jueves, 11 de noviembre de 2010

INGLATERRA. TOMAN LONDRES. Una protesta estudiantil-universitaria sorprendió a Londrés.

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La ofensiva neoliberal, está terminando
con lo último que aún quedaba del modelo del “Estado Keynesiano” o del “Estado de Bienestar” en Europa, la educación universitaria gratuita y de calidad como Política de Estado. Qué lejos quedaron los famosos “30 años de oro del capitalismo”. Mañana, o al final de “la jornada” esta burguesía monopólica transnacional en su desesperación, arrogancia de clase, impotencia e incapacidad política, sin duda alguna atacará en forma despiadada y violenta contra la comunidad migrante. La xenofobia estará a la orden del día y todo con la complacencia del gobierno conservador o tories. Y al otro lado de la “vereda” aparece después de un buen tiempo de estar en “sus cuarteles de invierno”, el ex Primer Ministro Inglés Tony Blair, del partido Laborista, proponiendo la “tercera vía” como el camino “seguro” hacia la solución de la triple crisis mundial, que hoy está “matando” al modelo del capitalismo financiero especulativo o el capitalismo salvaje. La fantasía, la mentira, la manipulación y el engaño los está sepultando en su propia miseria y corrupción generalizada.
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Inglaterra.


TOMAN LONDRES. Una protesta estudiantil sorprendió a Londrés.

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Miles de estudiantes universitarios protestan contra el alza de los derechos universitarios.

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Jueves 11 de noviembre del 2010.



Actualmente las matrículas están limitadas a 3.290 libras (5.300 dólares, 3.850 euros) anuales por alumno, el gobierno anunció su intención de aumentarlas a 6.000 libras (9.650 dólares, 7.000 euros) e incluso 9.000 libras “en circunstancias excepcionales”.

El anuncio que el costo de las matrículas universitarias sería elevado, hasta en un 300%, provocó ayer que cientos de manifestantes ingresaran por la fuerza a la sede del gobernante Partido Conservador, en Londres. Las protestas callejeras contra esta iniciativa concitaron la movilización de miles de personas en rechazo a la futura alza.

Los jóvenes rompieron ventanales en la planta baja y se introdujeron en el vestíbulo del edificio 30 Millibank, que alberga el cuartel general de la formación liderada por el primer ministro David Cameron a orillas del Támesis, en el barrio de Westminster.

La guardia que custodiaba el edificio trató de contener el avance de los manifestantes, pero se vio doblegada por el numeroso grupo que causó destrozos en el interior y otros llegaron incluso a la terraza, desde donde lanzaron objetos a la calle. Los manifestantes también prendieron fuego en el edificio.

Los reportes oficiales de la revuelta indicaron que al menos ocho personas resultaron heridas tras la trifulca, entre ellos tres policías de la Scotland Yard, según confirmaron fuentes oficiales.

El presidente de la Unión Nacional de Estudiantes (NUS) que convocó la movilización, Aaron Porter, dijo “condenar totalmente la violencia”, pero a la vez se mostró “orgulloso de la participación pacífica de 50.000 estudiantes”. Esta cifra fue contrastada por la policía que habló de sólo 20 mil manifestantes.

Miles de estudiantes que participaron de la manifestación coincidieron al señalar que para ellos es imposible pagar las nueve mil libras que piden como matrícula, en vista que las oportunidades de trabajo se han reducido por la crisis financiera.

La dirigente del sindicato de profesores, Sally Hunt, criticó también el proyecto conservador, al señalar que «no hay nada justo ni progresista en disparar el coste de una licenciatura y recortar de paso las becas, pues para muchos será determinante de si pueden o no proseguir estudios superiores».

Clegg, ‘ahorcado’. La tensión llegó a tal extremo, que alumnos de la Goldsmiths University of London ahorcaron simbólicamente la efigie del líder liberaldemócrata y viceprimer ministro, Nick Clegg, por apoyar la propuesta de sus aliados conservadores, cuando muchos de los votos logrados fueron por su oposición a esta medida. Con la subida de las matrículas se intenta compensar el recorte de las subvenciones a los centros superiores por el Ejecutivo, una de las medidas destinadas a reducir el déficit. Según el sindicato de profesores, el costo de los estudios universitarios se ha más que triplicado ya desde 1988, pese a lo cual ha empeorado el ratio entre estudiantes y profesores: hace 22 años era de unos 13 por maestro, mientras que ahora es de 16.


Una multitud invadió la sede del Partido Conservador en protesta por la triplicación del precio de las matrículas.


Una protesta estudiantil sorprendió a Londres.


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Andy McSmith, Richard Garner, Oliver Wright y Rebecca Gonsalvez

Página 12/ The Independent


Más de 50.000 mil estudiantes universitarios paralizaron Westminster con una marcha pacífica frente al Parlamento para protestar contra la propuesta de aumentar las matrículas universitarias hasta 9000 libras esterlinas (14.500 dólares) al año.

Los estudiantes que manifestaron ayer provocaron violencia en las calles de Londres a una escala que no se veía desde los disturbios por los aumentos de impuestos de hace 20 años. La ferocidad de las manifestaciones terminaron con las grandes esperanzas de una nueva era de consenso político, prometida por David Cameron cuando asumió, hace exactamente seis meses. Se cree que ésta será la primera de muchas furiosas manifestaciones a medida que se sienta el recorte del gobierno. Más de 50.000 personas paralizaron Westminster con una marcha pacífica frente al Parlamento para protestar contra la propuesta de aumentar las matrículas universitarias hasta 9000 libras esterlinas (14.500 dólares) al año.

Pero la manifestación se tornó violenta cuando una multitud invadió la sede del Partido Conservador en Millbank, aplaudida por cientos más que estaban afuera. El aterrorizado personal se encerró en sus oficinas mientras los manifestantes deambulaban por el edificio. Aquéllos, atrapados adentro, incluían a la baronesa Warsi –la presidenta del partido–, que se mantuvo en contacto telefónico con la policía que estaba afuera. Mientras se tiraban muebles por las ventanas, el interior era destrozado y un cielorraso fue derribado. Un extinguidor de fuego fue lanzado desde el techo del edificio de ocho pisos a la policía que permanecía en el atestado patio de abajo. Slogans tales como “cerdos conservadores” y otros más obscenos estaban escritos en las paredes con marcadores y pintura. Las luces fueron arrancadas y los armarios quemados. Extinguidores de fuego y huevos también se lanzaron desde el techo. Catorce personas, incluyendo siete policías, fueron llevadas al hospital.

Claramente la policía no estaba preparada para el ataque. Los policías antimotines fueron superados en número, 30 de ellos tratando desesperadamente de mantener su líneas y proteger el edificio Millbank bajo un firme bombardeo. Los intentos de refuerzos, hechos cuando oscurecía, fracasaron y los policías se vieron obligados a retroceder por los manifestantes.

Cuatrocientos estudiantes se apretujaban en la entrada del edificio cuando cayó la noche. La policía se vio enfrentada con una lluvia de palos –algunos de los cuales estaban en llamas– y con gritos de “vergüenza” y “escoria”. Otros continuaban manifestando dentro del edificio detrás del cordón policial. El comisionado de la Policía Metropolitana, sir Paul Stephenson, admitió más tarde: “Esto no es aceptable. Es una vergüenza para Londres y para nosotros”.

Los actores de este caos eran muy jóvenes, sorprendentemente bien educados y más bien de clase media. Algunos de los que gritaban insultos o tiraban palos de madera a la policía antimotines tenían 15 y 16 años, se habían escapado del colegio y ahora podrían tener un prontuario antes de llegar a la universidad. Los primeros números de arrestos eran de 35 y aumentaban. Hasta ayer, la reacción británica a los recortes propuestos había sido notablemente leve, comparada con las protestas masivas en Francia, Grecia y otros países.

Algunos de los manifestantes culpaban a la policía por la confrontación. Oscar, de 18 años, un estudiante de política, exclamó: “Fue vergonzoso. Sacaron sus bastones y comenzaron a pegar a la gente en el suelo. A una chica le pegaron en la cabeza. Sólo lograban que la gente se enojara más”.

La previa manifestación pacífica había interrumpido al primer ministro, con unos 52.000 manifestantes invadiendo Whitehall. Sus cánticos sonaban alrededor del Palacio de Westminster mientras Nick Clegg trataba de defender los recortes de la coalición. Sin sospechar la violencia que se desataría, los miembros laboristas del Parlamento se unieron para hostigar a Clegg acerca del compromiso que todos los 52 miembros liberales demócratas del Parlamento firmaron antes de la elección, prometiendo oponerse a cualquier aumento en las matrículas. Harriet Harman, reemplazando al líder laborista Ed Miliband, provocó carcajadas cuando preguntó: “En abril de este año, el viceprimer ministro dijo que su objetivo era terminar con las matrículas universitarias. ¿Puede poner al tanto a la Cámara sobre cómo está progresando su plan?”.

Clegg respondió: “He sido totalmente honesto sobre el hecho de que no hemos podido cumplir con la política que mantuvimos como oposición”. La violencia fue condenada por los organizadores oficiales de la marcha de ayer. Aaron Porter, presidente del Sindicato Nacional de Estudiantes, acusó a “una pequeña minoría” de haberse apropiado del evento y describió la violencia como “despreciable”.

Los estudiantes involucrados en el sitio defendían su accionar, declarando que una marcha pacífica hubiera sido ignorada. Un muchacho de 16 años, de Wascestershire, llamado Alex, había estado en el techo y estaba usando una bufanda sobre su rostro en un débil intento de ocultar su identidad. Pensaba que la violencia estaba justificada “mientras nadie resulte herido”. “Esto es sorprendente”, dijo. “Deberían ir al techo. Es un caos ahí: han grafitado todas las paredes.” Añadió: “Quiero estudiar periodismo cuando termine la escuela, si lo puedo pagar. La gente está realmente enojada”.

Andrew Speake, de 23 años, estudiante de chino en Manchester, describió lo que vio como “una maldad necesaria”, aunque añadió: “La mejor forma no es la violencia, es el debate y la discusión”. Pero Emily Shallcross, una estudiante en Londres, añadió: “La violencia era aterradora. Parecía que se escapaba de las manos y la gente no esperaba que llegara a eso. Pero creo que tuvo un gran impacto, no que no van a aumentar la matrícula, pero ahora la sociedad es consciente y no nos quedaremos de brazos cruzados”. Simran Hans, un estudiante de literatura inglesa de Manchester, dijo: “La educación debería ser gratuita; un aumento en la matrícula le impedirá a la gente un derecho universal. No sé si mi familia podrá mantenerme si aumentan la matrícula. Todos los que están en política ahora se beneficiaron de la educación gratuita”.

Los manifestantes, supuestamente organizados por un grupo revolucionario de Leeds, emitieron una declaración diciendo: “Estamos ocupando el techo en oposición a la mercantilización de la educación aprobada por el gobierno de coalición y el sistema que están aprobando al ayudar a los ricos y atacar a los pobres. Llamamos a una acción directa que se oponga a esos recortes. Esto es sólo el comienzo de la resistencia”.

La manifestación de ayer fue la mayor por parte de estudiantes desde mediados de 1980, cuando manifestaron contra un intento del gobierno de Margaret Thatcher de aumentar las matrículas, pero la protesta terminó pacíficamente. En los años de Thatcher, hubo un estallido de disturbios en 1981, pero no estuvo ligado a ninguna protesta política organizada. Hubo una violencia política en la línea de piquetes durante una huelga de mineros, y una protesta contra los impuestos en 1990 se tornó en disturbios. Pero las manifestaciones más recientes, como la que se hizo contra la guerra en Irak en 2003, pasaron pacíficamente.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

* Traducción: Celita Doyhambéhère.

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