miércoles, 12 de agosto de 2015

ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA.

&&&&&
Elecciones en América Latina, centradas en lo fundamental en los países de las llamadas políticas pos-neoliberales. Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Bolivia. Gobiernos progresistas, reformistas unos, otros nacionalistas, izquierdistas, pero que todos ellos han logrado en parte salir del control absoluto de las políticas neoliberales impuestas desde inicios de la década de los 90' del siglo XX, con las políticas globales del Consenso de Washington - hoy políticas en completa crisis final - y en parte sustituidas por políticas "nacionalistas, reformistas" de "inclusión social" en la propia estructura del neoliberalismo. Sin embargo, hoy el escenario político se ha concentrado en las propuestas que vienen desde la izquierda progresista y la derecha conservadora y neoliberal, pero en conjunto ambos se encuentran no por disputarse su propio contexto social, sino el "poderoso escenario emergente de la llamada clase media latinoamericana", que (in)surge como consecuencia del éxito de las políticas sociales implementadas por los gobiernos nacionalistas y progresistas en América latina, que hoy es común y general, los millones de ciudadanos que salieron del mundo subterráneo de la pobreza extrema, no se planificó programas sociales diferentes para los nuevos sectores sociales y menos se logró organizarlos, tener una nueva y superior representación, porque sus derechos sociales ahora eran totalmente "distintos" al conjunto de programas sociales de los cuales eran los actores sociales principales.

Pero la derecha en estos países hace uso y abuso del poder de los medios de comunicación, de la supuesta lucha contra la corrupción, la vigencia “absoluta” según ellos del estado de derecho, de la libertad de expresión - pero no va más allá, porque carece de alternativas políticas históricas - que lleven al país, a la sociedad a ser protagonistas de cambios sociales y políticos fundamentales dentro del propio sistema democrático. En ese contexto general es que la derecha político-financiera, desesperada como observa y ve en “vivo y en directo” que el poder se le va de las manos, hoy recurre a la peligrosa vía del golpismo de tipo militarista, situación que es tan real y evidente, que solo nos basta mirar su comportamiento político en la presente coyuntura: Brasil, Venezuela, Ecuador – como ejemplo de su desesperado golpismo -.  Finalmente es el proceso electoral democrático transparente, donde la Ciudadanía elegirá el camino social y político que conduzca hacia nuevos horizontes y sin retorno, Ciudadanía Política protagonista principal de su propio Proyecto Histórico o de lo contrario el retorno a épocas pasadas de dictaduras, corrupción masificada, narco-políticas y entreguismo de la Soberanía Nacional. Es importante también manifestar que el escenario global hoy es totalmente distinto – no son los tiempos de los golpismo militaristas – en un Mundo Multipolar, hoy el escenario del Sistema Democrático se fortalece y consolida en la medida que los procesos electorales cada vez sean realmente participativos, ciudadanos, transparentes en el objetivo, que cada proceso social y político no es copia ni calco, es creación histórica de su pueblo. Hoy el poder popular local de la Nueva Sociedad Civil asume ese reto histórico-político en Nuestra América, que si es posible Otro Mundo, Socialista, Democrático, Participativo, Solidario y de profundo respeto con la Madre Naturaleza.

/////


“Nunca como ahora fue tan real la tensión entre un mundo que se agota, pero trata de sobrevivir, y un mundo nuevo con grandes dificultades para afirmarse”. Nos explicar el Dr. en Sociología y Politólogo Brasileño Emir Sader.

***


ELECCIONES EN AMÉRICA LATINA.

*****

Emir Sader.

Página /12 miércoles 12 de agosto del 2015.

Los escenarios electorales se repiten de forma muy similar en los países de gobiernos posneoliberales de América latina: a las candidaturas de los gobiernos se oponen siempre candidaturas de derecha. Aquéllas cuentan con las políticas sociales redistributivas, éstas con el monopolio privado de los medios de comunicación. Una toca a las condiciones de vida de la gran mayoría, la otra intenta tocar la conciencia de la gente.
No hay ninguna duda de que los gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador han mejorado de manera sustancial las condiciones de vida de las personas. La redistribución de renta, la disminución de las desigualdades, el aumento de las posibilidades de que las personas puedan encontrar formas dignas de supervivencia: todo apunta a esa dirección, que no es negada ni siquiera por la oposición.
Pero nadie tampoco niega el rol de los medios de comunicación privados, que se han vuelto, hace tiempo, el partido político de la derecha. Así, a menudo las campañas electorales miden los resultados de las políticas sociales en contra de la eficacia de los medios de comunicación.
La efectividad de las políticas sociales va creando un consenso entre quienes suelen votar masivamente por los candidatos de estos gobiernos, en que ven los méritos de esas políticas y de la perspectiva de su continuación. Las capas medias de las grandes ciudades son el blanco privilegiado de las campañas de los medios privados de comunicación, los cuales concentran su accionar en la difusión de la idea de que sus países andan mal, que los gobiernos eligieron el camino equivocado, que los Estados cobran demasiados impuestos, que son corruptos, que deberían restringir sus espacios en función de las iniciativas privadas, que no respetan la libertad de prensa, etcétera.
Así como las políticas sociales de los gobiernos posneoliberales son muy similares, las campañas de los medios de comunicación monopolistas parecen realizadas por una misma empresa privada, ya que son igualitas.
Si los gobiernos tienen problemas actualmente, las alternativas se ubican a su derecha y no a su izquierda. Los candidatos de la oposición –sea en Ecuador o en Venezuela, en Bolivia o en Brasil, en Argentina o en Uruguay – son los mismos de siempre, a veces hijos de los de siempre. La novedad está en que a veces dicen que van a mantener políticas de los actuales gobiernos. Esto sucede cuando se dan cuenta de que la gente puede querer adecuaciones, pero en el marco de la continuidad de las políticas actuales. Hacen como que van a mantener los avances sociales, pero cuando tienen que revelar su política económica y/o sus futuros ministros de economía, en caso de que ganaran –o alguien lo revela–, se ve que las políticas sociales actuales son absolutamente incompatibles con los enunciados básicos de los personeros conspicuos que asesoran los candidatos de la oposición.
El poder de los medios privados de comunicación da a la derecha un fuerte poder desestabilizador, al valerse de campañas de terrorismo económico, de denuncismo de supuestos escándalos del gobierno, quitando energías y poder de acción de los gobiernos. Pero esa misma derecha se muestra incapaz de generar candidatos y plataformas vencedoras en las elecciones, entonces tienen que apelar a esquemas golpistas para intentar romper la continuidad de los gobiernos progresistas. El esquema es similar en países como Venezuela, Ecuador, Brasil, Bolivia, Argentina.
Por eso es esencial romper con el monopolio privado de los medios de comunicación, que mantiene capacidad de influencia incluso en los países donde ya hay ley de regulación de los medios. Pero el objetivo esencial, con o sin esa regulación, es que los grandes sectores de la población, beneficiarios de las políticas sociales que caracterizan a esos gobiernos, tengan conciencia social de sus derechos y de qué fuerzas representan la garantía de esos derechos y cuáles representarían su fin.
Por lo tanto es necesario construir en el conjunto de la sociedad la hegemonía de las políticas posneoliberales, priorizando las políticas sociales redistributivas, lo cual significará el punto de no retorno para esos gobiernos.

*****

No hay comentarios: