jueves, 23 de junio de 2011

El capital financiero transnacional y las grandes potencias continúan saqueando impunemente a los pueblos del mundo. El caso de Grecia.

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El proceso del rescate financiero griego, es verdaderamente “un calvario” un “suplicio chino”, convertido en imposiciones, leyes, disposiciones verticales, autoritarias de quienes son parte de ser los responsables: El Fondo Monetario Internacional FMI, la Unión Europea y el propio Banco Central Europeo o el Banco Central Alemán, a su turno todos ellos son responsables de que Grecia se esté cayendo en pedazos, y represente un país a la deriva, una economía en descomposición final, un pueblo sin rumbo y sin esperanza, un gobierno en manos de una “banda de piratas” que asaltaron en alta mar y tiene prisionero a una Nación, imponiendo un conjunto de leyes draconianas contra su pueblo a cambio del rescate financiero – que la economía griega comience a caminar por el sendero que ellos están imponiendo. Destrozando sus derechos sociales, laborales, políticos. Sus derechos humanos – al diablo- hoy lo único válido para el capital transnacional es saquear los recursos naturales del pueblo griego a cambio de un rescate financiero – crisis y recesión hasta default – que ellos mimos la han creado y de la cual son los únicos y absolutos responsables. El pueblo griego organizado permitirá todo esto y más de lo mismo que aún viene, o es que estamos ingresando rápidamente por la puerta grande del Socialismo del Nuevo Milenio. Socialismo democrático, participativo, dialogante y solidario.


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El capital financiero transnacional y las grandes potencias continúan saqueando impunemente a los pueblos del mundo.


El caso de Grecia.


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Martes 21 de junio del 2011.


Alejandro Teitelbaum (especial para ARGENPRESS.info)



La llamada “troika” (FMI, Unión Europea y Banco Central Europeo) está actuando en las crisis de varios países europeos (Irlanda, Portugal, España y Grecia) para favorecer los intereses del capital financiero transnacional en detrimento del interés nacional y en perjuicio de las condiciones de vida de los pueblos de dichos países.



Por ejemplo en Grecia frente a la enorme deuda acumulada (por mala gestión, por pago de intereses elevados sobre las deudas, por compras de armamentos a sus principales acreedores Alemania, Francia y Estados Unidos(1), etc.) se plantean básicamente tres alternativas.



Una alternativa es reestructurar la deuda, que en resumen consistiría en anular parte de ella y/o difiriendo los plazos de vencimiento, a fin de permitir que la economía del país se reponga sobre bases sólidas aumentando su PBI, distribuyéndolo más equitativamente en el conjunto de la población y pudiendo así también hacer frente a sus obligaciones con los acreedores en condiciones menos leoninas (por ejemplo en materia de intereses).



La segunda alternativa es no reestructurar la deuda y “ayudar” a Grecia con nuevos préstamos a tipos de interés muy elevados porque el “mercado” y las agencias de notación califican a Grecia como país de “alto riesgo”.



La Unión Europea y el Banco Central Europeo discuten sobre estas dos alternativas pero un tema controvertido es si se obliga o no a los Bancos a asumir su parte de responsabilidad (después de haber realizado ingentes beneficios) aceptando quitas a sus créditos y la prolongación de los plazos de vencimiento. Los Bancos, cuyos intereses están bien representados en la Unión Europea y en los Gobiernos (de derecha y “socialistas”) de sus Estados Miembros y en el Banco Central Europeo, parecen haber ganado la partida, pues su participación en una posible reestructuración de la deuda sería sólo voluntaria.



En cualquiera de ambas alternativas o en una combinación de las dos la “troika” incluye las “condicionalidades” consistentes en privatizar el patrimonio nacional griego para recaudar 50 mil millones de euros destinados a pagar a los acreedores, congelar y en muchos casos bajar los salarios y las jubilaciones y en general reducir drásticamente los gastos sociales.



El único que siempre gana es el capital financiero transnacional. Cuando los inversores compran títulos de la deuda griega (o de cualquier otro país) pueden asegurarse contra el riesgo de no ser rembolsados con un CDS (credit default swap), un “producto derivado” (con el cual a su vez los inversores pueden especular a la alza en el mercado de CDS que funciona de manera autónoma) si se considera que el riesgo es grande. No están obligados a aceptar quitas en sus créditos ni prolongación de los plazos de vencimiento. Y si los Bancos finalmente no pueden recuperar sus créditos aparece el Estado (los contribuyentes) para salvarlos.



La tercera alternativa es que Grecia caiga en cesación de pagos, situación improbable pues probablemente provocaría, por el llamado efecto dominó, una crisis mundial peor que la que comenzó en 2008. Los Bancos están decididamente contra la cesación de pagos de Grecia pues poseen 145 mil millones de dólares en títulos de la deuda pública y privada griega (98% de esa suma en poder de Bancos europeos) y 60 mil millones más en productos derivados, especialmente en CDS (56% de dichos productos en poder de Bancos estadounidenses), según datos del Banco Internacional de Pagos.



El 29 de abril de 2010 Eric Woerth, entonces Ministro del Gobierno francés explicaba con todo cinismo por France Inter: “Ayudando a Grecia nos ayudamos a nosotros mismos. Los 6 mil millones [de euros prestados por Francia a Grecia] no provienen de la caja del Estado. Se toman prestados [en los mercados financieros] a un interés del 1,4 o 1,5% y se prestan a los griegos al 5% aproximadamente. De manera que nosotros ganamos en la operación. Es bueno para el país, es bueno para Grecia y sobre todo es bueno para la zona euro. Hay que tranquilizar a los mercados. Siempre es así, hay que tranquilizar a los mercados [...] hay que tender una red pública de seguridad”.



En efecto, cuando los mercados “se ponen nerviosos” hay que “tranquilizarlos” asegurándoles mayores ganancias y, llegado el caso, con una “red pública de seguridad” (destinada a salvar a los Bancos y a otras instituciones financieras con los dineros del Estado, es decir de los contribuyentes).



Pero cuando son los pueblos los que se ponen nerviosos a causa de las políticas de austeridad que se les impone, primero se los trata de tranquilizar contándoles el cuento de que “no hay otra alternativa” y si salen a la calle a protestar se los “tranquiliza” con gases lacrimógenos, palos y balas.


Notas:


El armamentismo de Grecia se pretende justificar con el conflicto latente que mantiene desde hace años con Turquía a raíz de Chipre. Grecia ocupa el quinto lugar en el mundo entre los receptores de armas convencionales para el periodo 2005-2009. El 31% de esas armas las compra en Alemania, el 24% en Estados Unidos y otro 24% en Francia. Grecia está entre los tres principales clientes en armamentos de Alemania y Francia.


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