Todo apunta que en la coyuntura global del 2012, Europa realmente está atravesando una seria y profunda crisis estructural, multidimensional, - hoy varios académicos hablan de la POLI-CRISIS – y si tenemos un poco de sabiduría, paciencia y sobre todo aprendemos a respetar las opiniones aunque no nos gusten, pero si son muy respetables. A finales del 2010, en el Congreso de la Universidad de Málaga-España, sobre la Globalización financiera, nosotros nos referíamos a la TRIPLE CRISIS GLOBAL ESTRUCTURAL, multidimensional: crisis económico-financiera, manifiesta en la crisis alimentaria, crisis industrial, crisis hipotecaria, crisis del petróleo, crisis de la aviación, crisis automotriz, crisis de la bolsas, aseguradoras, Wall Street, crisis de la industria inmobiliaria, etc. Crisis del Cambio Climático Global: justamente nos referíamos a la crisis hídrica, del agua, crisis de las tierras de cultivo -sequías permanentes, aluviones. Cambio del clima – frío profundo, calor muy alto- crisis de la salud, alimentaria, crisis de la industria farmacéutica, etc y crisis de la Confianza, que genera al final crisis social, política, ética, moral, cultural, ambiental e institucional.
Han transcurrido solamente menos de dos años y junto a la crisis económico-financiera que está generando por parte de los capitalistas políticas brutales y salvajes contra los trabajadores, liquidando sus derechos, destruyendo las instituciones que sostenían como fortalezas la democracia liberal representativa, - que hoy tampoco les sirve para sus nefastos intereses – y ahora, está presente la crisis del cambio climático – ellos creyeron que como países desarrollados, jamás les llegaría – pero ahora ya la tienen encima, y como siempre quien paga todas las consecuencias y males son los pobres, los desempleados, los pequeños agricultores, los emigrantes, los ciudadanos europeos.
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EDGAR MORIN: LA POLICRISIS.
“El desgaste terminal del modelo
occidental”.
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Ramón E. Azócar A
Analítica.com Jueves, 1 de marzo de 2012
En una palabra, el mundo global está amenazado y lo que ha llamado Edgar Morin (Paris, 1929), policrisis, se refiere al punto más elevado de esa amenaza, la cual se materializa con el desgaste del modelo occidental concéntrico que ha dilapidado las posibilidades de fusionar lo humano con lo trascendental de la razón de vivir que es la “virtud ciudadana”
Hay muchas maneras de enfrentar las consecuencias de este nuevo mundo que se abrió al festín de la inconsciencia desde que el hombre creyó que esa imagen y semejanza a Dios lo hacía igual y por ende capaz de hacer cambios sin importar las consecuencias. La civilización trajo mayor expectativa de vida física, pero minimizó la esencia de vida, es decir, tomando la inquietud del Sócrates del siglo IV antes de Cristo, acabó con la “virtud” del vivir.
Esto lleva a recapitular lo expresado en el 2008, por los franceses Patrick Artus y Marie-Paul Virard, en su obra “Globalización: lo peor está por llegar”. Según estos autores, el mundo global ha creado la conjunción de cinco características esenciales que terminarán por hundir las posibilidades del planeta de salir de la hecatombe de la crisis política:
1.- Un Estado que se comporta como máquina no igualitaria que socava los cimientos sociales y atiza las tensiones entre los miembros de la sociedad;
2.- una sociedad que se comporta como una gran caldera que quema los recursos escasos, favoreciendo las políticas de acaparamiento y acelerando el calentamiento del planeta;
3.- un Estado que inunda el mundo con liquidez y estimula la irresponsabilidad bancaria;
4.- un Sistema financiero que se comporta como un casino en el que se expresan todos los excesos del capitalismo; y
5.- una organización societal que anida intereses individuales y que como centrífuga busca implosionar los esfuerzos menudos de quienes ofrecen nuevos modelos de organización social en el marco de los Estados Nacionales Modernos.
En una palabra, el mundo global está amenazado y lo que ha llamado Edgar Morin (Paris, 1929), policrisis, se refiere al punto más elevado de esa amenaza, la cual se materializa con el desgaste del modelo occidental concéntrico que ha dilapidado las posibilidades de fusionar lo humano con lo trascendental de la razón de vivir que es la “virtud ciudadana”. La crisis es de valores, de conciencia, no de “cosas materiales”.
El hombre destruye su medio ambiente, lo contamina, ataca a sus semejantes, les quita cosas, le impone ideas y hasta violenta la dignidad, todo como pretexto de ser quien ostenta mayor poder sobre otros; y resulta que el poder está en la visión compartida, en el trabajo cooperativo, en la solidaridad, en el bien común, en el hacer haciendo, en el aprender aprendiendo, en el vivir viviendo…
En su último libro, “La Vía” (2011), Morin expresa: “La crisis ecológica se acentúa con la degradación creciente de la biosfera (lo que provocará nuevas crisis económicas, sociales y políticas);…La crisis de las sociedades tradicionales deriva de la occidentalización que tiende a desintegrarlas;…La civilización occidental, que produce las crisis de la globalización, está ella misma en crisis. Los efectos egoístas del individualismo destruyen la antigua solidaridad…La crisis de la modernidad occidental ocasiona que las modernas soluciones para la crisis sean irrisorias…
La crisis demográfica se amplifica a causa de la conjunción de diferentes fenómenos: la superpoblación de los países pobres, la disminución de la población de la mayoría de los países ricos y el desarrollo de los flujos migratorios engendra esa miseria…La crisis del mundo rural es una crisis de desertificación, provocada por la importante concentración urbana y la extensión de los monocultivos industrializados, entregados a los pesticidas, privados de vida animal, así como por las dimensiones de la ganadería industrializada, productora de alimentos degradados de las hormonas y los antibióticos…”
Simplificando, la policrisis a la que enfrenta el mundo moderno, se agrava por la incapacidad de pensar los problemas de manera integral y humana; las soluciones no vendrán de modelos matemáticos ni alta ingeniería social, vendrá en pensar como la gente y desde las situaciones puntuales y reales de la gente. La intervención del Estado en la Sociedad ha de estar inscrita en políticas públicas que develen las necesidades reales a satisfacer, siempre abanderando que no es más feliz el que más tiene sino que el que menos necesita.
A todas estas, hay que apostar al conocimiento (la educación); no es sólo tener esperanza en que las cosas mejoren y trasciendan, sino en que hay que formar ciudadanos planetarios inscritos en el saber de la razón y la conciencia, porque, tomando la frase de Morin, “…no puedo ignorar mi ignorancia”.
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Nota 1.- Interesante, pero falta aún en esta multidimensionalidad de la crisis, la CRISIS DE LA CONFIANZA, la más grave, peligrosa y destructiva, porque los ciudadanos de a pie, no creen, perdieron absolutamente la credibilidad, la confianza en los Políticos, en los Banqueros y demás administradores de la crisis estructural del sistema capitalista. Las instituciones no tienen legitimidad. Hay carencia absoluta de Liderazgo y de Políticas Públicas estratégicas. Pablo Raúl
Nota 2.- El cruce de policrisis del que habla Edgar Morin en Tierra Patria, hace referencia a la diversidad de síntomas ambientales que interactúan y provocan el surgimiento de otros; pero ¿hay un síntoma ambiental que de origen a todos los demás? Muchos investigadores y personas opinan que el aumento de la población propicia la falta de empleo y por ende la delincuencia; por lo que es necesario hacer un análisis más profundo y reflexionar sobre lo siguiente ¿qué necesito para cubrir mis necesidades básicas? ¿qué me lo impide? ¿dónde vivo? ¿soy feliz? ¿cuáles son mis preocupaciones?
Nota 3.- La actual crisis económica que viven los países del sistema capitalista, ha dejado a millones de trabajadores sin empleo, por una parte ha generado la emigración de millones de ciudadanos pobres y extremadamente pobres de los países del “Tercer Mundo” – hoy países en desarrollo hacia las mega-ciudades de los países industrializados, - que paradoja, hoy – se encuentran en crisis estructural, multidimensional, originando una nueva crisis de doble contenido: la crisis demográfica con un conjunto de variables que lo destruyen: crecimiento incontrolable de población pobre, crecimiento de la población de la tercera edad, alta concentración de población en las mega-ciudades, en especial población que está fuera del sistema. Y crisis humanitaria. Que también tiene un conjunto muy diverso y alta complejidad, desde los países postrados en la miseria, la desolación, la sequía y la explotación de sus recursos, como poblaciones enteras expulsadas por razones políticas, otras poblaciones victimas de dictaduras primitivas, cerradas y violentas y finalmente otros que hoy asumen características múltiples de desempleo, subempleo, explotación, tráfico de menores, prostitución, migración ilegal, etc, etc. Pablo Raúl,
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