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“El fondo soberano China Investment
Corporation. El China Investment Corporation (CIC), con una cartera que gestiona alrededor de 1,35 billones de dólares en activos globales, no forma
parte directa de los 3,3 billones de
dólares en reservas internacionales
de China, aunque parte de su capital inicial provino de ellas.
Cuando el gobierno chino creó el
fondo soberano en 2007, transfirió 200.000 millones de dólares
desde las reservas oficiales administradas por el Banco Popular de China para financiar sus inversiones en el extranjero. Desde entonces, el CIC ha expandido su cartera, pero esta
no se contabiliza dentro de las reservas
internacionales de China.
“Las
reservas oficiales, bajo el control
del Banco Popular de China, están compuestas principalmente por bonos del Tesoro de Estados Unidos, euros, yenes, depósitos en divisas y oro. Su función principal es garantizar la estabilidad del
yuan, proporcionar liquidez en caso de crisis financiera y respaldar la
política monetaria del país. En cambio, el CIC opera como un fondo
soberano con el objetivo de generar rendimientos
a largo plazo invirtiendo en bolsas
internacionales, infraestructura, bienes raíces y energía, actuando de manera más autónoma en sus estrategias financieras. Aunque el capital inicial del
CIC se derivó de las reservas, la administración de sus activos es independiente, lo que significa que sus inversiones y rendimientos no se
incluyen en el cálculo de las reservas
internacionales de China. El gobierno chino ha utilizado esta estrategia para diversificar su exposición
financiera global, separando la gestión
de las reservas oficiales de la actividad
de inversión a largo plazo del CIC.
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CHINA
CONTINÚA AUMENTANDO SU INDEPENDENCIA DEL DÓLAR Y SU AUTONOMÍA FINANCIERA.
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Por Pedro Barragán | 29/03/2025 | Economía.
Fuente.
Revista Rebelión lunes 31 de marzo del 2025.
Fuentes: Rebelión
Reduce
a 759.000 millones de dólares sus bonos norteamericanos frente a los más de 1,3
billones que ha llegado a tener
China ha reducido progresivamente su tenencia de bonos
del Tesoro de Estados Unidos como
parte de una estrategia deliberada para fortalecer su autonomía financiera y
reducir su dependencia del dólar.
Durante años, la acumulación de estos activos ha sido una necesidad dentro de
la gestión de reservas internacionales, pero el nuevo panorama económico y
geopolítico ha llevado a Beijing a
diversificar sus inversiones y a mitigar riesgos asociados a la inestabilidad
financiera de Estados Unidos.
La economía
china busca consolidar su
crecimiento sin estar excesivamente expuesta a las políticas monetarias de
la Reserva Federal,
cuyos aumentos en las tasas de interés han reducido la rentabilidad de los bonos del Tesoro. Al mismo tiempo, las
ya habituales crisis sobre el techo de la deuda en Washington han generado incertidumbre sobre la estabilidad de estos
activos, lo que refuerza la necesidad de buscar alternativas. Beijing ha aumentado la compra de oro,
diversificado su cartera de reservas con otras monedas y promovido el uso del yuan en transacciones internacionales,
reduciendo la influencia del dólar
en el comercio global.
Otro factor
clave en esta estrategia es la
creciente rivalidad de Estados Unidos
contra China. A medida que las
tensiones comerciales y tecnológicas se intensifican, China busca reducir su vulnerabilidad a posibles sanciones
financieras o restricciones impuestas por Washington.
Mantener una alta exposición a la deuda estadounidense implica depender de un
sistema financiero que podría volverse adverso en cualquier momento, lo que
hace necesaria una transición hacia una estructura más resiliente.
Sin embargo, la reducción de la tenencia de bonos no significa
un abandono total de los activos estadounidenses. Beijing sigue utilizando cuentas de custodia en otros países y
mantiene inversiones en otros instrumentos financieros de Estados Unidos. La estrategia no es de ruptura, sino de
reequilibrio: reducir el peso de los bonos del Tesoro en favor de una cartera más diversificada que garantice
mayor estabilidad y control sobre los recursos chinos en un entorno
internacional cada vez más volátil.
Las reservas de divisas de China
China posee las mayores
reservas de divisas del mundo, con aproximadamente
3,3 billones de dólares. Le sigue Japón, con reservas que rondan los 1,2 billones de dólares. Otros países
con reservas significativas incluyen a Suiza,
Arabia Saudita o Rusia, cada uno con cifras que oscilan entre 500.000 y 800.000 millones de dólares.
China ha gestionado sus reservas internacionales con el
objetivo de garantizar la estabilidad
financiera del país y fortalecer su soberanía económica en un entorno
global cada vez más incierto. Con un volumen total que supera los 3,3
billones de dólares, estas reservas
han sido fundamentales para respaldar la estabilidad del yuan, asegurar la liquidez en tiempos
de crisis y proteger la economía de shocks externos. Durante años, los bonos
del Tesoro de Estados Unidos han
representado una parte clave de estas reservas, proporcionando rendimientos
estables y liquidez, pero en los últimos tiempos su importancia ha disminuido en favor de una estrategia de
diversificación más amplia. Actualmente, China posee aproximadamente 759.000 millones de dólares en estos bonos, una cifra mucho menor que los
más de 1,3 billones que llegó a
tener en 2013. Este ajuste responde a la necesidad de reducir la exposición
a riesgos financieros asociados con la creciente deuda estadounidense y la
inestabilidad de su política fiscal y monetaria.
Como parte de su estrategia de diversificación, China ha incrementado la proporción de sus reservas en otras divisas y activos financieros globales. La presencia de euros, yenes y libras esterlinas ha aumentado significativamente, reflejando la importancia de los lazos comerciales con Europa y Japón. La acumulación de reservas en monedas alternativas fortalece la capacidad del país para afrontar fluctuaciones en el dólar y reducir su dependencia de una única economía. Además, China ha incrementado su participación en bonos soberanos de mercados emergentes (Brasil y Rusia), fortaleciendo su cooperación con países estratégicos y promoviendo un sistema financiero multipolar. En este contexto, el oro también ha adquirido un papel central en la estrategia de reservas. En los últimos años, el Banco Popular de China (PBoC) ha acelerado la compra de oro, acumulando más de 2.100 toneladas, lo que representa alrededor del 4% de las reservas totales. Esta decisión busca reforzar la estabilidad del país ante posibles sanciones financieras y ofrecer una alternativa sólida a las reservas denominadas en dólares.
El fondo soberano China Investment Corporation
El China Investment Corporation (CIC), con una cartera que gestiona alrededor de 1,35 billones de dólares en activos globales, no forma
parte directa de los 3,3 billones de
dólares en reservas internacionales
de China, aunque parte de su capital inicial provino de ellas.
Cuando el gobierno chino creó el
fondo soberano en 2007, transfirió 200.000 millones de dólares
desde las reservas oficiales administradas por el Banco Popular de China para financiar sus inversiones en el extranjero. Desde entonces, el CIC ha expandido su cartera, pero esta
no se contabiliza dentro de las reservas
internacionales de China.
Las reservas
oficiales, bajo el control del Banco
Popular de China, están compuestas
principalmente por bonos del Tesoro
de Estados Unidos, euros, yenes, depósitos en divisas y oro. Su función principal
es garantizar la estabilidad del yuan,
proporcionar liquidez en caso de crisis
financiera y respaldar la política monetaria del país. En cambio, el CIC opera como un fondo soberano con el objetivo de generar rendimientos a largo plazo invirtiendo
en bolsas internacionales,
infraestructura, bienes raíces y
energía, actuando de manera más
autónoma en sus estrategias financieras.
Aunque el capital
inicial del CIC se derivó de las reservas, la
administración de sus activos es
independiente, lo que significa que sus
inversiones y rendimientos no se incluyen en el cálculo de las reservas internacionales de China. El gobierno chino ha utilizado esta estrategia para diversificar su exposición financiera global,
separando la gestión de las reservas
oficiales de la actividad de inversión a largo plazo del CIC.
Recursos dedicados a financiar proyectos de
infraestructura en la Iniciativa de la Franja y la Ruta
Otra medida clave para la reducción de los activos en dólares ha sido la asignación de una parte de las
reservas a inversiones estratégicas en el desarrollo global. A través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China ha destinado recursos a proyectos de infraestructura en Asia, África y América Latina,
fortaleciendo su cooperación al desarrollo
y reduciendo la necesidad de mantener activos estadounidenses. Con datos al
cierre de 2023, la inversión
acumulada en la Iniciativa de la Franja
y la Ruta superó la marca de 1
billón de dólares (1,016 billones), con alrededor de 596 mil millones de dólares
en contratos de construcción y 420
mil millones de dólares en
inversiones no financieras.
La financiación proviene de diversas fuentes, incluyendo el Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Banco de Exportación e Importación de China (China Exim Bank), que han otorgado miles de millones en préstamos para la construcción de carreteras, puertos, ferrocarriles y plantas de energía en países de Asia, África, América Latina y Europa. Además, el Fondo de la Ruta de la Seda, establecido en 2014 con un capital inicial de 40.000 millones de dólares, se creó específicamente para apoyar proyectos estratégicos dentro de la iniciativa.
La previsible reconfiguración de las reservas
monetarias chinas
La
reconfiguración de las reservas chinas no responde a una decisión aislada,
sino a un análisis profundo de las
condiciones económicas y políticas
internacionales. La creciente inestabilidad
en la política fiscal de Estados
Unidos, marcada por un endeudamiento
creciente y frecuentes crisis en
torno al techo de la deuda, ha incrementado la percepción de riesgo sobre
la fiabilidad de los bonos del Tesoro
estadounidense como activo seguro. A esto se suma el uso creciente del dólar como herramienta de presión geopolítica, lo que ha llevado
a China a buscar alternativas que refuercen su autonomía
económica y reduzcan su
vulnerabilidad ante posibles sanciones financieras, como las impuestas a otros países en el pasado.
La estrategia
de diversificación de reservas no solo implica una reducción
paulatina de la tenencia de deuda estadounidense, sino también un aumento de la participación de activos
en otras divisas, como el euro, el yen japonés y el franco
suizo, así como una mayor apuesta por
el oro, que se ha consolidado como un activo estratégico en el
respaldo de la estabilidad monetaria del país.
Al mismo
tiempo, la promoción del yuan como una moneda clave en el comercio internacional ha permitido reducir la necesidad de mantener grandes
cantidades de dólares en reserva.
China ha impulsado acuerdos de
intercambio de divisas (swaps) con varios países, facilitando el comercio
en yuanes y reduciendo la
dependencia del dólar en transacciones bilaterales. Asimismo, la internacionalización del yuan se ha visto respaldada por su inclusión en la cesta de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional, lo que refuerza su papel como moneda de reserva global.
Lejos de ser un abandono total
de los activos estadounidenses, este ajuste
representa un paso firme hacia un sistema financiero más equilibrado y resistente, alineado con
los intereses estratégicos del país y
con su visión de un orden
económico global más estable y multipolar. Al diversificar sus reservas y reducir gradualmente su exposición a la deuda de Estados Unidos, China busca consolidar un modelo financiero menos dependiente del dólar, favoreciendo una estructura más descentralizada en la que
el yuan juegue un papel más protagonista en el comercio
internacional y en la estabilidad monetaria global.
(Artículo
publicado originalmente en China información y economía)
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