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El fantasma del "rechazo". Mientras Boric estaba en Buenos Aires, a principios de abril, se dieron a conocer tres encuestas que señalaban algo que recién hoy se está empezando a tomar en serio: hay una posibilidad que se rechace la nueva constitución que se votará el 4 de septiembre. “Los sondeos de opinión, por supuesto, que son preocupantes y son un llamado de atención para todos quienes confiamos en este proceso, para todos quienes creemos que este proceso es necesario”, señaló y agregó que hay que “buscar la mayor transversabilidad y amplitud posible, para construir una constitución que sea un punto de encuentro entre los chilenos y chilenas”.
Estas palabras fueron entendidas como un llamado de
atención a los constituyentes de su sector,
pero también un cambio de actitud frente a un proceso que sin dudas está ligado a su gobierno, pero en el que no
se deseaba intervenir. Aunque los constituyentes de izquierda están en una clara mayoría
y usan todos los canales para informar del trabajo de la Convención, el caos informativo producto del inmenso
volumen de votaciones y la falta de una línea comunicacional unificada, ha
permitido que la derecha instale
noticias falsas y subraye este desorden que debería minimizarse con la presentación del texto constitucional en los
próximos meses.
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CHILE: LOS DESAFÍOS QUE
ENFRENTA BORIC EN MEDIO DEL FUEGO DE LA DERECHA. UN NUEVO RETIRO DE FONDOS PREVISIONALES Y EL PROCESO CONSTITUYENTE
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En su segundo mes como mandatario, el líder progresista es blanco de los ataques de la
oposición y, al mismo tiempo, debe poner orden en su coalición.
Por Juan Carlos Ramírez Figueroa.
Fuente Página /domingo 17 de abril del
2022.
Desde Santiago
En su segundo mes como presidente
de Chile, el progresista Gabriel Boric tiene un escenario complejo
en la forma, pero no tan inesperado en el fondo. Por una parte, los economistas
habían advertido que 2022 sería un año de poco crecimiento económico y con una
inflación mayor a la que el país
estaba acostumbrado, todo esto producto
—en gran parte— de la pandemia.
Por otro, la Convención
Constituyente que está redactando la Constitución que reemplazaría a la de Pinochet había experimentado un complejo proceso de
instalación el año pasado, pero además recibiendo un intenso ataque de la derecha y los medios afines, que han puesto
en el horizonte la opción “rechazo” para el
plebiscito fijado para el próximo 4 de
septiembre. Y finalmente está la
herencia del gobierno de Piñera: la crisis
humanitaria en el norte con cientos
de inmigrantes venezolanos ingresando por pasos no habilitados y la escalada de violencia en la
llamada “macro zona sur”, donde pareciera no haber salida a las
tensiones entre la policía, la industria
extractivista forestal y las comunidades mapuche.
Lo que nadie había imaginado es que una suma de desaciertos, que comenzaron con los tiros al aire con que fue “recibida” la ministra del interior Izkia Siches al territorio mapuche apenas a cuatro días de haber asumido el nuevo gobierno y el intenso ataque del ex oficialismo al presidente, al punto de cuestionarlo porque se arregló el cierre del pantalón en una reunión con el presidente del senado, han influido en la construcción del “relato” que busca el equipo de gobierno en esta primera etapa. Y esto implica poner orden en una coalición cuyo núcleo es el Frente Amplio, conglomerado de partidos surgido tras las protestas estudiantiles de 2011 junto al Partido Comunista, pero al que se han sumado el Partido Socialista, el Partido Radical y Partido por la Democracia asociados a la antigua Concertación que gobernó a Chile por dos décadas tras el retorno a la democracia en 2010.
La pesadilla de las AFP
El llamado “Quinto Retiro”, que se votará este
lunes, se ha tomado la pauta noticiosa estas semanas. Básicamente se
trata de permitir que los afiliados a las Administradoras de Fondos de
Pensiones (AFP) puedan retirar parte del dinero para la jubilación impuesto de forma
obligatoria. El modelo, impuesto por la dictadura de Pinochet permite que entidades privadas puedan invertir estos dineros en el exterior, sin que
los trabajadores puedan acceder a las
ganancias de estas inversiones, pero si asumiendo las pérdidas. Los únicos que mantuvieron el antiguo
sistema de pensiones chileno fueron las Fuerzas Armadas y de Orden. Desde
2020 el Congreso ha aprobado
sucesivos retiros de fondos, ante la
emergencia de la pandemia y un gobierno (del derechista Sebastián Piñera) que apenas ofrecía unos 100 dólares y
un par de cajas de alimentos, al mismo tiempo que permitía a las empresas a “suspender” a sus trabajadores
sin pagarles finiquito.
Sin embargo, este retiro de fondos —que en rigor sería el número 4 pero que se llama así porque el proyecto de “cuarto retiro” fue rechazado en diciembre de 2021— es una medida que el gobierno de Boric no quiere apoyar, debido a las advertencias de economistas como el ministro de Hacienda, Mario Marcel. El argumento, en que la mayoría de los expertos ha insistido ya desde el primer retiro, es que esta medida incrementará la inflación y empeorará las jubilaciones. La ciudadanía, sin embargo, desconfía ya que las pensiones ya eran bajas y que las AFP no paran de ganar dinero, obteniendo un 15% de ganancias en plena pandemia, a pesar de las advertencias apocalípticas sobre los retiros. La semana pasada el gobierno presentó un proyecto alternativo (que también será votado este lunes) y que acotaría los retiros a personas que desean pagar créditos y deudas, que fue fuertemente criticado. El gran problema es que Boric y prácticamente todo el oficialismo había apoyado los retiros, por lo que cualquiera sea la decisión que tome el Congreso esta semana, habrá una pérdida de credibilidad segura.
El fantasma del "rechazo"
Mientras Boric estaba en
Buenos Aires, a principios de abril,
se dieron a conocer tres encuestas que
señalaban algo que recién hoy se está empezando a tomar en serio: hay una posibilidad que se
rechace la nueva constitución que se votará el 4 de septiembre.
“Los sondeos de opinión, por supuesto, que son preocupantes y son un llamado de
atención para todos quienes confiamos en este proceso, para todos quienes
creemos que este proceso es necesario”, señaló
y agregó que hay que “buscar la mayor
transversabilidad y amplitud posible, para construir una constitución que sea
un punto de encuentro entre los chilenos y chilenas”.
Estas palabras fueron entendidas como un llamado de
atención a los constituyentes de su sector,
pero también un cambio de actitud frente a un proceso que sin dudas está ligado a su gobierno, pero en el que no
se deseaba intervenir. Aunque los constituyentes de izquierda están en una clara mayoría
y usan todos los canales para informar del trabajo de la Convención, el caos informativo producto del inmenso
volumen de votaciones y la falta de una línea comunicacional unificada, ha
permitido que la derecha instale
noticias falsas y subraye este desorden que debería minimizarse con la presentación del texto constitucional en los
próximos meses.
El fin de la instalación
Estas semanas de acuerdo con la planificación del gobierno
se termina el periodo de “instalación” que será
marcada por una gira por Chile. En
efecto: el presidente viajó primero a Argentina antes que, por el interior del país en una decisión probablemente estratégica de dar una
señal al exterior, mientras los ministros se desplegaban por el territorio chileno. Algo que no resultó
exactamente cómo se esperaba. Esto
debido al ataque sufrido por la comitiva de la ministra
Siches, quien ha protagonizado varios
desaciertos comunicacionales, aprovechados por la derecha y sus medios, como haber señalado en el Congreso
que, durante el gobierno de Piñera un avión
repleto de extranjeros deportados regresó al país con la misma tripulación.
Este incidente, sumado a la ansiedad de muchos ministros
tan millennials como el presidente por
comunicarse a través de las redes sociales (algo que ha escalado
incluso a las reuniones de gabinete) y una
baja de popularidad en las encuestas, debiera impulsar a Boric por imponer su mensaje
reformador, ordenar a sus partidos y convencer a los chilenos que los cambios son buenos, aunque, como señaló en Argentina, esto se parezca a un avión
emprendiendo vuelo “con turbulencias”.
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