LA FARSA, MENTIRA Y EL ENGAÑO
OFICIALIZADOS POR LA SBS Y AFP DEBE TERMINAR. No debemos
permitir que se oficialice una nueva forma, la más vil y cruel contra los
jubilados, como la informada por los canales oficiales y legales en la última
semana.- “Robar un banco es un delito,
pero más delito es fundarlo” nos decía Bertolt Brecht y parafraseando
expresamos en un Twitter: Si quieres robar y robar, con cuello y corbata, con
protección legal, funda una AFP y expresa una estupidez: Los afiliados a las
AFP tiene una vida de 90 años, en cambio lo NO afiliados (28 millones de peruanos)
sólo viven 80 años. Increíble en la semana hemos asistido no sólo a escuchar un
conjunto de mentiras, farsas, engaños para justificar algo que en el lugar de
su nacimiento Chile las AFPs están tan desprestigiadas que son consideradas por
la población que expresan AFP “Aquí se Fabrican Pobres”. Pero es tanta la
insolencia, de que la nueva tabla de mortalidad expuesta por determinados canales
de las AFP, y seguramente con la responsabilidad de la SBS y AFP (Superintendencia
de Banca y Seguros y AFP) de cuyo Presidente en el Congreso están pidiendo “su
cabeza” por su irresponsabilidad y permitir, que otro engaño del llamado “milagro
peruano” quieran oficializarlo – con la complicidad de ciertos medios de
comunicación y los poderes facticos que mueven y controlan todo este entramado de mentiras y
farsas.
Para un
gobernante, para un alto ejecutivo, se dice y manifiesta, si quieres engañar,
manipular a tu pueblo, a los ciudadanos, haz uso y abuso de las tablas
estadísticas y ahora vemos como las empresas y corporaciones del neoliberalismo
y sus gobernantes hacen uso y abuso de la estadística, que nos enseña el árbol
bien definido y presentable – El Perú ha disminuido la pobreza de 49% a 19% en los últimos diez años – Pero la
cifra oficial ya está legalizada, oficializada. Pero el bosque, “desapareció” por
arte de birlibirloque y no nos permite ver. Analizar cómo y que políticas realizaron
este milagro; en lo oscuro, en la estructura del país está la miseria, el
hambre, las nuevas formas de explotación, hoy manifiestas y presentes en la más
cruel e inhumana desigualdad económico-social. Resulta ahora que los años de vida de los
peruanos está por encima de las tablas de mortalidad – años de existencia - de
países del primer mundo – Japón, Canadá, Inglaterra, Finlandia, Estados Unidos,
Australia – se quedaron atrás, porque el “milagro peruano” sobrepasó el nivel
de existencia y ahora los peruanos (mujeres hasta los 90 años y varones hasta
los 88 años). El Señor Valdivieso, Presidente o Gerente de las AFP debe ser denunciado
por mentir en forma descarada y justificar ese engaño con la finalidad de aumentar los años de
contribución de los afiliados, porque de lo contrario con la nueva tabla de mortalidad
recibirían menos pensión. Como se quiere robar, estafar públicamente, cómo se
intenta justificar “legalmente” para imponer nuevas formas de explotación y
profundizar la miseria en nuestro país.
Estas con
pues las políticas del neoliberalismo cuando se afirma la salvajada de que los
afiliados a las AFP tienen un nivel más alto de vida, duran, viven hasta los 90
años ( es decir, 2 millones de peruanos afortunados que aportan en forma
obligatoria a determinadas empresas o corporaciones transnacionales, que no
invirtieron un céntimo y que ahora se la llevan integro ganando comisiones las
más elevadas del mercado, (recordemos igual fue con la instalación de los
teléfonos y la renta básica, la más cara de América Latina, acaso años después
no se denunció esta farsa y engaño entre la corporación española, el señor Fujimori
y su “famoso” asesor Montesinos) y se supone que los 28 millones de peruanos NO
afiliados, que no estamos dentro del ogro salvaje del neoliberalismo AFP, sólo
tenemos una existencia, una tabla de mortalidad ( diferente a la que maneja el
FMI, el BM y todas las Instituciones en el Perú) que llegamos hasta los 80
años. Que afortunados los afiliados a las AFP y si pusiéramos en públicos sólo dos ejemplos
cuando gana un jubilado de las AFP (de los 2 millones de afiliados) en los últimos
20 años, cuántos reciben pensión, llegan a 100 mil?, pasa de mil soles su
pensión?.
Una vez más
si quieres robar y robar, legalmente con cuello y corbata, forma una AFP y
tienes todo el apoyo legal del Estado, dentro de las políticas del fenecido
Consenso de Washington y hoy renovadas, actualizadas, “modernizadas” como países
en desarrollo ( ya no somos según el catecismo neoliberal, países del tercer
mundo y menos en vías de desarrollo) en el escenario mundial del nuevo proceso
de acumulación global del capitalismo, escenario de las corporaciones del
capital corporativo global. Último minuto, se asustó el mandamás de la SBS y
AFP y expresan – antes que le “corten la cabeza” por irresponsable en el
Congreso - dicen: dejar sin efecto la
aplicación de la nueva tabla de mortalidad. Es bueno recordar que la Defensoría
del Pueblo salió a oponerse y se suspenda esta nueva forma de explotación a los
jubilados. Donde están las Universidades No existen – ciertos medios de
comunicación también criticaron esta farsa y algunos políticos, a pesar cuando
ellos fueron gobierno NO hicieron absolutamente nada contra esta nueva forma de
robar de explotar en “forma legal”, con argumento parecido fueron estatizadas,
nacionalizadas en la Argentina y se botó del país a toda la mafia de seudo
empresarios que viven y explotan a millones de asegurados. Debemos cambiar todo
el sistema e ir a nueva propuesta que se sustente principalmente en la justicia
social y la lucha contra la desigualdad económico-social, realidad múltiple
turbulenta, fría, calculada, violenta e inhumana en nuestro país, el país del “milagro
peruano”, donde
la farsa y la mentira sirven para profundizar y legalizar nuevas formas de
explotación.
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LAS AFP EN CUARENTENA. OTRA
FARSA DEL MILAGRO PERUANO?.
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Nicolás
Lynch G.
Otra
Mirada, lunes 9 de noviembre del 2015.
Por enésima vez está en
cuestión el sistema privado de pensiones. Esta vez han sido las tablas de
sobrevivencia, cuya actualización rebajaría las pensiones de los afiliados. Los
jubilados presentes y futuros vuelven a indignarse, pero ahora el entredicho aparece
como una oportunidad porque estamos a las puertas de una campaña electoral
nacional en la que, se supone, las diversas alternativas deben plantear sus
propuestas para solucionar los problemas del país, entre ellos en acuciante
problema de las pensiones.
A veinte años de instauración
del sistema privado de pensiones este demuestra su fracaso. Las cifras son
contundentes. El principal problema que es de cobertura está por los suelos. El
78% de la PEA no aportan a ningún sistema de jubilación, el 13% son cotizantes
efectivos al sistema privado y el 8% al sistema público, administrado por la
Oficina Nacional Previsional (ONP). Por otra parte, de los mayores de 65 años
el 67% no recibe una pensión contributiva (producto de haber aportado durante
su vida laboral), el 27% recibe una pensión del sistema público y el 6% una del
sistema privado. Entre los primeros hay un pequeño sector, por el carácter
focalizado del programa, que recibe Pensión 65, una forma de pensión no
contributiva que alcanza la diminuta suma de 125 soles. Esta última, que se
pensó originalmente con carácter universal y por la suma de 250 soles, ha
terminado siendo una pensión para pobres extremos.
Frente a esta situación la
estrategia de los últimos cuatro gobiernos neoliberales: Fujimori, Toledo,
García y Humala; por la vía de los burócratas del MEF, ha sido liquidar el
sistema público, potenciar infructuosamente el sistema privado y administrar al
menor costo posible la llamada Pensión 65. El asunto alcanza ribetes de
escándalo en el caso de las llamadas AFP, ya que estas son instituciones en las
que colisionan dos principios opuestos: la ganancia empresarial y el derecho
social a una pensión digna.
Esto se demuestra en la corta
historia del sistema privado en dos hechos contundentes: la extraordinaria
ganancia de estas empresas, siempre largamente por encima de la rentabilidad de
los afiliados y la mantención de esta ganancia, incluso en los momentos en que
los afiliados tienen pérdidas. Además, el cobro de una comisión por administrar
los fondos que está entre las más caras del planeta, en cualquier rubro de
administración financiera y que no ha bajado sustantivamente por más promesas
que se han hecho. Pero existe también el ejemplo de los últimos cinco meses en
que las AFP peruanas han perdido 6,000 millones de soles de su fondo global, de
121,000 a 115,000 millones, aproximadamente el 5% del mismo. Lo que nos hace
ver el peligro de que un fondo de pensiones se entregue a los vaivenes de la
bolsa.
Ha llegado el momento de decir
basta a esta situación de sobre explotación de los trabajadores y los jubilados
por un puñado de empresas principalmente extranjeras. El escándalo que
representa la sola existencia de las AFP no se cambia con reformas ni afeites,
hay que cambiar el sistema. En el Programa de la Gran Transformación existe una
propuesta que es preciso poner sobre la mesa. Se trata de ir a un nuevo sistema
con dos pisos. Uno público obligatorio y otro privado voluntario. El público a
su vez con dos componentes: uno contributivo y otro no contributivo. El primer
componente es para los que han trabajado y contribuido con su aporte a lo largo
de la vida laboral y se financia con los aportes de los trabajadores activos y
los impuestos generales que van a un fondo único para luego repartirse. El
segundo componente tiene carácter universal y es para aquellos mayores de 65
años que no aportaron a ningún sistema durante su vida laboral. Este último se
financia con el tesoro público.
A este sistema público se
agrega un sistema privado como complemento, que es voluntario y se basa en
cuentas individuales, para aquellos trabajadores privados e independientes que
tienen mayores ingresos y quieren tener mayor pensión. Este nuevo sistema de
dos pisos permite cubrir el derecho social a una pensión para la inmensa
mayoría de los peruanos que tiene nada o muy poco y al mismo tiempo da la
posibilidad a los que tienen más que reciban una mayor pensión sin perjudicar a
los primeros. Es el sistema que recomiendan la mayor parte de organizaciones
internacionales y que tiene, entre otros muchos países, los Estados Unidos.
El problema es que aquí existe
una trama político-financiera en la que los partidos de derecha (Fujimorismo, APRA,
PPK, Perú Posible, Ollanta-Nadine) priorizan la defensa de la ganancia
empresarial de las AFP por encima del derecho social de los peruanos a una
pensión. Esto sucede no sólo por un lobby eficaz de estas últimas sobre el
Estado y especialmente los reguladores, sino porque, como lo hemos dicho más de
una vez, las grandes empresas y entre ellas las AFP tienen capturados a quienes
deben velar por pensiones dignas para los ciudadanos.
La única forma de desnudar
esta trama es con la fuerza de un planteamiento alternativo. Este le podrá
hacer ver a los peruanos que existe la posibilidad inmediata de un nuevo
sistema de pensiones que no esté asociado a la expoliación de nuestros
ingresos, sino a principios mínimos de justicia social. Es un deber de los candidatos que se consideren
progresistas en las próximas elecciones levantar esta bandera.
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