domingo, 21 de agosto de 2011

La "democracia blindada" y el final del capitalismo asistencialista.

&&&&&

A su vez, el achicamiento del consumo y la desocupación, van a actuar a corto plazo como detonante central de las revueltas sindicales y estallidos sociales que se van a multiplicar y expandir como un virus por toda la región terminando con el proceso de "paz" social y sindical y poniendo en riesgo la "gobernabilidad" del sistema, principalmente en los países más vulnerables al contagio de la crisis, como es el caso de Argentina, Brasil y México, las tres principales economías de la región. La amenaza de desocupación masiva es el núcleo esencial, el detonante central de los conflictos sociales y sindicales que van a comenzar a extenderse por vía de los bancos y empresas transnacionales que hoy ya están despidiendo masa laboral en América Latina.


/////


La "democracia blindada" y el final del capitalismo asistencialista.


*****


Manuel Freytas IAR Noticias


Enero del 2010.


La pobreza" al subordinar los derechos y reivindicaciones sociales a una "limosna" que le arroja el capitalismo a los pobres, mientras depreda los recursos naturales de sus pueblos y somete sus estructuras económico-productivas con la complicidad de los políticos.


Son precisamente el empleo en negro (contratos "basura") y el asistencialismo los instrumentos de que se valen los gobiernos de la región (por derecha y por izquierda) para bajar falsamente los indicadores oficiales de la pobreza y la desocupación en América Latina.


Pero este robo capitalista con exclusión y pobreza masiva no hubiera podido concretarse sin la complicidad de los gobiernos (de derecha y de izquierda) en la región.


Más allá de que hablen un lenguaje de derecha o de izquierda, las administraciones de los 34 Estados de América Latina desarrollan niveladamente (salvo Cuba y Venezuela) un solo programa económico destinado a favorecer, no a las mayorías sino a un sector de empresas y bancos transnacionales que concentran en sus manos la hegemonía sobre los recursos naturales y el sistema económico-productivo.


El estallido del modelo.


La crisis hipotecaria en EEUU, primero, la irradiación de la crisis a los mercados financieros globales, después, y la crisis recesiva con desocupación luego, terminaron de configurar un proceso financiero-recesivo que hoy amenaza con arrasar los cimientos del modelo de explotación capitalista vigente a escala global.


Proyectado al escenario de América Latina ese modelo de acumulación capitalista trasnacional, basamentado en el asistencialismo social y en el dominio con el "poder blando" del proyecto democracia made in USA, comienza a resquebrajarse y a colapsar en toda la región.


El modelo del "boom exportador" se está cayendo: China y las potencias "emergentes" asiáticas (las mayores compradoras de materias primas) están en recesión y en consecuencia baja los precios de las materias primas y del petróleo.


Los indicadores de esta depresión del mercado de las exportaciones ya impactaron en las principales economías de América Latina que han desarrollado su crecimiento (sin distribución social de la riqueza) sobre la base del "boom exportador" y del alto precio internacional de las materias primas.


Como emergente más inmediato, las grandes economías regionales han ingresado en un proceso recesivo, con achicamiento del consumo y extinción del crédito, que revierte el crecimiento del último quinquenio, que se apoyó en una significativa mejora de los términos de intercambio (33% en comparación al promedio de la década precedente).


El PBI del 2008 se desaceleró a 3,3% y todas las estimaciones del 2009 se están ajustando hacia abajo.


A causa de la recesión mundial que impulsa a la baja los precios de las materias primas y del petróleo, la estrategia de poder "blando" con asistencialismo sin distribución social de la riqueza recibió una estocada de muerte en América Latina.


La reducción y la baja de los precios de las materias primas y del petróleo impacta directamente en las políticas asistencialistas de países como Venezuela, Brasil, México y Argentina. En consecuencia estos países venden menos y a menor precio y sus recaudaciones por exportación han caído a niveles estrepitosos.


Por lo tanto tienen que eliminar parte de los subsidios a las empresas capitalistas para que no aumenten precios, y ven comprometidas sus políticas asistencialistas diseñadas para contener los desbordes sociales y sindicales.


La depreciación de las materias primas activa la recesión, y la recesión potencia la baja del consumo y el desempleo, terminando con el crecimiento con desigualdad social que predominó en los últimos cinco años.


A este cuadro hay que sumar la crisis financiera con contracción del crédito y fuga de fondos por vía de las filiales de los mega bancos que tienen sus matrices en EEUU y Europa.


Así como las potencias centrales (con EEUU y la UE a la cabeza) son las grandes exportadoras de crisis mundial, los bancos y empresas transnacionales imperiales son los grandes exportadores de desocupación masiva a escala global. Ambos, son los principales generadores del colapso financiero recesivo con crisis social que hoy ya se proyecta por toda la geografía de América Latina.


De la misma manera como se "globaliza" en estos grandes pulpos toda la actividad económica a escala planetaria, también en ellos se concentra todo el peso de la crisis recesiva con desocupación masiva que hoy se extiende por toda la geografía estadounidense y europea, con parálisis de la economía y el consumo y conflictos sociales que comienzan a expandirse por Europa, sobre todo en las zonas más "vulnerables" y desprotegidas de Europa del Este.


Esta centralización y nivelación multinacional de la economía capitalista hace que tanto los procesos de bonanza (crecimiento con alta rentabilidad) como los procesos de crisis (recesión con baja de la rentabilidad) repercutan simultáneamente en todos los países donde actúan esos pulpos concentradores de la economía mundial.


Dentro del actual diseño de economía trasnacional en América Latina los consorcios empresariales, con casa matriz en EEUU y Europa (que desarrollan la totalidad de la actividad productiva, comercial y financiera a escala global), concentran la mayoría de la mano de obra ocupada en la región.


Eso convierte a esos grandes pulpos concentradores de la "economía global" en actores centrales del proceso económico recesivo que hoy se extiende desigual y combinadamente por toda la geografía de América Latina.


Con un detalle siniestro: Los planes de reducción de planteles de obreros y empleados que hoy manejan esos grandes consorcios depredadores de la economía mundial se concentran prioritariamente, no en sus casa matrices de EEUU y Europa, sino en sus filiales de mundo periférico "emergente" o "subdesarrollado", principalmente en América Latina.


De la misma manera, la crisis recesiva con desocupación que hoy se proyecta por las economías de América Latina llega de la mano de los grandes gigantes bancarios, de las empresas automotrices o de servicios, que han ingresado en un proceso de quiebra o de cierre a causa del colapso financiero recesivo que azota a EEUU y Europa, las cabezas de la red capitalista global.


En ese contexto, las empresas y bancos trasnacionales que han contagiado la crisis global en América Latina han recibido en países como México, Brasil y la Argentina, subsidios estatales, bajas de impuestos y reducción de salarios a cambio de no cerrar sus plantas y no reducir personal.


La estrategia de los gobiernos centrales, parece orientarse a "salvar" a las matrices operativas de las mega-corporaciones situadas en las cabeceras imperiales de Europa y EEUU, y obligar a los gobiernos de América Latina a realizar la misma operación (salvataje de megaempresas privadas con dinero público) dentro de sus países.


Esta realidad, además de agravar la crisis recesiva en la región, torna inevitable la escalada de desocupación masiva que las transnacionales van a lanzar sobre América Latina cuando la crisis recesiva se convierta en crisis social, con despidos en masa de trabajadores para mantener el nivel de rentabilidad de las empresas, produciendo y vendiendo menos.


La "democracia blindada"


En resumen, el modelo de capitalismo trasnacional asistencialista en América Latina, con gobiernos convertidos en satélites de un modelo económico "único" nivelado para todo el planeta, con bancos centrales atestados de dólares y sin distribución social de la riqueza, con pobreza y desocupación estructural, con contratos laborales basura, con subsidios al capitalismo para contener la inflación y los conflictos sindicales, está en un proceso de colapso generalizado a causa de la recesión que achica la recaudación y los presupuestos de los gobiernos de la región.


A su vez, el achicamiento del consumo y la desocupación, van a actuar a corto plazo como detonante central de las revueltas sindicales y estallidos sociales que se van a multiplicar y expandir como un virus por toda la región terminando con el proceso de "paz" social y sindical y poniendo en riesgo la "gobernabilidad" del sistema, principalmente en los países más vulnerables al contagio de la crisis, como es el caso de Argentina, Brasil y México, las tres principales economías de la región. La amenaza de desocupación masiva es el núcleo esencial, el detonante central de los conflictos sociales y sindicales que van a comenzar a extenderse por vía de los bancos y empresas transnacionales que hoy ya están despidiendo masa laboral en América Latina.


Este proceso a su vez, y a medida que avancen los conflictos sociales y sindicales, va a impulsar una profunda reestructuración en la estrategia y en los métodos del control político y social "sin represión" que los gobiernos de la región venían implementando de la mano de las políticas asistencialistas y el poder "blando" de la democracia imperial.


Los ejércitos y las policías regionales, que fueron relegados a un segundo plano por la estrategia de dominio con el "poder blando", van a adquirir un nuevo rol represivo para contener a las protestas violentas causadas por los despidos, las bajas de salarios y la imposibilidad de acceder al consumo elemental para la supervivencia por parte de las mayorías que van a ser desplazadas del mercado laboral y del consumo.


Ya no se va a tratar de la represión militar a la usanza de las viejas dictaduras militares setentistas, sino de un proceso que va a combinar simultáneamente la acción represiva militar con estrategias mediáticas de control social y sin romper el molde del orden constitucional.


"Mano dura" y democracia, con las fuerzas armadas bajo el mando de un gobierno civil desarrollando operaciones de "contrainsurgencia" (como en la favelas de Brasil), y medios de comunicación clasificando y valorizando los conflictos y protestas, situando a los "violentos" de un lado, y a los "pacíficos" del otro.


En otras palabras, la implementación de la "democracia blindada", que viene a realizar una síntesis operativa entre el poder "blando" y el poder "duro" para preservar la gobernabilidad regional, como condición básica para que EEUU y la potencias centrales rediseñen un nuevo proyecto de dominio trasnacional capitalista en América Latina.


*****


(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

No hay comentarios: