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Invitamos a la lectura, análisis y Opinión de dos buenos artículos, sobre la realidad Nacional Hoy. Hacia donde vamos, Negar el Diálogo, es camino hacia una dictadura. Se acerca el neofascismo y se destruye la débil Democracia.
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LA EXPRESIÓN POLÍTICA DEL HARTAZGO.
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Por Yorka
Gamarra.
Otra Mirada
Lima miércoles 15 de febrero del 2023.
Desde el inicio de las
protestas hace ya dos meses, se ha tratado de negar la existencia de
gigantescas marchas en gran parte del territorio nacional: son un pequeño grupo de azuzadores, unos cuántos revoltosos,
algunas personas, etc., al mismo tiempo, las
redes sociales (no los grandes medios de comunicación) iban mostrando un panorama abismalmente
diferente: una movilización
inicialmente focalizada en algunas zonas del sur del país, que
se fueron extendido al resto del sur,
el centro,
algunas zonas del norte y oriente del
territorio, hasta que desde hace
unas semanas, han despertado a Lima.
Si por un lado las manifestaciones han
ido creciendo en cantidad y permanencia en el tiempo, las autoridades no han cambiado
su análisis sobre lo que pasa. Si no existen las marchas, tampoco existen las demandas. El
Ejecutivo le ha pateado la pelota al Congreso: hago como que te conmino (al adelanto
de las elecciones) y tú haces como
que debates. Al final, seguimos en
punto muerto y nos quedamos hasta el 2026.
Por lo menos, 60 compatriotas han sido asesinados y más de 1200 han resultado heridos, durante estos dos meses de protestas, todo, sobre la base de ese análisis negacionista. Si hubiesen reconocido, sin temores, la existencia de un descontento multitudinario y de una agenda nacional, se habría evitado ese saldo luctuoso.
La
estrategia de diálogo en lo local, acompañada de
una feroz represión, estaba destinada al fracaso. Con un pueblo ya movilizado e indignado por el desprecio, el ninguneo, el racismo y la
dolorosa cifra de muertos, la estrategia chocaba con la realidad. Varias altas autoridades se extrañaban por la ausencia de temas de sobrevivencia en la agenda
de las manifestaciones: ¿Por qué no piden agua, luz, urea?, decían. Hasta
la gran prensa insistía en ello, para luego
fundamentar su narrativa: estas marchas,
son políticas, en consecuencia, están siendo
azuzadas por los ponchos rojos, Evo Morales, el
narcotráfico, etc.
Es
decir, no se cuestionaban a ellos y a su
estrategia, sino, culpaban a la población por no reclamar “temas sociales” lo que, según, las autoridades,
impedía el diálogo.
Alguna
vez escuché a una funcionaria del Estado decir,
que al pueblo había que darle “algún caramelito”
a fin que retorné la paz social.
Cuando
las poblaciones han pedido agua, descontaminación de sus ríos, carreteras,
etc., el Estado
ha instalado mesas de diálogo para "desbloquear los proyectos" y facilitar el
trabajo de las mineras, pero no para solucionar los problemas de los pueblos.
Ahora,
esas solicitudes han subido un peldaño. La plataforma general de las manifestaciones: renuncia de la Presidenta, adelanto de
elecciones para el 2023, cambio de Mesa Directiva del Congreso,
gobierno de transición y referéndum constituyente, son las
mismas “demandas
sociales", expresadas políticamente. La población,
está haciendo política y real ejercicio de su ciudadanía.
Así que, no se trata de caprichos: les doy la espalda y no existen. Así no funciona la política y la administración del Estado. Uno hace un diagnóstico y luego toma decisiones. Del diagnóstico, dependen las decisiones y, como hoy, la vida y la salud de los peruanos.
Se
ha perdido la política
como forma de darle solución a los problemas, a los conflictos
sociales. Se ha pretendido
que los conflictos sociales son inocuos,
que no tienen que ver nada con el quehacer político. Esto es de lo más fantasioso. La relación que existe en
las zonas rurales del país: comunidades y empresa (minera en la mayoría de los casos) es de permanente conflicto, a veces se manifiesta como crisis y otras en períodos de paz, pero, es de tensión permanente y además con una desigualdad enorme, ¿por qué no tendría que ser política?,
esa relación empresa minera-población,
allá donde no está el Estado, es esencialmente
política y está presente todo el tiempo.
Este
viaje que vienen haciendo cientos de comunidades del
interior del país a la
Capital de la República, es un hecho
político sin precedentes en nuestra
historia. Este nuevo desborde popular (para
utilizar la definición que nos regalara Matos Mar sobre la migración hacia Lima de mediados del siglo pasado), ha cambiado la percepción que se tenía, en la Capital, sobre las localidades rurales del país y ha cambiado también la percepción que tienen
estas comunidades sobre la Capital del Perú.
Si
miramos los últimos 30 años, hallaremos
un hilo de continuidad en la implementación
de un modelo económico primario exportador,
la ejecución de grandes proyectos
mineros, la promesa de desarrollo,
el incumplimiento de la vida mejor, la crisis sanitaria por el COVID 19 (y los casi 220
mil compatriotas muertos) y la explosión social que tiene
lugar hoy en el país.
Es, quizá, una oportunidad de comenzar a reconocernos en el otro,
sin miedos ni prejuicios.
*Abogada,
periodista, especialista en conflictividad social.
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TODOS SOMOS SOSPECHOSOS.
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Por Laura
Arroyo Gárate.
Otra Mirada
Lima martes 14 de febrero del 2023.
Hace semanas
agradecemos a las redes sociales que nos
permitan enterarnos de todos los abusos y agresiones que
está cometiendo el régimen de Boluarte. Nos
despertamos y abrimos el tuiter, el facebook y la prensa
alternativa. Miramos el whatsApp y así accedemos
a todos los vídeos que se reenvían entre muchos usuarios con la idea de difundir todo aquello que el poder mediático que cogobierna
con Boluarte calla. Reproducimos la
información por nuestras vías de mensajería instantánea y nuestras propias redes sociales. Que la verdad no
sea invisible es el objetivo. Que la verdad no
sea amordazada. Que los asesinatos no queden
impunes. Que la dictadura no logre limpiarse la cara gracias
al manto de impunidad mediática con el que cuentan.
A diferencia de la dictadura fujimorista, con Boluarte
todos los abusos están ahí, en vídeos para que los vea todo el mundo.
Solo puede hacerse el ciego el que
quiere serlo a consciencia. Vemos lo
que vemos y oímos lo que oímos. Nadie "nos lo cuenta", no es un
"trascendido". Pero esa fortaleza
que debilita a cada minuto a este
régimen -especialmente en el flanco de la política exterior- iba a ser previsiblemente atacada. Si antes
tenían que silenciar
físicamente (asesinar por protestar)
o judicialmente
(detenciones arbitrarias y persecución judicial), ahora tienen que hacerlo también comunicativamente
porque es la única forma en que pueden
lograr que la verdad, esa que hoy
está en disputa, no salga a la luz.
El comunicado del MININTER es exactamente eso.
Una clara declaración tanto de debilidad
como de intenciones. No basta con terruquear porque el discurso ya no les funciona como en los 90. No es todo lo eficaz para legitimar su represión feroz, su racismo ni su autoritarismo.
Necesitan silenciar a la verdad y la
única forma de hacerlo es silenciando a todos y todas las que la
enuncien por cualquier
vía. Hoy, quienes la enuncian están en las calles,
en la prensa alternativa y en las redes
sociales ya que la gran prensa es
cómplice de ese silenciamiento
perverso. Pero, así como el fascismo
no surge de la noche a la mañana y un día cualquiera te despiertas con el fascismo ahí, como el dinosaurio
de Monterroso, el comunicado del MININTER tampoco aparece de la nada. Por lo
mismo no sorprende, pero sí preocupa.
Hace unas semanas, en
este mismo espacio que seguramente será denunciado por
apología al terrorismo (ya estoy
lista para ello), escribí un análisis
sobre las portadas del poder mediático. En esa publicación señalaba cómo el panfleto Perú21 -que
ahora no es ya más del Grupo El Comercio
porque ha pasado a ser de la casa discursiva de Willax, o sea lo mismo, pero todavía más altisonante- estaba delineando el camino de la
dictadura. El análisis del
poder mediático es importante por
eso, porque anticipa por dónde irán los tiros. Ya
hace dos semanas nos venían diciendo
lo que iban a hacer. Así opera ese poder:
presiona desde sus portadas al poder político. Hoy que cogobierna en la dictadura no sólo presiona para ir hacia uno u otro camino, sino que anuncia el camino que se va a seguir. Perú 21 hablaba de reformar la ley antiterrorismo porque no les
bastaba con terruquear a diestra y
siniestra. Ya entendían entonces lo que sabemos nosotros: que el terruqueo no les funciona del
todo. Entonces, proponen ir todavía más
allá. El mismo discurso de Butters o de Ortiz avalado también por
la equidistancia de quienes se llaman
"liberales" y luego dicen que es igual el extremo que gobierna que el
"extremo" (¿?) que protesta.
Pues bien, el comunicado del MININTER es
el resultado.
Cualquier persona, sin probar su identidad siquiera, puede denunciar
ahora a cualquiera que piense distinto. Esto incluye, sobre todo,
a cualquiera que dice la verdad.
Cualquiera que dice que las manifestaciones son democráticas estará haciendo apología del terrorismo. Cualquiera que diga que la represión de Boluarte es
injustificable y debe pagar condena, también. Cualquiera que rechace a quien ejerce
racismo contra
la wiphala o denuncie a quien pide "meter bala" contra quien protesta, también. Señores y señoras, todo demócrata es a partir de este momento SOSPECHOSO.
El objetivo es doble. Por un lado, amordazar y asustar a quienes dicen la verdad porque ese es el éxito de la dictadura: callar a la verdad. Por otro lado, vaporizar los lazos de cuidado y construcción colectiva. Al fiel estilo neoliberal. Que todos seamos sospechosos es la versión aún más macabra del "sálvese quien pueda". Es pasar de esa terrible frase al "denuncia para salvarte". Una suerte de "pásala si no te abombas" que a diferencia del juego de niños busca que nos miremos con desconfianza para quedarnos solos y solas. Porque así somos débiles. Porque así es como ellos ganan. No olvidemos que uno de los objetivos del terruqueo era justamente ese. No sólo apuntar al terruqueado, sino aislarlo de la colectividad y sacarlo de la vida social. Implementar un temor a estar siquiera cerca de un terruqueado. "Que nadie se junte" con un sospechoso. Esa intención subyace al comunicado del MININTER.
Estos días en que vemos recrudecer las
acciones de la dictadura son buenos para recordarnos que frente a ella nuestro gran bastión es justamente el poder popular. Ese que existe en común y no en solitario. Ese que nos
salvó en la pandemia y también está salvándonos
hoy de la dictadura. Esas
mujeres que hacen ollas comunes para quienes han llegado a Lima a exigir democracia.
Esos peruanos y peruanas haciendo colectas
para sostener las marchas y, por
tanto, sostener
la democracia. Y todos y
todas las que no silenciamos la
verdad, sino que somos sus altavoces
desde todos nuestros espacios de
comunicación. Desde el whatsApp del grupo
de promoción de tu colegio hasta tu tuiter o tu tiktok. Y por eso, porque ese poder sí está surtiendo efecto, necesitan callarlo.
Pero la verdad siempre se abre paso y,
por suerte, el poder popular está demostrando que la defiende valientemente.
Toca defenderla
sosteniendo las movilizaciones. Toca defenderla difundiéndola.
Toca defenderla impidiendo que quiebren
nuestros lazos de soporte. Toca defenderla
afianzando a nuestras propias redes
y nuestros espacios de reflexión y construcción colectiva. Toca defenderla hablando
aún más fuerte. Y, por qué no
decirlo, toca defenderla llenando la bandeja de entrada de ese correo electrónico
de mensajes que digan la verdad y exijan democracia para que vean que el pueblo
organizado lo está en todas las áreas y que su intentona por callarnos es en realidad
su pesadilla. Que pierdan su tiempo filtrando mensajes. Que vean que las voces de la verdad somos mayoría y que todos somos sospechosos, sí, de
ser demócratas.
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