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“En el plano político Trump fue barrido en las elecciones del
martes 5. El caso más aplaudido ha sido el triunfo del alcalde de
la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani, no
solo porque no disimuló su condición de musulmán, migrante
nacido en Uganda, de origen indio, defensor de la causa
palestina y socialista, sino porque los electores desafiaron el chantaje
de Trump, quien dijo que si Mamdani ganaba suspendería la ayuda federal
a NYC. En el plano internacional, Trump venía de una cumbre bilateral
con Xi Jinping, realizada en Corea del Sur, en
la que este intentó salir de su laberinto arancelario al pedirle al líder
chino que le siga comprando soja –para no deteriorar su base
electoral– y le vendiera tierras raras, para no perjudicar su
industria. China concentra alrededor del 61% de la producción de
tierras raras extraídas y controla hasta el 92% del procesamiento
mundial. Ambos firmaron un precario acuerdo por un año.
En la relación con nuestra región, la postergación de la Cumbre
de las Américas representa una derrota diplomática para Trump, pues
no ha sido capaz de presentar una agenda proactiva en lugar de imperativa.
Lo único que ha hecho durante su gobierno es incrementar su
injerencia, desestabilizar la región y amenazar con su presencia militar en
México, Colombia y, con palabras mayúsculas, a Venezuela.
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Fuentes: El Cohete a la Luna.
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LÁGRIMAS NEGRAS.
El gobierno de Trump acumula derrotas económicas, políticas y
diplomáticas.
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Por Ariela Ruiz Caro | 11/11/2025 | EE.UU.
Fuentes. Revista rebelión martes 11 de noviembre del 2025.
Donald Trump ha tenido una pésima
semana. El martes 5 su partido sufrió una aplastante derrota en las elecciones
estatales y locales en seis estados, lo que revela la pérdida de respaldo
al trumpismo; el
número de días de cierre del gobierno (shutdown) ha superado el
récord histórico por la falta de acuerdo en el Senado para definir el
límite del Presupuesto Federal, lo que está generando serios
problemas con el financiamiento de programas de ayuda alimentaria y
salarios de empleados; la deuda superó los 38 billones de dólares y prevalece
un enorme déficit fiscal financiado con emisión de bonos del Tesoro
que no encuentran compradores; y, el miércoles 6,
la Corte Suprema de Estados Unidos celebró la primera sesión sobre la legalidad
de los aranceles instrumentados por Trump desde enero, considerados por
el Presidente como “una cuestión de vida o muerte”.
En su patio delantero, como recategorizó nuestra región
el expresidente Joe Biden, no le ha ido mejor.
A pesar de que el gobierno estadounidense ha incrementado su injerencia
de manera abierta y descarada, no ha podido llevar a todos los países
a su redil. Hay varios que se le rebelan y, por ello, el lunes 3 ha
debido suspender la Cumbre de las Américas prevista para los primeros
días de diciembre en República Dominicana bajo el lema “Construyendo un hemisferio
seguro, Sostenible y de Prosperidad Compartida”.
La tensión por la presencia militar que ha asesinado a más de 69 personas en 18 bombardeos a pequeñas embarcaciones que supuestamente llevaban drogas a Estados Unidos; la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre, que motivaron las ausencias de Gustavo Petro y Claudia Sheinbaum; las dudas de otros líderes de participar y la confirmación de otros que utilizarían el evento para exigir el retiro de la presencia militar y naval estadounidense fueron los factores determinantes para suspenderla.
Al principio
Durante su primer mandato, Trump no le prestó mucha atención a la
región. La excepción fue Venezuela, donde impuso a un presidente ad
interim, Juan Guaidó, con más de 50 representaciones diplomáticas y
asiento en el BID; creó en 2017 el Grupo de Lima, desde donde
alentaban a las Fuerzas Armadas venezolanas a reconocer a Guaidó
como presidente; se confiscaron las refinerías y estaciones de
servicio en Estados Unidos de la empresa CITGO, filial de PdVSA,
la petrolera estatal de ese país; se confiscaron 31 toneladas de oro
en el Banco de Inglaterra; y se encargó al trío Elliot
Abrahams, Mauricio Claver Carone y Marco Rubio desestabilizar al
gobierno de Maduro, sin éxito. Tampoco prosperó la Operación
Gedeón, un intento fallido de incursión armada en Venezuela en
mayo de 2020, liderada por exmilitares venezolanos y mercenarios
de Estados Unidos y Colombia, con el objetivo de derrocar a Nicolás
Maduro.
Trump no participó en la Cumbre de las Américas que tuvo lugar en Lima, en 2018, convirtiéndose en el único presidente estadounidense ausente en este evento, que reúne cada tres años a los líderes de la región desde 1994, creado por iniciativa del expresidente Clinton en el escenario del fin de la Guerra Fría. Hoy las cosas son distintas y esta región se ha convertido en un escenario de pugna por el poder hegemónico entre China y Estados Unidos. En efecto, 22 de los 33 países de América Latina y el Caribe han firmado su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), a través de la cual China ha invertido desde 2013 en proyectos de infraestructura muy importantes en varios continentes. Por esta razón, Trump se ha mostrado decidido a tomar control de nuestra región.
Después.
Durante su segundo mandato, el
Presidente ha pisado
fuerte el acelerador de la injerencia en América Latina y el Caribe
para desplazar a China a como dé lugar. Tan pronto asumió el
gobierno, en un acto simbólico, le cambio el nombre al
Golfo de México por Golfo de América. En Panamá obligó al gobierno
a retirarse de la BRI y a expulsar a empresas chinas de la
administración del canal. Dos meses después, la firma estadounidense BlackRock compró
los puertos de Balboa y Cristóbal, en ambos extremos del canal, a CK
Hutchison, una empresa de Hong Kong.
Trump interfirió en la justicia
brasileña al gravar
con aranceles de hasta 50% a las exportaciones de ese país a Estados
Unidos por el juicio contra Jair Bolsonaro –finalmente fue
condenado a 27 años de prisión–, al que calificó como una “caza de
brujas que debe terminar inmediatamente”, porque constituye una “vergüenza
internacional”.
Dos semanas después, el expresidente colombiano Álvaro
Uribe (2002-2010) fue hallado culpable, en primera instancia,
de los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, y condenado
a doce años de prisión domiciliaria. Inmediatamente el secretario de
Estado, Marco Rubio, dijo que
“el único delito del
expresidente colombiano Uribe ha sido luchar incansablemente y defender su
patria. La instrumentalización del poder judicial colombiano por parte de
jueces radicales ha sentado un precedente preocupante”.
En cuanto a México, el primer día de
su mandato Trump
declaró a carteles del narcotráfico de ese país como organizaciones
terroristas, lo cual facilita la intervención militar aludiendo a la
seguridad nacional de Estados Unidos. Trump tiene intenciones de
que México autorice el ingreso de tropas del Ejército y de
inteligencia estadounidenses para combatir el narcotráfico. Es
una de las mayores presiones que tiene la presidenta mexicana,
Claudia Sheinbaum. En esa oportunidad no incluyó al Cartel de los
Soles, de Venezuela. Lo hizo recién a fines de agosto,
y el 2 de septiembre desplegó buques de guerra en el Mar
Caribe frente a las costas de Venezuela, que ha dejado el saldo
ya mencionado de 69 fallecidos.
A pesar de las reiteradas denuncias
del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de que dichos
ataques representan crímenes extrajudiciales y que a partir de la
escasa información que proporciona Estados Unidos ninguna
de las víctimas de los barcos atacados representaba una amenaza inminente,
el secretario de Guerra, Pete Hegseth, dice que
“los ataques navales
contra los narcoterroristas continuarán hasta que cesen sus actividades de
envenenamiento del pueblo estadounidense (…) A todos los narcoterroristas que
amenazan nuestra patria: si quieren seguir con vida, dejen de traficar con
drogas. Si siguen traficando con drogas mortales, los mataremos”.
El gobierno ha desplegado en el mar
Caribe, frente a las
costas de Venezuela, una docena de barcos de guerra, un submarino,
más de diez mil soldados que también están estacionados en Puerto
Rico y Trinidad y Tobago y, próximamente, se estacionará el portaaviones USS
Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande del mundo, con
capacidad para transportar 90 aviones. Cuando llegue, el 20%
de los buques de guerra estadounidenses movilizados en el mundo estarán
en aguas latinoamericanas, según un análisis de la revista
especializada Stars and Stripes.
El Presidente Trump ha autorizado a la CIA a desarrollar
misiones encubiertas en Venezuela y ha dicho que entrarán en una nueva
fase que incluiría acciones terrestres. Según una encuesta de You.Gob,
la mitad de los estadounidenses se opone a los ataques militares
estadounidenses contra objetivos terrestres en Venezuela. Sólo una
quinta parte los apoya.
Trump ha dicho que Maduro tiene los días contados al
frente de Venezuela, pero se contradice cuando al mismo tiempo
admite que duda y que no cree que vaya a haber una guerra entre ambos países.
Lamentablemente, el jueves 6 el Senado rechazó (51 a 49 votos)
una propuesta bipartidista para bloquear cualquier acción
militar estadounidense contra Venezuela que no haya sido
aprobada por el Congreso.
Trump aún debe tomar una decisión sobre cómo proceder en Venezuela.
Las declaraciones de apoyo a Venezuela por parte de los Presidentes
de Rusia y China deben pesar en su decisión. Durante el
Foro Empresarial Estadounidense, en Miami, en el que también participó
el Presidente Milei, la líder de la oposición y premio Nobel
de la Paz 2025, María Corina Machado, apoyó incondicionalmente los bombardeos
a las lanchas y dijo que Maduro es
“el cabecilla de
esta estructura narcoterrorista que ha declarado la guerra contra el pueblo
venezolano y contra las naciones democráticas en la región, donde las redes
criminales sustentan al régimen chavista con el tráfico de drogas, oro, armas y
personas”. “Maduro empezó esta guerra, y el Presidente Trump va a terminarla”,
señaló por videoconferencia.
En reiteradas oportunidades, el Presidente colombiano, Gustavo
Petro, ha dicho que “Colombia no prestará su territorio
para ninguna invasión de un país vecino ni ninguno de sus hombres”. El
19 de octubre, Petro dijo que funcionarios del gobierno de los
Estados Unidos habían,
“cometido un asesinato
y violado nuestra soberanía en aguas territoriales. El pescador Alejandro
Carranza no tenía vínculos con el narco y su actividad diaria era pescar. La
lancha colombiana estaba a la deriva y con la señal de avería”. Exigió una rendición de cuentas
sobre este caso. La violenta respuesta de Trump no se hizo esperar: dijo que
“la producción masiva de drogas se ha convertido, con diferencia, en el
mayor negocio de Colombia, y Petro no hace nada para detenerlo”. Incluso
amenazó con una intervención si Petro no “cierra de inmediato los campos de
exterminio” que representan las zonas de producción de droga en su país.
De lo contrario, Estados Unidos “los cerrará por él, y no será bonito”,
amenazó. Seguidamente lo acusó de ser líder del narcotráfico
y anunció la suspensión de toda ayuda financiera y tecnológica.
La injerencia más reciente de Estados
Unidos ha tenido
lugar en la Argentina, donde el gobierno intervino en el mercado
cambiario a través de tres bancos privados para sostener el tipo
de cambio y anunció un préstamo de 20.000 millones de dólares.
Antes, Trump dijo que los argentinos estaban muertos, pero que
solo apoyarían a la Argentina si votaban a Milei en las elecciones
legislativas del 26 de octubre.
Todo tiempo pasado fue mejor.
A diferencia de las incursiones
militares en Irak, Libia, Siria, Granada, Panamá, entre otros, la amenazante
presencia militar de Estados Unidos en el Mar Caribe se realiza
en circunstancias en que el país del Norte se encuentra con la
musculatura algo reblandecida.
Según el FMI, como consecuencia de los
aranceles instrumentados por Estados Unidos a partir de abril,
las previsiones de crecimiento están muy lejos de volver a los niveles
de 2024. El consumo ha registrado una caída significativa,
la inflación está un punto porcentual por encima de la meta, el
desempleo se ha incrementado y el país se encuentra en una crisis de
endeudamiento en espiral acompañada de un déficit fiscal crónico.
Por otro lado, el cierre del gobierno ha tenido impacto en algunos programas
de alimentación, en especial el Programa de Asistencia Nutricional
Suplementaria (SNAP), que cubre a casi 42 millones de personas.
Estos han quedado desfinanciados desde el sábado 1°.
En el plano político Trump fue barrido en las elecciones del
martes 5. El caso más aplaudido ha sido el triunfo del alcalde de
la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani, no solo porque no disimuló
su condición de musulmán, migrante nacido en Uganda, de origen
indio, defensor de la causa palestina y socialista, sino
porque los electores desafiaron el chantaje de Trump, quien dijo que si Mamdani
ganaba suspendería la ayuda federal a NYC.
En el plano internacional, Trump venía de una cumbre bilateral con
Xi Jinping, realizada en Corea del Sur, en la que este intentó salir
de su laberinto arancelario al pedirle al líder chino que le siga
comprando soja –para no deteriorar su base electoral– y
le vendiera tierras raras, para no perjudicar su industria. China
concentra alrededor del 61% de la producción de tierras raras extraídas
y controla hasta el 92% del procesamiento mundial. Ambos firmaron un
precario acuerdo por un año. En la relación con nuestra región,
la postergación de la Cumbre de las Américas representa una derrota
diplomática para Trump, pues no ha sido capaz de presentar una agenda
proactiva en lugar de imperativa. Lo único que ha hecho durante
su gobierno es incrementar su injerencia, desestabilizar la región y
amenazar con su presencia militar en México, Colombia y, con palabras
mayúsculas, a Venezuela.
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