viernes, 7 de octubre de 2011

Joseph Stiglitz: la austeridad no es el camino en Europa.

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El Banco Central Europeo (BCE) es la institución que cuenta con la flexibilidad necesaria para gestionar la crisis. Será absolutamente esencial, porque podrá llenar el vacío y lo hará. Ahora, el problema, es que algunos en Alemania y otros países han dicho que el BCE no debería estar comprando deuda pública de España o Italia, y que no debería estar cubriendo ese vacío. Pero si el BCE no lo hace, la perspectiva de la Eurozona es muy triste. No es inevitable que Grecia entre en suspensión de pagos si ponen la suficiente asistencia para ayudar a que salga adelante. Su potencial de crecimiento es enorme, así que si Europa pone los fondos suficientes, crecerá y podrá gestionar sus deudas.


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Joseph Stiglitz: la austeridad no es el camino en Europa.


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BBC Mundo. Miércoles 5 de octubre del 2011.


La rebaja de la calificación de Italia, es la última consecuencia de la crisis financiera europea. ¿Cómo ve la situación el Premio Nobel de Economía, antiguo economista Jefe del Banco Mundial y gran crítico de la globalización?.


La rebaja de calificación de Italia por parte de la agencia Moody's es el último eslabón en la cadena de la crisis financiera. ¿Cómo ve la situación general Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, antiguo economista jefe del Banco Mundial y gran crítico de la globalización?


La mayor parte de los economistas creía que cuando se puso en marcha el euro, la tarea no había sido completada. Los políticos europeos habían sacado todos los mecanismos de ajuste y no pusieron nada en su lugar.


Una de las cosas que hace que la moneda de EE UU funcione para todo el país es que tenemos una autoridad fiscal común y altos niveles de migración interna, además de que estamos dispuestos a permitir que Dakota del Norte se quede despoblado.


En Europa, no hay autoridad fiscal, la migración es más complicada y la mayoría de los países no están dispuestos a perder población. Así que el marco para tener una moneda común no existe.


Ahora podrían maquillar las deficiencias de un lado reforzando otros, por ejemplo, con una autoridad fiscal con más poder. Pero tampoco la tienen.

Lo que hicieron en términos fiscales fue suscribir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que era un acuerdo para la recesión más que para el crecimiento, pues limitar el déficit cuando estás en problemas es una receta para el enfriamiento de la economía, que es lo que está pasando en Grecia.


Así que la cuestión siempre fue si cuándo se diera una crisis podrían terminar la tarea. Me parece que el jurado sigue deliberando sobre este punto.

Equivocados.

El acuerdo que adoptaron en julio era razonablemente bueno, reconocía que Grecia necesitaba ayuda para crecer, pero no pusieron dinero y el proceso de ratificación fue excesivamente lento.


Así que me parece que realmente es una cuestión que sigue sin estar resuelta. Hay diferentes vías institucionales para ayudar a resolverlo. El Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) necesita ser mayor o tener más capacidad de influencia para impulsar la economía. Eso es lo mínimo.

En el largo plazo, van a necesitar bonos europeos y diversas acciones más, y tendrán que reconocer que el marco de austeridad no es el camino a seguir.


Emitir títulos de deuda pública debería ser un elemento del marco fiscal.

El problema con la Eurozona es que lo que creyeron que necesitaban era limitar el déficit fiscal y eso fue un análisis equivocado.


Irlanda y España tenían superávit antes de la crisis. Pero creyeron que limitar el déficit fiscal era necesario y suficiente para proteger su situación económica. Eso fue un error.


Políticos.

El acuerdo de julio fue un buen inicio si lo hubieran implementado rápido. Pero eso no pasó.


Permítaseme decir que para la democracia no fue tan lento. Dos meses para conseguir una legislación histórica no es tanto tiempo. Pero los mercados se mueven rápido. No critico el hecho de que haya sido algo deliberado, es que la naturaleza de la democracia es así.


Mi crítica es que no hicieron nada durante los diez años anteriores a que hubiera una crisis.


Sospecho que vamos a ver mucha volatilidad. Si al final la Eurozona sale intacta o no es algo difícil de decir. Depende de los políticos. Incluso a pesar de que creo que el compromiso de hacer algo está ahí, los procesos políticos en muchos sentidos no sintonizan con los económicos. Los problemas son profundos.


Creo que hay bastantes posibilidades de que en un año estemos ante una Eurozona más pequeña de lo que es en la actualidad.


Hay cierto consenso entre los economistas en que la mejor manera de hacerlo sería que salgan los países del norte. Eso haría los ajustes más fáciles.

Pero la visión generalizada es que eso no va a pasar y que serán algunos de los países más débiles los abandonarán el euro. Eso implicará un enorme trauma en los mercados, como la congelación del crédito, una reedición del 15 de septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers colapsó.


Potencial de crecimiento


Si Europa insiste en seguir adelante con los paquetes de austeridad en Alemania y sin el tipo de asistencia que necesitan para ayudar a los países con severos problemas económicos, como Grecia, entonces casi seguro que la Eurozona se quebrará.


Pero si dan un paso en poner el dinero, entonces pueden sobrevivir, al menos por el momento.


El Banco Central Europeo (BCE) es la institución que cuenta con la flexibilidad necesaria para gestionar la crisis. Será absolutamente esencial, porque podrá llenar el vacío y lo hará. Ahora, el problema, es que algunos en Alemania y otros países han dicho que el BCE no debería estar comprando deuda pública de España o Italia, y que no debería estar cubriendo ese vacío. Pero si el BCE no lo hace, la perspectiva de la Eurozona es muy triste. No es inevitable que Grecia entre en suspensión de pagos si ponen la suficiente asistencia para ayudar a que salga adelante. Su potencial de crecimiento es enorme, así que si Europa pone los fondos suficientes, crecerá y podrá gestionar sus deudas.


Pero hasta ahora, no he visto nada en forma de ayuda al crecimiento como oposición a la asistencia en la austeridad para afrontar su escasez de presupuesto. No soy muy optimista de que eso servirá para evitar la suspensión de pagos.


Joseph Stiglitz es Premio Nobel de Economía y antiguo economista jefe del Banco Mundial.


Las opiniones expresadas por el autor no son las de la BBC a no ser que sea específicamente declarado. El texto es para información general y no constituye asesoría legal, de inversión, tributaria o de otra naturaleza.


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