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“El debate se centró en si el quinto centenario
debía ser una conmemoración que
nos permitiera aproximarnos a la historia
desde una perspectiva compleja y polifónica, que abriera camino a pensarnos cómo llegamos a ser lo que somos con
las luces y las sombras que ello
implica. O si se opta, como todos los
años por una celebración sin
cuestionamientos, como la defendida
por el alcalde Carlos Pinedo quien
acusó al Ministro de ser un foráneo irrespetuoso del legado
histórico (colonial) de la ciudad.
Lo importante de toda esta controversia ha sido que los sectores históricamente marginados de la historia hegemónica que pretenden indultar al colonizador, enaltecer la
Hispanidad, celebrar el mestizaje
y continuar con una narrativa acrítica
de la ciudad, acorde siempre a los intereses de una clase dirigente que ha
condenado a la ciudad a más de 200 años de soledad republicana,
los otros, los que sobran, la negrura de
Santa Marta ha entonado su pregón
y con su presencia perturban lo que pretendían que fuera una celebración más de la Hispanidad en una esquina tropical y sumisa del Caribe colombiano.
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Rodrigo de Bastidas, "conquistador" y fundador de Santa Marta. Imagen: santamarta.gov.co
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LA PATRIA GRANDE. LAS VIDAS
NEGRAS Y EL QUINTO CENTENARIO DE SANTA MARTA.
COLOMBIA: ENTRE LA
HISPANIDAD Y LA RESISTENCIA AFRODESCENDIENTE.
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Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia, celebra su quinto centenario en medio de un debate por la exclusión histórica de la comunidad afrodescendiente en su narrativa oficial.
La Ley 2058 de 2020 omitió su representación en
el comité conmemorativo, lo que generó controversias que llegaron a la Corte
Constitucional. Mientras el gobierno nacional busca una visión diversa y
crítica de su historia, las élites locales defienden una perspectiva hispano céntrica que perpetúa la invisibilización de lo negro. En este contexto, las
voces afrodescendientes emergen con fuerza para
reivindicar su lugar en la memoria de la ciudad.
Por Roberto
Almanza Hernández*
Fuente. Página/ 12 jueves 23 de enero del 2025.
Santa Marta una de las ciudades más antigua del
continente americano fundada por colonizadores españoles, cumple 500 años y su
clase dirigente duda de la existencia de gente negra en ella. Cabe decir que
esto no es un caso excepcional en Colombia, el Caribe
colombiano se le percibe desde un imaginario racial de la nación como no blanco,
pero tampoco negro como la región del Pacifico, con la excepción de Palenque de San
Basilio, donde se concentra la “esencia”
de lo negro de la región norte del
país.
El último hecho de esta práctica recurrente de
negación y de borradura vino por
parte de la rama legislativa con la
expedición de la Ley 2058 del año 2020 que declara la celebración de quinto centenario de la fundación de la ciudad de Santa Marta. La Ley excluyó del comité
encargado de la celebración, la representación
de las comunidades negras,
partiendo del supuesto de que no hay
negros en la ciudad y de que no existen aportes significativos de este grupo étnico a la cultura samaria. Este agravio generó un debate local a partir de la reacción de líderes afrodescendientes que, al no contar con acciones reparadoras por parte del
establecimiento, demandaron el
artículo quinto de la ley, el cual
establece los miembros que tienen asiento en el comité de los 500 años.
El recurso interpuesto por la lideresa Matilde Maestre
ante la Corte Constitucional fue declarado exequible en la Sentencia C-189 del año 2022,
“bajo el entendido según el cual un representante de las comunidades
negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras de Santa Marta también
integrará la comisión que coordinará la preparación del quinto centenario de la
ciudad”. El fallo de la Corte que corrige la
omisión legislativa fue tomado por la elite
local y por la prensa hegemónica,
como un obstáculo que ponía en vilo el aniversario
de la ciudad.
Sin embargo, fueron las declaraciones del Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia Juan David Correa, las que pusieron en evidencia la Hispanidad exacerbada de la elite blanco-mestiza de la “ciudad dos veces santa” como invoca su himno. El Ministro expresó enfáticamente que el gobierno nacional en cabeza del Ministerio no exaltaría una celebración de la Hispanidad, y que, en su lugar, promoverá exposiciones y eventos conmemorativos que den cuenta de la Santa Marta, indígena, negra y popular.
El afiche de la polémica. El afiche
oficial de la celebración de los 500 años de Santa Marta. Un hombre blanco al
frente, los indígenas atrás y la ausencia de las afro descendencias.
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Antes de continuar con la coyuntura actual, es
preciso hacer algunas anotaciones
históricas, que permiten hacernos una idea,
de cómo se fue sedimentando la imaginación grandilocuente de la Hispanidad. La primera tiene que ver
con el fundador de la ciudad el 29 de julio de 1525. El conquistador y mercader
sevillano Rodrigo de Bastidas, quien ha sido una figura elogiada por la elite de la ciudad y por gran parte de
los historiadores locales, que han
impulsado la idea de un conquistador
indulgente y conciliador, ideal para construir alrededor de él una simpatía colonial que legitima el orden blanco-mestizo de la ciudad.
Todo esto con el propósito de mostrarlo como un
ser excepcional, desdibujando su rol
de conquistador, el cual no fue
sustancialmente distinto a otros conquistadores
en sus prácticas: rescates (saqueos), esclavización de población nativa y
negra, secuestros de nativos y pacificación poblaciones por la vía de la represión militar y la
cristianización forzada.
También hay que mencionar, que a Santa Marta se le suele ver como una ciudad realista, dado que, en 1810 manifestó su fidelidad al rey mientras en Cartagena mulatos y negros luchaban por la independencia total de la corona española. No es un hecho menor que, mientras corrían los vientos revolucionarios en Cartagena, Santa Marta fue el refugio de realistas y criollos opositores a los proyectos republicanos.
Aunque no es procedente reducir la complejidad
y los matices de la historia de Santa
Marta a estos hechos históricos
brevemente descritos, si nos ayudan a entender
las tensiones actuales por la perspectiva
en que la institucionalidad propone abordar el quinto
centenario, dejando al descubierto,
las diferencias ideológicas entre el gobierno nacional y la administración
local. Como es sabido, hoy en Colombia
tenemos el primer gobierno de
izquierda de nuestra historia, mientras el alcalde de Santa Marta pertenece a los linajes políticos que han gobernado la ciudad, con excepción de los tres periodos anteriores del partido
progresista Fuerza Ciudadana, que pasó con más pena que gloria.
El debate se centró en si el quinto centenario debía ser una conmemoración que nos permitiera aproximarnos a la historia desde una perspectiva compleja y
polifónica, que abriera camino
a pensarnos cómo llegamos a ser
lo que somos con las luces y las sombras que ello implica. O si se opta, como todos los años por una celebración sin
cuestionamientos, como la defendida
por el alcalde Carlos Pinedo quien
acusó al Ministro de ser un foráneo irrespetuoso del legado
histórico (colonial) de la ciudad.
Lo importante de toda esta controversia ha
sido que los sectores históricamente
marginados de la historia hegemónica
que pretenden indultar al colonizador,
enaltecer la Hispanidad, celebrar el
mestizaje y continuar con una narrativa
acrítica de la ciudad,
acorde siempre a los intereses de una
clase dirigente que ha condenado a
la ciudad a más de 200 años de
soledad republicana, los otros, los que sobran, la negrura de Santa Marta ha entonado
su pregón y con su presencia perturban lo que pretendían que fuera una celebración más de la
Hispanidad en una esquina tropical
y sumisa del Caribe colombiano.
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* Profesor-Investigador del
Programa de Antropología de la Universidad del Magdalena, Colombia. Organizador
de la Primera Jornada Internacional de Pensamiento Afrocaribeño Descolonial,
celebrada en la UNAM en marzo de 2016, y del Primer Encuentro Internacional
sobre Pensamiento Crítico en el Caribe Insular, en septiembre de 2016, en el
Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC, UNAM).
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