&&&&&
“Falta solo una corta mecha… La
seguridad y la estabilidad mundial confrontan
cada día un peligro mayor creciente. Sin duda en estos últimos años y
meses las guerras en Ucrania y en Gaza impactan
en todo lo que tiene que ver con el armamentismo y la seguridad internacional.
Las constantes referencias al armamento nuclear que
podría ser empleado en el caso de una escalación regional del conflicto, no son más que señales de ese fatalismo creciente. En 2023, además de estas dos guerras, las cuales ocupan un lugar central en las
noticias y los esfuerzos diplomáticos mundiales,
han estallado conflictos armados activos de muy
diversa naturaleza en otras 50 naciones. Las guerras en
la República Democrática del Congo y en Sudán han provocado el desplazamiento
de millones de personas, y en los últimos meses
de 2022 el conflicto resurgió en Myanmar. En algunos países de América Central y del Sur, bandas criminales fuertemente armadas han sido y siguen
siendo una importante preocupación de seguridad, lo cual explica, en
particular, el colapso efectivo de Haití y su
estructura de Estado.
/////
Fuentes: Rebelión [Imagen: las armas nucleares operativas representan un peligro creciente para la sobrevivencia de la humanidad. Foto del sitio web de SIPRI]
*****
EL
PLANETA JUEGA CON FUEGO.
Carrera bélico-nuclear en constante
aceleración.
*****
Por Sergio Ferrari | 25/06/2024 | Mundo
Fuente.
Revista Rebelión. Martes 25 de junio del
2024.
Cada minuto del año 2023 se gastaron 173.884 dólares en armas nucleares.
Se vive uno de los momentos más peligrosos de la historia de la humanidad
debido a la supremacía de lo nuclear en un escenario de conflictos crecientes
en diversas regiones del planeta, desde Europa del Este hasta Medio Oriente. Nunca el planeta experimentó un riesgo tan alto como el actual
de confrontarse con la autoextinción.
Con tono casi
dramático y apoyándose en cifras y estadísticas, uno de los centros mundiales
especializados más reconocidos publicó la tercera semana de junio su Anuario
2024. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz
de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) sostiene que en
2023 Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán,
República Popular Democrática de Corea e Israel continuaron modernizando sus
arsenales nucleares y que varios de ellos desplegaron nuevas armas o sistemas
bélicos de ese tipo.
Según
el SIPRI, la cantidad de armas nucleares en circulación a
enero de este año a nivel mundial se calcula en 12.121
ojivas o cabezas nucleares. Pertenecen casi todas a Rusia (5.580) y Estados Unidos
(5.044).
Unas 3.900, aproximadamente la cuarta parte, desplegadas en misiles y aviones, lo cual significa un aumento de más de 60 con respecto a 2023. De ese total, 2.100, en misiles balísticos y en estado de máxima alerta operativa.
Las
ojivas “desplegadas” son las cargas nucleares en misiles o en bases con
fuerzas operativas, en tanto que las “almacenadas” se
encuentran en reserva y requieren cierta preparación para el despliegue (como
transporte y carga en lanzadores).
El
informe del SIPRI reconoce que sus cifras sobre las fuerzas nucleares
son aproximadas y cada año las actualiza basándose en nueva información. Sin
embargo, explica, Rusia y Estados Unidos no publican los totales de sus
respectivas fuerzas nucleares estratégicas desde 2023, cuando Rusia se retiró
del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo
START), último acuerdo vigente sobre armas
nucleares entre ambos países, aunque ambos lo prorrogaron en 2021, y por
cinco años.
Nueve naciones controlan el poder nuclear
mundial
Según
el Anuario del SIPRI, entre enero de 2023 y enero de este año, el arsenal nuclear chino aumentó de 410 ojivas nucleares a 500, convirtiéndose así en la
tercera potencia nuclear mundial, aunque muy por detrás de Estados Unidos y Rusia.
A fines de esta década, China podría llegar a
tener como mínimo tantos misiles balísticos intercontinentales
(ICBM) como Rusia o
Estados Unidos, aunque se prevé que su arsenal de cabezas nucleares
seguirá siendo mucho menor.
Aunque todo indica que en 2023 el Reino Unido no
ha incrementado su arsenal nuclear, de todos modos, el SIPRI
anticipa que está programando para los próximos meses un salto de 225 a 260 ojivas nucleares.
Francia, por su
parte, ha continuado con sus programas de desarrollo de un submarino nuclear
lanzamisiles balísticos (SSBN) de tercera generación y de un nuevo misil de crucero
lanzado desde el aire. Además, implementó el reacondicionamiento y la mejora de
sus sistemas existentes, con aproximadamente 290 ojivas
nucleares.
En ese mismo
periodo, India amplió ligeramente su arsenal
nuclear. Tanto India como Pakistán desarrollaron el año pasado nuevos tipos de
sistemas de vectores nucleares. India parece
estar poniendo cada vez más énfasis en armas de mayor alcance, algunas de las
cuales podrían impactar objetivos en toda China.
Corea
del Norte sigue dándole prioridad a su programa nuclear
militar como elemento central de su estrategia de seguridad nacional. El SIPRI estima que esa nación ya ha ensamblado unas 50 cabezas nucleares. Aunque en 2023 no realizó
ninguna explosión nuclear de prueba, hay señales de que ha realizado su primer
test de un misil balístico de corto alcance desde
un silo rudimentario. También completó el desarrollo de por lo menos dos tipos
de misiles de crucero de ataque terrestre (LACM)
diseñados para el transporte de armas nucleares.
Así mismo hay
evidencias de que Israel, que públicamente no
reconoce poseer armas nucleares, está
modernizando su arsenal nuclear y mejorando su
reactor de producción de plutonio en la ciudad de Dimona.
Apuesta bélica que conspira contra el
bienestar de los pueblos.
En
2023, las nueve naciones con armamento nuclear destinaron en conjunto 91.400 millones de dólares para este rubro específico,
lo cual representa 173.884 dólares por minuto o 2.898 dólares por segundo, según cálculos actualizados
de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, su sigla en inglés), organización internacional
que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2017.
ICAN,
con sede en Ginebra, Suiza, reúne a 652
organizaciones, grupos y redes de 100 países,
asociadas en la lucha antinuclear y acaba de publicar el informe “Aumento: gasto mundial en armas nucleares en 2023”.
Según este informe, la participación de Estados Unidos en
el gasto mundial total para armas nucleares (unos 51.500
millones de dólares) supera el gasto conjunto de todos los demás países
que poseen ese tipo de armamento.
El
segundo mayor presupuesto es el de China, que
en 2023 destinó 11.800
millones de dólares. Rusia, con 8.300 millones de dólares, ocupa el tercer lugar.
También Reino Unido aumentó significativamente
su presupuesto en 2023, y por segundo año
consecutivo, llegando así a los 8.100 millones de
dólares.
En los últimos cinco años se invirtieron 387 mil millones de dólares en la construcción y el mantenimiento de armas nucleares. Por otra parte, el año pasado las empresas involucradas en la producción de armas nucleares recibieron nuevos contratos por un valor de casi 8 mil millones de dólares. Sólo en Estados Unidos y Francia (los países de los que se ha podido obtener cifras) estas empresas gastaron 118 millones de dólares en cabildeo político para asegurar sus negocios portadores de explosivos beneficios.
El Tratado para prohibir el armamento
nuclear, un papel mojado.
ICAN es uno
de los portavoces críticos de más reconocimiento
internacional ante esta escalada bélico-nuclear.
La Campaña sostiene que
“los miles de millones de dólares que se desperdician cada año en armas nucleares
constituyen una asignación inaceptable de fondos públicos [porque] en lugar de
invertir recursos en una carrera imprudente con armas de
destrucción masiva, los nueve
Estados con armas nucleares podrían pagar servicios vitales para sus ciudadanos o ayudar a abordar las crisis globales
existenciales”. Las comparaciones que siguen son
por demás elocuentes: con los 91.400 millones de
dólares anuales destinados al desarrollo bélico-nuclear
se podría cubrir el 27% del déficit del
actual financiamiento de la lucha contra el cambio
climático, la protección de la biodiversidad
y la reducción de la contaminación. Con cada minuto del gasto en armas
nucleares de 2023 podría haberse plantado un millón
de árboles. Los últimos cinco años de gastos en armas nucleares hubieran
permitido alimentar 45 millones de personas que
actualmente padecen hambre.
En
su sitio interactivo WEB, ICAN provee
información actualizada sobre el Tratado para la
Prohibición de las Armas Nucleares en
vigor desde el 22 de enero de 2021. Cualquier
persona puede consultar allí si su país ya lo ha ratificado.
A la fecha, 93 estados
han adherido al Pacto y 70 lo han ratificado. No han adherido los nueve Estados con armamento nuclear,
buena parte de Europa (a excepción de Austria e Irlanda) y
tampoco Canadá y Japón. De las
principales naciones de América Latina y el Caribe,
Argentina es la única que no lo ha suscrito.
Falta solo una corta mecha…
La
seguridad y la estabilidad mundial confrontan
cada día un peligro mayor creciente. Sin duda en estos últimos años y
meses las guerras en Ucrania y en Gaza impactan
en todo lo que tiene que ver con el armamentismo y la seguridad internacional.
Las constantes referencias al armamento nuclear que
podría ser empleado en el caso de una escalación regional del conflicto, no son más que señales de ese fatalismo creciente.
En 2023, además de estas dos guerras, las cuales ocupan un lugar central en las noticias y los esfuerzos diplomáticos mundiales, han estallado conflictos armados activos de muy diversa
naturaleza en otras 50 naciones. Las guerras en
la República Democrática del Congo y en Sudán han provocado el desplazamiento
de millones de personas, y en los últimos meses
de 2022 el conflicto resurgió en Myanmar. En algunos países de América Central y del Sur, bandas criminales fuertemente armadas han sido y siguen
siendo una importante preocupación de seguridad, lo cual explica, en
particular, el colapso efectivo de Haití y su
estructura de Estado.
El
Anuario 2024 de la ICAN constata que
“existen numerosas fuentes de inestabilidad: rivalidades
políticas, desigualdades económicas,
perturbaciones ecológicas y una carrera armamentista en aceleración”. En otras palabras: el planeta
camina muy cerca del abismo y es hora de
que las grandes potencias den un paso atrás y reflexionen.
Preferentemente juntas, concluye ICAN.
El
riesgo cotidiano de una nueva confrontación bélica
donde la abundancia de armas nucleares arrasaría
con gran parte de la humanidad. Y en este marco,
sobresale el predominio de la soberbia belicista.
Acuerdos de control de material nuclear entre
potencias que caen; procesos de reducción de armamento postergados
u olvidados; industria bélico-nuclear que no deja
de desarrollarse. Y, tal vez lo más grave, tantas
naciones que ni siquiera adhieren al principal Tratado
de Prohibición de las Armas Nucleares.
Del barril de pólvora, ahora, al barril nuclear. Y una
sociedad planetaria sentada sobre él.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario