sábado, 21 de abril de 2012

EUROPA: FRANCIA, Cierre de campaña con ventaja del Socialismo. Alain Touraine: Voto por Hollande. Italia “hagamos crecer el trabajo”

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España en el centro de una tormenta social y turbulencia política, no tiene ni para pagar los servicios públicos, la oposición sobre la reforma laboral, millones de desempleados, huelgas de los sindicalizados, el sistema democrático dinamitado por dentro y encima Argentina “nacionaliza” su empresa petrolera Repsol; Francia en Elecciones Nacionales y la posible vuelta de la social-democracia con políticas de izquierda y pro-europeístas, contra el Presidente neoliberal Sarkozy que en sus desesperación política, amenaza e infunde miedo en la ciudadanía; Italia con millones de ciudadanos en las calles en huelga contra la reforma laboral, crece el desempleo y el descontento social y un Primer ministro que defiende al capital financiero-especulativo, representa los intereses de las agencias calificadoras de riesgos; Inglaterra con políticos y políticas del “Robin Hood” a favor y libre de impuestos a los ricos y millonarios, aislada de Europa y con miles de millones de deuda, sin crecimiento económico y huelgas de los empleados públicos y los estudiantes universitarios; Grecia, hundida y al borde del despeñadero, miles de sindicalizados en las calles, dan la ”batalla final” contra la prepotencia de la Troika gobernante, niños, mujeres y adultos mayores son las primeras víctimas de la brutalidad neoliberal y el primer país de la euro-zona que sus políticos y tecnócratas que han vendido la soberanía nacional; Portugal, su economía en crisis estructural, sus bosques se incendian a diario y destrucción generalizada de su biodiversidad, La crisis económica, sumado a sequía permanente lo ponen al borde de la crisis final.


En la política, en el sistema democrático, la otrora Democracia Moderna ejemplo y paradigma a nivel mundial, hoy – en sala de cuidados intensivos – paralelo al brutal proceso de desmantelamiento de las instituciones fundamentales que sustentan la Democracia, en la otra orilla de la política – aun sobreviviente – (in)surgen voces respetables de algunos políticos responsables – ex presidentes, ex Primeros Ministros – cómo asumiendo una “tarea” política histórica, en el centro de la tormenta, turbulencia y multipolarización de la poli-crisis, alguien debe “decirle NO a la Sra Merkel”, para terminar con sus nefastas políticas de control fiscal, -dictadura del capital financiero a partir del “Consenso de Bruselas”, la equivocada austeridad y salvataje a favor de los banqueros y millonarios, liquidando los derechos fundamentales de millones de ciudadanos. Al final del túnel un pequeño país, Islandia, depositaria de la más antigua “democracia” herederos históricos de los Vikingos, sale de la crisis, pero antes enviando a la cárcel a los políticos y banqueros responsables de la crisis-corrupción y la mega-negociación de la soberanía nacional a los intereses especulativos y corruptos del capital financiero británico y holandés. Extraordinario, se abrió una pequeña, muy pequeña ventana de honor, dignidad, ética, moral, compromiso y responsabilidad de una “Nueva Clase Política”, que hoy gobierna el pequeño país. Resultado final: El Modelo Social Europeo, otrora gigante paradigma de la Democracia Moderna en el mundo, está siendo auto-destruido por quienes fueron sus autores y constructores por más de 6 décadas (1945-2010) hoy la brutalidad de sus políticas destruyen la economía, el salvajismo de su autoritarismo está demoliendo socialmente sus instituciones, así como sus pactos, alianzas, foros mundiales y Cumbres Europeas la están dinamitado políticamente. Pablo Raúl.


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Francois Hollande. Socialista, candidato demócrata contra el neoliberal y prepotente actual presidente y la reelección del sr. Sarkozy, pero su miedo y desdesperación lo asfixian políticamente.

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EUROPA: FRANCIA, Cierre de campaña con ventaja del Socialismo.


Alain Touraine: Voto por Hollande. Italia “hagamos crecer el trabajo”


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Hollande aparece como el favorito frente a Sarkozy en las elecciones Presidenciales. Históricas elecciones hoy domingo 22 de abril del 2012.


La perspectiva, anunciada por las encuestadoras, de una victoria de Hollande plantea el interrogante de la relación entre socialdemócratas y el mercado después de diez años ininterrumpidos de gobiernos liberal-conservadores.



Por Eduardo Febbro


París. Página /12 Sábado 21 de abril del 2012.


La campaña electoral para las elecciones presidenciales se cerró a media noche casi con el mismo dato constante con que empezó: siete sondeos de opinión ponen al socialista François Hollande a la cabeza de la primera vuelta, que se celebra este domingo. Su rival, el presidente Nicolas Sarkozy, aparece en segundo lugar, a una distancia que oscila entre uno y dos puntos, pero que, según la mismas encuestas, se amplía en hasta diez puntos en la perspectiva de la segunda vuelta del próximo 6 de mayo. La perspectiva, anunciada por las encuestadoras, de una victoria del socialista François Hollande plantea el interrogante de la relación entre socialdemócratas y mercados después de diez años ininterrumpidos de gobiernos liberal-conservadores.


En el acto con el que lanzó su candidatura, François Hollande pronunció la frase que nadie esperaba, una suerte de hacha de guerra clavada en el corazón del liberalismo predador: “Mi adversario, mi verdadero adversario, no tiene nombre, ni rostro, ni partido. Nunca presentará su candidatura y, por consiguiente, no saldrá electo. Sin embargo, ese adversario gobierna. Ese adversario es el mundo de las finanzas”. Hace muchos años que el socialismo europeo no recurría a su fondo de valores históricos. En respuesta a ello, la derecha francesa, con su candidato a la cabeza, Nicolás Sarkozy, salió a contar la historia del lobo: si ganan los socialistas habrá “caos”, los mercados se abalanzarán contra el país con “ataques especulativos y “Francia terminará de rodillas”. Con esos anuncios escatológicos, los liberales buscaron resucitar los miedos que se apoderaron de los mercados al día siguiente de la victoria del difunto presidente socialista François Mitterrand, en mayo de 1981. Ahuyentados por el famoso “programa común” de la izquierda, los capitales salieron despavoridos y la Bolsa de París perdió en cuatro días 17,1 por ciento de su valor.


El contexto actual es distinto. Los mercados aún no anticiparon con signos negativos la probable victoria del socialismo francés. El responsable de la sección economía de un gran banco francés confiaba, bajo el anonimato, al diario Libération que “nadie imagina una desconfianza repentina de los mercados financieros sólo porque Francia esté gobernada por un socialista”. La mayoría de los analistas descartan una “confrontación” entre el mercado y la socialdemocracia. En parte porque la crisis es muy fuerte, en parte porque, por paradójico que resulte, el PS adelantó fórmulas que los mercados juzgaron más “coherentes” con la situación actual. Una de ellas, la esencial, consistió en decir que el rigor económico y los ajustes sin crecimiento no conducen a nada. Henri Sterdyniak, responsable del Departamento Economía de la Globalización en el Observatorio francés de Coyunturas Económicas, OFCE, señaló al semanario Challenge’s que “el candidato socialista optó por una estrategia progresiva de reducción de la deuda pública y del déficit. Tiene una estrategia. Su programa es prudente”.


Prudencia no equivale a ausencia de metas. De hecho, el contexto de 2012 es muy distinto del de las elecciones de 2007 y, sobre todo, de las de 2002, cuando el ex primer ministro socialista Lionel Jospin perdió las elecciones presidenciales tras caer en la primera vuelta, donde fue superado por el candidato de extrema derecha Jean Marie Le Pen, a su vez derrotado por Jacques Chirac. Jospin había creado un hito irrepetible cuando, apenas empezó la campaña, dijo que su programa “no era socialista”. Jospin solía decir “sí a la economía de mercado, no a la sociedad de mercado”. François Hollande se ha mostrado a la vez más preciso y más a la izquierda que Lionel Jospin. Bajo el gobierno de Jospin (1997-2002) se llevó a cabo un amplio proceso de privatización de las empresas públicas. Comparado con la derecha, 140 mil millones de francos en privatizaciones (1986-1997), Jospin fue mucho más lejos: 210.000 millones. Parte de la visión socialista fue adelantada en una entrevista exclusiva que Benoït Hamon, el representante del ala más a la izquierda del PS y actual portavoz del partido, le dio a Página/12.


“En Francia hacen falta cuatro o cinco leyes para modificar radicalmente la naturaleza del lazo entre los mercados financieros y la economía real. Con una ley sobre las transacciones financieras, otra sobre la separación entre banco al público y banco de negocios, otra sobre las comisiones bancarias, otra que apunte hacia una reforma de la jubilación fundada sobre el impuesto al capital, otra ley sobre la fiscalidad para que la renta pague tanto como las ganancias obtenidas mediante el trabajo. Con esos textos ya hay un cambio considerable. No hay nada de revolucionario en esto, todo es auténticamente socialdemócrata.”


En el programa de François Hollande figuran como metas la reducción del déficit del PIB a 3 por ciento en 2017 gracias al aumento de los impuestos, la separación de los bancos en dos categorías, de depósito y de especulación, alza del 15 por ciento de los beneficios bancarios, eliminación de los productos financieros tóxicos y creación de una tasa, impuesto, sobre todas las transacciones financieras. En cuanto a la política fiscal, Hollande puso la barrera bien alta: 45 por ciento de impuestos suplementarios más allá de 150.000 euros de ganancias, 75 por ciento por encima del millón, restauración del impuesto sobre las grandes fortunas, ISF, e imposición a los llamados “exiliados fiscales”, es decir, a los ciudadanos que se domicilian en Mónaco, Suiza y Lichtenstein para no pagar impuestos.


El punto de ruptura radical del socialismo representado por François Hollande se sitúa a nivel europeo. A diferencia de Sarkozy, Hollande ya se inscribió en un camino de confrontación con la dominante Alemania de la canciller Angela Merkel. En primer lugar, el aspirante socialista aseguró que renegociaría el pacto presupuestario europeo aprobado hace unos meses y mediante el cual se impone a los Estados de la Unión Europea una disciplina fiscal férrea bajo, incluso, la amenaza de sanciones si no se respetan sus criterios. Ese pacto es una creación alemana. Hollande antepuso igualmente otro principio: en contra del rigor extremo como única vía de la recuperación, una estrategia de crecimiento. El socialista francés pagó cara su iniciativa.


El semanario alemán Der Spiegel reveló la existencia de un pacto entre la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy; el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente del Consejo italiano, Mario Monti, para no recibir a François Hollande. Aunque se negó la veracidad de ese pacto, Hollande no fue recibido por ninguno de estos líderes. A ellos se les agregó luego el primer ministro polaco, Donald Tusk. Los mercados se muestran hoy tan serenos como François Hollande. ¿Reconciliación? ¿Conciencia mutua de que es preciso pactar algunas concesiones y regular para evitar lo peor? ¿O simplemente un compás de espera del liberalismo antes de una de sus ya reiteradas estocadas? Una vez más, Benoït Hamon había señalado a Página/12 que de lo que aquí se trataba era de “alejar la economía europea de las convulsiones de los mercados”. Las propuestas de Hollande son modestas y precisas. No hay un enunciado revolucionario ni de ruptura total. Más bien una sensatez reguladora. La izquierda más ardiente encontrará que es muy poco, que los estragos del liberalismo se merecen otra respuesta. Otros dirán que el hecho mismo de poder hablar y de que haya medidas detalladas en un programa es un gran paso. A este respecto, Benoït Hamon había dicho a Página/12: “Creímos que podíamos construir un modelo con los liberales. Por consiguiente, los socialdemócratas europeos tienen una gran responsabilidad con la crisis actual”.


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Alain Touraine. Maestro, Sociólogo francés. Ejemplo de dignidad en la "izquierda" francesa. Hoy define su voto del día de hoy. Hollande hara política de izquierda y europeísta.

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ALAIN TOURAINE: “Hollande hará una política de izquierdas y europeísta”.


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Cómo ha visto esta campaña electoral en Francia?


–Lo que caracteriza esta campaña electoral es que no está organizada alrededor de problemas o políticas, sino alrededor del rechazo a un hombre. Es una campaña pro o contra Sarkozy. Y en el momento actual hay pocas dudas de que va a perder las elecciones. Pese a eso, personalmente, yo opino que es una elección muy importante porque es la única vez en nuestra historia que un candidato de izquierdas es a la vez europeísta. Durante el último tiempo, la izquierda pareció ser más antieuropea. Mientras, [Jean-Luc] Mélenchon y [Marine] Le Pen son dos candidatos importantes en contra de Europa. Hollande ha dicho que va a hacer una política de izquierdas, pero también una política favorable a la construcción de Europa. Por esta razón, yo voy a votar a Hollande. No es un candidato muy brillante, pero no hace falta la brillantez o el carisma, sino ser pro-europeo y hacer una política de izquierdas.


–Sin embargo, en Francia se percibe más un voto anti Sarkozy que un voto a favor del cambio…


–Subjetivamente, es un voto contra Sarkozy, lo que es decepcionante porque no indica un programa. Pero pensar así es un error porque la victoria casi segura de Hollande es la victoria de un hombre de izquierdas muy pro-europeo, como lo fueron Michel Rocard o Jacques Delors.

–¿Qué consecuencias tendría para Europa la eventual victoria de Hollande?
–Para mí es una oportunidad de salir de la contradicción entre la política social de la izquierda y la actual política económica europea e internacional. Hollande, con su actitud serena y meditada, está en posesión de un programa racional a favor de la construcción de una verdadera organización económica europea que dé sentido real al euro. Porque una moneda sin política económica, sin política fiscal, sin política presupuestaria, no tiene sentido. Ahora, si Hollande tiene fuerza suficiente, puede incluso acelerar una política pro-europea de izquierdas y no es de ninguna manera imposible que eso también ocurra el próximo año en Alemania, porque los socialdemócratas alemanes son también bastante pro-europeos. Sin embargo, la verdad es que Merkel tiene bastante ventaja, por lo que la idea de una alianza de izquierdas franco-alemana es, por el momento, poco previsible. Pero Francia sí va a seguir una única política de gobernanza económica y a favor de los asalariados más necesitados.


–¿Puede beneficiar la victoria de Hollande a los países del sur de Europa, como Italia o España?


–Si uno analiza lo fundamental, se ve que no hay tantas diferencias entre los países europeos, salvo Gran Bretaña, que está en contra de Europa y del euro. En Italia, tras la marcha de Berlusconi, es verdad que Monti ha conseguido resultados económicos importantes. El caso de España es más complicado en el momento actual porque España está pagando todavía la catástrofe de 2008 de la mono-industria del turismo y la construcción, lo que es muy difícil de recuperar. Pero no es culpa ni de los socialistas ni de la derecha, es culpa de todos los partidos políticos que han mantenido esa política mono-industrial.


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Italia. Susanna Camusso. Líder sindical de la Confederación General Italiana del Trabajo.Hoy conduce grandeds jornadas de protesta sindical contra la brutales y salvajes políticas de la reforma laboral en Italia.

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ITALIA: “Hagamos crecer el trabajo”. Miles de personas protestan contra la Reforma laboral



La líder de la más combativa y numerosa central sindical italiana, la CGIL, Susanna Camusso, no sólo amenaza con hacer una huelga general en todo el país sino que ayer reunió a varios miles de manifestantes indignados en Roma.



Por Elena Llorente.


Desde Roma Página /12 Sábado 21 de abril del 2012.


No hay nada que hacer. La líder de la más combativa y numerosa central sindical italiana, la CGIL, Susanna Camusso, no está convencida de la reforma laboral discutida por el gobierno con los principales líderes políticos, industriales y sindicales, y que ahora está en el Parlamento. Y para demostrarlo no sólo amenaza con hacer una huelga general en todo el país sino que ayer reunió a varios miles de manifestantes en Roma que desfilaron con pancartas y carteles donde pedían hechos y no palabras, y donde criticaban el accionar de la ministra de Trabajo, Elsa Fornero. “Basta de promesas a los que quedaron sin trabajo, sin réditos, sin jubilación”, “Hagamos crecer el trabajo”, “Fornero, si tanto te gusta el número 18, jugátelo a la lotería”, decían los carteles.


Los trabajadores protestaban principalmente contra lo que ellos llaman “la trampa” montada por el gobierno en torno del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, un tema que ha dado mucho que hablar y que pelear entre sindicatos, empresarios y gobierno durante las numerosas reuniones que mantuvieron con la ministra Fornero para llegar a un acuerdo sobre la reforma laboral. El gobierno de Mario Monti –que además de recortes en varios ámbitos y aumento de los impuestos, ha realizado una reforma muy criticada, la jubilatoria, y ahora está ocupado en la laboral– cree que el sistema laboral italiano necesita modernizarse para poder ser competitivo y eso significaba, en buena parte, eliminar las medidas que prohibían los despidos fáciles.


En un principio, el gobierno y los industriales quisieron cortar de plano las garantías ofrecidas por el artículo 18, que desde hace 40 años garantizaba que un trabajador fuera reintegrado a su trabajo si era dejado cesante injustamente. Era la única manera, según ellos, de reactivar el mercado laboral. Todo lo contrario pensaban los sindicatos.


Un poco presionado por Camusso y otro poco por el progresista Partido Democrático, el gobierno se vio obligado a incorporar algunas modificaciones al artículo 18, con el solo consenso de los líderes de los partidos políticos, poco antes de mandar el proyecto al Parlamento. Este hecho causó no poco malestar en los industriales que habían participado de toda la discusión anterior, pero fueron dejados de lado a último momento. Pidieron que el gobierno llamara nuevamente a empresarios y trabajadores para opinar sobre las modificaciones, antes de mandar el proyecto al Parlamento.


El gobierno, aparentemente sin escuchar esos pedidos, logró elaborar un proyecto de ley y lo envió hace poco más de una semana al Parlamento, que lo está discutiendo. En este proyecto el artículo 18 fue transformado, dejando a criterio del juez que se ocupe de la causa laboral, el hecho de reintegrar la persona al trabajo o hacer que reciba una indemnización. “El reintegro fue conquistado gracias a nuestras manifestaciones y protestas”, recordó Camusso en la manifestación, prometiendo la huelga general si no se escuchan los pedidos de los trabajadores. Según la sindicalista, los industriales siguen haciendo presión sobre el Parlamento para que la modificación del artículo 18 no pase.


La gente desfiló de a millares por las calles romanas hasta la antigua Boca de la Verdad y bajo una copiosa lluvia. Pero eso no impidió que algunos de ellos llevaran unas camisetas blancas, cada uno con una letra roja, que formaban la siguiente frase: “El artículo 18 es un signo de madurez social, ayer, hoy y mañana”.


Según Camusso, el proyecto de ley presentado al Parlamento “es muy débil porque el gobierno no respetó los objetivos que había declarado tener”, entre ellos el de reducir el número de trabajadores precarios y el de aplicar los llamados “amortizadores” sociales (seguro de desempleo, prejubilaciones, entre otros) a todos los trabajadores.


Camusso reiteró lo que ha venido diciendo en los encuentros con la prensa italiana y extranjera: “La reforma laboral por sí misma no creará nuevos puestos de trabajo”, en un país donde la desocupación supera el 9 por ciento y casi tres millones del total de desocupados ni siquiera buscan trabajo, abatidos por la falta de estímulos y esperanzas, según la prensa italiana.


Camusso no perdió la oportunidad para apuntar su dedo acusador contra el gobierno de Monti, criticándolo además por no haber tomado las medidas necesarias para estimular el crecimiento económico. “La situación social se está haciendo insoportable”, subrayó la líder de la CGIL.


La manifestación fue el corolario de cuatro horas de huelga en Roma, sobre todo de los autobuses.


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