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"En otro trabajo publicado el 19 de julio pasado por la IP, ya se anticipaba sobre el Ferrogrão: “La función principal del megaproyecto ecocida, de 1.700 millones de dólares, será un regalo corporativo para gigantes del agronegocio como Cargill, Amaggi y Bunge, reduciendo los costos de exportación de productos básicos y llevando la deforestación al límite”. El objetivo que no se percibe tanto de estos operadores financieros y las corporaciones alimenticias es el desmantelamiento de las regulaciones medioambientales en Brasil. En Florestas & Finanças donde se publican informes a escala planetaria de estos jugadores globales aparecen mencionados fondos de la India, Malasia, China, Japón y los ya citados de EE.UU a los que debe agregarse otro actor clave del mundo buitre, el Vanguard Group.
"De toda la
información disponible en estas plataformas que siguen al agronegocio se
desprende que entre 2019 y 2021 el principal
receptor de capital extranjero fue Suzano, la fábrica de
celulosa más
grande del mundo. Esta papelera es producto de la fusión de las dos compañías brasileñas Suzano Papel&Celulose y
Fibria Celulose. El año pasado anunció una millonaria inversión en la construcción de una nueva planta de celulosa
en Mato Grosso
do Sul. Puede producir 2,3
millones de toneladas anuales de pulpa de eucalipto.
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Fuentes: Derribando Muros [Imagen: Los tractores del sector agropecuario en el desfile a favor de Bolsonaro. Imagen: EFE, tomado de Derribando Muros]
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BOLSONARO,
LA AMAZONIA Y LOS DUEÑOS DEL AGRONEGOCIO.
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Por Gustavo Veiga | 12/09/2022 | Brasil
Fuente
Rebelión lunes 12 de septiembre del 2022.
Cuál es el
rol de los jugadores globales y sus políticas para quitarle protección al medioambiente.
El objetivo de los operadores financieros y las corporaciones
alimenticias es el desmantelamiento
de las regulaciones que protegen la Amazonia en Brasil. De los fondos buitre a Cargill, Bunge y la poderosa papelera Suzano.
Si Brasil se
juega su futuro político en las elecciones presidenciales del 2 de octubre, su modelo económico de
agronegocios en la Amazonia se
discute todos los días. La depredación forestal de
este vergel del planeta no tiene ese
único costado para analizar: el daño
medioambiental. En todo caso, ésa es
la consecuencia de la política que
propicia el gobierno de Jair Bolsonaro. Su proyecto estrella es el llamado Ferrogrão o tren del
grano que recorrerá la foresta
en un tramo de 933 kilómetros y conectará el norte del estado de Mato Grosso con el puerto
de Miritituba en el vecino Pará. Se
trata de sacar el poroto de soja de
esa región – el país es el principal
productor mundial – hacia el
Atlántico y a un costo menor que el generado por los camiones. Pero ésa,
más otras obras
de infraestructura requieren de capitales y el rol activo del Estado
que por ahora controla el militar y los
altos oficiales que lo colonizaron en
masa. Lo que no se conoce demasiado – al menos fuera del mundo de las finanzas
– es quiénes costean el camino hacia El
Dorado transgénico donde las que más ganan son las grandes corporaciones estadounidenses Cargill y Bunge, más la brasileña
Amaggi.
En un informe
de la Internacional Progresista (IP) titulado La financiación detrás del lobby de la agroindustria brasileña que
se publicó el 1°
de septiembre, aparecen encabezando la lista de aportantes JP Morgan Chase, Bank of America y el fondo
BlackRock, cada uno con “U$S 1000 millones invertidos en la red de
financiadores del ganadero”. El encabezado del trabajo además menciona a
otras empresas como “Suzano, JBS, Marfrig, Cargill y ADM, gigantes
del agronegocio que ejercen su poder
corporativo para influir en la política
brasileira contra los intereses ambientales, campesinos, indígenas y de las
masas trabajadoras de todo el Brasil”.
La
internacional Progresista es una organización que integran, entre otros y
otras, el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro; el intelectual
estadounidense Noam Chomsky; el expresidente de Ecuador, Rafael Correa; el
exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera; el exjuez español Baltazar
Garzón; el excanciller de Lula, Celso Amorim; la ministra de Mujeres, Género y
Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; más la exembajadora argentina en
Venezuela, Alicia Castro. La
información del primer día de este mes
se basa en investigaciones y datos de dos plataformas: De Olho nos Ruralistas (un observatorio del agronegocio que
significa algo así como Vigilando a los ruralistas) y Florestas &
Finanças (Bosques y finanzas), que aporta estadísticas sobre operaciones multimillonarias
en actividades de alto impacto ambiental, como la agricultura y la minería.
Entre 2019 y 2021 –dice la investigación– “los bancos transnacionales y los fondos de inversión aportaron más de 27 mil millones a empresas que forman parte de la cadena de fondeo del Instituto Pensar Agro (IPA) integrado por el grupo de expertos detrás del Frente Parlamentario del Agro o (FPA)”. La llamada bancada ruralista con fuerte poder de lobby y aliada del mandatario ultraderechista.
El 7 de
septiembre Bolsonaro hizo del acto por el bicentenario de la independencia de Brasil
una movilización electoral con vistas al 2 de octubre.
En otro
trabajo publicado el 19 de julio pasado por la IP, ya
se anticipaba sobre el Ferrogrão:
“La
función principal del megaproyecto ecocida, de 1.700 millones de dólares, será un regalo corporativo
para gigantes del agronegocio como Cargill, Amaggi y
Bunge, reduciendo los costos de exportación de productos básicos y
llevando la deforestación al límite”.
El objetivo que no se percibe tanto de estos operadores financieros y
las corporaciones alimenticias es el desmantelamiento de las regulaciones medioambientales en Brasil.
En Florestas
& Finanças donde se publican
informes a escala planetaria de estos jugadores
globales aparecen mencionados fondos de la India, Malasia, China, Japón
y los ya citados de EE.UU a los que
debe agregarse otro actor clave del mundo buitre, el
Vanguard Group.
De toda la
información disponible en estas plataformas que siguen al agronegocio se
desprende que entre 2019 y 2021 el principal
receptor de capital extranjero fue Suzano, la fábrica de
celulosa más
grande del mundo. Esta papelera es producto de la fusión de las dos compañías brasileñas Suzano Papel&Celulose y
Fibria Celulose. El año pasado anunció una millonaria inversión en la construcción de una nueva planta de celulosa
en Mato Grosso
do Sul. Puede producir 2,3
millones de toneladas anuales de pulpa de eucalipto.
Según De Olho nos Ruralistas, de 2019 a 2021,
“el
grupo liderado por la familia Feffer recibió US$
14.030 millones de bancos y fondos de inversión globales, el equivalente al 51,9% del total invertido en empresas asociadas a IPA en el período. Los principales patrocinadores de
la empresa fueron Bank of America ($791,3
millones), JP Morgan Chase ($774,8 millones) y BlackRock ($525,5 millones)”.
Otro
dato: en julio de este año la empresa cotizaba en
la Bolsa de Brasil a 63 mil millones de reales.
La
organización ecologista Movimiento Mundial por
los Bosques Tropicales denunció en 2020 su modus operandi:
“El gigante de la celulosa Suzano S.A busca expandir sus plantaciones de eucalipto en Brasil aplicando una táctica clave: presentarse como una empresa que logra la ‘conservación’ y la ‘restauración’, ocultando así su desastroso historial con los bosques y sus poblaciones”.
Además del
sector maderero, la compañía también tiene
presencia en los mercados de plaguicidas y semillas transgénicas por medio de
su filial FuturaGene.
La principal
beneficiaria de los fondos buitre y la banca transnacional en Brasil, blanco de
protestas en su momento del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), según el
informe de la IP
“es conocida
por la participación de sus directores, los
hermanos David y Daniel Feffer, en el
financiamiento de movimientos de la llamada nueva
derecha en Brasil. Daniel es uno de los fundadores del Instituto
Millenium, junto al Ministro de Economía, Paulo Guedes.
Su hermano David participó, en 2007, en la
creación del Instituto de Formación de Liderazgo,
uno de los organizadores del Foro Libertad y Democracia,
junto a José Salim Mattar Junior, propietario de
la empresa de alquiler de coches Localiza Hertz y exsecretario general de Privatización en el gobierno de Bolsonaro”.
Por varias de
estas razones el futuro de la Amazonia es uno de los temas de mayor proyección
en la agenda informativa de Brasil y del mundo todo. Su
impacto supera la cuestión medioambiental. Es también económico, social y
político.
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