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Es una niña de 8 años, señor
Quero El último caso de violación que
se ha conocido es el de una niña de 8 años. En
su desesperación, las mujeres de la comunidad
han grabado en video el momento en que la niña
llega a pedir que la sanen, que la curen. Este video, que ha sido enviado a
organizaciones de DDHH que van a acompañar a la víctima y a las mujeres
que hacen esta denuncia, muestra a la pequeña, ensangrentada, así como a
quienes están tratando de atenderla. El dolor es
demasiado. Cómo se pretende decir que
hay intentos de consolidar familias como razón para justificar casos de
violación, cuando se trata de una ¡niña de 8 años! Paren un segundo y piensen, por favor, en una niña de esa edad. El infeliz que la ha violado no está pretendiendo crear una familia con ella, es simplemente un delincuente de la peor especie que vive en un ambiente que apaña este tipo
de delitos.
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¡NO
ES UN TEMA CULTURAL, ES UN DELITO!
Por
Marisa Glave.
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“La violencia sexual en centros escolares es una terrible realidad.
No es un dato nuevo, lastimosamente. Es una práctica delictiva que ha sido denunciada
múltiples veces en el país, como parte de la violencia que nuestras niñas y niños sufren”.
Por Marisa Glave. Socióloga.
Fuente La república domingo 16 de junio del 2024.
Morgan Quero no puede aludir confusión ni
desconocimiento tras el amplio rechazo que han generado sus declaraciones. Pretender un relativismo cultural para
esbozar una línea de justificación a las violaciones
de niñas Awajún por parte de docentes
es inaceptable.
Sus créditos académicos, como graduado en
la Universidad de Grenoble y con un doctorado en la Universidad Autónoma de
México, no le permiten invocar ignorancia. Sabía
perfectamente lo que estaba diciendo y no le importó. Estaba agrediendo al pueblo Awajún y su cultura, a las mujeres awajún que se han organizado para denunciar
esta práctica y, sobre todo, a las niñas awajún víctimas
de violación, a las que él está obligado a
proteger como ministro de Educación,
pues eran alumnas en instituciones educativas públicas.
Esta actitud racista y colonial del señor Quero es un reflejo de la
manera en que este Gobierno, el de su jefa, la señora Boluarte, trata a los
pueblos originarios, no solo desentendiéndose de sus responsabilidades básicas,
sino violentando en el camino a quienes no consideran ciudadanos plenos.
El señor Quero, así como la señora Boluarte, deberían irse. Es inaceptable que Quero siga siendo ministro de Educación, pero este congreso no lo censurará.
La violencia sexual en
colegios en Condorcanqui.
El 2017, el director de la
Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Condorcanqui alertó que había más
de 90 denuncias de violación sexual en los centros educativos. Esta
realidad ya había sido señalada por un informe del Centro de la Mujer Peruana Flora
Tristán que el 2005 hizo
públicos casos de violación por parte de profesores
a alumnas awajún en el 2003,
poniendo en evidencia la realidad de violencia a la que estaban sometidas las niñas, así como la impunidad de la que gozaban los docentes y directores responsables de los hechos.
La Defensoría del Pueblo mostró cifras alarmantes de denuncias
de violencia sexual en instituciones educativas de Condocanqui, particularmente las ubicadas en
comunidades nativas. Entre el 2012 y el 2017 se
recibieron más de 200 denuncias. De ellas, el 73% simplemente no habían sido procesadas y, por
tanto, habían prescrito. La cultura de la
violación funciona en nuestro país porque está hermanada con la cultura de la impunidad.
El
informe presenta un paquete completo de conclusiones en este caso,
siendo una de los más alarmantes la ausencia de
mecanismos básicos de acceso a la justicia.
Realizar una denuncia para un padre o una madre awajún es un vía crucis
que termina dañando a toda la familia y revictimizando a las niñas que, en
muchos casos, hicieron las denuncias porque habían quedado embarazadas.
La violencia sexual en centros escolares es una terrible
realidad. No es un dato nuevo, lastimosamente. Es una práctica delictiva que ha
sido denunciada múltiples veces en el país, como parte de la violencia que nuestras niñas y niños sufren. Un ministro de Educación que
no asuma como cruzada hacerle frente a esta realidad en la escuela, sea esta urbana o rural, no puede seguir en
el cargo bajo ninguna excusa.
Es una niña de 8 años, señor
Quero
El último caso de violación que
se ha conocido es el de una niña de 8 años. En
su desesperación, las mujeres de la comunidad
han grabado en video el momento en que la niña
llega a pedir que la sanen, que la curen. Este video, que ha sido enviado a
organizaciones de DDHH que van a acompañar a la víctima y a las mujeres
que hacen esta denuncia, muestra a la pequeña, ensangrentada, así como a
quienes están tratando de atenderla. El dolor es
demasiado.
Cómo se pretende decir que hay
intentos de consolidar familias como razón para justificar casos de violación,
cuando se trata de una ¡niña de 8 años! Paren un segundo y piensen, por favor, en una niña de esa edad. El infeliz que la ha violado no está pretendiendo crear una familia con ella, es simplemente un delincuente de la peor especie que vive en un ambiente que apaña este tipo
de delitos.
Pero en casos en los que
hubiera incluso una aceptación comunal de “convivencia”
o de “intento de formación de familia”
con una menor de edad, el TC ya
ha dejado claro que, siendo especialmente relevante la jurisdicción comunal,
esta no supone la relativización o desconocimiento de
otros bienes jurídicos. Expresamente señala que no puede colisionar con
derechos fundamentales. En su sentencia, el TC afirma que los delitos de violación sexual a niñas
“no
pueden verse en el fuero comunal pues, no solo
repercuten sobre el contenido de derechos fundamentales esenciales, sino que
comprometen a personas de condición especial como son sin duda los menores de edad”.
La
Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP)
ha denunciado el relativismo cultural con
el que el ministro pretende apañar delitos. Organizaciones
feministas, como las agrupadas en las Lilas,
han exigido su salida. Lo mismo han hecho diversas organizaciones de sociedad civil.
El intento del señor Quero de
pedir disculpas y decir que se le ha
malinterpretado es una burla. Como empecé este
artículo, sus credenciales académicas no le
permiten aludir confusión o desconocimiento. Su agresión puede ser pasada por alto por la señora Boluarte,
pero no por la sociedad. Su presencia en el ministerio
es inaceptable.
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