&&&&&
“Conscientes de
que el punto fuerte de EEUU respecto a los intercambios
comerciales con la UE son
precisamente las plataformas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apuntó directamente a las ‘Big Tech’ en caso de que no haya un acuerdo que evite los aranceles. “Hay
una amplia gama de contramedidas en caso de que las negociaciones no sean
satisfactorias. Un ejemplo es que se podría poner un gravamen a los ingresos
publicitarios de los servicios digitales”, dijo la alemana en una entrevista
con el periódico Financial Times, en la que aseguró que las
normas digitales de la UE “son
intocables”.
“Las
conversaciones
entre Bruselas y la Casa Blanca se
han intensificado en los últimos días. Una delegación de cinco técnicos
comunitarios se ha desplazado a Washington
para dar un impulso a las negociaciones y este miércoles el comisario de
Comercio se reunirá con sus homólogos en los márgenes de la OCDE en París. La Comisión Europea ha asegurado este martes que los intercambios han
sido “constructivos” en las últimas
horas, después de haber elevado el tono cuando Trump sorprendió con un
incremento del 25 al 50% de los
aranceles al acero y el aluminio. Ante ese nuevo órdago del presidente estadounidense, la UE respondió
con la amenaza de adelantar las contramedidas que permanecen en suspensión para
dar una oportunidad a la negociación
e incluso acelerar las contramedidas que aún no se han acordado en el seno del bloque comunitario. Y para eso en Bruselas sostienen que esta semana, cuando se cumplen dos meses desde que comenzaron las conversaciones, es
clave.
/////
*****
LO
QUE ESCONDE LA NEGOCIACIÓN DE LOS ARANCELES DE TRUMP Y LA UE. Armas, energía y plataformas digitales.
*****
Por Irene Castro, Andrés Gil | 05/06/2025 | Economía
Fuentes.
Revista Rebelión jueves 5 de junio del 2025
La presión de Donald Trump para que los miembros de la OTAN eleven el
gasto militar persigue que inviertan en la industria de EEUU y por eso
Washington se revuelve contra el mecanismo ‘made in Europe’ ideado por la UE
Armas.
Energía. Y menos regulación para las grandes
plataformas digitales estadounidenses. Donald
Trump usa los aranceles como
palanca negociadora. Lo hizo con Canadá
y México, para que reforzaran los controles fronterizos de personas y de
drogas. Y lo consiguió. Y ahora está en
un pulso complejo con la Unión Europea
en el que no solo busca que la UE
exporte menos a EEUU para equilibrar
esa balanza comercial. Lo que busca Trump
es que sus socios contribuyan más a la OTAN
y a la defensa europea para poder replegarse él –está reclamando un gasto
del 5% del PIB en defensa, cuando
ahora el umbral es del 2%–, pero
también que compren más energía y gas
estadounidenses, cosa que lleva haciendo la
UE desde la desconexión del gas ruso.
Y
luego está la otra
pata, que interesa mucho a la Casa
Blanca porque afecta a empresas punteras
estadounidenses con muy poca competencia en Occidente: la regulación europea de las plataformas digitales –Facebook, X, etc.–, y de las grandes empresas tecnológicas
con posiciones monopolísticas –Amazon, Google, Apple– que son multadas
sistemáticamente por la Comisión Europea
por posición dominante en el mercado.
Y
Trump no quiere eso. Hasta tal punto que su secretario de Estado,
Marco Rubio, ha amenazado con no
dejar entrar en el país a quienes legislen contra empresas
estadounidenses, en lo que supone
un aviso para navegantes en la Comisión Europea.
En
una nota difundida por el Departamento de Estado y firmada por el
propio Rubio, se afirma:
“En algunos casos, funcionarios extranjeros han llevado a cabo acciones
de censura flagrantes contra empresas tecnológicas de Estados Unidos y contra ciudadanos o residentes estadounidenses,
sin tener autoridad alguna para hacerlo. Es inaceptable que funcionarios
extranjeros emitan —o amenacen con emitir— órdenes de arresto contra ciudadanos
o residentes estadounidenses por publicaciones en redes sociales hechas en
plataformas estadounidenses, mientras se encuentran físicamente en suelo
estadounidense. Igualmente, es inaceptable que esos funcionarios exijan a las
plataformas tecnológicas de Estados
Unidos aplicar políticas de moderación de contenidos a nivel global o que
participen en actividades de censura que excedan su jurisdicción e invadan la
nuestra”.
El
vicepresidente de EEUU, JD Vance, ha acusado en el pasado a la UE
de censura por la Ley de Servicios
Digitales (DSA), porque exige a las plataformas digitales responsabilidades sobre lo que en ellas se publica. En
febrero, Vance acusó a los líderes
europeos, durante la Conferencia
de Seguridad de Múnich, de reprimir
opiniones disidentes al etiquetarlas como “desinformación”
y “fake news”.
Guerra comercial.
Que
el resto de países del mundo compren más en EEUU es lo que subyace detrás de la guerra comercial a nivel mundial que ha
desatado Donald Trump y que le ha
llevado a ir anunciando aranceles
indiscriminadamente. En palabras más técnicas, lo que quiere el líder republicano es equilibrar la
balanza comercial. El principal socio de ese país es la Unión Europea. El comercio entre los
dos bloques es de unos 1,6 billones de euros al año. Cada día se producen intercambios comerciales
entre los dos lados del Atlántico
por un valor de 4.400 millones de euros.
Pero la UE tiene un déficit de 50.000 millones de euros. Y
eso es lo que Trump quiere
solucionar.
Más
allá del ofrecimiento de aranceles ‘cero por cero’ para los bienes industriales y los vehículos, en Bruselas han leído la exigencia de Trump y le han ofrecido un incremento
de las importaciones.
“Si el problema está en el déficit de 50.000 millones de euros, creo que realmente podemos resolverlo muy
rápidamente a través de las compras de GNL,
a través de algunos productos agrícolas como la soja o en otras áreas”, expresó
recientemente el comisario de Comercio, Maros
Sefcovic.
La
energía es una de las
bazas negociadoras de la UE con EEUU,
que ha sido uno de los principales
beneficiarios de la ruptura de los 27
con Rusia a raíz de la guerra en Ucrania.
En 2024 las importaciones de gas natural licuado (GNL) del bloque comunitario a EEUU se duplicaron
respecto a 2021. Pero la desconexión total que persigue ahora la UE le da margen para comprometer un
aumento de esas compras.
Trump
quiere también que sus aliados
compren más armamento de la industria estadounidense.
Y la presión se la ha trasladado a los miembros de la OTAN con la exigencia de un incremento del gasto militar hasta el 5%, desde
el compromiso actual del 2%. El
secretario general, Mark Rutte, ha
hecho suya la petición al plantear a los 32
países de la alianza una subida de tres puntos hasta 2032.
La
mayoría de aliados,
entre ellos España, han anunciado incrementos
históricos del gasto militar.
También la Unión Europea, que
inicialmente era un proyecto alejado del
concepto de la seguridad y la defensa, ha ideado un ‘plan de rearme’ que ha cifrado en 800.000 millones de euros.
Una parte (150.000 millones) se articularán
a través de préstamos a los Estados
miembros para proyectos de defensa ‘made
in Europe’.
“El coste
de los componentes originarios de la Unión,
de los estados EEE-AELC o de Ucrania
no podrá ser inferior al 65% del
coste estimado del producto final. Ningún componente procederá de un tercer
país que contravenga los intereses de seguridad y defensa de la Unión o de sus Estados miembros”, recogen las normas del mecanismo SAFE.
Y esa cláusula no ha gustado en Washington, a pesar de que el grueso del plan (650.000 millones), que se presupone a través de la flexibilización de la disciplina fiscal cuando se trate de gasto militar, da vía libre a los Estados miembros para reforzar sus capacidades donde quieran. “Consideran que no es la mejor manera de reforzar la relación trasatlántica”, expresan fuentes aliadas sobre los recelos expresados por EEUU. Esas fuentes admiten que el incremento de las importaciones de la industria estadounidense es una de las cuestiones que forma parte de la negociación en el marco de la cumbre de la OTAN. Y los países europeos, entre ellos España, no ponen pegas a incrementar las inversiones en ese país.
La línea roja de las leyes digitales
El
gran quebradero de cabeza tiene que ver con las leyes
digitales de la UE, que pretenden
poner coto a las grandes plataformas y que su actuación online esté acompasada
con la realidad offline. Y la gran mayoría de los gigantes tecnológicos (Google, Meta, Microsoft, Apple, X…)
están en EEUU. De hecho, muchos de
los magnates tecnológicos, entre ellos Mark
Zuckerberg o el propio Elon Musk
–que llegó a formar parte de la Administración
Trump–, no han dudado en susurrar al oído
del líder republicano para que ponga las normativas digitales (DSA y DMA, por sus siglas en inglés) en
la diana.
Enmendar
o dejar de aplicar sus leyes digitales es una línea roja para la UE, que se ha encontrado en las últimas semanas en la compleja
situación de imponer las primeras sanciones según esas reglas pioneras bajo la
presión de Washington. No obstante,
la vicepresidenta primera, Teresa Ribera,
que es a quien corresponden esos expedientes, aseguró este lunes que no han
recibido la queja airada del Ejecutivo
estadounidense. No obstante, la Comisión
Europea dio un perfil bajo a la
decisión, que se quedó muy por debajo de los límites establecidos para las multas en la regulación.
Conscientes de que el punto fuerte de EEUU respecto a los intercambios
comerciales con la UE son
precisamente las plataformas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apuntó directamente a las ‘Big Tech’ en caso de que no haya un acuerdo que evite los aranceles.
“Hay una amplia gama de
contramedidas en caso de que las negociaciones no sean satisfactorias. Un
ejemplo es que se podría poner un gravamen a los ingresos publicitarios de los
servicios digitales”, dijo la alemana en una entrevista con el periódico Financial
Times, en la
que aseguró que las normas digitales de la UE
“son intocables”.
Las
conversaciones
entre Bruselas y la Casa Blanca se
han intensificado en los últimos días. Una delegación de cinco técnicos
comunitarios se ha desplazado a Washington
para dar un impulso a las negociaciones y este miércoles el comisario de
Comercio se reunirá con sus homólogos en los márgenes de la OCDE en París. La Comisión Europea ha asegurado este martes que los intercambios han
sido “constructivos” en las últimas
horas, después de haber elevado el tono cuando Trump sorprendió con un
incremento del 25 al 50% de los
aranceles al acero y el aluminio.
Ante
ese nuevo órdago del presidente estadounidense, la UE respondió
con la amenaza de adelantar las contramedidas que permanecen en suspensión para
dar una oportunidad a la negociación
e incluso acelerar las contramedidas que aún no se han acordado en el seno del bloque comunitario. Y para eso en Bruselas sostienen que esta semana, cuando se cumplen dos meses desde que comenzaron las conversaciones, es
clave.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario