Los
mexicanos han bailado y siguen bailando al compás de los ritmos cubanos. El cine
mexicano en su edad de oro sentó una impronta indeleble en la cultura de la
isla. México es el único país de América
Latina que mantuvo relaciones diplomáticas con Cuba cuando Washington
intentó aislarla del mundo. Esto no significa que no haya diferencias entre
ambos gobiernos. México enarbola el credo neoliberal, que ha profundizado como
pocos países. Cuba mantiene en alto la
bandera del socialismo y descarta permitir la hegemonía del mercado. Sin
embargo, México siempre ha rechazado el genocida bloqueo a Cuba y ha sido un partícipe
activo en los memorables esfuerzos por la unidad e integración de América
Latina y el Caribe encarnados en la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y unió su voz a
la de los gobiernos de nuestra región para exigir a Estados Unidos que pusiera
fin a su política de exclusión de la isla de los foros regionales. Al referirse
a las potencialidades de la CELAC Raúl
ha dicho: Juntos somos la tercera
economía a nivel mundial, la zona con la segunda mayor reserva petrolera, la
mayor biodiversidad del planeta y con una alta concentración de los recursos
minerales globales.
Peña Nieto invitó a los inversionistas a volver a Cuba y a “contribuir al
fortalecimiento” de las economía de la isla y a
la generación de empleos. “Queremos ser
un aliado en este momento de cambio y apertura”, dijo el presidente
mexicano. En tanto, Castro señaló ayer
el “destacado” papel que México desempeñó a la hora de denunciar el “ilegal
e inmoral” bloqueo económico que Estados Unidos impuso a la isla hace más de 50
años. El de ayer supone el tercer encuentro entre los dos presidentes desde la
llegada al poder de Peña Nieto, a
finales de 2012, luego de más de una década de enfriamiento de las
relaciones. Sobre los cinco acuerdos firmados ayer en materia migratoria,
turística, alimentaria, académica y de educación básica, Castro dijo que benefician a ambos pueblos y ahondan en el
relanzamiento de relaciones, que se “renuevan y fortalecen”.
La reciente normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos provocó una
oleada de miles de migrantes cubanos los últimos meses hacia territorio mexicano, tratando de
llegar a Estados Unidos.
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LA VISITA DE RAÚL CASTRO A MÉXICO.
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Ángel Guerra Cabrera.
ALAI. América Latina en Movimiento.
Jueves 5 de noviembre del 2015.
La visita oficial a México que inicia hoy el
presidente de Cuba Raúl Castro, trae a la mente inevitables evocaciones de los
estrechos y entrañables lazos que unen a los dos países y culturas a lo largo
de siglos. Mérida, capital de Yucatán, a donde llega Raúl, rememora los
históricos vínculos que se han tejido entre ese estado mexicano y la isla
caribeña a lo largo del tiempo.
Aquí encontraron refugio y amistad grandes cubanos:
el eminente poeta y patriota José María Heredia; el héroe nacional José Martí,
cuyo “hermano queridísimo” y confidente lo fue el michoacano Manuel Mercado; el
ejemplar líder comunista Julio Antonio Mella, y el dirigente histórico de la
Revolución Cubana Fidel Castro, junto a varios sobrevivientes del ataque al
Cuartel Mocada y otros futuros integrantes del Ejército Rebelde, entre ellos Che
Guevara.
Los mexicanos han bailado y siguen bailando al
compás de los ritmos cubanos. El cine mexicano en su edad de oro sentó una
impronta indeleble en la cultura de la isla. México es el único país de América
Latina que mantuvo relaciones diplomáticas con Cuba cuando Washington intentó
aislarla del mundo.
Esto no significa que no haya diferencias entre
ambos gobiernos. México enarbola el credo neoliberal, que ha profundizado como
pocos países. Cuba mantiene en alto la bandera del socialismo y descarta
permitir la hegemonía del mercado.
Sin embargo, México siempre ha rechazado el
genocida bloqueo a Cuba y ha sido un partícipe activo en los memorables
esfuerzos por la unidad e integración de América Latina y el Caribe encarnados
en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y unió su voz a
la de los gobiernos de nuestra región para exigir a Estados Unidos que pusiera
fin a su política de exclusión de la isla de los foros regionales.
Al referirse a las potencialidades de la CELAC Raúl
ha dicho: Juntos somos la tercera economía a nivel mundial, la zona con la
segunda mayor reserva petrolera, la mayor biodiversidad del planeta y con una
alta concentración de los recursos minerales globales.
La presencia del mandatario cubano en México en
este momento, es no solo un un paso trascendental en el relanzamiento de las
relaciones diplomáticas, culturales, económicas y comerciales entre los dos
países, iniciado por el presidente Enrique Peña Nieto luego del deterioro que
sufrieran posteriormente al infortunado “comes y te vas” (2003).
Es también un reconocimiento de México al papel de
Cuba como referente de la unidad latino-caribeña, al eficaz desempeño de Raúl
al frente de la isla y a su brillante papel en actividades internacionales,
entre ellas la Cumbre de las Américas (Panamá), la Asamblea General de la ONU y
su visita a Nueva York, solo este año. México ha expresado su satisfacción por
la reanudación de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, hecho
que abona como pocos a la declaración de América Latina y el Caribe como zona
de paz, donde toda diferencia ha de solucionarse mediante el diálogo, acordado
en la Cumbre de la CELAC presidida por Raúl en La Habana. La negociación por la
paz en Colombia que avanza en la capital cubana es un modelo de este paradigma.
Entre Cuba y México hay un futuro promisorio en las
relaciones económicas, culturales, políticas y científicas. El comercio
bilateral rondará este año 500 millones de dólares, empresas mexicanas tienen
30 proyectos de inversión en la isla, entre ellos 9 en torno al estratégico
puerto de El Mariel, atraídas por la nueva ley de inversión extranjera. Con la
firma de 24 convenios se reimpulsan los nexos entre las universidades de ambos
países.
Fue gracias a la solidaridad de muchos mexicanos y,
en especial, al empeño personal del inolvidable general Lázaro Cárdenas, que la
promesa hecha por Fidel al pueblo de Cuba pudo cumplirse puntualmente. En el 56
seremos libres o seremos mártires, había sentenciado, ante la urgencia de
liquidar a la sangrienta y rapaz dictadura proimperialista de Fulgencio
Batista.
El visitante cubano está inscrito en la larga
tradición que une las luchas independentistas y por la justicia social de ambos
pueblos. De Tuxpan, también en el Caribe mexicano, partieron el 25 de noviembre
de 1956 el yate Granma y sus intrépidos expedicionarios hacia la
conquista, pospuesta por tanto tiempo, de la independencia y la libertad de
Cuba. Raúl era, con 27 años, el jefe del pelotón de retaguardia, después de haber
cumplido a cabalidad la misión que le fue encomendada en el ataque al Moncada
tres años antes.
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CASTRO EN
MÉXICO, TRAS QUINCE AÑOS DE DISTANCIAMIENTO: EL SEGUNDO DESHIELO.
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En Mérida, Raúl Castro fue recibido con un abrazo por su
par mexicano, Enrique Peña Nieto. Firmaron acuerdos de migración, educación,
diplomacia, agricultura y turismo.
Página
/12 sábado 7 de noviembre del 2015.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, inició ayer su
primera visita de Estado a México, en la colonial ciudad de Mérida, para una
cumbre en la que ambas naciones buscan renovar su relación tras 15 años de
distanciamiento. Castro arribó en un auto oficial negro al patio del edificio
de grandes arcos que alberga al gobierno local, donde fue recibido con un
abrazo por su par mexicano, Enrique Peña Nieto.
Tras la ceremonia de recepción, ambos presidentes
sostuvieron un encuentro privado que se alargó una hora más de lo previsto
seguida por la firma de un memorándum de entendimiento para el flujo migratorio
ordenado y legal entre los dos países. “Qué viva siempre la indestructible
hermandad entre los pueblos de Cuba y México”, dijo Castro durante un mensaje a
medios, al término de la reunión privada con su homólogo mexicano Enrique Peña
Nieto. En una ceremonia en la que los presidentes encabezaron la firma de cinco
acuerdos en materia de migración, educación, diplomacia, agricultura y turismo,
Castro y Peña Nieto hablaban sonrientes y relajados.
Peña Nieto dijo que el memorando sobre la migración
amplía el marco jurídico para garantizar un flujo migratorio “legal, seguro y
ordenado entre ambos países” y combatir la trata de personas. El presidente
cubano recordó los varios momentos de la historia en los que cubanos recibieron
refugio en México. Raúl Castro relató con emoción cuando en 1955 Fidel Castro y
otros jóvenes “recibimos asilo y abrigo por parte de muchos mexicanos” para
después zarpar a bordo del Granma hacía la lucha por la independencia cubana.
“Tampoco olvidaremos nunca que México fue el único país
latinoamericano que no rompió relaciones con Cuba cuando todos los demás lo
hicieron” en momento críticos en la década de 1960, indicó Castro. “México le
recibe con los brazos abiertos” es una “tierra que lleva en su corazón” y que
“abre su corazón” para que se sienta en su casa, dijo por su parte Peña Nieto.
Peña Nieto invitó a los inversionistas a volver a Cuba y
a “contribuir al fortalecimiento” de las economía de la isla y a la generación
de empleos. “Queremos ser un aliado en este momento de cambio y apertura”, dijo
el presidente mexicano. En tanto, Castro señaló ayer el “destacado” papel que
México desempeñó a la hora de denunciar el “ilegal e inmoral” bloqueo económico
que Estados Unidos impuso a la isla hace más de 50 años.
El de ayer supone el tercer encuentro entre los dos
presidentes desde la llegada al poder de Peña Nieto, a finales de 2012, luego
de más de una década de enfriamiento de las relaciones. Sobre los cinco
acuerdos firmados ayer en materia migratoria, turística, alimentaria, académica
y de educación básica, Castro dijo que benefician a ambos pueblos y ahondan en
el relanzamiento de relaciones, que se “renuevan y fortalecen”.
La reciente normalización de relaciones entre Cuba y
Estados Unidos provocó una oleada de miles de migrantes cubanos los últimos
meses hacia territorio mexicano, tratando de llegar a Estados Unidos.
La visita tiene lugar tras el deshielo de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos y en momentos en que Venezuela, el mayor socio
comercial de la isla, enfrenta una difícil situación económica. México lanzó
varios proyectos de inversión en el nuevo megapuerto de Mariel, 45 km al oeste
de La Habana, donde la firma cárnica mexicana Richmeat fue la primera en invertir.
Esta es la primera visita de Estado de Raúl Castro a
México desde que asumió la presidencia en 2006. Como presidente de Cuba, Fidel
Castro visitó México para asistir a varias reuniones multilaterales y a las
tomas de posesión, pero nunca hizo una visita de Estado. Peña Nieto decidió en
2013 recomponer la distante relación con la isla mediante la firma de ocho
acuerdos bilaterales y la condonación del 70 por ciento de una añeja deuda de
487 millones de dólares que había causado fricciones entre los dos gobiernos.
En mayo 2014, decenas de empresarios mexicanos
representando 48 empresas participaron en una misión empresarial a Cuba. México
abrió también una oficina de la promotora comercial Pro-México en La Habana.
México y Cuba llegaron casi a la ruptura tras el famoso incidente conocido como
el “comes y te vas”, en una cumbre de la ONU sobre el Financiamiento para el
Desarrollo celebrada en 2002 en Monterrey, norte de México.
El entonces presidente Vicente Fox le pidió en una
llamada telefónica a Fidel Castro que abandonara la reunión de manera
anticipada para evitar un encuentro con George W. Bush, presidente de Estados
Unidos en aquel momento. Un mes después, Castro divulgó al público la
conversación telefónica con Fox.
La relación se había deteriorado desde finales de la
década de 1990 por el interés del gobierno mexicano por la situación de los
derechos humanos en la isla y quedó en el congelador cuando México retiró en
2004 a su embajadora de La Habana y expulsó al representante diplomático de
Cuba en Ciudad de México. Estos encontronazos distaban mucho del profundo
vínculo que los hermanos Castro habían tejido con México en la década de 1950,
cuando emigraron a la capital mexicana para fraguar la revolución. También
quedaron atrás los tiempos en que México fue el único país latinoamericano que
no rompió lazos con la isla comunista, en 1962, cuando el resto de la región lo hizo bajo presión de
Estados Unidos.
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