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-Usted señaló que los partidos en el
Congreso buscaban sostenerse hasta el 2026. Parece que ahora quieren quedarse
más allá de esa fecha.
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Análisis. Los Movimientos Regionales, son más fuertes que los partidos en el interior del país. Por eso se busca obstruir su participación política. Dice Ballón. Foto La República.
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EDUARDO
BALLÓN: “SI A LOS PARTIDOS SE LES APLICARA LA VALLA QUE PONEN A LOS MOVIMIENTOS
REGIONALES, NO PODRÍAN PARTICIPAR”
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El investigador alega que los partidos políticos buscaban que el Gobierno llegue al 2026, porque era el tiempo que requerían para llevar
adelante sus intereses privados: minería ilegal, tala ilegal, etc.
Entrevista al Antropólogo Eduardo Ballón.
Por Raúl Mendoza. Periodista.
Fuente. La República lunes 18 de marzo del 2024.
El antropólogo Eduardo Ballón es un agudo observador de la política nacional y
aquí repasa las decisiones tomadas en el Congreso buscando obstaculizar la
presencia de los movimientos regionales en
futuros comicios. Para Ballón, los partidos representados en
el Parlamento buscan asegurar el control
electoral con miras al 2026.
-El Congreso retrocedió en su intento de
desaparecer a los movimientos regionales. Ahora propone que tengan presencia en
cuatro quintos de las provincias y los distritos de su región para inscribirse.
¿Esto cancela la participación de los movimientos regionales en elecciones?
-Esa valla busca limitar la posibilidad de inscribirse y participar (en elecciones). Si los partidos nacionales tuvieran esa valla y los juzgáramos por los resultados de las últimas elecciones, veríamos que solo dos, Acción Popular y Somos Perú, han obtenido Gobiernos regionales. Veríamos que Perú Libre, Fuerza Popular y Acción Popular no obtuvieron ningún Gobierno regional. Y Renovación Popular, Podemos, el Partido Morado y demás no lograron nada en regiones. Si lo miramos a nivel de provincias, descubriremos que en 120 los ganadores fueron movimientos regionales y los partidos regionales obtuvieron solo 75 provincias. Otro tanto ocurre en los distritos. Dicho de otra forma, si a los partidos nacionales que están aprobando esta valla se les aplicara la misma norma, no podrían participar. Es una demostración de la arbitrariedad y de lo que están buscando.
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-Buscan cerrar el paso a los eventuales
rivales en las próximas elecciones
-Sin duda. Ahora, esto no quiere decir que la
mayoría de los movimientos regionales sean
distintos o mejores que los partidos nacionales.
-El presidente de la Asociación de
Movimientos Regionales asegura que esa valla no sería problema, porque sí
pueden tener esa presencia o hacer alianzas con partidos para conseguirlo.
-Por los números que le he dado, es claro que en el interior del país los movimientos regionales, son más fuertes que los partidos nacionales. Quiere decir que tienen asentamiento territorial, que tienen figuras que son identificadas por la gente, y eso les da una capacidad de negociación enorme con los partidos nacionales que buscan poner su logo al precio que sea en esos territorios. Si uno observa la historia de alguna de las autoridades regionales provinciales y distritales que han ganado con algún partido político, uno descubre que se inscribieron poco antes de las elecciones.
-Los movimientos regionales son parte del
juego democrático, pero muchas veces han encumbrado a caudillos corruptos.
¿Cómo mejorar la oferta de estos movimientos?
-La representación política no mejora a partir de normas y
leyes. Estamos frente a un problema sistémico que exige repensar el tema de la
representación, lo mismo que repensar la organización del Estado y su funcionamiento. Las barreras de entrada deben concentrarse
en la cantidad de firmantes. Es decir, en el porcentaje del padrón que apoya a
esa organización. Los dos tercios que establecía
la norma vigente eran eficientes. La tercera ecuación es
que a los movimientos regionales no se les puede
poner condiciones distintas a las de los partidos nacionales. Y a los partidos nacionales, para
postular en las regiones, hay que exigirles un tiempo
de militancia, de antigüedad de quienes serán sus candidatos, para
evitar esa lógica de microbuses buscando y atrayendo
pasajeros.
-¿Cómo ve el panorama regional? ¿Las
protestas del año pasado fortalecieron a los movimientos regionales y
debilitaron a los partidos nacionales?
-Diría que
hay una desconfianza enorme en la política y en los políticos.
Esa desconfianza
alcanza a los movimientos regionales, pero en
menor medida que a los partidos
nacionales. Recordemos que muchas de las autoridades regionales se pronunciaron defendiendo el derecho de
quienes protestaban y por el adelanto de elecciones.
Terminada la tercera oleada (de protestas), julio del
2023, estas se fueron debilitando y hoy la lógica de las autoridades
regionales y municipales es la lógica del presupuesto.
Eso los obliga a vivir negociando el presupuesto con el Gobierno nacional y así
obtener ventajas para su gestión.
-El Congreso ha avanzado contra varias
instituciones del Estado. Esta valla a los movimientos regionales sería parte
del plan para asegurar el triunfo en las próximas elecciones.
-El objetivo
del Congreso es el mayor control institucional
para garantizar su manejo electoral. Eso tiene que ver con el Tribunal Constitucional, la Defensoría
del Pueblo, la Junta Nacional de Justicia,
el Jurado Nacional de Elecciones, la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Reniec. Simultáneamente, buscan eliminar toda
posibilidad de competencia.
En algunos casos juegan en pared con instituciones como la Fiscalía y, en otros, establecen leyes como esta que
pretende ir eliminando paulatinamente a los movimientos
regionales. Recordemos que alguno de los proyectos de ley presentados planteaba eliminar
los movimientos regionales.
-Usted señaló que los partidos en el
Congreso buscaban sostenerse hasta el 2026. Parece que ahora quieren quedarse
más allá de esa fecha.
-Los partidos buscaban que
el Gobierno llegue al 2026 porque era el tiempo
que requerían para llevar adelante sus intereses privados, minería ilegal, transporte
ilegal, tala de madera, etc. Buscaban, adicionalmente, seguir manteniendo
las gollerías y
remuneraciones que tienen, que muchos no han tenido jamás y,
seguramente, salvo que sigan en el Congreso, no tendrán después. En tercer
lugar, buscaban un escenario que les permita mantenerse en la posición
en la que están. A esto, que tiene que ver con intereses
individuales, se añadiría el interés político, que supone prolongar el
modelo económico en una suerte de fujimorismo 2.0, que les garantizaría impunidad a los cerca de 80 congresistas con carpetas fiscales y acusaciones
bastante concretas.
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