“QUE SON LOS FONDOS BUITRE?.- Los fondos buitre hacen dinero, sin
crear riqueza, ni empleo, ni valor alguno para la economía
real, aprovechándose de países en dificultades, como los denominados Países
Pobres Altamente Endeudados (HIPCs según sus siglas en inglés) o la
Argentina del corralito de 2001, para comprar su deuda a bajo precio. Luego
esperan el momento oportuno para obligarles a devolverlos a un precio más alto
vía judicial incluyendo intereses de demora y costas judiciales. Especulan tanto con deudas privadas como
con deudas públicas. No les interesan los mercados, sino más bien las
acciones judiciales que bajo la cuestionable jurisdicción de países afines, en
demasiadas ocasiones actúan a su favor obligando a los estados a priorizar el
pago a los usureros por delante de los gastos sociales. Según datos de la ONG Jubilee Debt Campaing, en los últimos
años los fondos buitre han iniciado alrededor de 54 procesos judiciales por un
total de 1.500 millones de dólares en 12 de los países más pobres del mundo.
“Ahora, las agencias calificadoras y los medios nos dicen que
Argentina, el país más demandado en el mundo ante el CIADI, el tribunal arbitral del Banco Mundial, no quiere pagar y entra
en “default”. Pero la información es incompleta dado que, de facto, lo cierto
es que esa suspensión de pagos está impuesta por los fondos buitre y la
justicia a su servicio. Estos buitres,
el juez Griesa y los bancos impiden a Argentina reembolsar a sus acreedores
(el 93% restante que aceptó la negociación) dado que bloquearon por vía
judicial los fondos depositados (539 millones de dólares) por Argentina en el Banco de Nueva York (BoNY) para dar prioridad
al pago hacia ellos mismos. Además, tal y como recuerda Jubileo Sur Américas,
tendríamos que tener en cuenta que estos buitres reclaman el pago de “bonos que remontan directamente a las
deudas odiosas acumuladas por la dictadura (‘76 – ‘83) y el endeudamiento
impuesto durante los años ´90, bajo la fuerza extorsiva de las mismas y el
apoyo decidido del FMI, el BM, el Club
de París”. Adolfo
Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, en
una carta entregada a final de junio de 2014 al Juez Thomas Griesa, recuerda:
"Debe tener presente que los bonos cuyo pago hoy se discute, están
manchados con la sangre de las víctimas de la dictadura militar. Forman parte de una deuda contraída a
espaldas del pueblo y que nunca llegó a sus manos. Son parte del
endeudamiento que después fue impuesto en los años ´90, incluso renunciando a la soberanía y cediendo jurisdicción de
manera inconstitucional a tribunales extranjeros como el suyo, supuestamente
para saldar las deudas anteriores. Por
eso afirmamos que es una deuda ilegítima, inmoral e injusta." De
hecho, se trata de una “deuda que ha sido encontrada fraudulenta y arbitraria
en sede judicial en el año 2000, en la causa promovida por Alejandro Olmos.
(Caso Olmos, Causa N° 14.467, Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional
Federal N° 2 de la Capital Federal, 13 de julio de 2000). Así, mientras se habla de cumplir el fallo de un juez de Nueva York, poco
se dice del fallo del Juez Ballesteros que ya en el año 2000, “dio por probados
no menos de 477 ilícitos cometidos por
funcionarios públicos, en el proceso de endeudamiento que dio origen a los
bonos que hoy se pagan religiosamente o cuyo pago se busca acordar.” Y señalaba
entonces que se había facilitado y promulgado “la modificación de instrumentos legales a fin
de prorrogar a favor de jueces extranjeros la jurisdicción de los tribunales
nacionales” Rebelión.
“El esquema actual para
resolver las crisis de deuda soberanas no funciona”, aseguró Stiglitz.
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JOSEPH
STIGLITZ: “LOS BUITRES SON LA ESCORIA DEL MERCADO”.
Nobel de Economía: Elogió
la posición de la Argentina frente a los Holdouts y rechazó el fundamentalismo
del libre mercado
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En
diálogo con Página/12, el Premio Nobel de Economía cuestionó las recetas de
austeridad fiscal y destacó el camino seguido por Argentina. “Es uno de los
pocos países exitosos a la hora de reducir la desigualdad y la pobreza”,
aseguró.
Página /12 sábado 21 de noviembre del
2015.
Tomás Lukin
“Argentina tiene mucho que enseñarle al resto del mundo en materia de
resolución de crisis macroeconómicas y reestructuración de deudas soberanas. Es
uno de los pocos países exitosos a la hora de reducir la desigualdad y la
pobreza después de su crisis”, afirmó el economista estadounidense Joseph
Stiglitz en una entrevista exclusiva con Página/12 donde también rechazó el
fundamentalismo de libre mercado y las políticas de austeridad fiscal.
El
dialogo comenzó con una conversación telefónica y se completó durante un
intercambio por correo electrónico. En ambas instancias participó Martín
Guzmán, el joven investigador y docente argentino que trabaja con Stiglitz en
la Universidad de Columbia. “El esquema actual para resolver las crisis de
deuda soberanas no funciona y permite la aparición de fondos buitre que son la
escoria de los mercados financieros internacionales”, lanzó el ex economista
jefe del Banco Mundial. A mediados de diciembre Stiglitz y Guzmán estarán en
Argentina para participar de una serie de talleres y clases magistrales sobre
deuda soberana, crisis macroeconómicas y políticas industriales (ver aparte).
“Las consecuencias del fundamentalismo de mercado han sido devastadoras”,
explicó el investigador al reivindicar el rol del Estado en los procesos de
desarrollo económico.
–¿Por
qué no existe un mecanismo internacional para resolver las situaciones de
crisis de deuda soberana?
Joseph
Stiglitz: –El esquema actual para
resolver las crisis de deuda soberanas no funciona. Sin normas ni leyes, las
soluciones que se promueven no son eficientes ni justas, sino el uso y abuso de
poder del más fuerte. El ineficiente e injusto esquema vigente permite la
aparición de fondos buitre que son la escoria de los mercados financieros
internacionales. Los fondos buitre no suman nada a la sociedad global, solo
restan. Los nueves principios aprobados por la Asamblea General de la ONU son
un paso importante en un largo proceso de construcción de normas que debería
culminar con la creación de un marco legal internacional para resolver las
reestructuraciones de deuda soberana. La aprobación de los principios básicos
para las reestructuraciones de deuda en la ONU fue una gran victoria. Todos los
países emergentes apoyaron. La ausencia de un marco legal para resolver las reestructuraciones
de deuda impone enormes riesgos.
–Por
ejemplo, que el grupo de fondos buitre liderados por Elliott Management
consigan que la Justicia de Estados Unidos bloquee el mecanismo de pago de la
deuda argentina reestructurada en el exterior.
J.
S.: –Argentina se cruzó con
algunos problemas en el sistema legal estadounidense. Eso ni siquiera es
economía, fue ausencia de economía. Intentamos persuadir al Tesoro y al FMI de
que la posición de Estados Unidos en la disputa legal entre Argentina y los buitres
era inadecuada. La ironía es que el Tesoro destaca la necesidad de extender la
ley de quiebras para resolver la crisis de deuda de Puerto Rico, pero toma una
posición distinta a nivel internacional. La razón de esta aparente
esquizofrenia es sencilla: como principal potencia acreedora, quiere evitar
cualquier restricción en el uso de sus poderes. No es un tema de Argentina o
Grecia, sino que es un problema mucho más amplio, como se ve en el caso de
Puerto Rico.
Martín
Guzmán: –El fallo del juez Thomas Griesa
se basa en una interpretación peculiar de una cláusula contractual tradicional,
la llamada pari passu, que se supone que debería asegurar un tratamiento
igualitario entre iguales. Para Griesa un tratamiento igualitario significa que
los fondos buitre obtengan una rentabilidad superior al 1500 por ciento
mientras que los otros acreedores acepten quitas del orden del 70 por ciento.
Eso no parece ser muy igualitario. Menos aun cuando tenemos en cuenta que los
fondos buitre, a diferencia de los otros acreedores, jamás le prestaron un
dólar al país, sino que compraron esos bonos a precio de remate a otros
acreedores cuando el país ya había declarado el default. Decir que eso es
tratamiento igual es ridículo. La arquitectura financiera internacional está llena
de huecos que impiden solucionar las crisis de deuda en tiempo y forma. Este
problema hay que resolverlo a nivel global. Tanto es así que la misma comunidad
financiera, a través de la Asociación Internacional de Mercado de Capitales,
reaccionó rápidamente al fallo aclarando que esa no es la interpretación que se
le debería dar a la cláusula en cualquier contrato de endeudamiento en el
futuro. Mercados de deuda internacionales sanos beneficiarían a todos los
países. Argentina, más allá de haber jugado un rol importante en el proceso de
los principios aprobados por la ONU, deberá eventualmente y con paciencia
buscar una solución al problema con los fondos buitre que sea conveniente para
el país.
–¿Cómo
explican que las políticas de ajuste fiscal y las “reformas estructurales del
mercado de trabajo” sigan siendo promovidas para resolver las crisis de deuda
externa que enfrentan algunos países?
J.
S.: –El ajuste en recesión genera
catástrofes sociales. La austeridad fiscal en momentos de recesión, cuando el sector
privado también está reduciendo el gasto, solo agrava el escenario contractivo.
La situación en Grecia ha sido un fracaso por una combinación de ideología e
intereses particulares. La buena noticia es que incluso el FMI entiende que hay
que hacer una mejor y mayor reestructuración en Grecia. Argentina tiene mucho
que enseñarle al resto del mundo en materia de resolución de crisis
macroeconómicas y reestructuración de deudas soberanas. La forma en que
Argentina resolvió su crisis de 2001-2002 condujo al alto crecimiento que se
observó hasta el año 2008. Argentina ha sido uno de los pocos países exitosos a
la hora de reducir la desigualdad y la pobreza después de la crisis.
M.
G.: –La austeridad fiscal en
recesión nunca funciona. Cualquier teoría económica sensata afirma que eso no
permite volver a crecer. La evidencia empírica es abrumadora. Si en lugar de
resolver los problemas, ajustás las crisis empeoran. En ausencia de
financiamiento para restaurar la sustentabilidad el camino a seguir es el que
utilizó Argentina después de la crisis de 2001 con la reestructuración de su
deuda en default. Eso le permitió volver a hacer políticas macroeconómicas en
pos de la recuperación que son políticas expansivas.
–En
Argentina existe un permanente debate sobre el rol del Estado en el proceso de
desarrollo e industrialización donde un amplio grupo de políticos y economistas
mediáticos creen que el “libre mercado” fomenta de la inversión y creación de
empleo.
J.
S.: –Las consecuencias del
fundamentalismo de mercado han sido devastadoras. Creó economías más
inestables, sociedades más desiguales y más divididas. El fundamentalismo de
mercado está basado en un entendimiento incorrecto de la teoría económica y una
inadecuada interpretación de la evidencia histórica. Casi todas las historias
exitosas de desarrollo, como por ejemplo en los países de Asia del Este fueron
casos en los que el Estado tuvo un rol muy importante. El Estado tuvo un rol
fundamental en el desarrollo de Estados Unidos. Las grandes innovaciones tecnológicas
surgieron del sector público y el sector privado las ha llevado al mercado. Aún
cuando buena parte de la discusión se enfoca en el rol del Estado versus el
mercado, esta formulación del problema es errónea.
–¿A
qué se refiere?
J.
S.: –Los mercados y el Estado
pueden ser complementarios, actuando sobre los mismos sectores pero con
diferentes roles. Pero esta dicotomía es también un exceso de simplificación en
una segunda dimensión. Existe una gran cantidad de arreglos institucionales que
importan para el desarrollo y las economías exitosas han demostrado una gran
creatividad institucional. Una de las razones por las que el fundamentalismo de
mercado es un enfoque erróneo es porque no tiene en cuenta que los mercados no
funcionan en un vacío. Por el contrario, las reglas y regulaciones determinan
cómo funcionan y cómo se reparten las rentas que su funcionamiento genera.
–¿Podría
ofrecer algún ejemplo?
J. S.: –Durante el desarrollo de la
crisis que estalló en 2008 en Estados Unidos fue posible ver claramente cómo
las reglas y regulaciones permitieron a la industria financiera apropiarse de
rentas a expensas de otros sectores de la sociedad, de una forma que fue
perjudicial para el funcionamiento de la sociedad. Justamente, hoy en día el tema
que está en el centro de la agenda es cómo reescribir las reglas de un modo que
promuevan un crecimiento más inclusivo.
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