“La
historia de la cooperación médica cubana es muy amplia y excede el trabajo del
Contingente Henry Reeve. Por ejemplo, en febrero de 2020 había más de 28
700 colaboradores cubanos en 59 países. Entre ellos, los doctores Landy Rodríguez y Assel Herrera, quienes prestaban
servicio en Kenia y desde hace un año permanecen secuestrados por miembros del
grupo islámico Al Shabab. Entre las décadas de los 60 y los 80 se entendía esta ayuda como
una “misión internacionalista” basada en el principio de solidaridad, y abarcaba
otras áreas científicas y profesionales. No se trataba estrictamente de una
exportación de servicios, puesto que ni el país ni los médicos recibían
ingresos por ello. Este tipo de ayuda, en países del llamado Tercer
Mundo, se consideraba una contribución cubana a la liberación y desarrollo de
los pueblos.
La década de
los años 90 estuvo marcada por eventos externos que afectaron sobremanera la
economía cubana, dentro de ellos, la desintegración de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), la
desaparición del campo socialista, principal mercado cubano, el inicio del Periodo Especial y el recrudecimiento del bloqueo económico
de Estados Unidos hacia Cuba. Esta situación potencia el surgimiento de una nueva modalidad de
cooperación: la Asistencia Técnica Compensada o Contrato Directo, cuya
esencia consiste en que se establece un acuerdo, por el cual el médico
contratado percibía una remuneración por los servicios prestados y por este
concepto entraba al Sistema Nacional de Salud un aporte que permitía mantener
al resto de la colaboración médica, que debido a la
situación económica que existía, el país no lo podía asumir.
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Delegación de Médicos Cubanos al Llegar a Perú, juntos en la lucha contra el Coviud-19
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LOS MÉDICOS CUBANOS EN EL MUNDO ANTE LA COVID-19
*****
Marco Antonio Padilla
Torres.
ALAI. Miércoles 10 de junio
del 2020.
La
COVID-19 ha demostrado al mundo el sacrificio de los galenos cubanos, en medio
del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que durante
60 años ha mantenido contra nuestro pueblo el gobierno de los Estados
Unidos.
Resumen
Este
artículo tiene como objetivo acercar al lector a la historia del papel del
personal de la salud de Cuba en el combate contra la COVID-19 en la arena
internacional. Estos son tiempos convulsos, donde además de la pandemia, el
nivel de fake news y
desinformación que circula por los medios para nada es ingenuo o aleatorio,
sino más bien intencionado. Tras ese escenario se esconden determinados
intereses que buscan deslegitimar la Revolución Cubana a partir de una
de las más nobles profesiones que ha fomentado: las ciencias de la salud y el
espíritu humanista de sus profesionales.
Palabras claves
Médicos
cubanos, Solidaridad, Medicina preventiva, COVID-19.
Introducción
El
bloqueo económico comercial y financiero es una herida que el pueblo cubano ha
sufrido por más de 60 años. Su influencia no solo se ha concentrado en la
economía, sino que todas las esferas de nuestra sociedad presentan una marca de
hierro candente, pero lo más doloroso se ha manifestado en la esfera de la
salud.
La
lucha internacional contra el nuevo coronavirus ha sido un combate doble para
la medicina cubana: la primera contra la COVID-19 y la segunda contra la
hipocresía, las calumnias y prepotencia del imperio norteamericano. Ningún país
pequeño en desarrollo ha podido realizar semejante hazaña en términos de
formación de capital humano altamente especializado y capacitado para enfrentar
esta letal pandemia, así como muchas otras batallas libradas en la arena
internacional por nuestros profesionales de la salud, durante todos estos años
de Revolución.
De
los más de 485 mil trabajadores del Sistema Nacional de Salud (SNS), unos 234
mil son profesionales de las diferentes ramas de las ciencias médicas que
laboran en más de 13 mil instituciones sanitarias del país. De estos
profesionales más de 1300 cumplen misiones en la lucha contra la COVID-19.
La
respuesta de nuestros médicos y enfermeros ante la calumniosa actitud, ha sido
el amor, la dignidad y el trabajo incansable ante la pandemia. La
COVID-19 ha demostrado al mundo el sacrificio de los galenos cubanos, en medio
del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que durante
60 años ha mantenido contra nuestro pueblo el gobierno de los Estados Unidos.
El fruto de la Revolución Cubana en la salud
pública
Antes
de 1959 existían 6 mil 250 médicos en Cuba, de estos se fueron del país
alrededor de la mitad, además más del 63,2 por ciento de todos,
radicaban en La Habana, donde los hospitales públicos, las clínicas y
centros de salud privados eran accesibles solo para quienes pudieran pagar y no
para todo el que lo necesitara.
A
los tres macizos montañosos de Cuba, apenas llegaba la asistencia médica. No
estaba organizada la medicina rural, tarea que se convirtió en prioridad para
el Estado cubano después del triunfo de la Revolución. La salud pública desde
entonces se convirtió en derecho del pueblo ofreciendo todos los servicios de
forma gratuita
Desde
el primer día del triunfo revolucionario en 1959, se comenzó a combatir las
enfermedades, destinándose por el Gobierno Revolucionario un presupuesto de 22 millones
670 mil 965 pesos para financiar la salud de la población.
Para el año 2019 se destinaron 10,662 200 000 millones de pesos y
para el 2020 12,740 000 000 (530 millones de dólares), esto representa el 28% y
junto con el destinado a la educación significa más del 50 % del presupuesto
total.
El
financiamiento de este año permitirá la prestación de más de 200 millones de
consultas médicas, servirá además para garantizar los servicios médicos que se
prestan en los hospitales e institutos, así como la atención primaria de la
salud. A esto se le suma que se brindará una cobertura financiera a 1,4
millones de ingresos hospitalarios, que en estos incluye el consumo de los
medicamentos que necesita el paciente.
Durante el año 2019 se graduaron 8 mil 98 nuevos
profesionales de las diferentes carreras de las Ciencias Médicas por lo
que Cuba posee más de 100 mil médicos activos,
con lo cual alcanza la cifra más alta de la historia y con ello un indicador de
los primeros en el mundo, con la proporción de 9,0 médicos por mil habitantes,
cerca de 20,000 estomatólogo, más de 80 mil enfermeras, 150 hospitales
450 policlínicos, casi 11,000 consultorios, 13 universidades
médicas, cerca de 90 mil estudiantes y 30 mil especialistas en formación.
Así también se han graduado más de 35 mil estudiantes extranjeros de 141 países
en universidades cubanas.
Solo
en el año 2019 se desarrollaron más de 89 millones de consulta en el nivel
primario, un millón 199 mil cirugías. En el 2019 se garantizó
una cobertura de vacunación por encima del 98%, lo
que permitió proteger a la población infantil contra 13 enfermedades,
y se mantienen eliminadas 14 enfermedades infecciosas. Otras nueve no
constituyen problemas de salud por presentar tasas inferiores de 0,1 x 100 mil
habitantes. Se redujo la mortalidad prematura, así como en la población menor
de 60 años por enfermedades del corazón, cerebro-vasculares y diabetes
mellitus. Existen en el país 37 unidades de ciencia, tecnología e innovación,
1500 proyectos de investigación, 153 ensayos clínicos y se han producido 8
vacunas de producción nacional.
Nuestro
personal de la salud son portadores de una elevada preparación
científico-técnica y una formación humanística que los hace cualitativamente
mejores, garantes de la salud de la población cubana y la de otras muchas
partes del mundo
Como
se puede apreciar a lo largo de más de 60 años, la Revolución Cubana priorizó
el desarrollo de la salud en nuestro país, la formación de profesionales, las
investigaciones científicas, la elaboración de vacunas y la erradicación de
enfermedades que eran endémicas antes de 1959, esto posibilitó que desde muy
temprano Cuba pudo estar en condiciones de ayudar a otros pueblos del mundo, no
solo por la cantidad de médicos, sino por su vocación solidaria.
La verdad sobre los médicos cubanos en el mundo
El
23 de mayo de 1963, partieron para Argelia 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14
enfermeros y siete técnicos de la salud, Se iniciaba así la primera misión
médica solidaria cubana en la historia de la Revolución Cubana, que durante 57
años ha prestado sus servicios desinteresadamente a los más necesitados en
África, América Latina, Asia y Europa.
La
colaboración médica cubana ha transitado por varias etapas. Desde la misión en
Argelia, compuesta por 55 colaboradores, hasta la actualidad, más de 600,000
colaboradores del personal de la salud han prestado servicios en 164 países.
El
Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres
y Graves Epidemias Henry Reeve fue creado por Fidel Castro en 2005, con la
intención de asistir justamente a los damnificados del huracán Katrina en
Estados Unidos. La ayuda médica cubana nunca llegó a este destino pues el
presidente George W. Bush no lo permitió. La tragedia dejó más de 1 800
muertos. Un año después Bush declaró: “Mi Gobierno no estuvo a la
altura de su responsabilidad”.
Desde
entonces, el Contingente Henry Reeve ha acudido en casos de terremotos
(Paquistán, 2005; Indonesia, 2006; Perú, 2007, China, 2008; Haití, 2010;
Chile, 2010; Nepal, 2015; Ecuador, 2016), lluvias intensas (Guatemala, 2005;
Bolivia, 2006; México, 2007; El Salvador, 2009; Chile, 2015; Venezuela, 2015),
emergencias médicas (cólera en Haití, 2010; ébola en Sierra Leona, Guinea
Conakri, Liberia, 2014) y huracanes (Dominicana, 2015; Islas Fiji, 2016; Haití,
2016).
El
18 de marzo salió de Cuba, la primera de las 22 brigadas médicas que prestan
servicios de atención contra la COVID-19, en el mundo. Hoy más de 1300 profesionales cubanos están en 28 países para
enfrentar la pandemia. Es de destacar que más de 45 países han
solicitado la ayuda de los galenos cubanos. La mayor cantidad de brigadas
médicas cubanas está en América Latina y el Caribe.
Por
primera vez el Contingente Henry Reeve va hacia Europa; además de las brigadas,
dos médicos llegaron a Beijing a inicios de
marzo para reforzar la atención sanitaria a los ciudadanos de Cuba en China.
“El equipo brinda consultas a sus compatriotas, da seguimiento a la situación
epidemiológica del gigante asiático y además apoya las labores preventivas que
la misión diplomática adopta a fin de ser más efectiva en la orientación y
protección de los cubanos.” También
cinco especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y el Dr.
Luis Herrera, director fundador del Centro de Ingeniería Genética y
Biotecnología, fueron en la avanzada a Venezuela.
La
historia de la cooperación médica cubana es muy amplia y excede el trabajo del
Contingente Henry Reeve. Por ejemplo, en febrero de 2020 había más de 28 700
colaboradores cubanos en 59 países. Entre ellos, los doctores Landy Rodríguez y
Assel Herrera, quienes prestaban servicio en Kenia y desde hace un año permanecen secuestrados por
miembros del grupo islámico Al Shabab.
Entre
las décadas de los 60 y los 80 se entendía esta ayuda como una “misión
internacionalista” basada en el principio de solidaridad, y abarcaba otras
áreas científicas y profesionales. No se trataba estrictamente de una exportación
de servicios, puesto que ni el país ni los médicos recibían ingresos por ello.
Este tipo de ayuda, en países del llamado Tercer Mundo, se consideraba una
contribución cubana a la liberación y desarrollo de los pueblos.
La
década de los años 90 estuvo marcada por eventos externos que afectaron
sobremanera la economía cubana, dentro de ellos, la desintegración de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la desaparición del campo
socialista, principal mercado cubano, el inicio del Periodo Especial y el
recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos hacia Cuba.
Esta
situación potencia el surgimiento de una nueva modalidad de cooperación: la
Asistencia Técnica Compensada o Contrato Directo, cuya esencia consiste en que
se establece un acuerdo, por el cual el médico contratado percibía una
remuneración por los servicios prestados y por este concepto entraba al Sistema
Nacional de Salud un aporte que permitía mantener al resto de la colaboración
médica, que debido a la situación económica que existía, el país no lo podía
asumir.
“Al final de los 90
se producen eventos naturales en el área de Centroamérica y el Caribe
(huracanes George y Mitch) que modificaron todo lo que se realizaba hasta estos
momentos, disminuye la modalidad de Misión Internacionalista, la Asistencia
Técnica Compensada se reduce de forma paulatina y aparece el Programa
Integral de Salud (PIS), el 3 de noviembre de 1998, inicialmente en
Centroamérica y el Caribe y posteriormente se extiende hacia África y el
Pacífico, así como la creación en este periodo de la Escuela Latinoamericana de Medicina, como elemento básico de
continuidad y sostenibilidad de este Programa. La esencia del PIS es el envío
de Brigadas Médicas hacia lugares remotos, de difícil acceso, donde no había
presencia de médicos nacionales y a los que solo se les proporciona un dinero
de bolsillo para las necesidades básicas”.
En
la actualidad, existen tres modalidades de cooperación que también se utilizan
frente a la pandemia de COVID-19: una, Cuba
asume los gastos cuando se trata de naciones muy pobres; dos, los gastos se
comparten con el país receptor de la colaboración; tres, la Isla recibe
ingresos.
Por
otra parte tenemos otro ejemplo, el Dr. Carlos Pérez Díaz, al frente de
la brigada cubana en Lombardía, dijo a la prensa local: “No hemos
discutido ningún tipo de pago. Estamos aquí para colaborar, el gobierno
italiano nos ha asegurado alojamiento y comida. Nuestra acción en esta región
es puramente solidaria”.
La
vida continúa y se encarga de demostrar, dolorosamente, que aquellos médicos a
los que se les llamó cualquier cosa, desde espías, incompetentes, hasta
activistas políticos, eran médicos de verdad y buenos y salvaron muchas vidas.
Conclusiones
La
verdad se impone ante la avalancha de las fakenews y la infodemia sobre la
verdadera historia diaria de los médicos cubanos en el mundo. No hace falta
hablar, los propios habitantes de cada país donde hay un profesional de la
salud cubana felicitan su actitud humana y su comportamiento profesional. Es
difícil hoy en día negar esta realidad en cualquier rincón del planeta.
Los
que han conocido el proceder de cada médico, enfermero, especialista cubano o
el sacrificio de nuestros científicos en búsquedas de vacunas o medicamentos
preventivos, saben que verdaderamente merecen el premio Nobel de la Paz que
más de 40 organizaciones sociales, políticas y sindicales de Europa han
reclamado para las Brigadas médicas cubanas “Henry Reeve que enfrentan la
COVID- 19.”
Ante
la avalancha de mentiras y comportamientos cínicos y arrogantes del imperio
norteamericano, hay que preguntarles a los enfermos que fueron atendidos por
nuestros profesionales de la salud cual es la realidad. Ahí está la verdad,
los pueblos pueden estar engañados, confundidos, pero
cuando sienten el decoro y el humanismo de quienes los atienden como seres
humanos, entonces no olvidan nunca.
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