&&&&&
De acuerdo con Iran Human Rights, la actuación de las fuerzas de seguridad y los paramilitares iraníes ha causado la muerte de al menos 458 personas en los casi tres meses que dura el levantamiento popular, cuya mecha fue la muerte de Mahsa Amini, detenida en Teherán tres días antes de su fallecimiento por llevar mal colocado el velo. El director de esa ONG iraní en el exilio en Noruega, Mahmood Amiry-Moghaddam, considera la pena de muerte en Irán como “la herramienta más poderosa del régimen para sembrar el miedo”. “Las personas en el poder en Irán son las mismas que participaron en las ejecuciones masivas de presos políticos en la década de 1980. Son capaces de hacerlo de nuevo, y saben que ha funcionado en el pasado. Ahora están vigilando las reacciones a estas ejecuciones. A menos que reciban una respuesta muy dura, podríamos enfrentarnos a ejecuciones diarias de manifestantes”, añade en un intercambio de mensajes por WhatsApp con EL PAÍS.
La jurista Shadi Sadr aboga por una respuesta internacional “más enérgica”. Las condenas “tienen un efecto insignificante”, critica la abogada. “Lo que pondrá fin a las ejecuciones es aumentar el precio y las consecuencias para la República Islámica. Acciones como el cierre de embajadas y el corte de relaciones diplomáticas aumentarán el coste de las ejecuciones y la represión. Otra acción tangible es designar a la Guardia Revolucionaria como organización terrorista. La UE lo estudia ahora, pero el ritmo de ejecuciones es demasiado alto y el proceso de la UE está llevando demasiado tiempo”, concluye.
/////
IRÁN
AHORCA EN PÚBLICO AL SEGUNDO MANIFESTANTE EJECUTADO POR SU PARTICIPACIÓN EN LAS
PROTESTAS.
*****
La UE aprueba
nuevas sanciones contra Teherán tras la muerte en el patíbulo de Majid Reza
Rahnavard, tres semanas después de su arresto y tras ser condenado en un juicio
fulminante y sin garantías.
Por Trinidad
Deiros Bronte y Maria R. Sahuquillo.
El País.
Madrid Bruselas lunes 12 de diciembre del 2022.
Irán ha ejecutado este lunes de madrugada a un segundo detenido en las manifestaciones
que recorren el país desde hace tres meses, confirmó este lunes Mizan News, un medio de la propaganda
oficial iraní vinculado con el poder judicial. Majid Reza Rahnavard, de 23 años, murió ahorcado en una grúa en plena calle en Mashad, a unos 900 kilómetros al este de Teherán, en la que ha sido la primera ejecución en público de un
manifestante detenido en las actuales
protestas. El joven ha muerto en la horca
cuando solo han transcurrido 23 días de
su arresto el 19 de noviembre.
Pocos días después, fue condenado a muerte, acusado
de haber matado a puñaladas a dos
miembros de la milicia paramilitar Basij y bajo el cargo de “enemistad con Dios”. Un primer manifestante Mohsen Shekari, también de 23 años, ya fue ejecutado el 8 de
diciembre —en esa ocasión en la cárcel— por el mismo delito y una acusación similar, aunque
menos grave: haber herido con un arma
blanca a un paramilitar basiyí.
El caso de Majid Reza Rahnavard ha elevado aún más la preocupación internacional por lo que sucede en Irán. La abogada iraní de derechos humanos Shadi Sadr, cofundadora de la ONG Justice for Iran (Justicia para Irán), explica a este diario, en un intercambio de mensajes a través de Twitter, que el joven Rahnavard era “uno de los líderes de las protestas callejeras”. Esta jurista, que logró revocar varias condenas a muerte contra activistas y periodistas antes de exiliarse en Europa en 2009,
afirma
que al hombre “se le negó el acceso a un abogado”. “En su lugar, se le designó uno de oficio.
En el juicio, el letrado se puso del lado de la acusación y confirmó sus
afirmaciones en lugar de defender a su cliente”, añade.
“Está
claro que en el juicio no se respetaron las garantías procesales. Según las leyes islámicas vigentes en Irán,
cualquier acusado tiene derecho a apelar su condena a muerte en un plazo de 20
días después de recibir la sentencia, que luego debería ser revisada por el
Tribunal Supremo. Sin embargo, [Rahnavard] fue ejecutado 18 días después de ser
condenado. Se ha aplicado la pena capital antes de que su familia pudiera
apelar”, afirma Sadr.
Nuevas sanciones de la UE
La
UE ha elevado este lunes más la presión sobre Teherán al aprobar un nuevo
paquete de sanciones por sus vulneraciones de los derechos humanos y la represión violenta de las
movilizaciones iniciadas
tras la muerte de la joven Mahsa Amini. Los ministros de Exteriores de los Veintisiete han aprobado añadir 20 personas más a la lista de sancionados iraníes que verán sus
bienes en los países de la UE congelados
y tendrán prohibido viajar a territorio comunitario. Los sancionados, según la UE, han tenido un papel destacado en la respuesta violenta a las manifestaciones: la mayoría son altos cargos de la Guardia
Revolucionaria, la fuerza paramilitar que supervisa las estrictas leyes del
país. También se han añadido cuatro
entidades a la lista, entre ellas una cadena
de televisión estatal que el régimen de Teherán usa como altavoz.
“La UE tomará todas las
medidas que podamos para apoyar a las mujeres jóvenes y
a los manifestantes pacíficos”, ha recalcado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
A
estas sanciones se suman también nuevas medidas restrictivas por
el apoyo de Irán
a Rusia en su guerra en Ucrania. Teherán suministra armas a Moscú,
entre ellas drones de uso militar, que
el Kremlin utiliza contra la población
civil, según la UE. Además, analistas y fuentes diplomáticas
creen que Irán —que ha negado haber
entregado a Rusia drones tras la
invasión del pasado 24 de febrero— se prepara ahora para suministrar a Moscú también misiles balísticos.
De acuerdo con el colectivo de
activistas iraníes 1500 tasvir, los derechos humanos del
ejecutado se violaron incluso antes
de que se celebrara el juicio. En un
tuit publicado el 25 de noviembre,
los activistas denunciaron que Rahnavard
había recibido “tantos golpes” tras su
detención, que en todas las fotografías posteriores “aparecía
herido”.
El artículo de Mizan News que
relata el ahorcamiento se ilustra
con varias fotografías de la ejecución,
donde se aprecia a un varón fornido
―el joven practicaba lucha libre―
suspendido en el aire por un camión-grúa
en presencia de hombres ataviados
como suelen hacerlo los paramilitares
basiyíes y de mujeres de negro y
cubiertas de la cabeza a los pies.
El ahorcado tiene las manos atadas a la espalda, los pies también ligados y el rostro cubierto por una tela negra.
1500
tasvir ha denunciado que los familiares
del manifestante no fueron avisados previamente
de la ejecución, por lo que no pudieron
despedirse de él. Según esa fuente, los allegados de Rahnavard tampoco han podido asistir al entierro. La familia
recibió una llamada este mismo lunes
en la que, siempre de acuerdo con los activistas,
se les comunicó:
“Hemos ejecutado a su hijo y
enterrado su cuerpo en el cementerio de Behesht-e Zahra” de Mashad.
Al menos otros 10 manifestantes están ya en el corredor de la muerte en cárceles iraníes. Otros muchos de los entre 14.000 y 18.000 detenidos en las protestas —según cálculos de Naciones Unidas y diversas ONG— afrontan una más que probable pena capital, pues también están procesados por “enemistad con Dios”, un delito definido de forma ambigua y sin equivalente en las leyes internacionales. Amnistía Internacional considera esa figura penal “un cheque en blanco” para condenar a muerte en Irán, según explicó recientemente la especialista en Irán de esa organización, Yolanda Vega.
Reacciones internacionales
Las
ejecuciones son un
“intento descarado de
intimidar a la gente, simplemente por expresar sus opiniones, simplemente por
querer vivir en libertad”, ha dicho este lunes la ministra
alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, antes de la reunión de
ministros en Bruselas que han aprobado el
paquete sancionador contra Irán. “Dejamos en claro que apoyamos al pueblo
inocente de Irán”.
“No podemos permitir que se
sigan violando los derechos humanos. No podemos permitir que sigan adelante las
ejecuciones de personas de 23 años, que tienen toda la vida por delante”, ha
recalcado el ministro español, José Manuel
Albares, tras la reunión en Bruselas, en la que habló de una “posición fuerte y
común” de los países de la UE frente a Irán.
De
acuerdo con Iran Human Rights, la actuación de las fuerzas de seguridad y los paramilitares iraníes ha causado la muerte de al
menos 458 personas en los casi tres
meses que dura el levantamiento
popular, cuya mecha fue la muerte de Mahsa Amini, detenida
en Teherán tres días antes de su fallecimiento por llevar mal colocado el
velo.
El
director de esa ONG iraní en el exilio en
Noruega, Mahmood Amiry-Moghaddam, considera la pena de muerte en Irán como
“la herramienta más poderosa
del régimen para sembrar el miedo”. “Las personas en el poder en Irán son las mismas que participaron en las
ejecuciones masivas de presos políticos en la década de 1980. Son capaces de hacerlo de nuevo, y saben que ha funcionado en
el pasado. Ahora están vigilando las reacciones a estas ejecuciones. A menos
que reciban una respuesta muy dura, podríamos enfrentarnos a ejecuciones
diarias de manifestantes”, añade en un intercambio de mensajes por WhatsApp con EL PAÍS.
La jurista Shadi Sadr aboga por una respuesta internacional “más enérgica”. Las condenas “tienen un efecto insignificante”, critica la abogada. “Lo que pondrá fin a las ejecuciones es aumentar el precio y las consecuencias para la República Islámica. Acciones como el cierre de embajadas y el corte de relaciones diplomáticas aumentarán el coste de las ejecuciones y la represión. Otra acción tangible es designar a la Guardia Revolucionaria como organización terrorista. La UE lo estudia ahora, pero el ritmo de ejecuciones es demasiado alto y el proceso de la UE está llevando demasiado tiempo”, concluye.
44 menores muertos y amenazas
de muerte y violación a los hermanos de las víctimas
EFE
Las fuerzas de seguridad iraníes no solo
han matado al menos a 44 menores desde el inicio de las protestas,
denuncia la organización Amnistía Internacional. El
régimen iraní también ha sometido a
las familias de estos menores muertos a
"fuertes presiones" para que guarden
silencio, añade la ONG en un comunicado divulgado este lunes en Berlín.
De estos 44
niños o adolescentes, 34 murieron por fuego real en la cabeza u órganos
vitales, recalca el texto. Tras sus muertes, en al menos 13 casos, los allegados tuvieron que
firmar documentos o hacer declaraciones
grabadas en vídeo, exculpando a las fuerzas de seguridad de su responsabilidad en la muerte de
los menores.
En algunos casos, los familiares han
sido detenidos y se les ha amenazado
con enterrar a sus hijos en lugares desconocidos, de forma que no puedan saber dónde han recibido sepultura estos, o incluso con
detener, herir o violar a los hijos que les quedan, hermanos de las
víctimas.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario