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“Otra Nueva Política Económica. Hace cuatro
años, al hablar del XIV Plan Quinquenal (y ya está
en marcha la redacción del XV Plan
Quinquenal) no se podía decir
con claridad si China
era socialista o capitalista porque se estaba ante la fusión de la economía monetaria, del keynesianisno
en sentido estricto, y de la planificación
inicialmente soviética, aunque remozada.
Tal vez algo parecido a la Nueva
Política Económica de Lenin. Tal vez. La diferencia, o el debate, está en
que Lenin concebía le NPE como un
sistema transitorio, un "obligado
paso atrás", y China lo considera un gran paso hacia adelante y nada
transitorio. La semejanza es que, en
los dos casos, la economía permanece bajo la dirección y planificación del Estado, aunque secundada por el capital
privado. ¿Es esto el
"socialismo de mercado" o "el socialismo con características
chinas"? A tenor de lo acordado
en ese tercer pleno y de los pasos
que se están dando desde entonces, ya se puede decir que estamos más cerca de
lo primero, del socialismo,
que de lo segundo.
“Inmersos
en este prolegómeno del XV Plan Quinquenal (que se aprobará el año que viene), se está
comenzando a discutir si la lucha de
clases existe en China o no, y se dice que "después de la eliminación de la clase explotadora como clase, y
en la etapa actual, la principal contradicción de nuestra sociedad es la
contradicción entre las crecientes necesidades de personas para una vida mejor
y desarrollo desequilibrado. Debido a factores internos y a la influencia de la
situación internacional, la lucha de clases en cierta medida seguirá existiendo
durante mucho tiempo y puede intensificarse en determinadas condiciones, pero
ésta ya no es la principal contradicción". Aquí hay munición para unos y otros, pero es la definición más clara
que yo he visto de lo que es el "socialismo con
características chinas".
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CHINA ACELERA EL PASO DE SU “SOCIALISMO CON CARACTERÍSTICAS CHINAS”
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La "economía
de transición" que se está desarrollando en China está impulsada en gran parte por la acumulación
socialista que apunta a lograr objetivos sociales sin el mercado
Por Alberto
Cruz, Nodo
50
Jaque al neoliberalismo. Lunes,
16 de septiembre de 2024
Fuente.
Original. La Crónica de Chihuahua.
China
es mucha China. Convertida en la gran amenaza para el Occidente colectivo -y ahí está la
última reunión de la OTAN en julio
para certificarlo-, está acelerando el camino para mostrar al otro mundo, al no occidental, que las cosas se pueden
hacer de otra manera, sin agresiones ni
injerencias, y que la prioridad es su propio pueblo. Suele ser recurrente
la pregunta de si China es socialista o capitalista, y para
intentar responderla lo que hay que hacer es lo que no siempre se hace: conocer qué dicen los chinos.
Quienes,
como yo, hace tiempo llegaron a la
conclusión de la putrefacción de Occidente
y decidimos que había que prestar atención a otras latitudes, que son sobre las
que está girando el eje del siglo XXI, de
forma especial Eurasia, hemos estado
viendo que desde la gran crisis
capitalista de 2008 no había habido un evento del PCCh tan secreto como el Tercer
Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China, celebrado el
pasado mes de julio. Eso significa que lo que se ha cocido en este pleno va a
afectar al mundo y no solo a China.
Pero, sobre todo, a China.
En lo que respecta a China, cuando se pone el énfasis en "la defensa de la soberanía y el desarrollo autosuficiente" (sic) se está diciendo que China se prepara, con fuerza y decisión, para separarse y desvincularse de los mercados occidentales. No por ella, por supuesto, sino porque es la decisión de Occidente, y más si Trump vuelve a ser presidente. Y eso hace que haya que prestar mucha, pero que mucha atención a lo que ocurra en la cumbre de los BRICS de este mes de octubre.
Es habitual
en el lenguaje del PCCh las referencias ideológicas, y ahora no solo no han faltado,
sino que se han reforzado. Así, lo primero que aparece es la referencia la
necesidad de "coordinar y
promover" en el mundo los "Cinco
Principios en Uno" (respeto
a la soberanía e integridad territorial de cada país, no agresión, no injerencia
en los asuntos internos de otros Estados, igualdad en las relaciones, beneficio mutuo), ya propuestos en 1954 y que se basan en la propuesta de Lenin de "coexistencia pacífica" con los países capitalistas como
una estrategia gradual para romper el
bloqueo imperialista y llevar a cabo una exploración útil sobre cómo abordar las relaciones entre países con
sistemas diferentes.
Ello va en
paralelo con la profundización de los "Cinco en Uno" (la construcción económica es la base, la construcción política es la garantía,
la construcción cultural es el alma, la construcción social es la condición y
la construcción de la civilización ecológica es el objetivo), que es en lo que
se basa "el socialismo con
características chinas", y, sobre todo, de los "Cuatro Integrales" (construcción integral de un país socialista moderno, profundización
integral de la reforma como poderosa fuerza impulsora, estado de derecho integral, gobernanza
integral y estricta del partido).
Ambos principios están vinculados orgánicamente.
Por lo tanto,
este tercer pleno ha decidido
"coordinar
situaciones nacionales e internacionales, coordinar el desarrollo y la
seguridad, esforzarse por promover el desarrollo de alta calidad y promover y
planificar aún más las reformas de manera integral, avanzar sólidamente en la
construcción de la democracia socialista y el estado de derecho, fortalecer
continuamente la propaganda ideológica y cultural, garantizar de manera
efectiva los medios de vida de las personas y la protección del medio ambiente
ecológico, salvaguardar resueltamente la seguridad nacional y la estabilidad
social, promover vigorosamente la defensa nacional y la construcción
militar".
Para ello, y
reforzando el "sistema económico de mercado socialista de alto nivel",
se hace hincapié en "la consolidación
y desarrollo inquebrantable de la economía pública", alentando y
apoyando también la no pública como
complemento. De forma especial, se indica que este proceso se tiene que centrar
en "la educación, la ciencia y la
tecnología" (claramente está indicando la respuesta a la guerra
lanzada por Occidente, EEUU en
particular, contra China en este
aspecto). Pero dejando muy claro que solo se puede fortalecer el sistema teniendo en cuenta que "el pueblo es el dueño
del país", por lo que solo se puede defender y mejorar el sistema
"encarnando
de manera concreta y realista la propiedad del pueblo sobre el país en la vida
política y la sociedad". Solo así se
puede "llevar adelante el espíritu
del estado de derecho socialista, salvaguardar la equidad y la justicia social,
y promover integralmente el estado de derecho en todos los aspectos del cambio
laboral del país".
Uno de los
objetivos para el "desarrollo autosuficiente" es fortalecer la agricultura, por lo que se dedica bastante espacio a
abordar el desarrollo de las áreas
rurales y reducir la brecha entre estas
y las ciudades. Una forma de hacerlo es
"mejorar
el sistema de servicios públicos básicos, fortalecer la construcción universal,
básica e integral de los medios de vida de la gente, resolver los problemas de
interés más directos y prácticos que más preocupan a la gente y cumplir
constantemente con las necesidades de las personas de una vida mejor",
para lo que "es necesario mejorar el sistema de distribución del ingreso,
mejorar las políticas prioritarias de empleo, mejorar el sistema de seguridad
social, profundizar la reforma del sistema médico y de salud y mejorar el
sistema de servicios y apoyo al desarrollo de la población". Esta será la
base sobre la que trabaja la ya anunciada planificación del XV Plan Quinquenal
(2026-2030).
Esta no es una simple descripción de la transformación de China por sus propias fuerzas sin necesidad, como en Occidente, de saquear y explotar el resto del planeta. Es también una propuesta a estos pueblos del Sur mantenidos en subdesarrollo de la posibilidad de salvar la fase del capitalismo y su terrible sufrimiento. China, que ha experimentado las mismas humillaciones, ha podido asimilar lo que constituye la fuerza y la innovación del capital manteniendo en una jaula las fuerzas destructivas de la planificación, el socialismo y su Estado, su partido. El trabajo está lejos de estar terminado, pero esta agenda de trabajo del comité central del Partido Comunista Chino, precedida y seguida en todo el país por reuniones y debates a todos los niveles sobre el análisis y la implementación, dice lo que es la gobernanza china.
Está
previsto que antes de fin de año se celebre el cuarto pleno, que dará mucha más
información de lo que piensa y hace China
previendo el futuro. Es más que probable que este cuarto pleno esté más
enfocado en cuestiones internacionales
y se habrá realizado después de la
cumbre de los BRICS. Pero mientras el tiempo avanza hacia esa cita crucial, China está dando pasos acelerados en lo que ellos
definen como "socialismo con características chinas".
Otra Nueva Política Económica.
Hace cuatro
años, al hablar del XIV Plan Quinquenal (y ya está
en marcha la redacción del XV Plan
Quinquenal) no se podía decir
con claridad si China
era socialista o capitalista porque se estaba ante la fusión de la economía monetaria, del keynesianisno
en sentido estricto, y de la planificación
inicialmente soviética, aunque remozada.
Tal vez algo parecido a la Nueva
Política Económica de Lenin. Tal vez. La diferencia, o el debate, está en
que Lenin concebía le NPE como un
sistema transitorio, un "obligado
paso atrás", y China lo considera un gran paso hacia adelante y nada
transitorio. La semejanza es que, en
los dos casos, la economía permanece bajo la dirección y planificación del Estado, aunque secundada por el capital
privado. ¿Es esto el
"socialismo de mercado" o "el socialismo con características
chinas"? A tenor de lo acordado
en ese tercer pleno y de los pasos
que se están dando desde entonces, ya se puede decir que estamos más cerca de
lo primero, del socialismo,
que de lo segundo.
Inmersos en
este prolegómeno del XV Plan Quinquenal (que se
aprobará el año que viene), se está comenzando a discutir si la lucha de clases existe en China o no, y
se dice que
"después
de la eliminación de la clase explotadora como clase, y en la etapa actual, la
principal contradicción de nuestra sociedad es la contradicción entre las
crecientes necesidades de personas para una vida mejor y desarrollo
desequilibrado. Debido a factores internos y a la influencia de la situación
internacional, la lucha de clases en cierta medida seguirá existiendo durante
mucho tiempo y puede intensificarse en determinadas condiciones, pero ésta ya
no es la principal contradicción". Aquí hay
munición para unos y otros, pero es la definición más clara que yo he visto de
lo que es el "socialismo
con características chinas".
Porque en
una pista más sobre lo
que se está gestando tras el tercer
pleno no es extraño ver cómo se han adoptado recientemente, en estos dos meses transcurridos, tres medidas que aceleran claramente el camino que se ha marcado
La primera, que se ha pedido desde el Estado a las grandes empresas, estatales
y privadas, que "devuelvan los
salarios excedentes de los últimos cinco años" en el marco de la
iniciativa gubernamental para promover
la igualdad económica. Todo aquel alto
ejecutivo que supere el límite de 3
millones de yuanes anuales (unos 380.000
euros) lo tiene que devolver.
En el Estado español los altos
ejecutivos casi duplican esa cifra,
por dar un dato (y no hablemos de EEUU).
Al mismo tiempo, se establece en esta
cantidad el tope salarial por
arriba. Una medida necesaria cuando se ralentiza
un tanto el crecimiento económico
que, a pesar de todo, sigue siendo muy superior
al occidental (estipulado en el 5%
para este año, mientras que en el Occidente
colectivo se estima en el 2% en
el mejor de los casos). Esta iniciativa es la primera a gran escala que se lleva a cabo en el marco de la "prosperidad común",
que se está convirtiendo en el eje
central de la política interna china. No va a ser la última.
La segunda, que se habla de forma abierta de poner fin a todo
tipo de clon de la "educación
occidental". La rebelión
contra este tipo de educación comenzó en
2016 en varias universidades y
con el activismo de los Jóvenes
Marxistas. Dos años después, y como consecuencia de ello, se dieron los primeros pasos y ahora el acelerón
final. Aquí tiene un papel importante Xi
Jinping, abiertamente comprometido
con ello y que cree que hay
"fuerzas
hostiles que están comprometidas en actividades subversivas contra el partido y
el sistema socialista, especialmente dirigidas a la conciencia de los jóvenes". Eso significa que se intenta que "la generación más joven, la que no
experimentó el dolor de las personas que lucharon entre la vida y la muerte por
el país y por este sistema, olvide todo ello". Como ha ocurrido en Occidente. Por lo tanto, "se va a acelerar la eliminación de
los planes de estudio que no inculquen los ideales socialistas en la generación
más joven". Es decir, desaparecerán
las influencias occidentales en la educación.
Esto es más
fácil decirlo que hacerlo, puesto que
-y enlaza con la primera cuestión-
la diferenciación de clases en China
ha creado una ansiedad educativa
porque en un sistema meritocrático
eso es muy importante. De ahí que no hace mucho
China tuviese que poner coto a las clases
particulares. Hay un desequilibrio
evidente -y dónde no- entre la ciudad y
el campo y los recursos son diferentes en una u otro. De ahí este paso. Es un intento de equilibrar los recursos educativos y centrarlos en el país,
sin tener en cuenta a Occidente, y
hacer que la calidad de la educación
sea la misma. Aquí es evidente la vuelta
al modelo soviético.
La tercera, que también tiene que ver con lo aprobado en el
tercer pleno: China ha decidido duplicar
el gasto en inteligencia artificial a pesar de las "medidas restrictivas" (neolengua occidental para hablar
de las sanciones, ilegales según el
derecho internacional) impuestas por Occidente,
EEUU en especial. China invierte un
total de dos veces lo que Occidente, cuando -como se está demostrando en el
país 404, antes conocido como Ucrania- la IA está cambiando las
reglas del juego en el campo de batalla,
no solo en la industria.
El modelo chino está siendo seguido muy de cerca por muchos países del llamado Sur Global porque el éxito obtenido con la eliminación de la pobreza, reconocido incluso por el propio Banco Mundial, está ahí y es muy difícil de ocultar. Incluso el BM dice que "para cerrar la brecha" con Occidente, los países tienen que establecer nuevas condiciones (inversión, nuevas tecnologías e innovación) en sus sistemas y que el único país que está capacitado para ello es China. El BM no es la panacea, ni mucho menos, ni sus análisis hay que seguirlos al pie de la letra porque repite el mantra neoliberal occidental. Pero es un indicador claro de por dónde van las cosas.
Cada vez son
más quienes consideran
que la "economía de
transición" que se está desarrollando
en China está impulsada en parte por la acumulación capitalista con fines de lucro y en parte por la acumulación socialista que apunta a lograr objetivos sociales sin el mercado a través
de inversiones planificadas. Estos últimos pasos dados por China indican que
está ganando esta opción.
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Nota:
En China es recurrente oír el calificativo de "tigre de papel medio muerto" al referirse a la OTAN, y
lo hacen teniendo en cuenta la paliza que está recibiendo en Ucrania. Pero la OTAN
sigue actuando como si todavía fuese
importante y en su reunión de julio,
además de acusar a China de
"facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania", se
amenazó al país con sanciones porque
"las ambiciones declaradas y las
políticas coercitivas de la República Popular China (RPC) siguen desafiando
nuestros intereses, nuestra seguridad y nuestros valores". Por todo
ello, "la República Popular China
sigue planteando desafíos sistémicos a la seguridad euroatlántica".
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