
en forma ilegal. Se
pensó que los (as) deportados
serían aquellos que cumplen prisión en
cárceles de EEUU o que han
cometido delitos, pero
miembros de la comunidad de inmigrantes
denuncian que esta priorización no
existe.
Ello implica tratar a los inmigrantes como criminales, deportándose a sus países de origen encadenados.
Uno
de los reclamos
del presidente Gustavo Petro de
Colombia al Gobierno de Estado
Unidos es por el trato a los inmigrantes
y no existe, al menos no se muestra, un procedimiento adecuado conjunto para realizar las deportaciones
masivas. El presidente de Colombia
se opuso a que aterrizaran dos (2) aviones militares procedentes de Estados Unidos en suelo colombiano y que traían ciudadanos de este país. La respuesta
de Donald Trump fue aumentar los aranceles a las importaciones desde Colombia, cancelar las visas y endurecer las medidas en las aduanas para la entrada de ciudadanos y productos colombianos a los EEUU.
El
presidente Petro
amenazó con responder con medidas arancelarias
parecidas, pero entre países asimétricos
los impactos negativos en la economía colombiana, de concretarse las
amenazas de Trump, serían
de magnitudes insospechables,
ya que EEUU es el principal mercado para los productos colombianos,
observando también una balanza comercial
deficitaria.
Entre
enero y noviembre
de 2024, las ventas hacia este mercado
alcanzaron los US$ 13.106 millones, lo que refleja un crecimiento del 7,6% en comparación con el mismo
período de 2023.
“Los principales productos vendidos
hacia este mercado fueron petróleo, oro, café sin tostar, flores y puertas,
ventanas y sus marcos. Estados Unidos representó el 29% del total de las
exportaciones de Colombia a noviembre del año pasado”
Se ha dicho por Javier Milei, presidente de la Argentina, que Donald Trump no es un presidente proteccionista y usa estas amenazas para conseguir objetivos políticos, pero la evidencia demuestra que no es tan “libertario” como desearía que fuera el hombre de la “motosierra” del Gobierno gaucho. En su primer mandato fue evidente el interés del presidente Trump por modificar el tratado comercial como México y Canadá, presionando con el uso de restricciones arancelarias para que varias de las empresas estadounidenses en México regresaran al país.
Ya
hay comunicados de ambos países
que el conflicto se ha solucionado y no habrá sanciones, al aceptar Gustavo Petro las deportaciones de colombianos
desde EEUU, donde parece ser que el
Gobierno ha introducido un trato más
humano; pero hay en marcha una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), convocada
por la presidenta de Honduras Xiomara
Castro. La reunión
está prevista a realizarse el día jueves
30 de enero de 2025 en
Tegucigalpa, Honduras,
donde Petro ha confirmado su asistencia presencial. Los temas de
agenda incluyen, además de la migración,
el medio ambiente y la unidad latinoamericana que cada vez
vuelve más difícil.
Un
problema que enfrenta la CELAC es que parte de los
gobiernos de los países miembros no comparten la agenda de la presidenta Castro cuando
se trata de enfrentar problemas que involucran a países de la llamada línea del socialismo real o del Siglo XXI, caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y
en parte Honduras, Bolivia, Colombia
y México. En caso de las políticas de migración de Donald
Trump, estos países se muestran a favor de las mismas y prestos a colaborar con el Gobierno estadounidense en las acciones a realizar para que
el proceso se ejecute en orden. En
el caso de Centroamérica, países
como Guatemala, El Salvador, Costa
Rica y en menor grado Panamá,
apoyan -en forma abierta- las políticas
de Donald Trump.
En
el caso de Nicaragua y Honduras, ambos han
sido eliminados de la agenda de visita del Secretario
de Estado de EEUU, Marco
Rubio, en su gira por la región.
La percepción desde Washington es
que estos países no tienen una agenda
democrática, sea porque se han entornado en el poder y debilitado las instituciones
(léase Nicaragua) y con Honduras se evidencia que su
agenda es contraria a los
intereses del Gobierno del Norte al
reconocer el gobierno de Nicolás
Maduro y no a Edmundo González,
denunciar el tratado de extradición de
narcotraficantes a EEUU y amagar con
cerrar la base militar gringa Enrique
Soto Cano, en la región central del país.
El
frente de trabajo
en el tema de migración que lideran México, Colombia y Honduras, necesita
urgentemente de un plan de mayor plazo, no solo para identificar acciones relacionadas con la protección de los derechos
humanos de sus ciudadanos,
sino también en la construcción de
políticas y estrategias
regionales, más allá de la propuesta
del Triángulo Norte y que, al parecer, los mayores beneficiarios
serán Guatemala y el Salvador, y en
menor grado Honduras.
Es
evidente que Donald Trump también recortará
la llamada ayuda al desarrollo a los
países latinoamericanos,
canalizada mayormente por USAID.
Ello abre una posibilidad de cooperación
mayor entre los países, fortaleciéndose
con instancias como la CELAC. Por
los momentos se ha congelado
por 90 días toda la ayuda al
desarrollo por el Departamento de Estado,
en espera de una evaluación de sus
resultados y el posible alineamiento
a las políticas de Washington,
sumado a recortes de fondos para salud y cambio climático.
La
reunión de la CELAC también es una oportunidad para revalorar el rol de países “seguros”,
designado para México,
Guatemala y Honduras, y los costos que ello implica. En el caso
del México, ya dio muestran
de este rol al contener mediante el uso de la fuerza militar la caravana
de migrantes post-Trump.
Lo mismo sucede con los costos
ambientales, no recuperados, de aquellos países altamente contaminantes.
Trump es poco dado a reconocer costos
internos por ello, lo que implica ajustes en las partidas presupuestarias de los gobiernos.
La política de Donald Trump es temas de migración, ayuda y combate del narcotráfico, seguridad y corrupción, tiene un alcance regional, pero las acciones son país por país. Por tanto, la estrategia regional de CELAC debe tener sustento en estrategias y políticas nacionales.
En
el caso de Honduras, las autoridades
del Gobierno estiman que unos 280.000
ciudadanos serán deportados,
lo cual aumenta las cifras ya que en 2024
solo se deportaron 37.000
migrantes (unos 44.000 según
cifras del Instituto de Migración). Para
dirigentes de las asociaciones
de inmigrantes en EEUU, las
estimaciones hablan de 5.000 personas
mensuales. El Gobierno se
prepara para enfrentar esta demanda con
el programa “Hermano, Hermana Vuelve a Casa”, que tiene tres pilares:
a) un
bono compensatorio como ayuda económica
(se habla de 100 dólares mensuales);
b)
Apoyo alimentario,
para que puedan acceder a alimentos;
c)
Capital semilla de 1.000 dólares
para emprendimientos y pequeños negocios, y un Programa masivo de empleo con recursos mayormente de inversión pública y cooperación bilateral, pero que debería
incorporar recursos privados.
La
estrategia de CELAC
para enfrentar de forma conjunta y regional a las deportaciones desde EEUU debe ser aprobada con carácter de urgencia, involucrando
a la UE y China. Deberá hacer visible además una política
regional unificada para cobrar
por la contaminación ambiental.
En los Estados Unidos hay que
trabajar con las asociaciones y facilitar información sobre los derechos
de las familias (especialmente menores de edad) cuando
sus padres son deportados.
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