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“El continente muestra una tendencia notable ya desde hace varios años
y expresado en las gráficas
de población que cada vez son más anchas en los años
de jubilación y más estrechas en las edades de trabajar. Los
estudios indican que esa tendencia no se va a cambiar de dirección, más
bien seguirá hacia el camino del envejecimiento y
en la población laboralmente activa puede
conducir a nuevas formas de trabajo y a un incremento de cargas sobre la masa trabajadora para mantener la creciente mayoría que no lo será. Según el informe de Eurostat,
esta tendencia acarreará también profundas consecuencias para los sistemas de protección social,
particularmente las pensiones y también subirá significativamente el gasto en sanidad. La implementación de políticas
inclusivas y que tengan en cuenta esa realidad resulta vital ante una realidad que lejos de revertirse parece
marcar tendencia, no solo en Europa, sino en todo el orbe, con excepción de
África y algunas regiones de Asia.
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ESCÁNER: EUROPA EN ALERTA POR
ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL, BUSCA ALTERNATIVAS.
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Ernesto H. Lacher.
Redacción de Europa
Fuentes.
Prensa Latina abril del 2024.
La Habana (Prensa Latina) Para 2050, el 25
por ciento de la población
europea será mayor de 65 años, lo que
destapa las alarmas entre especialistas que buscan
alternativas y alertan sobre la necesidad de asumir este fenómeno
conocido como envejecimiento poblacional.
El proceso conlleva un incremento del porcentaje de europeos en la estadística global sobre ese indicador, con tendencia
a amplificarse durante las próximas cuatro décadas,
lo que, unido al aumento de la población de la tercera edad, traerá consecuencias en varias esferas de la vida y el desarrollo.
Al respecto, la
Organización de Naciones Unidas (ONU) lanzó una
serie de directrices para orientar a los países
afectados, a los cuales pide que tengan en cuenta este hecho a la hora de
implementar sus políticas sociales.
La pandemia de Covid-19 y su mayor incidencia en adultos mayores, entre otros factores, hizo que la Comisión Europea lanzara lineamientos para exigir el desarrollo de un Marco Estratégico para la Transversalización del Envejecimiento con vistas a asegurar su consideración e integración sistemática en las políticas públicas.
Pero esas intenciones chocan
con obstáculos como la falta de conocimiento y conciencia
de las preocupaciones que trae el envejecimiento
y las necesidades de los diferentes grupos de edad, incluidas las personas mayores. También la falta de compromiso, recursos políticos, y la experiencia limitada en la integración sistemática del
envejecimiento.
Las doctoras Dixie Edith Trinquete y Matilde de la Caridad Díaz, directora y especialista del Centro Cubano de Estudios
Demográficos, respectivamente, definieron, en declaraciones exclusivas a
Escáner de Prensa Latina, las causas de este
fenómeno en el llamado viejo continente.
En este contexto surge un fenómeno descrito como
transición demográfica,
entendida como el cambio
que experimentan las poblaciones
de altas a bajas tasas de natalidad y mortalidad.
Por otro lado, la
disminución de la mortalidad
normalmente precede a la reducción de la fecundidad,
lo que resulta en un crecimiento de la población durante el período de transición.
Además, el
rápido envejecimiento de la población de la Unión Europea, la región más afectada en todo el orbe por este fenómeno, amenaza con socavar la
competitividad del bloque, exacerbar la escasez de mano
de obra, inflar los presupuestos públicos
y ahondar las desigualdades regionales.
Un reciente informe sobre
el cambio demográfico emitido por Eurostat, la Oficina Estadística de las Comunidades
Europeas en Luxemburgo, y publicado por la CE,
presenta un panorama alarmante
de la profunda transformación
social y económica provocada por la disminución de la población
activa.
El país más
afectado es Italia, donde el creciente número de
pensionistas no se corresponde con el de recién nacidos y en ese contexto los esfuerzos del Gobierno de derechas de Giorgia Meloni por impulsar la natalidad no lograron hasta ahora revertir la tendencia demográfica.
Le
sigue España, donde todos los indicadores estadísticos alertan además que la natalidad tampoco promete un
futuro esperanzador, pues en 2023 hubo
allí 322 mil 75 nacimientos, la cifra más baja
desde 1941, según
los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.
Ese dato puede
explicar el aumento de la edad media recogido
por Eurostat, ya que cada vez hay menos nacimientos y una esperanza
de vida más elevada.
Así, la
mayoría de las regiones del llamado viejo continente verán
duplicadas en los próximos 30 años su población mayor de 60 años. Por otra parte, las
personas cuyas edades superan los 80 años, se incrementarán drásticamente.
El continente muestra
una tendencia notable
ya desde hace varios años y expresado en las gráficas de población que cada vez son más anchas
en los años de jubilación y más estrechas en las edades de
trabajar.
Los estudios indican
que esa tendencia no se va a cambiar de dirección, más bien seguirá hacia el camino del envejecimiento y en la población laboralmente activa puede conducir a nuevas
formas de trabajo y a un incremento de cargas
sobre la masa trabajadora para mantener la creciente
mayoría que no lo será.
Según el
informe de Eurostat, esta tendencia acarreará
también profundas consecuencias para los sistemas de protección social, particularmente las pensiones y también subirá significativamente
el gasto en sanidad.
La implementación de políticas inclusivas y que tengan en cuenta esa
realidad resulta vital ante una realidad que
lejos de revertirse parece marcar
tendencia, no solo en Europa, sino en todo el
orbe, con excepción de África y algunas regiones de Asia.
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