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CIUDADANOS protestan afuera de la refinería La Pampilla: “Repsol, escucha, fuera del país” Miles de peruanos se encuentran alzando su voz de protesta exigiendo a la empresa Repsol asuma la responsabilidad de la contaminación del mar de Ventanilla. Tras el lamentable desastre ecológico en el mar de Ventanilla, miles de ciudadanos han levantado su voz de protesta para exigir a la empresa Repsol que se haga cargo por los daños causados a la fauna y flora marina de dicho lugar.
“Repsol,
escucha, fuera del país”, “Ninguna autoridad protege nuestro mar”, “Callao, te
quiero, por eso te defiendo”, “Repsol, escucha, el pueblo te repudia”, son algunas de las frases que arengan los indignados protestantes en su camino hacia la refinería La Pampilla. Las imágenes, que ya se vienen viralizando en las redes sociales, cuentan
con el apoyo de los internautas
quienes también exigen mayor celeridad
en el proceso y se determine que la petroquímica española se responsabilice por
el derrame de petróleo.
Cabe
resaltar que el derrame de 6.000 barriles de crudo en el mar de Ventanilla ha
sido calificado como el desastre ecológico más grave de los últimos
años. De acuerdo con el Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (OEFA), la extensión del área afectada llega a 1’ 739 950.9 metros cuadrados de suelo y 1’186 965.8 metros cuadrados de agua. El manto negro
del combustible cubre las playas Cavero,
Bahía Blanca, Costa Azul, Santa Rosa Chica, Santa Rosa Grande, Club Naval, La
Puntilla, Balneario de Ancón, Miramar, Pocitos, Infantería, San Francisco,
Hermosa, Las Conchitas, Pasamayo, Chacra y Mar (Chancay) y Peralvillo
(Chancay). No
obstante, la mancha viscosa sigue rumbo al norte. Actualmente, personal encargado se encuentra
realizando la limpieza de estas playas;
sin embargo, las constantes medidas
erróneas tomadas por la compañía implicada comienzan a
indignar más a la ciudadanía.
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PERÚ:
REPSOL ENFRENTA DURAS CRÍTICAS POR EL DERRAME DE PETRÓLEO.
La empresa española es cuestionada por
las causas de la catástrofe y su lenta e ineficiente reacción
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La Fiscalía inició una investigación a la compañía por el delito de
contaminación ambiental, lo que podría terminar en un proceso penal. El derrame
de seis mil barriles de crudo provocó un desastre ecológico.
Carlos Noriega.
Página /12 domingo 23 de enero del 2022.
Desde Lima
La
petrolera española Repsol se enfrenta a duros cuestionamientos, del
gobierno y de prácticamente todos los sectores del país, a posibles sanciones económicas e incluso
penales y a una probable
demanda internacional, por el derrame de petróleo
en el mar de la costa peruana y por su lenta
e ineficiente reacción. El derrame de seis mil barriles de petróleo en las costas de Lima y El Callao, puerto colindante con la capital peruana, ha causado el mayor desastre ecológico en
el país en muchos años. También ha
sido un duro golpe económico a
pescadores artesanales y comerciantes cuyos ingresos giraban alrededor de
las 21 playas afectadas y ahora cerradas.
El presidente Pedro Castillo ha
asegurado que su gobierno no dejará que
lo ocurrido quede impune.
Repsol, que opera la principal refinería del país, La Pampilla, sería multada, según las normas, con 138 millones de soles (unos 35 millones de dólares), una cifra considerada menor en comparación al daño causado. Pero esta multa no sería la única sanción. La Fiscalía ha iniciado una investigación a la empresa por el delito de contaminación ambiental, lo que podría terminar en un proceso penal. También se podrían entablar demandas exigiendo indemnización por los millonarios daños causados, incluso a nivel internacional, posibilidad que ha adelantado el ministro de Ambiente, Rubén Ramírez. El buque tanque desde el que se descargaba el petróleo, de bandera italiana, ha sido inmovilizado por las autoridades.
El
jueves, el presidente Castillo
estuvo en la zona del desastre ecológico.
“Aquí no podemos rehuir las
responsabilidades, se trata de asumirlas, en este caso la empresa causante del
desastre ecológico”, dijo el presidente, con el fondo de la playa y el mar cubiertos de petróleo, y
frente a indignados pescadores y
pobladores de la zona que exigían sanción
a la empresa y reparación por los daños causados, los ecológicos y los
económicos.
“Condenamos
el desastre ambiental provocado por la refinería La
Pampilla, a cargo de Repsol. El daño ecológico en nuestro litoral es
inadmisible. Desde el Estado se han dispuesto las acciones penales, civiles y
administrativas a fin de cautelar la soberanía y bienestar del país”, señaló el
presidente por Twitter. En otros dos mensajes enviados por la
red social insistió en la decisión de su gobierno de no dejar sin sanción lo
ocurrido:
“Estamos ante uno de los ecocidios más grandes que se han suscitado en nuestras costas y mar. El gobierno asume el rol de sancionar a los responsables del daño que afecta trágicamente a la flora, fauna y a las comunidades puestas en peligro y privadas de su sustento cotidiano. Tomaremos las acciones urgentes y graves a la altura de nuestra historia y de estos hechos. No dejaremos que pisoteen impunemente nuestros ecosistemas y la honra de nuestro pueblo”
¿Qué provocó el derrame?
El
derrame ocurrió en la tarde del pasado sábado 15
cuando desde un buque tanque se
descargaba el crudo a la refinería La Pampilla a
través de tuberías submarinas. La empresa no asume responsabilidad por lo ocurrido y ha culpado a un fuerte oleaje como
efecto de la erupción del volcán
submarino en Tonga. Pero esa versión ha sido
puesta en duda. Veleristas que estaban cerca al buque tanque en ese momento han asegurado que en esa zona el mar estaba tranquilo. El Organismo Supervisor de la Inversión en
Energía y Minería ha emitido un informe
preliminar en el que no habla de un
fuerte oleaje y no descarta una mala maniobra
del buque.
A la empresa no solo se le cuestiona por las causas que originaron el derrame, sino por su conducta una vez ocurrido éste. En un primer momento minimizó la magnitud del derrame al informar a las autoridades, y su respuesta ha sido tardía e insuficiente, lo que ha agravado la situación. Al día siguiente del derrame, cuando amplias extensiones de mar y playas ya estaban cubiertas de petróleo, lo que se veía eran algunos trabajadores de Repsol, obreros de las municipalidades de la zona y muchos voluntarios, entusiastas, pero mal equipados y no capacitados para esta tarea, limpiando el petróleo de las playas con escobas, lampas y rastrillos, y juntándolo en barriles, bidones o bolsas plásticas. Todo muy artesanal, precario. Cuando el petróleo ya se había extendido recién se pusieron algunas mallas en el mar para contenerlo, pero notoriamente insuficientes, y se vieron algunas mangueras especiales para extraer el crudo. Una semana después del derrame, el petróleo ya cubre 7,1 mil kilómetros cuadrados de mar y 1,8 mil kilómetros cuadrados de playas, y se sigue extendiendo por el mar hacia el norte de Lima.
***
"Es una gran tristeza"
Mirando
el mar del que ha vivido desde hace muchos años ahora negro por el petróleo y
convertido en un mar muerto, un viejo pescador parece
no creer tanta desgracia.
“Todo esto está contaminado,
nada de dónde nosotros pescábamos tiene vida, es una gran tristeza, hasta
he llorado de ver nuestro mar así. Invoco por favor ayuda”, es
su dramático testimonio.
Cerca
de dos mil pescadores artesanales y cientos de
comerciantes de la zona han sido
económicamente afectados por la imposibilidad de seguir pescando y el cierre de las playas en el verano. Se han movilizado para protestar frente a la refinería La Pampilla. Exigen que la
empresa asuma su responsabilidad y
los repare por haberlos dejado sin su fuente de
trabajo.
El
gobierno ha declarado la zona en emergencia ambiental por 90 días y
ha formado un Comité de Crisis para
las tareas de remediación de los daños
causados, determinar responsabilidades y ver lo relacionado a las reparaciones e indemnizaciones. Se ha anunciado la llegada de expertos de las Naciones Unidas para apoyar al
gobierno peruano. Los científicos
coinciden en que el daño ecológico es
inmenso.
“La recuperación va a tomar
años, estamos hablando de diez, veinte años, para que este ecosistema vuelva a
ser lo que ha sido”, dice David
Huamán, del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre.
Otros especialistas estiman
que ese tiempo podría ser más prolongado y que habría daños irreparables.
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