martes, 13 de septiembre de 2011

Es la receta equivocada de la crisis. El 11-S marcó a Estados Unidos, pero, 2008 contaminó al mundo entero de una crisis de la cual. no parece tener..

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Hoy Grecia hace un anuncio al mundo, al asegurar que tan sólo posee dinero para pagar nómina gubernamental y pensiones por un mes más. El gobierno heleno pide que se libere la nueva ayuda económica para hacer frente a esos problemas. Otra vez, dinero que no parará en asuntos de inversión productiva que pueda reanimar a la economía. Amplios sectores de la población afirman que de no ser por la globalización, habría algunos países sanos y libres de crisis, pues la posibilidad de contagio sería nula. Con este pretexto, más de uno, busca fragmentar bloques económicos como la Unión Europea.


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Es la receta equivocada de la crisis.


El 11-S marcó a Estados Unidos, pero, 2008 contaminó al mundo entero de una crisis de la cual. no parece tener salida".


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Edmar Ariel Lezama.


Internacional Bussines. Martes 13 de septiembre del 2011.


El domingo anterior, Estados Unidos como país, recordaba los atentados del 11 de septiembre de 2001. Es cierto que el anterior evento es relevante y debe ser recordado, pero, quizá al día de hoy existan otros acontecimientos que la Unión Americana no desea rememorar, pues a partir de 2008, año en que se anunció la quiebra de Lehman Brothers, es al parecer cuestión de tiempo la pérdida de hegemonía del país liderado por Obama en ámbitos económicos y militares.


El 11-S marcó a Estados Unidos, pero, 2008 contaminó al mundo entero de una crisis de la cual, hasta el momento, parece no existir salida.


Varios teóricos de la economía afirman que la rapidez del contagio, fue provocado por la globalización y la enorme relación entre los mercados. Concluir de esa manera me parece un poco simplista, ya que si revisamos la historia, "La Gran Depresión de 1929" fue ya una crisis de orden mundial, donde todos los países terminaron por sufrir, excepto la Unión Soviética, quien se movía en terrenos de gobierno y producción bajo otro modelo. La globalización como tal, en 1929 no tenía forma.


Un par de historiadores económicos, Barry Eichengreen y Kevin O'Rourke, a través de la estadística, hacen un profundo análisis del mundo en 1929 contra lo que hoy vivimos. Las políticas implantadas por Rooselvet se basaban en el incremento de la inversión pública, las reformas financieras, equilibrio entre capitalistas y sindicatos obreros, así como la generación de puestos de trabajo a toda costa, afirman Eichengreen y Kevin O'Rourke.


Los resultados de acuerdo a este par de historiadores saltan a la vista, al tener una tasa de desempleo abierto que cayó del 25% al 14% y una media del crecimiento del PIB de 9% (una tasa similar a la de China en los últimos años).


En el estudio de Barry Eichengreen y Kevin O'Rourke, los resultados de la política keynesiana aplicados en esos años, y que también terminó por conocerse con el término New Deal, facilitó la salida de la crisis en un promedio de 7 años.


Los datos revisados muestran un periodo de prosperidad y crecimiento hasta el año de 1938, donde el empleo se situó en el 19%. La explicación es simple, pues en ese mismo año, se decidió que Estados Unidos debía cambiar a una política monetaria contractiva, lo cual afecto la cantidad de dinero gastado en inversión pública y gasto social. Los encargados de la economía de inmediato se dieron cuenta y dieron marcha atrás a esas medidas restrictivas.


Barry Eichengreen y Kevin O'Rourke muestran a un mundo en el año de 1929 tomando como se puede ver, decisiones correctas. Hoy ningún gobierno occidental ha hecho declaraciones sobre todos los especuladores, los jugadores externos que intervienen en la deuda de cada nación, la banca que irresponsablemente otorgo créditos a otro puñado de irresponsables. Ninguna medida regulatoria contra ellos. Incluso Barack Obama hace algunas semanas pedía a su Congreso elevar el techo de la deuda, pero, a diferencia de Rooselvet, el dinero extraordinario sería para tapar parches de gasto irresponsable adquirido años atrás.


Hoy Grecia hace un anuncio al mundo, al asegurar que tan sólo posee dinero para pagar nómina gubernamental y pensiones por un mes más. El gobierno heleno pide que se libere la nueva ayuda económica para hacer frente a esos problemas. Otra vez, dinero que no parará en asuntos de inversión productiva que pueda reanimar a la economía. Amplios sectores de la población afirman que de no ser por la globalización, habría algunos países sanos y libres de crisis, pues la posibilidad de contagio sería nula. Con este pretexto, más de uno, busca fragmentar bloques económicos como la Unión Europea.


Alemania ya dio la nota, al ser el jefe economista del Banco Central Europeo, Jurgen Stark, quien por su propia cuenta o como petición de Angela Merkel, renunció al cargo en protesta por la compra de deuda soberana a países miembros con problemas financieros.


La renuncia debe ser leída como una amenaza de Alemania sobre el resto de Europa sobre cómo están manejando sus economías. Pensar en una Unión Europea disuelta quizá no sea algo descabellado, a pesar de que ellos, no consideren que países como España, Grecia, Portugal o Irlanda, comenzaron a acercarse un poco a buenos niveles de vida en algún momento; como bloque, pudieron negociar de mejor forma con Estados Unidos y China. Incluso Europa unida, garantiza que nunca más habrá problemas bélicos en esa zona de países miembros. La fragmentación de bloques económicos no es la respuesta, pues como sucedió en 1929, el aislamiento no garantiza que no existirá contagio. Las respuestas ya se dieron también en aquel año, aunque parezca que nuestros gobernantes estén renuentes a aplicarlas.


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