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La Revolución Cubana siempre ha sido alabada por su internacionalismo, y recientemente se ha podido ver durante la crisis del covid-19. ¿Cómo ves el papel del internacionalismo cubano en el fomento de la solidaridad mundial? Estados Unidos dice que Cuba es un Estado patrocinador del terrorismo. En realidad, es un Estado patrocinador de la salud. Eso está claro para todo el mundo. Cuba fue el único país que intervino militarmente en África para impulsar la liberación nacional y luego no buscó nada a cambio. Así se expresó, casi textualmente, el propio Nelson Mandela. Así es como el mundo ve a Cuba. Estados Unidos está desubicado y tiene que poner fin al bloqueo.
Describís a Cuba como un modelo socialista para el resto del mundo,
y muy especialmente para el Sur Global. ¿Cuáles son las principales lecciones
que otras naciones pueden aprender de la experiencia cubana con el socialismo?
¿Cuáles son las perspectivas de su desarrollo? ¿Qué ideas puede ofrecer en la
actualidad, en particular para resistir la peligrosa letalidad de un imperio en
declive (como estamos presenciando en Palestina)?
La mejor manera de entender a Cuba es
compararla con Haití, que tuvo una historia atormentada y una contrarrevolución en 1957. Si Cuba hubiera seguido el camino de Haití, la situación del pueblo cubano sería infinitamente peor
que la de su isla vecina. Cuba
mantiene su dignidad y lucha por su
soberanía, mientras Haití lucha
por sobrevivir. Ese es el logro. Cuba nos enseña que gastar dinero en sanidad y educación es mejor que gastarlo en la guerra. Estados Unidos
gasta 1,53 billones de dólares en su
maquinaria bélica. Ojalá ese dinero
se gastara en infraestructuras,
en educación,
en sanidad,
en trabajadores
sociales. Pero no. Una
economía de guerra
es mucho más fea
que una economía de paz.
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«CUBA NOS ENSEÑA QUE GASTAR
DINERO EN SANIDAD Y EDUCACIÓN ES MEJOR QUE GASTARLO EN LA GUERRA».
Entrevista a Vijay Prahsad.
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Por | 18/09/2024 | Cuba
Fuente.
Revista Rebelión miércoles 18 de septiembre del 2024.
El historiador, editor y
periodista indio Vijay Prahsad escribe en colaboración con Noam Chomsky el
libro ‘Sobre Cuba’, un intento de recordar a las generaciones más jóvenes las
conquistas del proceso revolucionario cubano, que comenzó hace 70 años.
El nuevo libro de Noam Chomsky y Vijay
Prashad arranca con una visita a Silvio Rodríguez para entregarle el anterior. “Fui a darle el libro que habíamos hecho Chomsky y yo, La retirada, que había salido en
español con Capitán Swing”, comenta Vijay.
“Me dijo que era un gran admirador de Chomsky y me dio un libro voluminoso en el que había reunido materiales y escrito sobre la música cubana. Cuando le di ese libro a Noam, se puso muy contento”.
Empezaron
entonces a hablar de Cuba y “la sugerencia de hacer el libro surgió
espontáneamente a partir de esa conversación”. Grabaron entonces varias
horas de diálogo, a partir del cual
elaboraron un par de manuscritos, y
surgió Sobre Cuba: 70 años de Revolución y lucha, que
ahora publica también Capitán Swing
con traducción de Lidia Pelayo Alonso,
prólogo del presidente de la República
de Cuba, Miguel Díaz-Canel, e introducción de Manolo de los Santos, director ejecutivo de The People’s Forum e
investigador del Instituto
Tricontinental de Investigación Social, que dirige el propio Vijay.
Sobre Cuba
ofrece un análisis ágil pero profundo
sobre la historia política de la Cuba
revolucionaria desde la década de 1950.
En su forma, el libro es fiel a la
conversación íntima entre estos dos
intelectuales. En ella se explora tanto el impacto de la Revolución Cubana internacionalmente
como el del bloqueo estadounidense
sobre la isla. Chomsky y Prashad
destacan así, frente a los desafíos económicos impuestos por el Goliath del norte, la relevancia de los
esfuerzos de Cuba para avanzar en
las reformas socialistas y en su solidaridad internacionalista por medio
de una historia de misiones médicas y
militares en el Sur Global. El libro
ofrece un debate equilibrado y comprometido sobre la complejidad de un panorama político y económico, arrojando lecciones significativas para todo proyecto socialista. De todo ello,
y con motivo de su publicación en español, hablamos con Vijay.
El subtítulo del libro subraya los 70 años del proceso
revolucionario, en lugar de centrarse en los 65 transcurridos desde su triunfo.
¿Por qué queríais destacar esto?
El proceso revolucionario se
remonta mucho tiempo atrás, incluso antes del Asalto al Moncada el 26 de julio de 1953. Con los 70 años queríamos indicar al menos la
situación en Cuba desde esa fecha. Las revoluciones son un proceso, no un
acontecimiento. El proceso no tiene
un punto de partida fijo. Podemos señalar la Moncada, como dije, pero también al momento en el que el Granma tocó tierra en Cuba el 2 de diciembre de 1956.
A lo largo del libro exponéis toda una serie de argumentos
contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba. ¿Cuáles han sido sus consecuencias
más significativas? ¿Qué podría y debería hacerse al respecto en un futuro
próximo?
El bloqueo,
que dura desde hace ya más de seis
décadas, es ilegal y cruel.
Impide a una pequeña nación insular
realizar libremente actividades comerciales
básicas con otros países. Las
sanciones a terceros impiden que empresas que no operan en Estados Unidos envíen y reciban
fácilmente mercancías hacia y desde Cuba.
Las compañías navieras no atracan en
aguas cubanas y se niega el acceso a Cuba a productos básicos. Se
trata de una situación muy dura que no debe ser acatada como normal. Cada año, la mayoría del mundo vota para poner fin a este
bloqueo y debe ponerse fin ya.
Con el fallecimiento de Fidel Castro y el cambio de época, ¿a
qué retos y oportunidades se enfrenta Cuba para su futuro?
Fidel Castro era
realmente un hombre extraordinario.
Me reuní con él varias veces y me bañé en su optimismo e inteligencia. Durante su liderazgo, preparó al país para estos retos. Sobre todo, por medio
de su Batalla de Ideas. Los actuales
dirigentes de Cuba son herederos de
su ejemplo. Por supuesto, es difícil seguir los pasos de alguien como Fidel. Pero Fidel no es solo una
persona. Es todos los cubanos. Y también nosotros.
La situación en
toda América Latina es complicada.
La base social del radicalismo se ha visto socavada por la
precariedad laboral, la inflación y la falta de un proyecto político de izquierdas vibrante. El ascenso de una
extrema derecha de tipo especial, desde Milei a Bolsonaro,
ha hecho temblar la posibilidad de un futuro
socialista o incluso progresista.
Cuba vive en ese contexto. Tiene que negociar ese equilibrio de fuerzas. El
ataque a Venezuela y otros países
del ALBA-TCP amenaza seriamente a la
Revolución Cubana. Cuba puede hacer su parte, pero no
puede hacerlo todo. Es importante que fortalezcamos la solidaridad con Cuba en todo el mundo y construyamos las bases de
la soberanía en América Latina
frente al imperialismo estadounidense.
Los principales medios de comunicación suelen presentar a Cuba
de forma unidimensional. ¿Cómo tergiversan la realidad política de Cuba?
Estados Unidos está furioso
porque Cuba es “desobediente”,
porque su ejemplo sería “contagioso”
en todo el mundo. Y eso es cierto. Cuba
es desobediente. Quiere establecer su soberanía
y ese ejemplo es contagioso. Es
cierto. Para impedirlo, EE UU
argumenta que Cuba es un país
totalitario, lo cual le resulta conveniente. Así no tiene que enfrentarse a
los hechos. Los medios corporativos
lo repiten. Son taquígrafos del
gobierno de Estados Unidos. Para
ellos no importan los hechos ni el contexto. Y si no hay contexto, no hay nada.
Es una vergüenza para el
conocimiento humano.
Ya hay varias generaciones de
las que vivieron 1959 y su impacto
que se nos han ido. El inmenso logro
de la Revolución Cubana no es tan
claro para los más jóvenes.
Esperemos que un libro como Sobre Cuba ayude a
la gente a comprender tanto el gran
avance que supuso para el pueblo
cubano expulsar a Estados Unidos y establecer su soberanía, como la importancia de esa lucha por mantener la Revolución. Nuestro deseo es que este
libro revitalice de alguna manera la significación de ese espíritu de solidaridad.
La Revolución Cubana siempre ha sido alabada por su
internacionalismo, y recientemente se ha podido ver durante la crisis
del covid-19. ¿Cómo ves el papel del internacionalismo cubano en el
fomento de la solidaridad mundial?
Estados Unidos dice que Cuba es
un Estado patrocinador del terrorismo. En realidad, es un Estado patrocinador de la salud.
Eso está claro para todo el mundo. Cuba fue el único país que intervino militarmente en África para impulsar la liberación
nacional y luego no buscó nada a cambio. Así se expresó, casi textualmente,
el propio Nelson Mandela. Así es
como el mundo ve a Cuba. Estados Unidos
está desubicado y tiene que poner fin al
bloqueo.
Describís a Cuba como un modelo socialista para el resto del mundo,
y muy especialmente para el Sur Global. ¿Cuáles son las principales lecciones
que otras naciones pueden aprender de la experiencia cubana con el socialismo?
¿Cuáles son las perspectivas de su desarrollo? ¿Qué ideas puede ofrecer en la
actualidad, en particular para resistir la peligrosa letalidad de un imperio en
declive (como estamos presenciando en Palestina)?
La mejor manera de entender a Cuba es
compararla con Haití, que tuvo una historia atormentada y una contrarrevolución en 1957. Si Cuba hubiera seguido el camino de Haití, la situación del pueblo cubano sería infinitamente peor
que la de su isla vecina. Cuba
mantiene su dignidad y lucha por su
soberanía, mientras Haití lucha
por sobrevivir. Ese es el logro. Cuba nos enseña que gastar dinero en sanidad y educación es mejor que gastarlo en la guerra. Estados Unidos
gasta 1,53 billones de dólares en su
maquinaria bélica. Ojalá ese dinero
se gastara en infraestructuras,
en educación,
en sanidad,
en trabajadores
sociales. Pero no. Una
economía de guerra
es mucho más fea
que una economía de paz.
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