A mí me parece que las poblaciones tienen que exigir el derecho a la información, porque es un derecho estar informado de los procesos reales que se están dando, sobre todo en América Latina. Ahora que estamos en el Bicentenario de la Independencia, tiene importancia comprender el nuevo escenario político que existe hoy, el peso de los movimientos sociales populares, de los nuevos gobiernos emergentes que están, simplemente, ejerciendo la soberanía política sobre nuestros recursos naturales, hídricos, energéticos.../////
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“Hay que sacar la globalización de la agenda de las transnacionales”.
Mundo y Globalización.
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Sábado 22 de enero del 2011.
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Cubainformación.- Gilberto Valdés coordina las actividades del grupo GALFISA (Grupo América Latina, Filosofía Social y Axiología) de la Universidad de La Habana. Es un especialista en el estudio de los movimientos sociales y políticos, de las sociedades civiles y de los paradigmas emancipatorios en América Latina, y colaborador de varios movimientos populares de América Latina.
- Quiero comenzar diciendo que Cubainformación me parece un esfuerzo con un resultado importante para enfrentar esto que me estás preguntando. Estamos en una de las campañas más virulentas contra la Revolución cubana desde los medios de información mundiales. Pensamos que uno de los componentes centrales del sistema de dominio mundial son los medios. Es la enajenación mediática cultural. Y no es una mera extensión del capital, sino que es el capital. Hoy, en los medios, se hace contrainsurgencia política, la plusvalía comienza desde los propios televisores. Y es importante para las fuerzas alternativas, para los movimientos sociales populares y para los procesos revolucionarios de América Latina, comprender la importancia que tiene enfrentar lo que algunos llaman “industria pesada de desinformación”, porque realmente es una industria.
En Cuba estamos acostumbrados, llevamos medio siglo siendo objeto de este tipo de campañas tergiversadoras. Los cubanos y las cubanas, en broma, decimos: “tenemos tantos problemas… así que no inventen los que no tenemos”. Somos conscientes de las contradicciones, de los problemas que hemos tenido que resolver en nuestro país durante todas estas décadas. Esto nos molesta muchísimo, y por eso los cubanos hablamos tanto en el exterior, porque hay que enfrentar esta agresión tan fuerte y tan desmedida. Recientemente el gran escritor uruguayo Eduardo Galeano decía: “a Cuba se le mira con una lupa, y esa lupa se mueve en función de los intereses del Imperio. Esa lupa nunca va a ver que los médicos cubanos no fueron a Haití después del terremoto, sino que estaban ya antes”, o que los estudiantes de medicina de Haití, en un alto por ciento, son estudiantes universitarios de la Escuela Latinoamericana de Medicina, por poner dos simples ejemplos.
Esto no quiere decir que no negociemos, queremos negociar, pero sobre la base del respeto a la soberanía de nuestros recursos; y se ha ampliado el concepto: soberanía alimentaria, educativa, cultural... de nuestras naciones. Es una batalla muy larga y hay que estar preparado y no creo que sea una cuestión externa al capital. No es por gusto que existe más concentración de capitales en los medios que en los bancos. Es parte de la lógica del capital de hoy y de los poderes globo–colonizadores que tenemos que enfrentar entre todas y todos.
- Hace unos años Fidel decía que oponerse a la globalización es como oponerse a la ley de la gravedad. La globalización es un hecho objetivo-subjetivo. En nuestro grupo de investigación nos gusta hablar más bien de globalidad. Han existido distintas globalidades. Ha habido una globalidad en la etapa del capitalismo monopolista de estado nacional hasta aproximadamente el año 1973, donde el Estado tenía un papel en la organización de la vida económica, política y social, donde existía una territorialidad del trabajo, y en buena medida una territorialidad del capital; donde había un poder político de gobierno fuerte. Esto implicó, en el caso de Europa occidental, un compromiso entre el capital y el trabajo en la etapa del consenso socialdemócrata. Y en el caso de América Latina, estados que de alguna manera eran un muro de contención frente a la avalancha de los monopolios. Hoy la globalización es diferente, se ha impuesto una lógica de apertura hacia las economías de los países del Sur, y una movilidad incontrolable del capital sobre la base de países saqueados y de países saqueadores, a partir de estas grandes empresas de producción mundial que marcan hoy el contenido del capitalismo transnacional.
- ¿La integración social en el proceso del ALBA es un modelo a seguir?
Y en ello lo fundamental es la voluntad política. Fidel hablaba de la voluntad política de integración de los países africanos, y durante mucho tiempo fue imposible articular una voluntad política en América Latina, sobre todo en la década de gobiernos neoliberales de los 90. Cuba siempre apostó por esa integración política, incluso cuando nosotros teníamos un tipo de integración con los países del socialismo histórico, apostamos por la integración de América Latina. Eso ha sido un principio martiano y bolivariano que ha seguido la Revolución cubana y hoy las condiciones favorecen este tipo de integración. Hay un nuevo escenario y territorio político en América Latina, una emergencia de gobiernos populares con distintos matices de acuerdo a las historias, a los contextos, pero que están mostrando un relativo quiebre de la hegemonía norteamericana en el hemisferio. Y digo relativo porque ahí está el golpe de Estado en Honduras. Y están las oligarquías que no se resisten a perder el poder económico, político y los privilegios que han tenido.
Esta integración tiene que estar centrada en la voluntad política y social, en la integración, en una lógica de complementación, no en una de competitividad entre nuestras economías. Hemos estado históricamente compitiendo para ver quién puede venderle más a la metrópoli. Y hay que elaborar estrategias nuevas: económicas, de transporte, energéticas, está casi todo por hacer. Esto no quiere decir que no haya comercio, y que no haya beneficios y utilidades, pero también hay que ir, en la medida de lo posible, acorralando la mercantilización y extrayendo de la mercantilización otro tipo de integración, es decir, estamos en un momento post neoliberal.
- ¿Cuál es el sujeto social emergente en Cuba?
En Cuba el partido, por ley, no puede postular a las personas que integran el Poder Popular, el partido dirige políticamente, es una instancia de aglutinación, de articulación de la voluntad política emancipatoria de nuestro país, nosotros consideramos que la democracia no es idéntica al número de partidos sino que tiene que ver con el gobierno del pueblo y para el pueblo. Tenemos que buscar nuestro propio modelo, perfeccionar lo que ya tenemos y hacerlo cada vez más democrático, para acercar a las personas, cada vez más, a la toma de decisiones de toda índole: económica, política, social y cultural, que la gente se haga cargo de sus vidas. Estamos ahora en un proceso de reestructuración muy interesante, de reinstitucionalización del país a la luz de los nuevos acontecimientos internacionales y de buscar alternativas de continuidad a este proceso abierto en 1959.
- Mucha gente no lo sabe en el mundo: estamos rodeados de cables de fibra óptica, pero debido a las leyes del bloqueo no se pueden utilizar, y tenemos conexión satelital. En estos momentos hay un proyecto conjunto con Venezuela y el cable está al llegar. Pero de momento, desde La Habana, por ejemplo, yo no puedo abrir los videos de Cubainformación. En México lo descubrí, y me maravilló realmente, por ejemplo, al ver la cantidad de músicos y artistas cubanos que tienen ustedes ahí. Eso me ayudó a paliar la nostalgia de esos meses que estuve fuera de mi isla. Así que muchas gracias por la labor que hacen, porque es muy hermosa y muy necesaria.
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