lunes, 22 de abril de 2024

DURANTE CUARENTA AÑOS, LAS Y LOS TRABAJADORES SIN TIERRA DE BRASIL HAN LUCHADO POR CONSTRUIR HUMANIDAD.

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“Actualmente hay más de 2.400 millones de personas en el mundo que padecen inseguridad alimentaria. Cada vez estallan más hambrunas, desde Sudán hasta Palestina, a menudo relacionadas con conflictos de diversa índole. Mientras tanto, estamos en medio de la Década de la Agricultura Familiar de la ONU, que comenzó en 2019 y concluirá en 2028. La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) calcula que las y los agricultores familiares o pequeños producen un tercio de los alimentos del mundo y hasta el 80% de los alimentos del África subsahariana y Asia. Sin embargo, estos pequeños agricultores familiares no controlan la tierra que cultivan ni disponen de capital para aumentar su productividad. Como consecuencia, muchos producen alimentos para el mercado, pero no lo suficiente para alimentar a sus familias, lo que provoca una epidemia de hambre entre millones de pequeños agricultores y campesinos.




Como señala la FAO, “la mayoría de los 600 millones de explotaciones agrícolas del mundo son pequeñas. Las explotaciones de menos de una hectárea representan el 70% de todas las explotaciones, pero solo explotan el 7% de todas las tierras agrícolas”.

“Esta gran desigualdad en la propiedad de la tierra está en el centro del trabajo del MST, así como de organizaciones de todo el mundo como Mviwata en Tanzania (sobre la que publicaremos un dossier a finales de este año) y la All India Kisan Sabha en India (sobre la que escribimos en nuestro dossier de junio de 2021, La revuelta campesina en India). Es por una buena razón que la Kisan Sabha, que cuenta con 16 millones de miembros, por ejemplo, se unió al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra el apartheid de Israel en 2017 y por qué Mviwata, que representa a 300.000 campesinoscondenó el genocidio contra el pueblo palestino por parte de Israel en su reunión anual de diciembre de 2023. Estos agricultores y campesinos saben que su tarea no es solo redistribuir la tierra, sino transformar la sociedad en todo el mundo.

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Fuentes: Instituto Tricontinental de Investigación Social [Imagen: Obra de arte de Vienno. Créditos: Instituto Tricontinental]

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DURANTE CUARENTA AÑOS, LAS Y LOS TRABAJADORES SIN TIERRA DE BRASIL HAN LUCHADO POR CONSTRUIR HUMANIDAD.

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Por Vijay Prashad | 22/04/2024 | Brasil, Otro mundo es posible

 

Fuentes. Revista Rebelión lunes 22 de abril del 2024.

Luchando contra las jerarquías sociales de Brasil, el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) ha profundizado su solidaridad con Palestina. Este boletín y el último dossier repasan las tácticas y métodos organizativos del MST a 40 años de su fundación.


Queridos amigos y amigas,

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

Las y los trabajadores sin tierra brasileños que viven en asentamientos y campamentos del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), reunieron unas 13 toneladas de alimentos para enviar al pueblo palestino de Gaza entre octubre y diciembre de 2023. Cooperativas del MST de todo el país participaron en la campaña solidaria, que incluyó leche de la Cooperoeste de Santa Catarina, arroz de la Cooperativa Terra Livre, de la Cooperativa de Trabajadores Asentados de la Región de Porto Alegre (Cootap) y de Cooperav, de Rio Grande do Sul; y harina de maíz de Terra Conquistada, de Ceará. La ayuda se envió al Sindicato de Trabajadores Agrícolas Palestinos a través de la Fuerza Aérea Brasileña.

“El pueblo palestino, como todos los pueblos que luchan por su soberanía, necesita las acciones solidarias de otros pueblos”, señaló Jane Cabral, de la dirección nacional del MST. De hecho, el mundo debe seguir el ejemplo de las y los trabajadores sin tierra de Brasil.

La recolección de alimentos ha sido solo uno de los aspectos de la acción solidaria del MST con el pueblo palestino. El otro elemento, igualmente importante, ha consistido en crear un consenso en Brasil sobre el genocidio de Israel en Gaza. En las últimas décadas, el protestantismo de derecha de América Latina ha promovido una agenda política proisraelí en Brasil y otros lugares. Este movimiento defiende a Israel con la esperanza de que destruya la mezquita de al-Aqsa en Jerusalén y construya el Tercer Templo”. Según este ideario, tal templo abrirá la puerta al regreso de Cristo, y todas las personas no cristianas, incluidos los judíos, serán condenadas eternamente. Pastores evangélicos de América Latina —muchos de ellos financiados por grupos cristianos sionistas con sede en Estados Unidos, como Christians United for Israel [Cristianos Unidos por Israel]— han difundido esta visión profundamente odiosa y antihumana. Esta es una importante razón por la que los líderes de derecha de la región, incluidos el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y el actual presidente argentino Javier Milei, son defensores acérrimos de Israel y del proyecto sionista. Así, la campaña masiva del MST para recaudar alimentos para Gaza fue también una campaña para oponerse al crecimiento del sionismo cristiano en Brasil, defender los derechos del pueblo palestino y profundizar la educación y los lazos con la lucha palestina entre sus bases.

 

 

                               Obra de arte: Judy Duarte.

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El MST, con sus casi dos millones de miembros, es el mayor movimiento sociopolítico de América Latina y uno de los mayores movimientos campesinos del mundo. Desde que nació hace 40 años, en 1984, el MST no ha dejado de crecer gracias a su enfoque único para construir y mantener su base entre las y los trabajadores sin tierra. Nuestro último dossier, La organización política del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, examina la orientación teórica que ha permitido al MST construir esta notable organización sobre el terreno de las miserables jerarquías sociales de Brasil, arraigadas en el legado del colonialismo portugués, el genocidio, la esclavitud y las dictaduras militares respaldadas por Estados Unidos. El arte del dossier, que también aparece en este boletín, se creó para la convocatoria de arte “Cuarenta años del MST”, organizada por el MST, el Instituto Tricontinental, ALBA Movimientos y la Asamblea Internacional de los Pueblos. El segundo boletín mensual del departamento de arte del Instituto Tricontinental se centrará en esa exposición. Pueden suscribirse aquí.



El MST tiene tres objetivos: luchar por la tierra, luchar por la reforma agraria y transformar la sociedad. Con base en la Constitución brasileña de 1988, el MST organiza a las y los trabajadores sin tierra para apropiarse de tierras improductivas y construir campamentos (acampamentos) y asentamientos (assentamentos). En la actualidad, casi medio millón de familias viven en asentamientos y han obtenido la tenencia legal de la tierra, en la que han construido 1.900 asociaciones campesinas, 185 cooperativas y 120 instalaciones agroindustriales de propiedad del MST, mientras que otras 65.000 familias viven en campamentos y luchan por el reconocimiento legal de las tierras. Son estas instituciones las que producen las mercancías enviadas a Palestina. A pesar de la desigual relación de fuerzas en Brasil, donde la clase capitalista impone su dominio sobre la economía y el campo a través de la dominación del Estado, el MST ha sido capaz de construir su fuerza a lo largo de los años y actualmente opera en 24 de los 26 estados del país. Esta fuerza es producto del extenso y fuerte trabajo de bases del MST y de sus métodos organizativos. Como explica el dossier, un aspecto crucial de la teoría organizativa del MST es la idea de que las y los asentados —quienes habitan en los asentamientos de la reforma agraria— deben estar siempre “en movimiento”. Hay siete principios organizativos que permiten al MST impulsar este movimiento: su autonomía respecto a partidos políticos, iglesias, gobiernos y otras instituciones, para lo que es esencial la unidad organizativa; la formación de las y sus integrantes tanto para participar en la construcción de la organización como para ser disciplinados respecto a las decisiones de la dirección colectiva; la importancia del estudio; y la necesidad del internacionalismo.

El MST no lucha solo por la tierra, sino también por la reforma agraria y la transformación de la sociedad. En otras palabras, pretende cambiar la naturaleza misma del capitalismo agrario y construir un modelo de agroecología que desarrolle una forma de agricultura equilibrada y sustentable, que aproveche la naturaleza en lugar de degradarla y produzca alimentos sanos para la sociedad en general.

 

Obra de arte: Duda Oliva.

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Actualmente hay más de 2.400 millones de personas en el mundo que padecen inseguridad alimentaria. Cada vez estallan más hambrunas, desde Sudán hasta Palestina, a menudo relacionadas con conflictos de diversa índole. Mientras tanto, estamos en medio de la Década de la Agricultura Familiar de la ONU, que comenzó en 2019 y concluirá en 2028. La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) calcula que las y los agricultores familiares o pequeños producen un tercio de los alimentos del mundo y hasta el 80% de los alimentos del África subsahariana y Asia. Sin embargo, estos pequeños agricultores familiares no controlan la tierra que cultivan ni disponen de capital para aumentar su productividad. Como consecuencia, muchos producen alimentos para el mercado, pero no lo suficiente para alimentar a sus familias, lo que provoca una epidemia de hambre entre millones de pequeños agricultores y campesinos.

Como señala la FAO,

“la mayoría de los 600 millones de explotaciones agrícolas del mundo son pequeñas. Las explotaciones de menos de una hectárea representan el 70% de todas las explotaciones, pero solo explotan el 7% de todas las tierras agrícolas”.

Esta gran desigualdad en la propiedad de la tierra está en el centro del trabajo del MST, así como de organizaciones de todo el mundo como Mviwata en Tanzania (sobre la que publicaremos un dossier a finales de este año) y la All India Kisan Sabha en India (sobre la que escribimos en nuestro dossier de junio de 2021, La revuelta campesina en India). Es por una buena razón que la Kisan Sabha, que cuenta con 16 millones de miembros, por ejemplo, se unió al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra el apartheid de Israel en 2017 y por qué Mviwata, que representa a 300.000 campesinoscondenó el genocidio contra el pueblo palestino por parte de Israel en su reunión anual de diciembre de 2023. Estos agricultores y campesinos saben que su tarea no es solo redistribuir la tierra, sino transformar la sociedad en todo el mundo.

 

                                          

Obra de arte: Natália Gregorini.

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En 1968, Thiago de Mello (1926-2022), nacido en la Amazonía brasileña, fue enviado al exilio por sus críticas a la dictadura militar. Se fue a Chile, donde entabló amistad con Pablo Neruda. Al poco tiempo, de Mello se vio de nuevo obligado a huir de una dictadura militar, expulsado de Chile a causa del golpe de 1973 contra el proyecto socialista liderado por el entonces presidente Salvador Allende. De Mello viajó primero a Argentina y luego a Europa. Fue durante esta huida, en 1975, cuando escribió su clásico poema Para os que virão [Para los que vendrán], cuyos últimos versos hablan del dolor que deben superar las personas que vienen a luchar por la transformación social:

No importa que duela: es hora
de avanzar de la mano
con los que siguen el mismo camino
aunque falte mucho
para aprender a conjugar
el verbo amar.

Es hora, sobre todo,
de dejar de ser solamente
la vanguardia solitaria
de nosotros mismos.
Se trata de ir al encuentro.
(En el pecho, arde con fuerza la límpida verdad
de nuestros errores)
Se trata de abrir camino.

Los que vendrán serán pueblo,
y sabrán serlo luchando.

¡Felices 40 años al MST! No olviden leer nuestro dossier, recomendado por uno de los fundadores del movimiento, João Pedro Stedile.

 

Traducción del tuit: “Recomiendo el último dossier del Instituto Tricontinental de Investigación Social sobre la experiencia de organización del MST, publicado durante la Semana Internacional de Lucha Campesina”.

Cordialmente, Vijay.

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domingo, 21 de abril de 2024

PERÚ. CONGRESO SEXISTA AL ATAQUE. por Marisa Glave.

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“Sin cuidados.  La misma coalición parlamentaria que celebra la eliminación del lenguaje inclusivo festejó el archivamiento de los proyectos de ley que buscaban crear un Sistema Nacional de Cuidados en el Perú. Porque en el Parlamento solo se celebra el retroceso y el estancamiento. Para ponerlo en simple, las personas en situación de vulnerabilidad, sea por edad –niñez o vejez–, por discapacidad o por enfermedad, requieren de cuidados. No pueden valerse por sí mismas y por tanto alguien en la familia debe hacerse cargo. Ese alguien, por lo general, es la mujer. “Este trabajo, en la mayoría de casos, no es remunerado, pero es un trabajo, supone dedicación de tiempo, energía y corazón. Esta dedicación aleja a las mujeres de algunas opciones laborales o de mejoras en su formación profesional o técnica. Conforme pasan los años, la situación se agrava porque la brecha de género, entre quienes se dedican a los cuidados y quienes no, aumenta.

“Lo que buscaba el sistema era asegurar que el Estado brinde servicios de cuidado para liberar el tiempo de las personas, normalmente mujeres, cuidadoras. Pero junto a esto permitir que mujeres dedicadas voluntariamente al cuidado, que prefieren hacerse cargo de las personas vulnerables de su familia, tengan algún tipo protección, por ejemplo, tengan asegurada la salud y su propia vejez. ¿No es acaso sensato que una madre de familia que decide dedicarse a la crianza de sus hijas e hijos tenga seguro? Pues esta pregunta no se puede siquiera plantear en este parlamento. Hacerlo, según este grupo de congresistas, es interferir en la vida privada de las familias. Este argumento es exactamente el mismo que hace décadas se usaba para no sancionar la violencia intrafamiliar. Si el marido le pegaba a la mujer no había que meterse, el Estado no podía intervenir, era algo privado en la familia.

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PERÚ. CONGRESO SEXISTA AL ATAQUE.

por Marisa Glave.

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“Esta medida de lenguaje inclusivo creada para homogeneizar la situación de mujeres y hombres, para que nosotras nos sintamos nombradas e incluidas, ha sido eliminada en la práctica”.

Por Marisa Glave.

Fuente. La República sábado 20 de abril del 2024.

 

Una vez más, el Parlamento celebra el retroceso en la lucha por la igualdad de género. Con una carga sexista grosera, aprobaron la modificación de la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. Específicamente incorporar dos frases en el numeral 3 del artículo 4 de la Ley que se refiere al uso del lenguaje inclusivo.  

Quienes promovieron este cambio, que celebraron en sus redes sociales diciendo “el lenguaje inclusivo no va más”, en realidad no se han atrevido a derogar expresamente su uso. Han preferido una leguleyada para no parecer tan retrógradas. Pero en su intento quedan aún peor, sin coraje para asumir sus decisiones y dejándonos un texto críptico.

Mantienen la obligación explícita del Estado de incorporar en todas sus comunicaciones el lenguaje inclusivo, pero añaden inmediatamente que su uso no implica el desdoblamiento del lenguaje para mencionar por separado el género masculino del femenino. Si no han soltado una carcajada vuelvan a leer la frase. Tendremos un lenguaje inclusivo oficial que no incluye expresamente a las mujeres.

La justificación es ya un clásico del debate machista globalSe plantea que hay términos genéricos que pueden ser usados, lo que es una media verdad, pues en una disposición complementaria señalan que cuando el Estado se refiere a las personas siempre es inclusivo y por tanto no es necesaria la distinción. Veamos con calma la operación engañosa.

Si yo digo que la niñez tiene derechos, estoy incluyendo a las y los niños. Sí. Pero si digo los niños tienen derecho a la educación, estoy usando el término masculino para incluir en el universo también a las niñas. Este es un problema histórico en la socialización de las niñas.


Desde muy pequeñas, las mujeres tenemos que intuir cuándo estamos incluidas y cuando no. Si en el aula nos dicen “niños es hora de salir al recreo”, entonces sabemos que estamos incluidas. Pero si dicen “el baño de los niños está en el otro pabellón” asumimos que no se refieren a nosotras, porque tradicionalmente tenemos baños diferenciados. Aprendemos entonces que la palabra niños nos incluye algunas veces y en otras no.

Pero hay otras frases que pueden ser más difíciles, por ejemplo “los niños del equipo de futbol mañana deben estar una hora más temprano”. Esta vez ¿estamos incluidas las niñas? ¿debemos preguntar si se refieren al equipo solo de niños o si también al equipo de niñas? Cada vez más mujeres juegan también al fútbol, pero en el lenguaje cotidiano suele referirse a los hombres más que a las mujeres.

Peor aún, qué pasa si la comunicación dice “los niños del equipo de natación deben traer mañana ropa de baño”. Practicamos natación ambos sexos, pero las competencias son separadas y por tanto no estamos en el mismo equipo. Si soy una niña y leo esta comunicación ¿qué debo asumir? ¿Qué mi equipo de mujeres también está siendo convocado o esta vez es solo el equipo de hombres? No lo sabré a ciencia cierta salvo que pregunte.


El problema lo tenemos nosotras, no ellos. Los niños, desde pequeños, siempre saben cuándo se les menciona y cuándo no. Crecen acompañados con un lenguaje que les da certeza mientras nuestras niñas crecen en incertidumbre.

Si esta diferenciación no generara problemas, entonces podríamos considerar que el femenino es inclusivo y convencionalmente usar el genérico todas como universal en lugar de todos. Pero esto es algo que simplemente no puede ni plantearse en el Perú. Si una maestra en el aula dice “todas las niñas al recreo” los niños no saldrán, si les dice que están incluidos en la frase tendrá una fila de padres de familia diciéndole que está confundiendo a su hijo, que el niño tendrá luego problemas para identificar su género.

Esta medida de lenguaje inclusivo creada para homogeneizar la situación de mujeres y hombres, para que nosotras nos sintamos nombradas e incluidas, ha sido eliminada en la práctica. Pero esta no es la única medida contraria a la igualdad que este Congreso aprueba estas semanas.

Sin cuidados

La misma coalición parlamentaria que celebra la eliminación del lenguaje inclusivo festejó el archivamiento de los proyectos de ley que buscaban crear un Sistema Nacional de Cuidados en el Perú. Porque en el Parlamento solo se celebra el retroceso y el estancamiento.

Para ponerlo en simple, las personas en situación de vulnerabilidad, sea por edad –niñez o vejez–, por discapacidad o por enfermedad, requieren de cuidados. No pueden valerse por sí mismas y por tanto alguien en la familia debe hacerse cargo. Ese alguien, por lo general, es la mujer.



Este trabajo, en la mayoría de casos, no es remunerado, pero es un trabajo, supone dedicación de tiempo, energía y corazón. Esta dedicación aleja a las mujeres de algunas opciones laborales o de mejoras en su formación profesional o técnica. Conforme pasan los años, la situación se agrava porque la brecha de género, entre quienes se dedican a los cuidados y quienes no, aumenta.

Lo que buscaba el sistema era asegurar que el Estado brinde servicios de cuidado para liberar el tiempo de las personas, normalmente mujeres, cuidadoras. Pero junto a esto permitir que mujeres dedicadas voluntariamente al cuidado, que prefieren hacerse cargo de las personas vulnerables de su familia, tengan algún tipo protección, por ejemplo, tengan asegurada la salud y su propia vejez.

¿No es acaso sensato que una madre de familia que decide dedicarse a la crianza de sus hijas e hijos tenga seguro? Pues esta pregunta no se puede siquiera plantear en este parlamento. Hacerlo, según este grupo de congresistas, es interferir en la vida privada de las familias.



Este argumento es exactamente el mismo que hace décadas se usaba para no sancionar la violencia intrafamiliar. Si el marido le pegaba a la mujer no había que meterse, el Estado no podía intervenir, era algo privado en la familia.

Hace ya mucho tiempo ha quedado claro que las injusticias, no importa dónde se produzcan, son materia pública y por tanto requieren mínimos de regulación.

Ojalá entendamos que no tiene nada de malo cuidar a quien te cuida.

Este Parlamento tiene en sus manos también normar el proceso de elección del nuevo Senado. Visto su actuar, hay una alta probabilidad de que pretendan negar el avance en participación política de las mujeres, negando la importancia de garantizar un Senado en el que las mujeres tengan igual participación que los hombres, sobre todo tratándose de un Senado que concentrará mucho poder y por tanto las mujeres no deberíamos estar excluidas. Estemos alertas, pues habrá que defender los derechos de paridad y alternancia ya adquiridos en la legislación.

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sábado, 20 de abril de 2024

ARGENTINA. ME GUSTAN LES ESTUDIANTES.

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“Hace un rato hablábamos del adoctrinamiento como caballo de batalla del que se agarra el oficialismo para explicar las deficiencias de la educación pública. En ese sentido ¿Qué rol creen que tienen les docentes y que sentidos producen dentro de las aulas?

“TFM: Es clave el rol que están teniendo los docentes que es poder conversar sobre el discurso del adoctrinamiento. Porque el Gobierno quiere instalar que la Universidad pública es un centro de adoctrinamiento y por lo tanto hay que cerrarlo y priorizar las universidades privadas. Lo que se está tratando de instalar es que hay un docente frente a la clase que le habla a gente hueca que escucha lo que dice el docente y acata. Y eso está muy lejos de ser la universidad pública que es justamente la libertad de cátedra y el debate de ideas

“AM: Que un docente se pare en el aula y diga que tenemos una reducción del presupuesto en un 72% en comparación al año anterior no es adoctrinamiento sino es hablar con los números que existen y que son públicos. Ni siquiera es que no quieren que se hable de política, no quieren que se hable de lo que ellos están haciendo como gobierno. Creo que no hay un solo docente que esté parado frente a un aula tratando de conversar sobre esto y que espere gente que esté de acuerdo, porque el desacuerdo es una oportunidad para hablar y discutir y eso es lo que pasa en la Universidad.

“La pandemia generó un quiebre evidente en las dinámicas universitarias, hubo quienes empezaron sus carreras de manera virtual sin conocer lo que podía suceder en un aula. Cuatro años más tarde hay herramientas como la virtualidad que llegaron para quedarse y también para poner en la mesa el debate sobre la modernización. ¿Qué lectura tienen en relación a la pandemia, los resabios del distanciamiento con le otrx y la practicidad de, por ejemplo, tener una clase virtual?

“YL: Acá en Sociales discutimos mucho el cambio del estudiante post pandemia, cambió la forma de relación con el otro, el sentido de pertenencia al espacio físico de la facultad. Se perdieron los lazos de la comunidad, se incrementó el no animarse a participar de una clase, por ejemplo.

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El martes 23 de abril está convocada una movilización en defensa de la educación pública a la que también convocaron las centrales obreras. Imagen: EFE

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ARGENTINA. ME GUSTAN LES ESTUDIANTES.

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Con el horizonte en la marcha educativa federal del próximo martes, el debate hacia dentro de la Universidad de Buenos Aires tiene el foco puesto en defender la educación pública. Sin dejar de lado los debates y las transformaciones que, aún dentro de una de las universidades más prestigiosas de América Latina, todavía están pendientes. Tres estudiantes avanzadas de diferentes procedencias políticas se juntan a conversar sobre por qué el orgullo por la educación pública, cómo se construye el lazo social en torno a la educación y lo que significa ser primera camada de profesionales después de generaciones que no pudieron acceder a la universidad.

Por Euge Murillo. Periodista.

 

Fuente. Página /12 sábado 20 de abril del 2024.

 

“Tu foto en la universidad pública” fue una consigna que circuló esta semana en redes sociales como la antesala virtual de la movilización del próximo 23 de abril. Una convocatoria federal que excede los límites de la comunidad educativa y parece expandirse a partir de una advertencia muy concreta: las 73 universidades del país podrían cerrar sus puertas. 

Lo llamativo de las fotos era la variedad de escenas que protagonizaban los posteos: libretas pasadas por agua, juras, un cuadernillo en la fotocopiadora, la atención frente a una profe, la pintada de carteles en una baldosa, la parada del colectivo, lxs desaparecidxs en un mural, un ascensor, la asamblea en las escalinatas, un tubo de ensayo o el enchastre de una recibida. Escenas que componen el registro de una comunidad latente, de un espacio abierto, permeable y productor no solo de oportunidades sino de un compromiso histórico con la formación de profesionales que tienen una incidencia concreta en la transformación de la vida.

A partir del descarnado recorte del gobierno nacional del presupuesto universitariose abren preguntas en relación a la universidad pública y a la posibilidad catastrófica de que deje de existir. ¿Estamos en las vísperas de un levantamiento estudiantil? ¿Cuáles son los mitos que levitan en los imaginarios de la universidad pública? ¿Por qué se utiliza el relato del adoctrinamiento como excusa para justificar el desfinanciamiento? ¿La universidad pública modifica las vidas de quienes pasan por ella?



“Para mí lo más lindo que tiene la Universidad de Buenos Aires es su comunidad, una que permite a un montón de personas salir adelante” dice Tatiana Fernández Martí, estudiante de Historia y Abogacía en la Facultad de Filosofía y Letras, Consejera Directiva por la minoría estudiantil y militante del Partido Obrero: “Alguien que viene de un lugar muy humilde puede estar en una de las Universidades más prestigiosas de Latinoamérica y mejorar su vidaEsto no quiere decir que es la mejor Universidad que podemos tener. Nuestra vocación y voluntad de transformar la Universidad parte del amor que le tenemos y la mirada crítica es justamente para mejorarla. Sin embargo, en esta situación de fuerte recorte, lo que tenemos que hacer es defenderla” dice para empezar una conversación de a tres. Del otro lado está Abril Marcolongo, se recibió hace dos semanas de la Carrera de Ciencias Biológicas y es Presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Exactas de la UBA. Milita en Identidad que es un espacio que pertenece al frente universitario de La Cámpora.

“No sorprende encontrar estudiantes que voten a Milei en un contexto en el que la Universidad nos forma de manera muy individualista y poco colectiva. Me parece que todo eso cierra en sí mismo con el lugar hacia el que va tendiendo la política en este país. Y nosotros como juventud y como organizaciones políticas tenemos el rol de disputar ese sentido” dice Abril con una posición bien clara en relación a dar un debate, en donde se pueda tener una mirada crítica sobre la Universidad que no vaya en contra de defenderla con uñas y dientes, sino todo lo contrario.

Yanina Lobo se suma a la conversación, tiene 26 y se acaba de recibir en la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Sociales. Milita en la organización La Mella del Frente Patria Grande desde 2019 y actualmente es Consejera Directiva:

Yo soy primera generación en mi familia de personas que pudieron acceder a la UniversidadY eso da mucho orgullo, pero coincido con las chicas en que lo que tenemos ahora hay que defenderlo, pero sin conformamos con eso. Acá hay militancias de diferente tinte político, pero sabemos por qué creemos que las cosas deberían mejorar y que hay gente joven como nosotras que no puede acceder a la universidad. Si permitimos que este recorte avance vamos a ver una Universidad en donde solo puedan acceder los ricos dice.



Durante la campaña de Javier Milei en 2023 estuvo muy presente la discusión en relación a la posibilidad de que la Universidad pública dejará de existir. Aparecían relatos en los que votantes del líder libertario aseguraban que “no iba a llegar a tanto”. Algo en el imaginario hacía imposible a una generación pensar que eso podía ser real.

Por un lado sus votantes aseguraban el “no lo va a hacer”, por el otro, Milei inauguró su mandato con una recorte muy duro al presupuesto universitario:  las Universidades Nacionales que tiene cerca de 350.00 estudiantes en todo el país tendría una prórroga del presupuesto 2023, votado a finales de 2022 y con una inflación interanual del 287 %.

Los números dicen que ese presupuesto alcanza para que la Universidades nacionales funcionen hasta finales del primer cuatrimestre. ¿Qué tipo de resonancias tiene eso en la comunidad estudiantil?

--Tatiana Fernández MartíLas primeras semanas en filo había un clima de disociación. La gente no terminaba de asimilar que de verdad la Universidad Pública estaba en peligro y que era una realidad que solo pudiéramos tener clase hasta el final del primer cuatrimestre. Las organizaciones estudiantiles empezamos a alertar sobre esta cuestión y la gente empezó a tomar conciencia. Es interesante porque al principio las pasadas por los cursos no terminaban de interpelar y luego comenzó a suceder que sí. La pregunta clave fue ¿Qué significa que no haya presupuesto para la Universidad? ¿Qué es que no haya recursos para poder terminar el cuatrimestre? ¿Qué quiere decir que la UBA va a cerrar?

--Abril MarcolongoEn Exactas tenemos un crecimiento muy grande de carreras como Computación y Ciencia de Datos. Nos encontramos con votantes de Milei que en su momento decían que si se metía con la Universidad Pública iban a salir a defenderla. Y efectivamente se están planteando esa situación diciendo “no queríamos que pasara esto y vamos a salir a defender a la universidad pública”. Me parece que el nivel de movilización está creciendo semana a semana



Abril Marcolongo se acaba de recibir de la Carrera de Biología. 

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La previa a una marcha que promete ser histórica se viene cociendo con las clases públicas que se realizan en facultades de todo el país. También hay sentadas, abrazos y movilizaciones. La convocatoria del 23 de abril es una contraofensiva hacia un gobierno que pone en la mira los espacios constructores de pensamiento insistiendo con que se trata de adoctrinamiento.

TFM: En Filosofía y Letras hubo 5000 estudiantes en la calle durante las clases públicas, era imposible no ver esa situación.   Fue una implosión que desde mi punto de vista generó un alto grado de conciencia. Y creo que hay una transición muy concreta del debate a la acción: estamos en la antesala del despertar del movimiento estudiantil.

Yanina Lobo: En Sociales pasó algo parecido. A principio de año parecía que solo estábamos en tema las personas que militamos, pero con el correr de los días y las asambleas se puso el tema de la universidad en la agenda pública. Ahora está todo mucho más movilizado y se espera que para el martes las columnas de las facultades sean muy grandes. Y que tal vez gente que no milita orgánicamente siente que tiene que salir a defenderla.



Yanina Lobo, estudiante de la carrera de Trabajo Social.

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En la facultad de exactas diseñaron un contador que marca los días, horas, minutos y segundos que le quedan a la Facultad. Distintas maneras de hacer visible un conflicto que puede tener consecuencias catastróficas. Sin embargo, en la conversación aparece un punto clave en el debate, el conflicto que hay en este momento con la Universidad pública es parte de un programa de gobierno que le va dando de baja a espacios y políticas que construyen con fallas y aciertos el motor de una vida en común

AM: Nuestro único problema en este momento no es el presupuesto universitario, también tenemos problemas con que no podemos pagar el boleto para venir a cursar o no tenemos plata para comer en la universidad. Entonces este es un gran despertar porque tiene a parte del estudiantado alerta.  Con la población en general está sucediendo algo similar después de muchos años de inmovilización. Sin duda es la Universidad un punto estratégico que el gobierno de Milei quiere atacar, como lo hace con la cultura porque son espacios formadores de opinión. Pero sabemos que no es solo eso.

Cuando se habla de militantes en la facultad rápidamente el imaginario que aparece es el de personas que no terminan la carrera, que se quedan años y años pululando por los pasillos ¿Es algo que sigue vigente o es un mito de otra época?

AM: En particular en mi facultad no está tan fuerte ese fantasma del militante que suele estar años y años. En general lo que pasa es que estudiamos, nos recibimos y en todo caso seguimos haciendo política en el claustro de graduados. Y en esta Facultad en particular, hay una buena aceptación de los espacios políticos. Están de alguna manera esperando que los gremios, y en este caso, los centros de estudiantes encabecen este tipo de luchas.

YL: Yo creo que eso del militante/estudiante eterno fue cambiando con las nuevas generaciones. Por ahí es porque trabajamos, militamos y estudiamos. Hay algo de reconocerse como estudiante y trabajador o trabajadora que tiene una incidencia en que ese mito no esté tan vigente.

TFM: Creo que hay un clima de necesidad de organización y que eso lleva a que ya no haya una separación entre estudiantes militantes o independientes porque finalmente somos todos estudiantes que estamos atravesados por el peligro de que nos cierre la universidad. Y frente a ese miedo que puede ser que en un primer momento te paralice, luego viene la comprensión y después la acción. Nos estamos preparando también para que el movimiento estudiantil tenga un escenario en la batalla política contra Milei



 Tatiana Fernández Martí, estudiante de Historia en la UBA y Consejera Estudiantil.

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Hace un rato hablábamos del adoctrinamiento como caballo de batalla del que se agarra el oficialismo para explicar las deficiencias de la educación pública. En ese sentido ¿Qué rol creen que tienen les docentes y que sentidos producen dentro de las aulas?

TFM: Es clave el rol que están teniendo los docentes que es poder conversar sobre el discurso del adoctrinamiento. Porque el Gobierno quiere instalar que la Universidad pública es un centro de adoctrinamiento y por lo tanto hay que cerrarlo y priorizar las universidades privadas. Lo que se está tratando de instalar es que hay un docente frente a la clase que le habla a gente hueca que escucha lo que dice el docente y acata. Y eso está muy lejos de ser la universidad pública que es justamente la libertad de cátedra y el debate de ideas

AM: Que un docente se pare en el aula y diga que tenemos una reducción del presupuesto en un 72% en comparación al año anterior no es adoctrinamiento sino es hablar con los números que existen y que son públicos. Ni siquiera es que no quieren que se hable de política, no quieren que se hable de lo que ellos están haciendo como gobierno. Creo que no hay un solo docente que esté parado frente a un aula tratando de conversar sobre esto y que espere gente que esté de acuerdo, porque el desacuerdo es una oportunidad para hablar y discutir y eso es lo que pasa en la Universidad.

La pandemia generó un quiebre evidente en las dinámicas universitarias, hubo quienes empezaron sus carreras de manera virtual sin conocer lo que podía suceder en un aula. Cuatro años más tarde hay herramientas como la virtualidad que llegaron para quedarse y también para poner en la mesa el debate sobre la modernización. ¿Qué lectura tienen en relación a la pandemia, los resabios del distanciamiento con le otrx y la practicidad de, por ejemplo, tener una clase virtual?

YL: Acá en Sociales discutimos mucho el cambio del estudiante post pandemia, cambió la forma de relación con el otro, el sentido de pertenencia al espacio físico de la facultad. Se perdieron los lazos de la comunidad, se incrementó el no animarse a participar de una clase, por ejemplo.

AM: En Exactas podemos cursar hasta 30 horas por semana y eso es pasar mucho tiempo en la facultad. En general, los estudiantes habíamos encontrado una manera de disfrutar y pasar el tiempo en la facultad con una gran parte de nuestra vida contenida allí y haciendo comunidad. Después de la pandemia eso cambió, veíamos que los estudiantes si podían no venir, mejor. O sea preferían ver una teórica grabada. Desde el punto de vista de la salud mental, es súper necesario poder estar acompañado en un trayecto académico. Si vos no tenés un intercambio con un par y te va mal en una materia te quedas pensando -en carreras que son tan exigentes como las nuestras- que el problema sos vos y no te das cuenta que por ahí desaprobó el 60% del curso y eso te lleva a terminar dejando la carrera. Desde el Centro de Estudiantes trabajamos mucho en el sentido de reforzar esa comunidad organizando torneos o juegos que te permitan estar en la facultad y ser parte.

“Los estudiantes también votamos a Milei, en la UBA también queremos libertad” fue una frase escrita en un pizarrón que se viralizó en redes. ¿Qué pensamientos les dispara?

TFM: Libertad es la libertad de cátedra, poder garantizar que la gente tenga la oportunidad de poder formarse en el sistema universitario. La universidad te abre la mente y no hay otra cosa que simbolice más la libertad que eso.

AM: La libertad es poder estudiar, no hay nada más libre que poder decidir que estudiar. Y en un contexto en el que nos quieren decir que las investigaciones que hacemos son inútiles bueno la libertad de poder investigar

 YL: Quien haya pasado por una clase de cualquier universidad sabe que libertad es poder elegir qué materia cursar y qué cátedra elegir. Y eso en la universidad pública es así. 

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