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La Globalización, es un proceso dentro del cual ha vivido la Universidad desde su nacimiento como institución formalizadora del conocimiento humano. En contraposición, en Iberoamérica tenemos un bloque cultural heterogéneo, étnicamente diversificado, centrado en un idioma troncal común, con un español y un portugués con voces perfectamente traducibles e intercambiables, además de una convivencia dotada de alta afinidad comunicativa que posibilita la existencia de sociedades mas solidarias y menos conflictivas, pero que desafortunadamente, ceden terreno debido a los grandes desequilibrios económicos que no han podido resolver, al no disponer de un dominio claro y masivo de la tecnología que se deja entender por idiomas “tecnológicamente” mas fuertes.
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El desafío global de la Universidad Iberoamericana.
Bloque cultural heterogéneo, étnicamente diversificado, centrado en un idioma troncal común.
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José Gerardo Guarisma Álvarez
Viernes, 21 de mayo de 2010
Rector de la Universidad Bicentenaria de Aragua
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Del 30 de Mayo al 02 de Junio en Guadalajara, México, tendrá lugar el II Encuentro Internacional de Rectores de Universia, una magnífica oportunidad para intercambiar opiniones en el mundo universitario a nivel mundial sobre los retos de la Educación en todo el Globo, en particular en Iberoamerica donde nuestra continentalidad cultural que incorpora a España y Portugal como naciones hermanas, busca perfilar su rol como comunidad creadora de conocimiento en el concierto de las naciones de todo el orbe.La convocatoria es tan importante, que no solo estará presente la mayor cantidad de líderes académicos de habla española o portuguesa, sino que tambien asistirán rectores de Estados Unidos, del Reino Unido, de Francia, de Rusia, , de China, Nueva Zelanda, Nigeria, Marruecos, Mozambique. Es decir, de todos los continentes del planeta.Una convocatoria realmente universal: 1074 representantes de las universidades de Iberoamerica y de todo el globo.
En la mesa número uno de la jornada, incorporaremos un papel de trabajo para nutrir la presencia de la universidad venezolana en la discusión de la Globalización en la Educación Superior y el rol que está llamada a desempeñar la comunicación universitaria en nuestro gran telar de cultura mestiza iberoamericana.
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La Globalización, es un proceso dentro del cual ha vivido la Universidad desde su nacimiento como institución formalizadora del conocimiento humano. Siendo heredera del Seminario que a su vez provenía de la expansión del conocimiento que se verificó como componente fundamental del estudio y disciplina de la vida de los conventos medievales, la búsqueda de la verdad teologal emprendida con las herramientas de la filosofía, tarde o temprano conduciría al encuentro con la experiencia humana que moldeaba a la sociedad y a sus instituciones.
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De ese encuentro nace la tecnología, cuando las técnicas artesanales se convierten en procesos fabriles de mayor producción y rendimiento, para satisfacer a las poblaciones crecientes de las urbes, que ya funcionaban como grandes mercados naturales, donde tomaban cuerpo la transacción de valores económicos diversos. Cuando esas transacciones se transformaron en propiedades, entonces la economía de bienes comenzó a empujar con fuerza la formación de los estados nacionales.
De ese encuentro nace la tecnología, cuando las técnicas artesanales se convierten en procesos fabriles de mayor producción y rendimiento, para satisfacer a las poblaciones crecientes de las urbes, que ya funcionaban como grandes mercados naturales, donde tomaban cuerpo la transacción de valores económicos diversos. Cuando esas transacciones se transformaron en propiedades, entonces la economía de bienes comenzó a empujar con fuerza la formación de los estados nacionales.
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Cuando la Humanidad accede a nuevas formas de transformación de energía como la eléctrica y el vapor, las comunicaciones y los procesos de producción generan una producción de conocimiento que colocaba en evidencia el gran poder de la imprenta cuando hizo posible los medios de comunicación de masas. El mantenimiento de los dogmas sociales y políticos de la antigua sociedad ya perdía vigencia y bastó un siglo para que la civilización se reinventase con una auténtica revolución de derechos humanos y sociales que recorrió el orbe completo.
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La América Latina comenzó a aparecer con propiedad en el mapa de Europa en el siglo XVI. El Tratado de Tordesillas en 1494 había establecido las coordenadas para las empresas de conquista y colonización de España y Portugal, los reinos católicos que oficializaron su intervención en el Nuevo Mundo con la intercesión de la Santa Sede. De allí se desprende una realidad cultural de enormes consecuencias que está todavía en franca evolución como nueva posibilidad para la sociedad global. Se trata de Iberoamérica. Y con ella, el mayor espacio del globo que presenta la misma lengua materna, con igual cultura, no solo en el hacer sino también en el pensar.
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Los idiomas español y portugués recorren su territorio con voces intercambiables que traducen el mismo sentir, la misma forma de ser, tan diversa como única. Y es esa especie de realidad mágica la que debemos transferir de los dominios de la literatura a los de la tecnología, los de la ciencia, los de la política y economía. Pero para que esa integración llegue es preciso que actualicemos el proceso de conocimiento mutuo en la población. Un proceso cuyo movimiento telúrico debe ser activado en las universidades, como casas de estudio que deben producir sus ingenios, trascendiendo su papel secular de sucursales donde se expone lo que ha sido ya creado o inventado; es necesario ahora acceder al salto cualitativo que requerimos.
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¿Cuáles son las claves para asumir esta nueva realidad globalizante? ¿Cuáles son las premisas que debemos observar para transitar un camino de logros?
En primer lugar debemos asumir el sintagma de la interculturalidad. Iberoamerica es un espacio donde el genoma humano ha encontrado su más amplia diversidad, lo cual sin duda constituye su mayor fortaleza y potencialidad. Al expresarse en un solo idioma, es de esperar que al aumentar el intercambio de experiencias venciendo las limitaciones locales, podamos acceder a una modalidad educativa compartida que nos permita crear juntos. Y a partir de allí fortalecernos para redefinir nuestras estructuras económicas y sociales.
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En segundo instancia, debemos derrotar en nuestros paises la exclusión que sufre gran parte de la población al estar desprovista de los mecanismos necesarios para incorporarse a la producción de los valores económicos. Si nos detenemos a pensar mas allá de la mera formalidad con la cual hemos tratado el tema, encontraremos un rico sustrato de saberes donde se encuentran dormidas las culturas autóctonas relegadas por los sistemas productivos dominantes. Un encuentro con el conocimiento compartido en Iberoamérica, nos permitiría evidenciar esta realidad y a partir de allí, construir estructuras de conocimiento social mas flexibles y polivalentes, sacando de la indigencia y el mal trato a una serie de manifestaciones culturales que cohabitan entre nosotros pero a las cuales no revestimos de la necesaria dignidad . Eso lo podemos lograr a través de la acreditación de saberes en primer lugar y luego generar una amplia línea de investigación para formalizarlos, transfiriendo el conocimiento de la vasta área gnoseológica donde se encuentra a los dominios de la epistemología y de allí devolverlos con una tecnología enriquecida que nos permita expandirlos e incorporarlos al mercado de bienes y servicios con un importante valor agregado.
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De igual manera, existe una enorme brecha tecnológica entre el mundo post industrializado e Iberoamérica, fruto de nuestro aislamiento de la dinámica del desarrollo seguida por el llamado primer mundo. Nuestra avanzada para vencerla se encuentra en España y Portugal, en particular en lo referente al aprendizaje de la reconversión de estructuras económicas que experimentan las dos naciones ibéricas en su proceso de integración al Mercado Común Europeo, el cual se encuentra gozando de buena salud y que constituye un buen ejemplo para el resto de la comunidad hispano-luso parlante.
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De esta forma, y utilizando los recursos que tengamos mas al alcance de nuestras manos, se trata de observar con un gran interés de aprendizaje, cuales son los avances mas allá de la economía transitoria, que están logrando la integración de Iberia a ese espacio de europeidad, donde ya ha asumido la interculturalidad como función de asociación, a los efectos de insertarla en su identidad.
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Ese camino es el que debe seguir el resto del mundo iberoamericano. No tiene ningún sentido mantener una visión fracturada del mundo sin entender que los bloques culturales se han consolidado en el tránsito histórico de la globalización. Así lo observamos con la comunidad anglo parlante, en particular entre el Reino Unido, los Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, quienes se destacan en la creación de un bloque económico cultural homogéneo, étnicamente vinculado al origen común de los colonizadores británicos.
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En contraposición, en Iberoamérica tenemos un bloque cultural heterogéneo, étnicamente diversificado, centrado en un idioma troncal común, con un español y un portugués con voces perfectamente traducibles e intercambiables, además de una convivencia dotada de alta afinidad comunicativa que posibilita la existencia de sociedades mas solidarias y menos conflictivas, pero que desafortunadamente, ceden terreno debido a los grandes desequilibrios económicos que no han podido resolver, al no disponer de un dominio claro y masivo de la tecnología que se deja entender por idiomas “tecnológicamente” mas fuertes.
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Pero esta afirmación aparente, formulada con cierta ligereza, no resiste una mirada en detalle de semejante aserto; lo verdaderamente cierto es que no terminamos de colocar todos nuestros recursos y habilidades en una misma mesa; creemos, como en el pasado, que el saber formal es mucho más importante que el básico, nuestros sistemas educativos brindan un resultado social a muy largo plazo, no se cultivan los valores de la producción de alimentos , de la planeación, del juego estratégico, del respeto como herramienta del éxito colaborativo. Por ello ha llegado el momento de la colaboración sin fronteras para vencer las rémoras del aislamiento de las corrientes universales. Aplausos para Universia, por brindarnos esta gran posibilidad de encontrarnos y reconocer nuestros logros y esfuerzos para afrontar unidos los insondables desafíos del futuro.
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