Odio, resentimiento, venganza en política es mala consejera, por lo
general te conduce a un pequeño “mundo”, donde
te consideras el “único”, el
predestinado, y si en el extremo de la ideología eres No creyente, (Para mí,
(disculpe) “para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra
religión”), muy fácil este pequeño mundo que se construyes con tus ideas
absolutas, te lleva inexorablemente a
considerarte que eres el “nuevo dios” de la Ideología y la Política en un escenario
global donde la Política está en crisis estructural, no solo la política,
sino los propios partidos política, la “clase política” que ha sido atrapada,
capturada por la corrupción en todas sus formas visibles e invisibles, como
también la propia representación política
y llegar (por el momento) hasta la pérdida absoluta de la Confianza y la legitimidad de las
Instituciones. Tú pequeño “mundo
absoluto” que te construyes, no te
permite ver la Política – miras solamente odio, venganza, frustración – y siempre
te lleva a apostar por los perdedores, por los responsables del desastre actual
de cada uno de los países, si nos
concentramos, su opinión, sólo en Nuestra América. Y los responsables son
aquellos políticos, farsantes, mentirosos, corruptos que han hecho de la política un negocio, un servilismo a
los poderes facticos internos y globales. Sus intereses de clase están primero
o por encima de las derechos de los pueblos y la propia soberanía nacional.
Dr. Vargas Llosa Usted es un excelente escritor, Premio Nobel,
reconocido en todo el mundo por su capacidad y
sus cualidades como Novelista. Pero cuando ingresa al mundo de la política,
Usted con todo respeto se cree un divino, un “dios” que
sus expresiones, que sus opiniones deben ser aceptadas y respetadas, porque
es usted el “único” que está en lo cierto,
es dueño absoluto de la verdad, los demás – millones de latinoamericanos no
valemos y somos un céntimo en la política porque usted es el dueño de la
verdad. Revise por favor sus opiniones sobre Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil – donde hoy, tenemos
nuevos procesos políticos más allá del neoliberalismo que usted defiende con
tanta pasión – que me recuerda a la primera
vez que lo escuché en el Paraninfo de la Universidad San Agustín el año 1964, y
usted era un apasionado – sectario, dogmático – defensor de la Revolución Cubana. Han pasado 50 años y la
Revolución es más victoriosa porque es
el trabajo, fuerza, energía y lucha diaria de un pueblo contra las políticas del
bloqueo económico, comercial y financiero del imperio.
Usted cambió Dr. Vargas Llosa, pero
está bien que defienda hoy su neoliberalismo que nosotros lo respetamos, pero no compartimos. No cree que los procesos políticos actuales en estos
países son resultado de la lucha de sus pueblos, que no es copia ni calco, sino creación heroica en cientos de batallas en las calles y plazas
públicas en tiempos de Democracia.
No le parece que es lógico, normal, político con inmenso respeto que cada pueblo forja y construye su futuro,
no estamos en tiempos de imposición y menos de violencia política – mire como
sus socios a los que usted defiende, cómo imponen la violencia como su única
forma de traerse abajo los procesos políticos-. Finalmente usted defiende al
señor Macri – muy bien lo felicito –
pero si hace oposición política hágalo con la VERDAD y reconozca que algo de bueno
debe haber en los 15 años de políticas
democráticas y progresistas que sacaron al país del infierno de la crisis neoliberal,
más grande de su historia el año 2000
y la caída de más de 5 gobiernos, Recuerda el corralito, también que se vayan
todos. Hoy
Argentina es otro país – que salió del fondo del mundo subterráneo
donde lo condujo las políticas neoliberales
del Consenso de Washington impuestas por el señor Menen. O No Dr. Vargas Llosa.
Gracias, finalmente
repito que el odio, el resentimiento, la frustración son malas consejeras en
política.
/////
VARGAS LLOSA, UNA PLUMA POLÍTICA
FRUSTRADA.
*****
Alfredo Serrano Mancilla.
CELAG
Rebelión martes 3 de noviembre del 2015.
A pesar de todos los premios literarios, Vargas
Llosa sigue atravesado por su derrota en las elecciones presidenciales de Perú
del año 1990. Jamás lo superó. Ninguno de sus merecidos reconocimientos como
escritor compensó su anhelo de todo niño hijo de la oligarquía latinoamericana
de la época: ser Presidente. Desde entonces, ha persistido con sus diatribas en
defensa de cualquier propuesta de la derecha naciente en América latina. Su
tono se enfureció mucho más durante el siglo XXI luego de la llegada de los
gobiernos de signo contrario a sus designios. En todos esos casos (Venezuela,
Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador), la democracia dejaba de ser un sistema
justo para elegir sus mandatarios. El pueblo dejaba de tener razón. Y Vargas
Llosa sustituía su pluma ilustrada y creativa por un lenguaje de brocha gruesa,
de lugares comunes cómo cualquier político obsoleto de la derecha del siglo XX.
El novelista y ensayista ha vuelto a aparecer en
escena con las elecciones argentinas. En su editorial, de El País, “Una
esperanza argentina”, hace campaña en modo hooligan a favor de Macri. Le regala
todo tipo de piropos como adalid de la libertad y democracia a pesar de que su
fortuna –la de la familia Macri- se fraguó en época de dictadura. Por el
contrario, arremete sin piedad contra el peronismo y el kirchnerismo. Les
insulta con el peor lenguaje barriobajero. Se atreve incluso con equiparar lo
que sucede en Argentina con el nacismo y fascismo: “el fenómeno del peronismo
es, al menos para mí, más misterioso todavía que el del pueblo alemán abrazando
el nazismo y el italiano el fascismo”. Su lengua viperina no tiene límites. A
Chávez le dijo absolutamente de todo. Lo mismo contra Evo Morales o Correa. A
Néstor y Cristina también les despreció con todo tipo de improperios. Todo
porque –tal como él mismo afirma- Argentina no vuelve “al primer mundo”, a su
primer mundo, a ese mundo privilegiado para unos pocos donde está prohibida la
entrada de las mayorías. Vargas Llosa, como buen marqués (marquesado
hereditario español que le fue creado y entregado por el rey Juan Carlos),
siempre defiende a su propia su casta.
Su mirada está impregnada de rencor y mentiras.
Habla de empobrecimiento cuando Argentina es el país, según la CEPAL, que más ha
erradicado pobreza y reducido desigualdad gracias a las políticas públicas del
kirchnerismo. Crítica el antiamericanismo del gobierno después de que éste se
haya negado a acatar lo que un juez de Nueva York sentencia a favor de los
fondos buitres. Para Vargas Llosa el americanismo ha de significar todo
proyecto político impuesto desde Estados Unidos en vez de cualquier
construcción de una América latina más emancipada. Seguramente, jamás pudo
digerir aquel No al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) que tuvo
lugar precisamente en Mar del Plata hace una década. El gobierno K jugó un rol
clave en esa batalla y eso escuece todavía mucho a aquellos que defienden que
América latina ha de volver subordinadamente al redil atlántico trazado por
Estados Unidos y Europa.
Vargas Llosa sigue sin comprender absolutamente
nada de lo que sucede al interior del cambio de época latinoamericano. Sigue
apoyando a perdedores en América latina: Henrique Capriles en Venezuela, Aecio
Neves en Brasil, Lacalle Pou en Uruguay, Rubén Costas en Bolivia, Mauricio
Rodas en Ecuador. En esta ocasión apuesta por Macri a ver si logra de una vez
por todas ganar una elección en países que buscaron otro camino diferente al
neoliberalismo. El 22 de Noviembre veremos si atina. Por ahora, sus aciertos
son prácticamente nulos. Su olfato político deja mucho que desear.
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