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“Otros escenarios de lucha, A las regiones donde la movilización
es mejor conocida, como Chiapas o Rojava, hay que
añadir otras en las que no lo es tanto, pero ha desarrollado ya estrategias llenas de enseñanzas. En el Cauca
colombiano, los pueblos nasa, misak
y kokonuko, entre otros, durante la pandemia
de covid 19 se protegieron con métodos de medicina tradicional, al tiempo que dinamizaban su economía intensificando
y diversificando cultivos y obteniendo por intercambio productos sanitarios de indígenas
urbanos. Simultáneamente, se crearon autodefensas
que vigilaban los accesos a su territorio.
En la actualidad, en esta amplia zona,
que agrupa ciento quince cabildos,
hallamos una economía con empresas y
tiendas comunitarias y muy diversos
proyectos administrados colectivamente,
aunque coexistiendo con iniciativas
familiares. Hay que decir que la producción
de truchas abastece a toda la región
y los beneficios se socializan en
proyectos para los más desfavorecidos.
En la dinámica creada en el Cauca, el trueque se ha convertido en un instrumento
para mejorar la vida, pero las ferias que se destinan a estos fines son también para compartir arte y saberes y modelar una existencia
ajena a la acumulación capitalista.
“No
faltan experiencias interesantes tampoco en Venezuela.
En el noroeste del país funciona Cecosesola,
una red de comunidades que se
extiende por cinco estados con proyectos agrícolas y ganaderas, de pequeña industria, servicios
de salud, etc. La organización
agrupa a veinte mil personas en sesenta cooperativas de base, dotadas
de una estructura democrática y autogestionada en la que no se escatima tiempo para que las medidas se
adopten con el mayor consenso
posible. Cecosesola se constituyó sin ningún apoyo del Estado
ni de empresas privadas.
“En
muchas de estas luchas resulta esencial la recuperación de la tierra, acaparada por latifundistas. En este sentido ha sido decisivo el ejemplo del Movimento
dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) brasileiro, cuyas formas de actuación,
corajudas y exquisitamente democráticas,
se repasan en el libro. Aquí también es destacable la red de cooperativas y asociaciones creadas para producir, comercializar y prestar servicios
diversos a las comunidades. En las campañas del MST, al igual que en las de otros movimientos hermanos a través del continente, la alfabetización y
educación se realizan con una pedagogía
propia, diferente a la estatal, con énfasis en la
estructura social y la práctica de los saberes.
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DEBATES SOBRE ANTICOLONIALISMO Y TRANSICIÓN EN AMÉRICA LATINA.
Reseña de Mundos otros y
pueblos en movimiento, de Raúl Zibechi (Zambra/Baladre, 2024)
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Por Jesús
Aller | 19/09/2024 | América Latina y Caribe
Fuentes: Rebelión 19 de septiembre del 2024.
Raúl
Zibechi (Montevideo, 1952) es sin duda uno de los
pensadores más lúcidos y activos entre los que hoy tratan de abrir caminos de
progreso social en nuestra América.
En su amplia
obra ha enfatizado la necesidad de movimientos democráticos y bien
organizados, pero fieles a las raíces
culturales de las gentes que a través de ellos persiguen su emancipación, lo que lo ha llevado
recientemente a escoger el término “pueblos en movimiento” para
los sujetos de estos procesos. El
volumen que acaba de publicar Zambra/Baladre
presenta una recopilación de artículos y capítulos en libros en colaboración,
que reivindican el pensamiento desde abajo como fórmula capaz de construir una alternativa al capitalismo, fiel a la vida y la cultura de los pueblos originarios. La pujanza de esta estrategia se demuestra
con ejemplos concretos de territorios en
lucha, del Kurdistán al
área zapatista
mexicana o la de los nasa
colombianos.
En una
entrevista recogida en el libro, Zibechi recuerda momentos decisivos de su vida, como su exilio en España en los años
70, cuando tomó contacto con el movimiento
feminista y comenzó a cuestionar el marxismo-leninismo
que había orientado hasta entonces su pensamiento.
Después, en los 90, convivir con las
comunidades zapatistas le hizo
descubrir una opción real de transformación social a partir de las premisas que allí se daban. Por último, en 2013, la crisis del progresismo, con las movilizaciones en Brasil contra el gobierno de Dilma
Rousseff, sirvió para confirmar la emergencia de sujetos “de más abajo”, excluidos hasta hace
poco de las luchas políticas, y el
eclipse como protagonista del
intelectual blanco nutrido de ciencia
académica.
Pueblos en movimiento: protagonistas en
la defensa del territorio
Tras el
fracaso de las experiencias emancipadoras del siglo XX, Zibechi propone la
necesidad de un cambio conceptual en el
discurso que las guio, con sus líderes
carismáticos y sus partidos escasamente
democráticos empeñados en batallas políticas por la conquista del
poder estatal. Así, siguiendo a Benjamin y a Castoriadis, plantea romper con la certeza marxista de que el proletariado
nada a favor de la corriente y
con la tendencia innata a encomendar
la lucha a la potencia salvífica de
los líderes. Otra dificultad a superar es la mentalidad “resultadista” de la izquierda, que elude el conflicto inevitable con las élites económicas y está dispuesta a
cualquier truco electoralista y a vaciarse ideológicamente con tal de
llegar a un poder que no es tal. En América Latina hay que tener en cuenta
además que las sociedades son muchas
veces complejas en su diversidad, lo
que exige políticas escrupulosamente
respetuosas de las particularidades,
con énfasis en autonomía y autogobierno
como vectores del proceso.
¿Cómo se
materializa la descolonización? Un ejemplo
valioso lo aporta el análisis del concepto
de “trabajo” entre los zapatistas, que alumbra
realidades más allá de la economía
política clásica y el trabajo
asalariado. Según explica el subcomandante
Moisés en un artículo de 2015,
existe un “trabajo colectivo”,
que las asambleas acuerdan para
determinados días, y otro destinado a la parcela familiar. La comunidad escoge a los que realizan
tareas para ella, y los compensa laborando sus cultivos. De esta forma, los trabajos
colectivos tienden a sustituir el dinero
en las relaciones sociales y además
cuando se vende la cosecha común, es
la asamblea la que decide el uso de las ganancias. No
existe propiedad privada sobre la tierra ni ningún medio de producción y se ha organizado una sociedad en la que los
intercambios pecuniarios son mínimos.
Se describen dinámicas similares en otras regiones de México que ponen en evidencia un modelo enraizado en culturas ancestrales y al tiempo eficaz
ante los retos del presente.
Otro ejemplo
de descolonización lo tenemos
en el Kurdistán sirio (Rojava), territorio donde hay que destacar la incorporación de las mujeres,
secularmente marginadas, a todos los
frentes de trabajo y decisión,
incluida la milicia. Aquí fue
esencial el impulso ideológico de Abdullah
Öcalan, que aparte de la igualdad de
género enfatiza también la crítica
del economicismo y siguiendo a Fernand
Braudel insiste en la importancia de las relaciones de poder en el capitalismo
y los Estados a su servicio. Otra
referencia en el aspecto teórico es el boliviano
Luis Tapia Mealla, que con su análisis del “colonialismo interno” desenmascara los nuevos rostros de la explotación de los pueblos, basada en el extractivismo.
En su opinión sin embargo hay elementos
de esperanza, pues el colonialismo
preservó el nivel político micro, y
esto hace posible la articulación sobre
él de las formas sociales que se
persiguen, sustituyendo las estructuras
macro, funcionales al expolio,
por otras de autogobierno.
La ofensiva
colonial que cambió el mundo expandió un pensamiento social al tiempo que edificaba nuevas estructuras de explotación.
De esta forma, los intentos
emancipadores que surgen quedan marcados
por la ideología de poder que se ha impuesto, y no hacen más que reproducir la dominación. Por todo el
continente se hallan “revolucionarios”
que conquistaron el Estado solamente
para acabar creando nuevas estructuras
opresivas. En esta situación aparentemente sin salida, en muy diversos lugares se demuestra que sociedades autónomas basadas en formas
de vida ancestrales son capaces de ofrecer alternativas al capital y sus dinámicas.
De América
Latina a Rojava encontramos
ejemplos además de cómo estas colectividades
se organizan eficazmente para la autodefensa.
Las experiencias estudiadas en un
capítulo muestran que las comunidades
desafían con éxito de este modo la violencia
estatal y de las mafias, que se
ensaña con los más vulnerables. Se
describe incluso un caso, en Guerrero
(sur de México), en el que al ver
que los delincuentes detenidos, tras
ser entregados a las autoridades eran
liberados a las pocas horas, se decidió implementar una “justicia comunitaria”, usando como castigos trabajos que persiguen la reeducación.
Otros escenarios de lucha
A las regiones donde la movilización es mejor conocida, como Chiapas o Rojava, hay que añadir otras en las que no lo es tanto, pero ha desarrollado ya estrategias llenas de enseñanzas. En el Cauca colombiano, los pueblos nasa, misak y kokonuko, entre otros, durante la pandemia de covid 19 se protegieron con métodos de medicina tradicional, al tiempo que dinamizaban su economía intensificando y diversificando cultivos y obteniendo por intercambio productos sanitarios de indígenas urbanos. Simultáneamente, se crearon autodefensas que vigilaban los accesos a su territorio. En la actualidad, en esta amplia zona, que agrupa ciento quince cabildos, hallamos una economía con empresas y tiendas comunitarias y muy diversos proyectos administrados colectivamente, aunque coexistiendo con iniciativas familiares. Hay que decir que la producción de truchas abastece a toda la región y los beneficios se socializan en proyectos para los más desfavorecidos. En la dinámica creada en el Cauca, el trueque se ha convertido en un instrumento para mejorar la vida, pero las ferias que se destinan a estos fines son también para compartir arte y saberes y modelar una existencia ajena a la acumulación capitalista.
No faltan
experiencias interesantes tampoco en Venezuela. En el noroeste del país funciona Cecosesola,
una red de comunidades que se
extiende por cinco estados con proyectos agrícolas y ganaderas, de pequeña industria, servicios
de salud, etc. La organización
agrupa a veinte mil personas en sesenta cooperativas de base, dotadas
de una estructura democrática y autogestionada en la que no se escatima tiempo para que las medidas se
adopten con el mayor consenso
posible. Cecosesola se constituyó sin ningún apoyo del Estado
ni de empresas privadas.
En muchas de
estas luchas resulta
esencial la recuperación de la tierra, acaparada
por latifundistas. En este sentido
ha sido decisivo el ejemplo del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem
Terra (MST) brasileiro,
cuyas formas de actuación, corajudas
y exquisitamente democráticas, se
repasan en el libro. Aquí también es destacable la red de cooperativas y asociaciones creadas para producir, comercializar y prestar servicios
diversos a las comunidades. En las campañas del MST, al igual que en las de otros movimientos hermanos a través del continente, la alfabetización y
educación se realizan con una pedagogía
propia, diferente a la estatal,
con énfasis en la estructura social y la
práctica de los saberes.
Ya en el
siglo XIX, la fracción antiautoritaria de la Internacional veía clara la inanidad de
la “lucha política” que el otro
sector proponía como estrategia para superar
el capitalismo. Mucho tiempo después, la experiencia no ha hecho más que
demostrar que los partidos de corte clásico que se dicen transformadores, aunque pueden llegar a
posiciones de gobierno, son
absolutamente incapaces de generar
desde él avances sólidos hacia una sociedad sin explotación. Es el momento
entonces de buscar nuevas vías y lo
que Raúl Zibechi nos ofrece en Mundos otros y pueblos en movimiento es una luminosa colección de
ejemplos en regiones diversas que muestran en detalle lo que
sujetos emergentes, excluidos del
sistema, han conseguido ya.
El
eurocentrismo hará que nos cueste reconocerlo, pero las alternativas reales que existen
actualmente para ir más allá del desastre capitalista, las encontramos
en periferias de Latinoamérica y Asia donde “pueblos en movimiento”, comunidades celosas de su autonomía, están siendo capaces de poner a punto sus saberes tradicionales y solidarios para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo.
Blog del
autor: http://www.jesusaller.com/. En él puede descargarse
ya su último poemario: Los libros muertos.
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