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“!! México, lindo y querido¡¡”Interesante, extraordinario,
la juventud, los estudiantes (in)surgen como los nuevos protagonistas, como parte de los nuevos
actores sociales del “Cambio de Época”
en el epicentro de la crisis sistémica, con su trabajo, con nuevas formas
de lucha, estamos recuperando nuestro Espacio
Público, que el neoliberalismo nos
expropió en la década de los 90’. Primero han sido y son actualmente los jóvenes del Movimiento Social 15-M en
España y Europa, a continuación ha sido el Movimiento Ocupa Wall Street en Estados Unidos en el corazón del
capitalismo financiero mundial; paralelamente los estudiantes universitarios chilenos quienes
nos han dado una lección de fuerza, coraje, unidad estratégica, consecuencia y
dignidad en la lucha en el objetivo de “No
queremos mejorar el sistema educativo, el sistema hay que cambiarlo” en
oposición a una clase “poderosa” en el poder político ciega a cualquier tipo de
cambio y transformación. Esta lección conjunta
hoy de millones de jóvenes y ciudadanos en el mundo, nos están dando el ejemplo
de dignidad como vuelve, como las nuevas formas de organización, movilización y
lucha democrática, nos trae de retorno el Ágora Griega – raíz y cuna de la democracia
directa, la comunicación directa y la Ciudadanía -, ahora estamos no sólo
recuperando nuestro espacio público, están inyectando nuevas alternativas,
propuestas políticas a la Democracia,
una visión y mirada distinta en relación a la Opinión Pública y sobre todo están forjando una Nueva Ciudadanía Múltiple, Ciudadanía
Intercultural en un nuevo escenario global de construcción de una Nueva Sociedad
Civil Real, como escenario de
escenarios de las clases y la lucha de clases.
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Cuánta lección de humanidad estamos rescatando,
estamos recuperando del propio centro de un sistema enfermo,
diabólico, salvaje que sólo piensa y tiene como objetivo estratégico la codicia
de una elite global, el consumismo extremo, el fundamentalismo. Ahora son los jóvenes mexicanos – ya era
tiempo que sean parte de un proceso de organización, movilización y nuevas
propuestas de lucha política – siguiendo, enriqueciendo las sabias enseñanzas
que dejaron con su inmolación los cientos
de estudiantes universitarios, el 68’ entregaron su vida por conseguir un
mundo diferente, superior, sin embargo no fueron comprendidos, cobardemente
fueron asesinados. La enseñanzas y la
lección del 68’, París Mayo 68´vuelve en la historia social y política. Nuestro
saludo y plena identificación a la lucha de los estudiantes Universitarios
mexicanos del nuevo
movimiento “Yo Soy 132”, ahora ya internacionalizado, presente en San Francisco, California, Nueva York y
otras ciudades del “Tío Sam”–, por eso, cuánto más aprenderán en el camino de
un proceso lleno de millones de tropiezos, venganzas, represiones,
persecuciones, cárceles de un sistema que se destruye sólo – como obra maestra de sus propios creadores, banqueros, agentes de
bolsa, aseguradoras, prestamistas, corporaciones financieras, etc. – Ahí está
la nueva lección que nos da hoy la juventud
mexicana, seguro, comprenderán que – no será un movimiento transitorio,
sólo del tiempo de las elecciones – el camino
es largo, las tareas y responsabilidades son en miles de un país, de un Estado – en proceso de transformarse en
inviable, como irresponsabilidad de su clase empresarial y política – frente a
una realidad de violencia de la economía
criminal que con la complacencia, de cuanta autoridad mediocre, nefasta que
traiciona a un país, a su pueblo, prefiere
el servilismo, la dependencia de este mal destructivo de toda la humanidad:
el terrorismo, el narcotráfico en general la economía criminal que quiere asaltar el Poder Político. Eso
jamás ocurrirá mientras haya una juventud con dignidad, identidad y resistencia cultural,
orgullosos de ser mexicano de luchar porla construcción de una nueva
civilización humana. Pablo Raúl.
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MÉXICO: Los estudiantes asumen el protagonismo.
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El Movimiento Yo Soy 132, expresa el malestar
de los jóvenes mexicanos con el sistema político.
No obstante la diversidad de su procedencia social y
económica, de sus estilos de vida, de sus formas de ver el mundo, comparten una
preocupación por el estado de las cosas y tienen un anhelo común: un mejor país
para todos.
Por Arturo García y Laura
Poy.
La Jornada. Lunes 11 de junio
del 2012.
Miles de estudiantes de
universidades públicas y privadas forman parte del movimiento #YoSoy132.
Pertenecen a una generación que está emigrando de la televisión a Internet. No
obstante la diversidad de su procedencia social y económica, de sus estilos de
vida, de sus formas de ver el mundo, comparten una preocupación por el estado
de las cosas y tienen un anhelo común: un mejor país para todos. A continuación,
una muestra de ese universo; breves historias del conglomerado al que uno se
refiere en general como los jóvenes y que hoy reclaman su lugar como
ciudadanos.
Ana Laura, egresada de la
Universidad Iberoamericana: “Soy cirujana y paramédico altruista; también me
interesa el movimiento animalista. Soy 132 porque estoy contra la imposición de
un candidato por parte de la televisión y en favor de la libertad de expresión.
Yo me politicé desde que empecé a perder a seres cercanos por la inseguridad,
asesinados o secuestrados; me di cuenta de que como ciudadanos también nos
corresponde hacer algo. Gracias a Internet y a las redes sociales he tenido
información importante para abrir los ojos a muchas cosas de las que no tenía
conocimiento. Lo que más emociona es la unión entre escuelas públicas y
privadas, hemos hecho a un lado si tú tienes más o yo tengo menos dinero. Nos
une el mismo fin”.
Mara, estudiante de Relaciones
Internacionales, Universidad Insurgentes: “Soy 132 por la miseria que veo, el
engaño cotidiano del gobierno, las desigualdades y la opresión social. Me
preocupa mi futuro, pero también el de los demás. Siento la inestabilidad
social y económica en la que vivimos, la falta de oportunidades. Me gusta
informarme por canales alternativos en Internet, casi no veo televisión. Me
conecto a Facebook y Twitter casi tres horas diarias. Hoy pedimos una solución,
pero no sólo a los medios; queremos garantizar una vida digna a cada persona
que vive en el país. Ya no estamos callados; nos motiva la revuelta estudiantil
del ’68, pero también otros ejemplos, como nuestros papás que trabajan todos
los días y cada vez ganan menos, y eso pasa no sólo entre la clase media o
baja, por eso hay esta unión entre universidades. Ya no importa si eres de
pública o privada, la crisis se ve igual para todos. En este momento lo que me
hace feliz es luchar y saber que aún puedo hacer cosas por mí”.
Gabriela Martínez, segundo
semestre en la Facultad de Ciencias Políticas, UNAM: “Me gusta el rock
independiente, un poco el jazz y leer, leo mucha novela. Lo último que he leído
es Travesuras de la niña mala, de Mario Vargas Llosa. Antes de entrar a la UNAM
yo era ajena a la política. Pero me fui empapando de la historia de México y de
la situación actual y me di cuenta de que estamos controlados, que vivimos como
dentro del libro 1984, de George Orwell, en un mundo donde no nos permiten
expresarnos libremente. Antes de que pasara lo de la Ibero, pensaba que las
universidades privadas eran ajenas a cualquier problema social, pero me da
gusto que se haya dado ahí, porque se rompen las barreras que tanto nos
separan, y aunque seamos diferentes podemos luchar por un solo objetivo”.
Antonio, ingeniero en
electrónica y comunicaciones por el TEC de Monterrey: “Soy empresario, radicado
en Estados Unidos. Tenía un negocio en Monterrey, pero me fui porque la
violencia era insoportable. Algunos me dicen que fui cobarde, pero lo único que
hice fue cuidar mi vida. Algún día voy a regresar y aportar algo a mi país. Es
increíble, pero viviendo afuera me di cuenta de lo que realmente pasa, de cómo
los medios manipulan la información. Por eso vengo a apoyar, no pertenezco a
ningún partido político, pero soy una persona participativa, me interesa el
bien común y no me gusta quedarme callado; estoy hasta el gorro de los
gobiernos que hemos tenido y de que las televisoras descaradamente impongan
candidatos. Soy una persona alegre, disfruto la vida, me gusta la trova, el
rock en español y en inglés y la lectura. Uno de mis escritores favoritos es
Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina, donde escribe
la historia desde (la perspectiva de) los vencidos y no de los vencedores”.
Omar, Ciencias Políticas en la
Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM: “Es un movimiento genuino y
plural. No es la vieja izquierda radical. Me movió el que se denuncie la
imposición de un candidato con el que la mayoría de las personas no estamos de
acuerdo. Conocemos a los dinosaurios del PRI y su forma de gobernar al estilo
represor. Hoy no hay oportunidades para los jóvenes y somos el último boom
demográfico; eso me preocupa, pero este despertar ha causado mucha empatía,
porque busca democratizar a los medios y al país, pero también cambiar la forma
de hacer política en México. Casi no veo televisión, prefiero leer medios
imparciales y literatura latinoamericana. Me informo por Twitter o Facebook. Y
lo que más me hace feliz es la libertad, sin represión ni violencia”.
Daniel López, 6º semestre en
la Facultad de Derecho de la UNAM: “Vivo en Texcoco. Oigo rap, reggae y trova.
Lo más reciente que leí son Las intermitencias de la muerte, de José Saramago.
Yo sabía que algo pasaba en el país, pero por pereza no quería hacer nada, y no
participaba en política porque en las escuelas siempre ha habido grupitos de gente
que sabe mucho de Marx y hablan entre sí, pero son muy cerrados. Cuando vi lo
de la Ibero contra Peña Nieto no fue un despertar, más bien fue un cachetadón
para los que estaban durmiendo o para los que se hacían los dormidos. Me
importó la política porque vi que a otros jóvenes les importaba, me sentí
identificado. No puedes dejar de comparar este movimiento con el del ’68, pero
ahora tenemos más herramientas para hacernos escuchar, basta que prendas tu
computadora y que uno de tus contactos haya pegado algo en su muro de Facebook
para que estés enterado. Eso nos pone al parejo con los que gobiernan porque
Facebook es ingobernable. Claro que no somos iguales, a las marchas puede ir un
estudiante con unos tenis del tianguis y otro con zapatos bien buenos, del
aparador. Eso no importa, en el movimiento estamos al parejo y queremos lo
mismo”.
Paula, Facultad de
Arquitectura, UNAM: “El movimiento es importante para que se vea que los
jóvenes tenemos opinión. Muchos de nosotros vamos a votar por primera vez; es
importante que nos escuchen porque nosotros somos los que vamos a mover al país
dentro de unos años. Me preocupa la represión y la violencia. Es una pena que
un país tan bonito como el nuestro esté tan jodido. Por eso apoyo esta lucha,
porque, aunque no veo los canales de Televisa y TV Azteca, hay mucha gente que
sólo tiene esa opción y no es justo que sólo les muestren la información que
quieren. Somos pocos quienes nos informamos por Internet y en las redes
sociales. Cuando salgo a las calles me hace feliz ver el movimiento. Siento que
hay esperanza. Está bien que todos se quieran informar antes de votar, porque
se supone que nosotros estábamos destinados a ser la generación de la
indiferencia y ya ve, estamos aquí, en la calle y en la lucha”.
Fernanda, 23 años. Traducción,
Angloamericano: “A mí me motiva el cambio que surge gracias a los estudiantes.
Pasamos por una situación delicada para elegir presidente y más si no están
siendo sinceros en medios, si están escondiendo todo. Me angustia que gobierne alguien
que ignora la realidad del país, que no está preparado para una verdadera
transformación y que no se preocupe por lo que pasa; por eso me gustaría que
todo el mundo abriera los ojos. Que ya no nos digan mentiras. No queremos
volver al viejo sistema político que no nos hizo ningún bien. Me encanta
pintar; es mi pasión. Leo mucho los periódicos y en Internet. Hoy me hace feliz
que muchos ya están despertando, que comiencen a ver lo que le pasa a México;
es reconfortante”.
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