lunes, 11 de octubre de 2010

ELECCIONES REGIONALES Y MUNICIPALES: "Hay un giro a la izquierda".

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-Fortalecer el sistema democrático, recuperar la capacidad del Estado en el manejo de la economía, un cambio del modelo económico para permitir un crecimiento integrado del país y dar empleo digno y mejores pensiones, una reforma fiscal, una política exterior independiente que siga el curso de hoy día de América del Sur, una política que garantice los derechos de las personas, una mejor Educación, una política más radical en la descentralización, un reconocimiento a los pueblos indígenas. Una serie de factores que significan una nueva Constitución que deje de lado esta Constitución neoliberal. En estos temas yo no veo diferencias entre las distintas fuerzas progresistas.
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(1) Alberto Adrianzén cree que Fuerza Social no tiene tiempo de prepararse para las cruciales elecciones de 2011. (2) El triunfo de Susana Villarán abre perspectivas para las fuerzas progresistas. (3) Esta elección regional y municipal deja al Apra en malas condiciones.
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ELECCIONES REGIONALES Y MUNICIPALES: “Hay un giro a la izquierda” .
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La Primera lunes11 de octubre del 2010. Lima.
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Alberto Adrianzén, sociólogo y analista político, considera que el resultado de las elecciones municipales y regionales mueve el escenario político hacia la izquierda para las elecciones presidenciales de 2011 y habla de la unidad de las diversas fuerzas ubicadas en ese sector. Cree que este proceso electoral le ha restado credibilidad a la ONPE y sembrado dudas para las elecciones de 2011. También analiza los efectos de lo que llama la derrota de Lourdes Flores y del APRA.

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-¿Cuál es la lectura de los resultados de las elecciones municipales y regionales de cara a los comicios presidenciales de 2011?

-Hay una paradoja: en medio del crecimiento económico de los últimos años las fuerzas progresistas han logrado ubicarse mejor que en el 2006. Esta paradoja se da, entre otros factores, porque ha habido un crecimiento económico que no es igual para todos. Ha crecido, con matices, un espíritu que cuestiona el tipo de modernización y desarrollo económico. Esta elección marca un fracaso del proceso de descentralización, en la medida que las regiones reclaman una mayor cuota de poder. Hay un crecimiento de un polo progresista, de izquierda… -¿Esto gira el eje de la elección de 2011 hacia la izquierda?

-Sí, ese eje gira un poco más a la izquierda. Toledo dice que ha hecho una alianza con el candidato de Junín, lo cual me parece extraño y hasta divertido. Eso no es cierto. Toledo rápidamente se quiere pegar a la izquierda. Y
Jorge del Castillo ha dicho que hay que buscar un reposicionamiento hacia la centroizquierda, cuando él ha atacado sistemáticamente a la izquierda y ha estado impulsando una línea de derecha dentro del APRA. Ahora todos quieren desplazarse hacia el campo de la izquierda. No solamente por el triunfo de Susana Villarán, sino por lo que está pasando en las regiones. Además de Lima, en Cajamarca, Cusco, Junín, San Martín, Arequipa, Piura, ha ganado la izquierda…

-Pero estos movimientos regionales de izquierda no representan un polo homogéneo y en muchos lugares la izquierda ha ido dividida y se ha enfrentado entre sí.

-Es cierto que no es un polo homogéneo y que hay división entre los movimientos regionales progresistas, pero hay bases programáticas comunes en esos movimientos que han llegado a los gobiernos regionales. El reto es llegar a un acuerdo entre estos movimientos regionales, partidos de izquierda, grupos progresistas, en torno a una unidad programática, porque lo que se va a elegir el 2011 no es tanto un presidente, sino un gobierno, y, por lo tanto, lo que se requiere es una coalición de gobierno antes que una coalición electoral. Para gobernar es fundamental la unidad.

-¿Es posible convertir ese polo progresista heterogéneo en un polo homogéneo en el poco tiempo que falta para las elecciones de 2011?

-El tiempo es un enemigo, pero creo que sí es posible, siempre y cuando se piense en gobernar el país y no solamente en ganar curules. Eso implica renuncias, concesiones y trabajar de una manera realista y transparente por la unidad. Los movimientos regionales deben cumplir el papel de promotores de la unidad. La obligación de las fuerzas progresistas es pensar en cómo unirse y no en cómo cada una construye su propia fuerza. El riesgo que haya más de una candidatura de izquierda es que le quitaría votos a Humala, que es una barrera de contención del
Fujimorismo.

-¿La unidad de la izquierda pasa por la candidatura presidencial de Humala o debe haber un proceso de elecciones internas para elegir al candidato de un frente progresista

-Hasta ahora yo no veo otro candidato que no sea Humala. Con sus virtudes y defectos sigue siendo un candidato importante. Yo no descarto la posibilidad de que haya elecciones internas para elegir al candidato presidencial. Esa es una fórmula que permite un liderazgo mucho más sólido en un polo progresista. Ese es un tema que hay que discutirlo. La unidad tiene que darse en torno a un acuerdo programático para gobernar el país y no en torno a personas…

-¿Cuáles deben ser los puntos centrales de ese acuerdo programático?
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-Fortalecer el sistema democrático, recuperar la capacidad del Estado en el manejo de la economía, un cambio del modelo económico para permitir un crecimiento integrado del país y dar empleo digno y mejores pensiones, una reforma fiscal, una política exterior independiente que siga el curso de hoy día de América del Sur, una política que garantice los derechos de las personas, una mejor Educación, una política más radical en la descentralización, un reconocimiento a los pueblos indígenas. Una serie de factores que significan una nueva Constitución que deje de lado esta Constitución neoliberal. En estos temas yo no veo diferencias entre las distintas fuerzas progresistas.

-¿Pero no resulta complicado unir a la izquierda moderada que ganó en
Lima con la izquierda más radical que ha triunfado en varias regiones del país?

-Sí, es complicado, pero el intento hay que hacerlo. Lograrlo dependerá de cada fuerza política, de vencer prejuicios de uno y otro lado, como el prejuicio de acusar a Humala de chavista, que no tiene fundamento. Esa acusación contra Humala y el Partido Nacionalista tiene que ser dejada de lado porque eso dificulta una negociación para la unidad que se necesita para gobernar el país y es una concesión a la derecha, que exige una especie de carta de sujeción en ese tema. Sin perder el espíritu radical de una identificación con las provincias y con sectores populares, se debe presentar un programa que no implique sobresaltos en los electores y que garantice la permanencia y la profundización de la democracia, y el crecimiento económico.
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-Susana Villarán ha marcado claramente sus diferencias con Humala y rechazó el apoyo que éste le dio en el tramo final de la campaña. ¿No parece casi imposible una coalición que incluya a Susana Villarán y a Humala?

-Esa posición que tuvo Susana Villarán no es una buena señal, pero insisto en que hay que trabajar por la unidad. Creo que en esto Susana Villarán cedió a las presiones de la derecha. Yo no comparto para nada que cuando Jaime Bayly le preguntó por quién votaría en una segunda vuelta entre Keiko
Fujimori y Humala, ella haya respondido que viciaría su voto. Eso es un gran error. De ninguna manera Keiko Fujimori y Ollanta Humala son iguales. A Humala se le acusa de ser autoritario, pero en el plan de gobierno del nacionalismo está la defensa de las conclusiones de la Comisión de la Verdad, asumir las pautas del Consejo Nacional Educativo, del Foro de salud. El PN se opuso a los últimos decretos que daban impunidad a los militares. Hay una serie de temas en los que el PN coincide con Susana Villarán. Lo que hay que hacer es Limar desconfianzas. Yo no veo grandes discrepancias, más allá de los calificativos arbitrarios de chavista o autoritario contra Humala.

-¿El triunfo de Susana Villarán en
Lima abre un espacio para una candidatura de izquierda alternativa a la de Humala?

-Abre el espacio para una izquierda moderada en un tiempo no inmediato. Fuerza Social tiene que enfrentar un reto muy serio, de cómo crece en provincias y se convierte en un partido nacional. Eso toma tiempo. En el corto plazo, este resultado en
Lima abre el espacio para una candidatura de Humala, porque se ha comenzado a vencer el temor, el chantaje de la derecha a todas las fuerzas de izquierda, progresistas y nacionalistas. En Lima se ha votado por Susana Villarán pese a la campaña en su contra que era decirle Patria Roja, senderista. A pesar de ese chantaje de la derecha, la gente, especialmente de los barrios populares, ha optado por Susana Villarán. Ese es un buen síntoma de que los temores que tienen los electores pueden ser superados.

-¿La izquierda puede aspirar a ganar el 2011 o debe pensar en comenzar a construir una alternativa de gobierno mirando el 2016?

-Yo creo que es urgente, imperioso, ganar las elecciones el 2011, que son una especie de punto de quiebre, en el que gana una fuerza progresista o la derecha logra una hegemonía que consolida una correlación de fuerzas por mucho tiempo. A ese esfuerzo para ganar el 2011 deben concurrir todas las fuerzas que se sientan progresistas, más allá de las diferencias que existen entre ellas. Un triunfo del progresismo pondría al país a tono con lo que está pasando en
América del Sur. “Se ha generado una atmósfera de fraude”

-¿Susana Villarán ya debería haber proclamado su victoria, dada la ventaja que tiene con los resultados procesados hasta ahora?

-Creo que sí, porque ella ya ganó. Susana Villarán no puede permitir que Lourdes Flores celebre cuando la que ha ganado es ella. Y ha ganado bien.-¿Hay alguna posibilidad de fraude con las actas observadas que cambie este resultado.

-Ganas tal vez no han faltado, pero creo que un fraude va a ser muy difícil, salvo que se haga una operación en la cual se eliminen las actas que favorecen a Susana Villarán y se validen las actas que favorecen a Lourdes Flores, pero eso sería un escándalo de proporciones
mundiales.

-¿Lo ocurrido en este proceso electoral con el conteo de votos genera dudas de la limpieza de las elecciones presidenciales
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-Sí, por supuesto, genera muchas dudas. Lamentablemente, la ONPE ha perdido credibilidad. La suma de errores en este proceso electoral, la tardanza en dar los resultados, la gran cantidad de actas observadas por cambios en el reglamento, que se pierdan actas, que aparezcan actas, las declaraciones de Alan García desconociendo la validez de los resultados a boca de urna, son hechos que han generado una atmósfera de fraude…

-¿Esto abre la posibilidad de un fraude el 2011?

-Pienso que hacer un fraude, en el sentido de un anforazo, es difícil, porque hay mecanismos de vigilancia, hay observadores internacionales, está Transparencia. Pero el fraude se puede dar en votaciones muy reñidas. Si hay un resultado muy ajustado, tengo preocupación que se dé un fraude que tuerza la voluntad popular. -¿La actitud de Lourdes Flores de insistir en decir que ha ganado a pesar de los resultados que señalan su derrota, alimenta las suspicacias de un posible fraude?

-Esa conducta es un error político. Lo democrático es reconocer que uno ha sido derrotado. Repetir tanto que se ha ganado cuando no se ha ganado, genera inestabilidad, contribuye a que se desconfíe de la ONPE, del Jurado de Elecciones, del proceso electoral. El PPC se equivoca, porque está generando un ambiente de inestabilidad política y está deslegitimando las elecciones. Eso es muy grave para la democracia.

“El
APRA ha sido el gran derrotado”

-¿Cómo queda el
APRA después de estas elecciones en las que solamente ha ganado, por muy poco margen, en La Libertad

El APRA ha sido el gran derrotado en estas elecciones. Esta elección deja al APRA en malas condiciones, con lo cual imagino que Alan García debe estar feliz. Esta elección demuestra que el APRA es Alan García y eso es justamente lo que García quiere demostrarle al APRA.

-¿Y en el caso de Lourdes Flores, su derrota marca el final de su carrera política?

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- Creo que sí.
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-¿Cómo queda el PPC luego de esta derrota de Lourdes Flores?

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-La crisis del PPC, que apostó con su principal lideresa y ha perdido, es muy profunda. Después de esta derrota, el PPC, que solamente ha ganado unas 15 alcaldías distritales en Lima y ha ratificado su identificación con las clases altas, puede terminar como un partido limeño, municipal, muy chico. Eso es un problema para el sistema político, porque se requiere una derecha democrática, pluralista, porque si no existe esa derecha lo que vamos a tener será un cLima enrarecido de guerra sucia, de una política de muy bajo nivel en la que hay ataques y no se discuten ni ideas ni programas…

-¿Pero la guerra sucia que ha desarrollado el PPC en estas elecciones no lo aleja de una derecha democrática y pluralista?

-Sí, es cierto. Yo estoy sorprendido con este comportamiento del PPC, porque ha actuado con malas artes. La guerra sucia que ha implementado contra Susana Villarán ha sido la peor opción que ha tomado y eso desdice de su talante democrático. El PPC está en el dilema de si se convierte plenamente en una derecha democrática y pluralista o si se asimila a la prédica de la derecha intolerante.

Entrevista: Carlos Noriega

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