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ECONOMÍA. EL USO PERVERSO DE
LA LENGUA. “En las condiciones actuales del tardocapitalismo, las libertades introducidas por la
burguesía a lo largo de los siglos XVIII y XIX se fueron reduciendo a «la libertad de comprar y vender». Hoy
día, la retórica de la «sociedad libre» presenta
su cara más falaz. Sólo violentando al
extremo el lenguaje podrían calificarse de sociedades libres todas las que
durante el siglo XX estuvieron sometidas a las feroces dictaduras de los nazis, los tonton macoutes de
Duvalier, los Trujillo, Somoza, Videla, Pinochet, Mobutu, Idi Amín, y tantos y
tantos más. La lista podría hacerse interminable, hasta incluir las del siglo que acaba de iniciarse, como las satrapías
de Oriente Medio impuestas y sostenidas por las tropas neocoloniales de los EEUU y sus cipayos
europeos. Ni uno solo de estos
sanguinarios regímenes ha caído nunca fuera del concepto de «sociedad libre de mercado»
La realidad es que el imperialismo le ha
declarado la guerra a toda sociedad libre y democrática
allí
donde asoma y se opone a sus intereses
depredadores. Como ilustración puede
servir la brutal sinceridad con que se manifestó H. Kissinger ante el golpe fascista
contra la democracia chilena el 11 de septiembre de
1973. A la pregunta de qué se
debía salvar, si la democracia o la economía, el entonces Secretario de Estado
de Washington respondió sin el menor
titubeo: «la economía».
Se evidencia, entonces, que lo
prioritario es la segunda parte de la frase en cuestión, el «libre mercado».
Pero si se mira un poco más de cerca, el
defensor a ultranza de esta libertad de mercado, los Estados
Unidos, y se echa un vistazo a su legislación, no existe ningún país en el
mundo que haya impuesto más leyes
restrictivas a la libertad de mercado y de comercio. Como se sabe, estas restricciones a la libre circulación de
mercancías son la causa principal de la pobreza de lo que se viene llamando el Tercer Mundo, esto es, la
mayoría de los países.
Este falso lenguaje, diseñado conscientemente para engañar, cada vez convence a menos e indigna a más ciudadanos, ya sea de los países pobres o de los ricos. Las protestas multitudinarias de Seattle, Génova, Hong Kong, etc., elevan año tras año los niveles de conciencia. Cada día son más numerosos los artículos, los libros y los organismos populares que denuncian una situación injusta y falsa. Como dice Siv O’Neal,
«El concepto de libre comercio enarbolado por los ricos como el salvador del mundo de la pobreza, el aumento del desempleo y la horrenda desigualdad no es más que un acto de prestidigitación, una ilusión vacía. Es una forma de engañarnos a todos para que creamos que algo positivo puede resultar de este inmenso engaño»
Fuente Rebelión Venturo Romano, 26 de diciembre del 2006.
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SANCIONES
ECONÓMICAS Y COMERCIALES A RUSIA, ¿DÓNDE ESTÁN LOS DEFENSORES DEL LIBRE
MERCADO?
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Por Fernando
G. Jaén Coll |20/04/2022| Economía.
Fuente Rebelión
miércoles 20 de abril del 2022.
Mi idea principal en este artículo es
que los defensores a ultranza del libre mercado han
abandonado su doctrina con motivo del conflicto militar entre Rusia y Ucrania, perpetuado por el interés de los Estados Unidos de América (EE.UU.)
Se podrá aducir, y es posible, que el
espectro de mis lecturas diaria no contemplase las informaciones provenientes
de los defensores a ultranza del libre mercado,
que no estuvieran presentes en la gran variedad de medios de comunicación que diariamente examino. Me cuesta aceptar que esta
posibilidad pueda dar lugar a una probabilidad significativa, pues es mucho y
variado lo que diariamente leo y por un lado u otro debieran haber asomado opiniones relacionadas con la doctrina liberal motivadas
por las sanciones a Rusia impuestas por
los EE.UU. o consecuencia de sus amenazas a sus forzados aliados de la Unión Europea (UE).
Yo, que aprecio el valor de la obra de Ludwig von
Mises, grande entre los grandes de la Escuela Austriaca de economía, no veo
que sean defendibles por un liberal las
sanciones impuestas a Rusia por EE.UU.,
alterando con estas y de manera significativa la libertad de mercado en el mundo, condicionando
los precios y las cantidades a placer e
interés de EE.UU. Pensemos que la lista de sanciones no es algo absoluto, se acomoda a la conveniencia y necesidades
de la economía norteamericana, convirtiéndolo en un gran dictador mundial.
Son muchas las empresas y no solo norteamericanas, que realizaron libremente sus inversiones en Rusia, acomodando sus productos y servicios al mercado ruso y a las primeras sanciones impuestas ya por los EE.UU. con anterioridad. Esto es un absurdo económico y más cuando se defiende la libertad de mercado y se enarbola por el mundo abanderando a quienes promueven el derecho a las inversiones extranjeras, de las que los EE.UU. son paladines. Flaco favor le hace a la democracia liberal amenazar a las empresas si no siguen los designios políticos, anulando así cualquier crítica que pudiera hacer Biden a Putin en razón del sometimiento de las empresas.
Más rápido de lo que podíamos esperar,
se muestra el reverso de las decisiones adoptadas por EE.UU. de
sometimiento a su derecho nacional, anulando la
libertad pregonada. No se puede
aceptar por ciudadanos cabales que
el mundo siga la batuta agitada por los políticos de EE.UU. y
por el servilismo de una UE que carece de sentido, salvo para las familias ricas que se someten cual los nobles lo hacían al rey. Vacían de contenido la República, mientras sus clases medias son despojadas: los ricos no quieren pagar impuestos; los pobres imploran la necesidad; la clase media
es expoliada, y lo será más a través
de la DEUDA y de la INFLACIÓN, cuando ya lo ha sido en
su ahorro a través de los tipos de
interés negativos beneficiando a los deudores.
Un mundo nuevo se está rediseñando, en
que los pueblos
de África confían más en las inversiones chinas y en la protección rusa que no en EE.UU.; asociarse con
una potencia menos exigente y que contribuye
al desarrollo, en lugar de esquilmar
recursos, es bueno para África, para América Latina y
también para Oceanía. La crisis de la convertibilidad
del dólar a oro en 1971, le ha permitido reinar hasta ahora, disfrutando del poder
que confiere ser el dueño de la máquina de fabricar billetes que otros han de adquirir
para sus pagos, consiguiendo que el euro no sea una amenaza; pero se abren nuevas vías a través de los acuerdos
de comercio entre países con pagos en moneda distinta del dólar de EE.UU., incluido la reciente obligación de pago en rublos a las importaciones
occidentales de Rusia.
Las sanciones económicas impuestas por EE. UU. a Rusia (y a otros países), son contraproducentes para el bienestar material de las naciones, así lo ha dicho Austria, así Serbia y otros callan y someten sus decisiones la conveniencia de EE.UU., incluso España con el asunto del Sáhara en relación con Marruecos. Las pagamos, sobre todo, los europeos (véanse mis artículos:https://rebelion.org/pagaremos-el-enfrentamiento-innecesario-con-rusia-por-la-decadencia-de-estados-unidos/ y https://rebelion.org/los-politicos-y-burocratas-de-la-union-europea-nos-someten-a-estados-unidos-con-la-excusa-de-ucrania/ ).
El credo liberal
exige la no interferencia de los políticos en
los mercados, para que fluya la libertad contractual, pero el complejo militar-industrial norteamericano no tiene de liberal nada, como ya lo explicó el economista John Kenneth Galbraith. Haber contribuido a que se
cumplieran las promesas realizadas a Gorbachov sobre la OTAN y mantener el cinturón de seguridad de Rusia; haber
hecho cumplir los acuerdos de Minsk,
en lugar de tolerar que el gobierno
ucraniano atacara a la población de habla rusa en el Donbass, esto contribuía
a la paz. Aplicar sanciones para
debilitar a Rusia, es grave error que ha
desabastecido mercados en los países
occidentales, y que ha llevado a empresas
norteamericanas a pedir cambios en
la selección de los productos sancionados, pues sin ellos no pueden producir, todo eso abunda
en que la concepción liberal no está presente.
Dr. Fernando G. Jaén Coll. Profesor titular del
Departamento de Economía y Empresa de la UVIC-UCC.
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