&&&&&
“El colonialismo. Los países
del primer mundo son del primer mundo porque son colonialistas, espoliadores y
extractivistas del tercer y cuarto
mundo. Y gracias a este expolio
una minoría de los habitantes del primer mundo pueden estar colmados de lujo y de pseudonecesidades, es
decir, puede practicar el consumismo
(consumir cosas innecesarias) contaminador de suelo aire y agua y agotador de los recursos no renovables. Dicho de otra manera, con el colonialismo consumista abandonamos
el consumo de cosas estrictamente necesarias (como hace la naturaleza) para sumergirnos en el consumismo de lo que es
innecesario, en la obsolescencia
programada y en el usar
y tirar, todos cursan con arrojo
de ingentes cantidades de residuos y
la generación de multitud
de GEIS.
En la naturaleza existe solo el consumo, solo
consume lo estrictamente necesario.
A la naturaleza no le da por practicar el consumismo de pseudo necesidades.
“Las
ansias por el consumismo automáticamente generan (para abastecer de pseudonecesidades) el productivismo o
producción de productos
innecesarios. Y este productivismo está
directamente relacionado con la aceleración del neocolonialismo que,
además de esquilmar recursos, produce
gran cantidad de GEIS que ocasionan una gran contaminación global, y la aparición de efecto invernadero cuyo resultado es
el ya más que evidente calentamiento
global y cambio climático. Por todo esto está siendo muy necesario y urgente terminar con el consumismo y el neocolonialismo.
/////
LOS
MOVIMIENTOS ECOLOGISTAS, LA «ECONOMÍA VERDE» Y EL COLONIALISMO.
Posibles
soluciones.
*****
Por Julio García Camarero | 04/01/2025 | Ecología social
Fuentes.
Revista Rebelión, sábado 4 de enero del 2025-
Fuentes: Rebelión
Existe
gran diversidad de movimientos ecologistas. Muchos se encuadran en el
vegetarianismo, otros sí admiten la alimentación con carne y la ganadería
ecológica. Entre ellos cabe citar Ecologistas en Acción, Defensores de la
tierra, La alimentación regenerativa, etc.
Pero solo algunos se salvan de terminar absorbidos por el neoliberalismo global que, con el extremado comercialismo que son la «economía verde» y el «comercio verde», terminan convirtiéndose en un meganegocio, porque hoy el marchamo “eco” tiene cada vez más clientela, a la que se engaña haciéndole pensar que disfruta productos verdaderamente ecológicos, pero que no es exactamente así.
La economía verde
Y este engaño
ya viene de lejos. En el año 2012, con estas tergiversaciones de la “economía verde” y el “comercio verde”, en la Cumbre de Rio+20, (o Cumbre de la
Tierra) se intentó dar la vuelta al
planteamiento histórico de lo que 20 años antes fue una propuesta de salvar la Tierra [1]. Esta distorsión transformadora
de lo ecológico en un meganegocio,
que sólo es ecológico en la superficie, nos lo muestran dos noticias aparecidas
precisamente en vísperas de mencionada
Cumbre:
-La UE y los EE. UU. acuerdan una nueva cooperación
histórica entre ambos países sobre el comercio ecológico, comunicado en prensa.
Por este
acuerdo (realizado en Núremberg, 15 de febrero de 2012) la UE y los EE.
UU. anunciaron que, a partir del 1 de jun.
de 2012, los productos ecológicos certificados en Europa o en los EE. UU., “para
potenciar la economía verde”, podrán venderse como tales en el territorio
del otro. El Gobierno español también se apuntó al negocio, pero no son tan
ecológicos pues son de la engañosa “economía verde”.
Y es que este
acuerdo es una farsa estafadora,
porque no nos dicen de en las grandes superficies comerciales “ecológicas”, que en ellas sólo (o casi
exclusivamente) se venden “productos
ecológicos” de la falsa “economía
verde” de las grandes multinacionales
del primer mundo. Las características de la “economía verde” son muy nocivas para el medio ambiente y la auténtica
agricultura ecológica y sus legítimos productores, pues comercian
productos altamente subvencionados por
los gobiernos del primer mundo
(principalmente de EE. UU. y la UE), hecho que potencia un dumping que
permite a estas grandes corporaciones bajar los precios agrícolas, y por ello
hacen que se convierta en imposible la competencia a los pequeños agricultores del mundo, quienes son precisamente los que
producen una auténtica agricultura ecológica, cuyos requisitos
fundamentales son: que debe ser
artesanal, cultivos con especies diversas
simultáneas (policultivos), de ciclo cerrado de la materia orgánica (no uso
de fertilizantes agrotóxicos) y de distribución local.
Y la
agricultura de «economía verde» del
Acuerdo de Núremberg es una
producción intensiva en cuanto que utiliza técnicas y poca mano de obra. Ofrecen productos que en ningún caso
respetan los esenciales principios de distribución
y comercialización local; y, además. implica de forma ineludible el uso del
avión o del barco, puesto que la
distancia entre Europa y América es de
más de 6.000 km., estos grandes desplazamientos benefician, y mucho, a las
grandes multinacionales petrolíferas, cosa importante que de continuo suele
pasar desapercibida, perola verdad es que ocasiona muchos GEIS generadores de efecto invernadero y calentamiento
global. Así es de nociva la “economía
verde” del neoliberalismo global.
Podíamos
poner más ejemplos de este tipo de
economía. Y ejemplos de una economía
también muy degradadora como es la de las megaempresas de la
Tal es el caso (a punto de aprobarse) del Acuerdo de Libre Comercio Entre la UE y el Mercosur, acuerdo que dañaría de muerte a la agricultura de pequeño y mediano campesino europeo y suramericano que generalmente es mucho menos degradadora del medio ambiento y con distribución generalmente mucho más local. Además, la agroindustria global de agricultura química produce total aniquilamiento de extensísimos ecosistemas y selvas de la Amazonia que se están sometiendo a un profundo y vertiginoso proceso de desertificación.
El movimiento de la alimentación
regenerativa
Como dije,
existen movimientos “eco” que sí que
admiten la ganadería ecológica y la alimentación con carne. Entre ellos cabe mencionar al movimiento
de La alimentación regenerativa.
La
alimentación regenerativa tiene
un enfoque, en mi opinión, acertado en cuanto que admite la ganadería
ecológica, la cual ayuda a mantener cerrado el ciclo de la Materia Orgánica que está siendo abierto por las megaempresas de la agroindustria
global de agricultura química, cuyos fertilizantes químicos agrotóxicos,
derivados del petróleo, matan la microfauna que es
indispensable para que se puedan
descomponer y hacer asimilables por las raíces la materia orgánica de los residuos del suelo (hojas y animales muertos) propiciando así que
se cierre el ciclo vital de la materia
orgánica.
Pero siempre existe en todos los movimientos ecologistas
el riesgo de ser absorbidos por la «economía
verde» y «comercio verde» que se guía más por el rendimiento crematístico que por la
protección del medio ambiente y
que al final terminen formando parte del neoliberalismo global con su extremado comercialismo.
Y es posible que la alimentación regenerativa caiga también en este riesgo, y termine convirtiéndose en un meganegocio dentro de la “economía verde” y “comercio verde” y en trance de caer, al final, en la agricultura química. Hay que tener en cuenta que esta agricultura química está asesinando a los suelos vivos (con su microfauna viva), que en unos pocos lustros quedarán completamente estériles. En estos suelos muertos solo será posible una agricultura artificial que solo podrá ser mantenida por fertilizantes químicos (agrotóxicos) derivados del petróleo, pero cuando se terminen las reservas del petróleo (de las que ya solo quedan para tres o cuatro decenios) no podrán mantenerse vivos estos cultivos artificiales. Ello dará lugar a una desertificación repentina de extensos territorios que terminarán convertidos en una superficie de desiertos inmensos.
El colonialismo
Los países
del primer mundo son del primer mundo porque son colonialistas, espoliadores y
extractivistas del tercer y cuarto
mundo. Y gracias a este expolio
una minoría de los habitantes del primer mundo pueden estar colmados de lujo y de pseudonecesidades, es
decir, puede practicar el consumismo
(consumir cosas innecesarias) contaminador de suelo aire y agua y agotador de los recursos no renovables. Dicho de otra manera, con el colonialismo consumista abandonamos
el consumo de cosas estrictamente necesarias (como hace la naturaleza) para sumergirnos en el consumismo de lo que es
innecesario, en la obsolescencia
programada y en el usar
y tirar, todos cursan con arrojo
de ingentes cantidades de residuos y
la generación de multitud
de GEIS. En la
naturaleza existe solo el consumo, solo
consume lo estrictamente necesario.
A la naturaleza no le da por practicar el consumismo de pseudo necesidades.
Las ansias
por el consumismo automáticamente generan (para abastecer de pseudonecesidades) el productivismo o
producción de productos
innecesarios. Y este productivismo está
directamente relacionado con la aceleración del neocolonialismo que,
además de esquilmar recursos, produce
gran cantidad de GEIS que ocasionan una gran contaminación global, y la aparición de efecto invernadero cuyo resultado es el ya más que evidente calentamiento global y cambio
climático.
Por todo esto está siendo muy necesario y urgente terminar con el consumismo y el neocolonialismo.
Las "soluciones basadas en la naturaleza" son racistas, colonialistas y patriarcales.
*****
Soluciones (utópicas, pero esperemos que
no sean quiméricas)
Al menos se
pueden considerar cinco soluciones como las más importantes:
– Terminar con el productivismo-consumismo y realizar sólo producción y consumo
– Terminar con el colonialismo expoliador extractivista y degradador
de la biosfera.
– Terminar con el obsesivo exceso de movilidad promovido
por el comercio a gran distancia, propio de la economía global, el
megaturismo con sus monstruosos cruceros, el turismo aéreo masivo a zonas tan
remotas y absurdas cono la cúspide del Everest.
– Terminar con la obsolescencia programada y
el usar y tirar, que genera continua e intensa emisión ingentes cantidades de
residuos tóxicos y contaminantes que suelen arrojarse al tercer y cuarto mundos
y de gases de efecto invernadero (GEIS) que ocasionan el calentamiento global y
el cambio climático.
-Sustituir urgentemente la toxica agricultura química-industrial por
una agricultura ecológica, de ciclo cerrado y de sólo consumo
cercano a los puntos de producción.
En resumen, si queremos sobrevivir a calentamiento
global y al cambio climático deberemos de terminar con el crecimiento oligárquico global e ilimitado.
Gases de efecto invernadero (GEIS) generados por la agroindustria, que son causantes del calentamiento global y
el cambio climático [2]
Entre el 44%
y 57 % de todas las emisiones de GEIS provienen del sistema alimentario global
Deforestación: La agricultura industrial global accede a tierras fértiles para sus monocultivos
deforestando enormes superficies de sabanas, humedales y bosques. Según la FAO,
esta expansión de la frontera agrícola
es responsable del 70-90 % de la deforestación
mundial. En el proceso se queman árboles y la materia orgánica de las
tierras que los sostienen, provocando, finalmente, entre el 15 % y 18 % de las emisiones
de GEIS.
Procesos agrícolas: A consecuencia de los procesos agrícolas y
del uso de derivados del petróleo (insumos industriales fertilizantes y
plaguicidas químicos), para mover tractores y para la maquinaria de irrigación
se originan la mayoría de las emisiones, de GEIS. También, la ganadería
intensiva (las macrogranjas) produce importantes emisiones a causa del exceso
de purines. En total, las emisiones por estos procesos agrícolas contribuyen
entre un 11 % y 15 % al de las emisiones globales de GEIS.
Procesamiento
y envasado: La
transformación de los alimentos
en platos
y bebidas listas para consumir
requiere una enorme cantidad de energía que provoca gases de efecto invernadero y
lo mismo ocurre con su envasado, y es responsable del 8-10 % del total de los
gases que calientan nuestro Planeta.
Transporte: Una
buena parte de nuestra comida viaja miles de kilómetros antes de llegar a
nuestro plato. Según los cálculos de GRAIN este transporte de alimentos es
responsable de una cuarta parte del total de emisiones que genera el transporte, lo que equivale a un 5.6 % del total de emisiones globales de GEIS.
Refrigeración y venta: Mantener los
alimentos industriales refrigerados o congelados, y distribuirlos a través de
las cadenas globales de supermercados, genera un total de entre el 2 % y el 4 % mundial de emisiones de GEIS.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario