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“Obras y acciones complementarias. Elizabeth
Añaños, exviceministra de Vivienda, advierte que el desarrollo urbano vinculado
al puerto debe planificarse regionalmente. El incremento del tráfico vehicular
en la Panamericana podría aumentar en un 50 %,
lo que agrava el caos. Además, es indispensable garantizar vivienda adecuada
para los trabajadores del área. El Ministerio de Vivienda y el MEF deben actuar con
urgencia. Como en China o Vietnam, la
planificación es fundamental para que proyectos como Chancay
reduzcan la pobreza y generen desarrollo sostenible. Chancay
representa una oportunidad única para que el Estado peruano demuestre su
capacidad de liderazgo y planificación. ¡Qué truenen
los extremistas que quieren desaparecer al Estado! El Perú avanza.
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APEC,
CHANCAY... ¿CÓMO LES QUEDÓ EL OJO?,
por
Diego García Sayán.
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En nuestro país, quienes se indignan y protestan
contra esta oscuridad son marginados, reprimidos o atacados por pendencieros
extremistas.
Por. Diego García Sayán.
Abogado y Ex Ministro de Relaciones
Exteriores.
Fuente. Diario La República jueves 21 de
enero del 2024.
El
Perú quedó fascinado con lo que ocurría ante sus ojos la
semana pasada con la inauguración del puerto de Chancay.
Un extraordinario progreso en un país que, a ratos, parecería haber perdido
toda esperanza, hundido en el pesimismo y gobernado por el pacto corrupto, con
una jefa de Estado con menos del 3 % de aprobación
y un hermano prófugo de la justicia. Sin embargo, se “hizo
la luz”.
Esa “luz” fue generada por visitantes ilustres,
de muy alto nivel, que representaban a 21 economías,
responsables de más del 60 % del PBI mundial y
cerca del 50 % del comercio global.
Entre estas economías, además de Estados Unidos (la
“potencia del siglo XX”), destacan países como China y Vietnam,
ambos dirigidos, desde hace décadas, por partidos comunistas.
Dos naciones que, gracias a su rápido y
espectacular crecimiento, son por sí mismas de relevancia capital y un “modelo”
global.
Todos aportaron “luces” durante la semana, en medio de la “oscuridad” prevaleciente en el Perú. En nuestro país, quienes se indignan y protestan contra esta oscuridad son marginados, reprimidos o atacados por pendencieros extremistas. Para estos, cualquiera que no sea parte de su grupúsculo delirante es “comunista” o “terrorista”. Monsergas repetidas cotidianamente por ese patético grupo extremista de la DBA (“derecha bruta y achorada”), que solo recurre a adjetivos e insultos, sin presentar un solo argumento o propuesta.
En la ribera de la democracia —y
no en la de la ultraderecha fascistoide—,
la semana del APEC ha llevado, más bien, a la reflexión
y a reforzar la esperanza en el Perú. Pasado este hito de afirmación, con
las “buenas vibras” que llegaron y la inauguración del megapuerto,
se abren anchas y claras alamedas para construir democracia
y desarrollo.
Este proceso debe darse ahora más sólidamente
que nunca, aun con viento en contra. Porque el país está gobernado por
el pacto corrupto, carente de legitimidad,
operando sistemáticamente contra la legalidad, destruyendo el equilibrio
fiscal y socavando la decencia
y la independencia judicial.
En otros lares: inversión, crecimiento y desarrollo
China y Vietnam,
conducidos por partidos comunistas,
han llevado a cabo procesos espectaculares de inversión y
crecimiento sostenido. La inversión en infraestructura y la mejora de la
educación y la salud en las zonas
rurales han sido piezas clave para reducir
las disparidades entre las áreas urbanas y rurales en
ambos países, lo que se ha traducido en bienestar general y
en una fantástica reducción de la pobreza.
China
sacó a más de 800 millones de
personas de la pobreza extrema desde 1980,
y redujo su índice a menos del 1 % de la población total. En el caso de
Vietnam, el Banco Mundial estima que, entre 2002
y 2018, el porcentaje de personas en pobreza
extrema (menos de 1,90
dólares al día) cayó del 30 %
a menos del 2 %.
Esto no se logró porque “llovió” bienestar en China o Vietnam gracias a una “mano invisible”. Fue posible gracias a políticas estatales efectivas, combinadas con la promoción de la inversión y el comercio privados, que incluyeron inversión en infraestructura y educación. Estas medidas transformaron la vida de millones.
La “ruta de la seda” y Chancay
En el plano bilateral y
en el marco multilateral del APEC, el Perú se
enlazó directamente con la Iniciativa de la Franja y la Ruta,
conocida como la “nueva ruta de la seda”. Esta
es una pieza central de la visión de desarrollo a largo plazo del Gobierno de Xi
Jinping.
El Perú no fue un “advenedizo”.
Fuimos el primer país de América
Latina en establecer relaciones diplomáticas
y de amistad con China, hace 150
años. Mi bisabuelo, el almirante Aurelio García y García, como
representante del Perú, suscribió el Tratado
de Amistad, Comercio y Navegación con China en Tianjín,
el 26 de junio de 1874. Este tratado también abordó derechos
humanos al reconocer la explotación de ciudadanos
chinos en el Perú tras la abolición
de la esclavitud de origen africano.
La nueva “ruta de la seda”
La moderna “ruta
de la seda” incluye herramientas como la
construcción de infraestructura
y el fortalecimiento de la cooperación económica.
En este contexto, la iniciativa del megapuerto de Chancay es
clave.
No obstante,
la tarea recién comienza. La conectividad vial y
ferroviaria de Chancay es indispensable, al igual que
ajustes en la ley de cabotaje para
facilitar el acceso de otros puertos peruanos y
permitir que naves extranjeras realicen escalas en los puertos
nacionales.
Obras y acciones complementarias
Elizabeth Añaños, exviceministra
de Vivienda, advierte que el desarrollo urbano
vinculado al puerto debe planificarse regionalmente. El
incremento del tráfico vehicular en
la Panamericana podría aumentar en un 50
%, lo que agrava el caos. Además, es indispensable garantizar vivienda
adecuada para los trabajadores del área.
El Ministerio de Vivienda y
el MEF deben actuar con urgencia. Como en China
o Vietnam, la planificación es fundamental
para que proyectos como Chancay reduzcan la pobreza
y generen desarrollo sostenible.
Chancay representa una oportunidad
única para que el Estado peruano demuestre su capacidad de liderazgo
y planificación. ¡Qué truenen los extremistas que quieren
desaparecer al Estado! El Perú avanza.
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