lunes, 31 de enero de 2022

REPSOL EN LA ESCUELA: VERTER PRETÓLEO, LAVAR LA IMAGEN.

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ECOCIDIO. MOVILIZACIÓN SOCIAL EN PERÚ reclamando responsabilidades a REPSOL tras el vertido de petróleo en sus costas oficialmente son 10 mil 396 barriles el derrame del petróleo A pesar de que el monopolio de medios de El Comercio trató a toda costa de borrar de la información pública las siglas de la empresa responsable, la indignación no cesa, y un logo de Repsol teñido de chapapote se multiplica en todo tipo de canales de información no oficiales, clamando por justicia y responsabilidad a la petrolera española.  El desastre ecológico más devastador de las últimas décadas, es tan solo una expresión más de una larga lista de crímenes ambientales impunes en uno de los 10 países más megadiversos del mundo, y que no deja de evidenciar los impactos catastróficos de seguir manteniendo matrices energéticas de mirada cortoplacista basadas en combustibles fósiles. Casi 200 conflictos sociales (64% de ellos ambientales) registrados por la defensoría del pueblo dan cuento de la falta de legitimidad social que el extractivismo minero- petrolero genera en un país donde todo lo que está fuera de Lima constituye periferia para alimentar la voracidad de recursos de una megaurbe que aglutina más de 10 millones de personas. Decenas de organizaciones ambientalistas, recuerdan en redes y medios alternativos que, lo que hoy los pobladores de Lima viven con espanto, es el pan de cada día de miles de comunidades amazónicas, que en los últimos 25 años han sido receptoras de más del 50% de vertidos de hidrocarburos, lamentando la desigualdad, abandono y brecha de justicia social que viven. (Hoy develado más de 600 derrames petroleros desde 1997, y ningún gobierno ha hecho algo en la Amazonía peruana, mientras su deforestación avanza sin control. Para los sucesivos gobiernos neoliberales las poblaciones Originarias, son “Ciudadanos de tercera categoría”


Decenas de movilizaciones. EL domingo 23 de enero, Fridays for Future/ Viernes por el futuro Perú informaba sobre las decenas de movilizaciones convocadas a nivel nacional. En Lima colectivas se agruparon frente a la entrada de la refinería La Pampilla entonando arengas como: “Petrolera ecocida, enemiga de la vida. Gritamos por nuestros mares contra la industria asesina” El día previo, cientos de pescadores de Ancón tomaron las calles denunciando que más de 1.500 familias dedicadas a la pesca artesanal habían perdido sus medios de vida. En otra forma de movilización, la ciudadanía se dirigió a la Plaza de Armas, convocados por la propia Municipalidad de Lima, para donar su pelo —en un intento por aplicar un método artesanal con el que absorber petróleo— demostrando la precariedad con la que la población civil trata de hacer frente a los estragos del derrame.

En paralelo, como denuncia CooperAcción, fotografías de operadores de Repsol limpiando el crudo con escoba y recogedor, hacen añicos la imagen de súper empresas con tecnología punta, ocultando bajo la alfombra del optimismo tecnológico los gravísimos riesgos que conlleva la industria petrolera operando en el mar. La pintada Repsol mata en los muros del consulado español, empaña las declaraciones de la solidaridad de la Embajada española en un comunicado donde “lamenta los efectos del vertido” e insta a “aprender de ello para que no vuelva a ocurrir”. Pero lo que la sociedad peruana parece tener claro es que se necesita algo más que declaración de intenciones para hacer frente a lo que muchos califican ya de ecocidio.  La Plataforma de la Sociedad Civil peruana sobre empresas y derechos humanos señala que Repsol, pese a toda su publicidad sobre Responsabilidad Social, nunca “ha presentado su proceso de debida diligencia en materia de derechos humanos para identificar, mitigar y rendir cuentas de cómo abordará sus impactos” y reclama que el incumplimiento de sus obligaciones debería “dar lugar a sanciones administrativas, como multas, exclusión de la contratación pública, denegación de otorgamiento de medidas de apoyo público, y a acciones civiles o penales según corresponda”.

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REPSOL EN LA ESCUELA: VERTER PRETÓLEO, LAVAR LA IMAGEN.

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Por Sergio Castro Sánchez | 31/01/2022 | Ecología social

Fuentes Rebelión lunes 31 de enero del 2022.

 

Administraciones educativas y pedagogos expertos en innovación se han sumado a la cruzada de Repsol contra la verdad acerca de sus prácticas ecocidas y sus consecuencias.

La sistemática labor ecocida de Repsol está teniendo en estos días una difusión en los medios que, a buen seguro, no está gustando demasiado a los gerifaltes de la compañía. Y eso a pesar de que dicha difusión está contando con la “desinteresada” colaboración de algunos medios que, como El Mundo, siempre están dispuestos a defender los intereses patrios por encima de todo.

Sin embargo, ni el constante falseamiento de la realidad a través de la publicidad ni la manipulación informativa son suficientes para Repsol a la hora de lavar la imagen de una compañía que en 2009 ya fue nominada a los Climate Greenwash Awards, un “premio” otorgado a aquellas empresas que hacen de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) un mecanismo para lavar su imagen disfrazando sus verdaderas prácticas y sus consecuencias de compromiso con el medioambiente.

En este contexto, la escuela se ha convertido, desde hace años, en otro terreno de acción en el que Repsol, con la connivencia de las administraciones educativas y el colaboracionismo de ciertos pedagogos chic, desarrolla su labor de ocultamiento de la realidad depredadora de la trasnacional petrolera.

Proyectos Zinkers

El pasado noviembre, el profesorado del instituto donde trabajo recibía en su correo “corporativo” (de Gmail) una inquietante información que, es de suponer, llegó a las bandejas de entrada de todo el colectivo docente aragonés. En el texto correspondiente, un asesor de un centro de formación del profesorado de la región nos invitaba cordialmente a participar en unos “Talleres Digitales” organizados por la Fundación Repsol en colaboración con el Servicio de Innovación y Formación del Profesorado del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. En dichos talleres se nos invitaba a “descubrir” cómo poner en práctica en “vuestra aula” los “Proyectos Zinkers para Primaria y para Secundaria, innovadores programas educativos sobre los retos de la energía, el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

Movilización social en Perú, reclamando responsabilidades de Repsol, tras el vertido del petróleo y el conjunto de falsedades sobre el ecocidio en el mar peruano.

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Dichos proyectos no son nada nuevo. En realidad, Zinkers no es más que la ampliación de otro proyecto dirigido exclusivamente a secundaria (eWORLD) ofertado al profesorado hace dos años y que este mismo curso ha sido ampliado a Primaria. El asesor de formación autor del correo mostraba interés en señalar la razón de dicha ampliación: “durante los últimos años [eWORLD] ha tenido muy buena acogida en los centros de secundaria”.

La escuela se ha convertido en otro terreno de acción en el que Repsol desarrolla su labor de ocultamiento de la realidad depredadora de la trasnacional petrolera

La implicación de las diferentes administraciones educativas regionales en la difusión de dichos cursos y en darle “empaque” a los mismos queda clara. Así, en el caso de Aragón, la presentación de los mismos a finales del pasado noviembre estuvo a cargo del “equipo de Educación de Fundación Repsol”, convenientemente acompañado por la flor y nata de los y las especialistas en “innovación” educativa de la administración aragonesa: Gustavo Arce Fustero, Jefe de Servicio de Innovación y Formación del Profesorado del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón y Cristina Bohanna, asesora técnica de innovación educativa del Gobierno de Aragón.

Esta situación no se da únicamente en Aragón. Otros gobiernos regionales que, según aparece en la web del proyecto, estarían colaborando con Repsol serían los de Castilla y León, País Vasco, Cantabria, Extremadura o Castilla La Mancha.

Pedagogos on sale.

Espacios ajenos a las administraciones públicas como por ejemplo la web Educacion 3.0 forman parte de la red de difusión de la farsa petrolera (entre otras), publicando en su web varios artículos publicitarios tanto del proyecto eWORLD como de Zinkers.

En el artículo titulado “Zinkers: contenidos de energía y cambio climático para Primaria y Secundaria” podemos leer en sus primeras líneas:

“La energía, el cambio climático, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la calidad del aire, la movilidad sostenible, la economía circular… Estos son algunos de los temas que aborda el programa gratuito Fundación Repsol Zinkers” basado, añaden, “en el rigor y la neutralidad tecnológica para afrontar el reto de la transición energética”.

 La presentación del mismo está repleta de esa nueva jerga pedagógica que tanto parece gustar al emprendimiento pedagógico (“disciplinas STEAM”, “iniciativa blended learning”, gamificación…) así como la referencia continuada a la Agenda 2030. Un artículo anterior referido a eWORLD destaca en su entradilla:

“Con un aprendizaje dinámico y colaborativo, los alumnos de Secundaria mejoran en competencias clave y construyen un mundo más sostenible”.

El colaboracionismo ecocida cuenta, por supuesto, con renombrados pedagogos, en este caso con, entre otros, Chema Lázaro —co-creador del Proyecto eWORLD— y Javier Espinosa. Ambos, Premio Nacional de Educación. Ambos, trabajando hombro con hombro con “profesionales expertos de Repsol en el ámbito de energía, innovación y sostenibilidad”. La maraña pedagógica se completa con una serie de docentes nombrados “embajadores” de los proyectos que nos ayudan a comprender todas las ventajas del uso de los materiales proporcionados por Repsol.



Y como todo innovador proyecto educativo que se precie, cuenta además con la colaboración de una gran empresa tecnológica. En este caso, tanto Repsol como Microsoft y su plataforma Teams buscan “contribuir a concienciar a niños y jóvenes de la importancia de un uso eficiente de la energía y fomentar su espíritu crítico”. Una plataforma cuya versatilidad, dinamicidad y eficiencia, no nos dejan de recordar, encaja en perfectísima comunión con la viscosa pedagogía petrolera.

Grandes trasnacionales petroleras y tecnológicas en perfecta cópula (literalmente) contranatura con las administraciones educativas; docentes y pedagogos “estrella” cuya actitud sumisa no se sabe si es producto de la ignorancia, de la mediocridad o, sencillamente, de intereses crematísticos. Ese es el contexto en el que se mueve la escuela actualmente ante el reto de un posible colapso climático. No solo hay que mirar al cielo para descubrir la amenaza. Ésta se encuentra en nuestras subjetividades y en la manera en que el poder confabula para doblegarlas ante sus propios intereses.

Sergio de Castro Sánchez. Profesor de Filosofía y delegado sindical de CGT Enseñanza Aragón-La Rioja

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