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“Los que estaban en pobreza se
han empobrecido más” Las
recientes cifras de la pobreza confirman una situación muy difícil. ¿Cuánto tiempo nos tomará volver a las cifras previas a la
pandemia? Efectivamente,
el panorama es bastante complicado. En un año que ya es pospandemia estamos
teniendo un aumento significativo de la pobreza. No solo eso. Aumenta la profundidad de la pobreza. Es decir, los
que ya estaban en pobreza se han empobrecido más. Hay 10 millones de peruanos
en pobreza, casi dos millones en pobreza extrema, pero, usando una definición
importante del INEI, casi 20 millones de
peruanos estamos en situación de vulnerabilidad.
Es decir, casi dos tercios de la población peruana se encuentra en una condición de vulnerabilidad económica. Podrían caer en la pobreza en
cualquier momento. Claro. Son cifras muy graves. Además, no
corresponden solo a lo que ha pasado el último año, el problema es estructural y no se ha atendido de manera seria, ni por las
políticas públicas ni por la manera en la cual en el país estamos entendiendo
cómo debe ser el crecimiento económico. Si podemos volver a la situación
prepandemia, dependerá de lo que pase en los siguientes años, si saldremos de la crisis
política.
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“NECESITAMOS REPENSAR NUESTRO
MODELO ECONÓMICO HACIA UN MODELO DISTINTO”.
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¿Cuál es la relación entre las cifras de la pobreza y la crisis
política que atravesamos desde hace años? El
economista e investigador Eduardo Zegarra responde
en la siguiente entrevista. Argumenta que se necesita un
nuevo modelo económico, porque el actual se
agotó.
Por. Enrique Patriau. Periodista.
Fuente. Diario La República sábado 25 de mayo del
2024.
Urgencia. Zegarra considera que en la situación
actual es necesario pensar en una coalición de Gobierno que se base en acuerdos
de fondo y que ayude a dejar atrás la polarización.
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—¿Hay una relación entre la pobreza y la crisis
política-institucional?
—Yo creo firmemente que
sí. Desde que la señora
Fujimori no aceptó su derrota en el Gobierno
de Kuczynski, estamos en una crisis política que ha contribuido de manera
significativa al deterioro de las condiciones económicas del país, a varios
niveles. La inestabilidad hace menos
atractivo invertir, pero, también, ha contribuido en el deterioro grave de la
gestión pública. La rotación de ministros es astronómica. El Congreso genera permanente inestabilidad institucional,
interfiere en una serie de decisiones importantes, interfiere en el Poder Judicial. Esta crisis permanente
sí es atribuible a la situación política. Si vemos a los países vecinos, están
logrando volver a las cifras
pospandemia.
—La presidenta Boluarte dijo que la culpa de las
cifras de la pobreza es por las marchas contra su Gobierno, a las que acusó de
ser más destructivas que la Covid-19. ¿Qué piensa?
—Ya hay especialistas que han señalado que no se puede atribuir el fuerte aumento de la pobreza solo a las protestas sociales. El propio Banco Central de Reserva ha hecho un cálculo y le atribuye solo una parte marginal del deterioro económico a ese tema. Los asuntos centrales son el tema climático que ha afectado gravemente a la agricultura y ha elevado el precio de los alimentos, la recesión que se ha agudizado y que ha sido mucho más pronunciada en el segundo semestre —por tanto, lo que pasó en el primer semestre no parece haber tenido el que la presidenta pretende atribuirle— y la ausencia total de manejo y de políticas para revertir la situación. El Gobierno no ha podido enfrentar la sequía en la agricultura, no fue capaz de generar algún esquema de compensación para las familias más vulnerables y no fue capaz de reactivar la economía. El Plan Punche Perú no funcionó, prácticamente no generó ningún efecto. Y además la política monetaria restrictiva del BCR, al subir las tasas de interés para frenar la inflación, también tuvo un efecto recesivo. Hay varios elementos que indican que lo que pasó el año pasado es una configuración compleja.
—¿De malas decisiones?
Es una parte de malas decisiones o de ausencia de decisiones de un Gobierno al que no le interesa el tema. La gestión del
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) es un ejemplo. Se ha deteriorado gravemente la calidad y la capacidad de llegar a las familias más vulnerables. Y en política económica no hubo un plan de reactivación
serio. Tenemos un Gobierno que se ha dedicado básicamente a sobrevivir.
—Hasta ahora lo ha conseguido.
Sí, porque la mayoría en
el Congreso quiere que la señora Boluarte llegue hasta el 2026 o que por lo menos su periodo se
extienda hasta que puedan cumplir su agenda particular.
— Habrá que ver hasta cuándo al Congreso le
conviene seguir de la mano con un Gobierno con resultados tan pobres.
—Sí, pero es difícil saber si al Congreso
le interesa su total descrédito, el
repudio general. Pareciera que no le interesa mucho. Obviamente, en
la medida que se acerquen elecciones,
eso puede cambiar. Por ahora creo que tienen la esperanza de lograr en los
próximos meses el control de los
organismos electorales para hacerse del poder sin tener que competir.
—¿Cómo se explica que un país que supo tener altos
niveles de crecimiento esté como esté en estos momentos?
—Yo pienso que el modelo económico que tenemos ya presentaba estos problemas desde hace tiempo. Lo que está pasando ahora no ha sido solamente causado por los últimos malos gobiernos y la crisis política. Ya había una falla de origen en el modelo económico.
—¿Había un desgaste?
—Había un desgaste. Es un
modelo económico que tiene dificultades para generar suficiente empleo de calidad, que no tiene
suficiente diversificación, que está
muy sometido a intereses
particulares, en el sentido de que diversos
sectores de la economía formal,
informal e ilegal se han organizado para extraer rentas y no generar
desarrollo económico. Cuando llegamos al
2020 y vimos que solo había 100
camas UCI nos dimos cuenta de que estábamos en un país que había generado un crecimiento
económico interesante, pero que había
fracasado totalmente en generar una red
de protección social, de salud. A eso, súmele que nuestro sistema educativo también atravesaba
una situación difícil, porque no habíamos dado un salto importante
que sí dieron otros países para mejorar su
competitividad. Desde los últimos años, cuando la señora Fujimori no aceptó su derrota, la parte económica se ha relacionado fuertemente con la parte política.
—¿Se acabó la teoría de las cuerdas separadas?
—Eso es muy importante. Casi ningún economista cree que son cuerdas
separadas. Lo vemos con mucha claridad. La crisis política golpea no solo la
confianza de los inversionistas como nos dicen. Golpea fuerte a las
instituciones, a la capacidad de gestión, genera altísimos niveles de
corrupción.
—Cuando he hablado de esto con otras personas que
tienen una posición política diferente —a
usted se le identifica más con el centro izquierda— la respuesta es que el modelo hizo su trabajo,
que otra cosa es la corrupción, la gestión de los recursos o las malas
decisiones en las elecciones. ¿Qué responde?
—La economía en general
es un proceso para generarle bienestar a la población. El modelo
económico no es solo la inversión privada. Es un sistema mucho más amplio en el que se generan bienes públicos y privados, donde la
gente logre mejorar su calidad de vida,
ahorrar, desarrollarse. Cuando se
evalúa a un modelo económico hay
que evaluar el conjunto…
—¿Integralmente?
—Integralmente. La economía
no puede estar separada de la vida
de la gente. Si el modelo económico
no es capaz de generar condiciones de bienestar
y nos deja un país con dos tercios
de peruanos en pobreza o vulnerables,
sin un sistema de salud mínimo, con un nivel de educación gravemente
afectado y en crisis institucional,
entonces no se puede seguir hablando
de cuerdas separadas. También es
cierto que las élites económicas no
se han preocupado de enfrentar los problemas de la clase política. Se les ha dejado el poder político a sectores
ligados con intereses ilegales y
mafiosos. Parte de la responsabilidad
es de toda la sociedad, claro, pero, también, de las élites económicas que se benefician de ese modelo
económico. Los peruanos necesitamos
repensar nuestro modelo económico hacia un modelo distinto. Sí hay cosas por
rescatar del modelo vigente, como la
estabilidad macroeconómica.
—Eso ya lo aprendimos.
Sí, pero ya ni siquiera
eso respeta el Gobierno actual, porque hay reglas fiscales que se incumplen cuando
un actor político poderoso solicita
que se incumplan (Rafael López Aliaga). Ya incluso esas supuestas
ventajas del modelo económico
vigente ni siquiera le interesan al sector gobernante. Gracias al actual
Gobierno, queda poquito de un modelo
económico que respetaba y planteaba reglas claras para atraer la inversión, cumplir las leyes, respetar los derechos de propiedad. Estamos en un país donde cualquier cosa puede pasar en lo político, en el Poder Judicial. Creo que lo que toca ahora es formar una coalición de Gobierno, amplia, que plantee la necesidad de un nuevo modelo económico, no entendido como una nueva Constitución, no como un eslogan, sino respetando
aspectos positivos del modelo vigente
y con cambios fundamentales en protección social, salud, educación y medio
ambiente, donde tenemos serios
problemas. La ley antiforestal
es una de las mayores barbaridades
que ha hecho este Congreso y la Confiep, que ha sido el principal lobbysta.
—¿Qué tipo de coalición?
—No solo de izquierda y centro, también incorporando sectores de centro derecha con una
visión de futuro y democrática.
—Las batallas
ideológicas son importantes, pero cuando
están en juego valores esenciales, cuando las mafias tomaron las instituciones
y descaradamente defienden sus intereses
personales, es un momento de formar una coalición distinta, de Gobierno, no solo para hacer comunicados, sino para una etapa distinta. Casi hemos tocado fondo.
Es responsabilidad de la clase política, de la que cree que
puede haber desarrollo en democracia,
ponerse de acuerdo en ciertos temas para que el país pueda elegir una opción
que no sea solo el voto antifujimorista. Necesitamos una
opción de cambio que vaya mucho más allá de una polarización en la que llevamos años. Eso es algo que no hemos aprendido en el Perú, que los miembros de una coalición respeten diferencias ideológicas, pero, al mismo
tiempo, se pongan de acuerdo en temas fundamentales.
Pobreza. Según Zegarra, volver a los niveles
prepandemia dependerá de varias cosas, entre ellas si dejamos la crisis
política. Foto: difusión
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“Los que estaban en pobreza se han
empobrecido más”
—Las
recientes cifras de la pobreza confirman una situación muy difícil. ¿Cuánto
tiempo nos tomará volver a las cifras previas a la pandemia?
—Efectivamente, el panorama es bastante complicado. En un año que ya es pospandemia estamos teniendo un aumento significativo de la pobreza. No solo eso. Aumenta la profundidad de la pobreza.
Es decir, los que ya estaban en pobreza
se han empobrecido más. Hay 10
millones de peruanos en pobreza, casi dos
millones en pobreza extrema,
pero, usando una definición importante
del INEI, casi 20 millones de
peruanos estamos en situación
de vulnerabilidad.
Es decir, casi dos tercios de la
población peruana se encuentra en una condición
de vulnerabilidad económica.
—Podrían
caer en la pobreza en cualquier momento.
—Claro. Son cifras muy graves. Además, no corresponden solo a lo que ha pasado el último año, el problema
es estructural y no se ha atendido de manera seria, ni por las
políticas públicas ni por la manera en la cual en el
país estamos entendiendo cómo debe ser el crecimiento
económico. Si podemos volver a
la situación prepandemia, dependerá
de lo que pase en los siguientes años,
si saldremos de la crisis política.
—El ministro Demartini, del Midis, dijo que ellos
incrementaron los presupuestos en los programas sociales. ¿Es suficiente eso?
—Los programas sociales
ayudan a reducir la pobreza, pero no es lo principal. Lo principal
son más empleos e ingresos para la
gente, lo que se asocia a un mayor
crecimiento. Se ha demostrado que un crecimiento mayor al 5% está asociado con reducir
pobreza. Yendo a su pregunta, tenemos todos los días denuncias sobre el pésimo manejo
de Qali Warma, uno de los programas
centrales, que se centra en la alimentación
de los niños más vulnerables. Está a la deriva. No se han podido comprar los alimentos
necesarios en el primer trimestre.
Entre 50 y 60% de niños que recibían alimentos no los reciben ahora. Lo de Qali Warma es un escándalo.
Hace mucho que no se veía este nivel
de incapacidad y, posiblemente, corrupción. ¿Cómo Demartini va a decir que están actuando si ni siquiera un
programa fundamental puede mostrar un nivel mínimo de eficiencia? Juntos
sigue funcionando porque es una transferencia bancaria, pero otros
programas como Qali Warma, Cuna Más…
—Que exigen un esfuerzo logístico mayor.
—Así es, están
demostrando a un Gobierno incapaz, en el mejor escenario. Y en el peor, con
serios problemas de corrupción.
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