Políticamente si
es posible, no sólo resistir la tempestad
anti-política actual, sino profundizar el proceso en
su contenido político, sí recuperamos la CONFIANZA de la ciudadanía en
el proceso político, ampliar su escenario hacia otros sectores de la población,
de la Ciudadanía, que sí son parte importante del proceso, pero por razones de
la crisis política fueron marginados, apartados, excluidos y finalmente encontrar,
forjar el camino que nos lleven hacia un proceso de consolidación política
democrática. Pero para hacer realidad esta alternativa social y propuesta
política, nuestra mirada sociológica está centrada en el amplio y múltiple ámbito
de La Sociología de las Ausencias (ingresemos a la estructura del
sistema) – la democracia nos brinda, nos proporciona un mundo de riqueza
política, hasta ahora no usado, para
hacer realidad el sueño de la Patria Grande en Nuestra América -. Respeto
mucho la posición política de quienes auguran “el fin del ciclo político
revolucionario en América latina” pero no lo comparto. Para que el proceso
político anti-neoliberal continúe, se amplíe, cumpla con sus grandes
objetivos sociales y políticos – la solución de los grandes problemas,
reivindicaciones y derechos de los pueblos explotados, marginados, excluidos,- deben
curarse políticamente dos grandes heridas abiertas en
el proceso político continental. Ambos procesos por su carácter
estructural, tienen un conjunto muy amplio de problemas que si son
solucionables en el proceso, si trabajamos con la Política en la mano.
PRIMERO.- En definitiva es necesario, urgente
entrar al oscuro mundo de la corrupción –
la izquierda, los progresistas, los demócratas,
por nacimiento, por ideología, por política, no somos ni seremos
corruptos – la corrupción es parte importante, es componente central, principal
de la “política” neoliberal, la corrupción está metida en la médula del sistema,
es parte importante de su propia estructura, porque el propio sistema
capitalista es nocivo, salvaje, corrupto. La Política Pública de Estado,
debe ser un compromiso político democrático, que tiene como columna vertebral
del proceso la participación ciudadana, el Diálogo democrático, alturado,
respetuoso, horizontal, es el pueblo movilizado, organizado, es el gran
protagonista de la lucha frontal contra la corrupción – todos sabemos que es
muy difícil, hasta imposible, que la corrupción entre por el lado del pueblo -.
Hay que limpiar desde las raíces el proceso político – las prácticas visibles e
invisibles de corrupción son muy difíciles de combatirlas, pero no imposibles. La
Ciudadanía, organizada, movilizada, ampliando contextos, enriqueciendo con
el Diálogo democrático el proceso político nacional, nos proporciona los
mecanismos necesarios, las herramientas sociales y políticas para derrotar a la
corrupción – hoy el caballito de batalla de la derecha en Latinoamérica, pero
que los dirigentes, los partidos, la propia clase política en el gobierno, no ha
tenido, ni tendrá la valor moral, la crítica revolucionaria para atacar
frontalmente cualquier acto de corrupción, porque a
muchos de ellos también los ensució y los destruyó; todo contagió al
Partido, infectó el proceso y “regalamos” un escenario en crisis a la derecha,
que hoy piensa y cree tener la razón y los argumentos para traerse abajo todo
del proceso político.
SEGUNDO.- Es muy
importante, como la Sociología de las Ausencias, nos conduce en su visión
crítica en democracia, que el proceso político
de la izquierda progresista, tiene otra gran herida que es urgente, curarla,
superarla, es la crisis estructural – histórica, sistémica, – de la
Política: crisis Política, crisis de los partidos políticos, crisis de la
llamada “clase política”, crisis de representación y estructura de la
representación; ausencia de credibilidad en la política, falta permanente de la
práctica política de la “Rendición de Cuentas” en democracia, perdida absoluta
de la Confianza social e institucional, ausencia y perdida de legitimidad
institucional desde la Opinión
Pública. La crisis de la política, como crisis estructural – no es solo
un mal destructivo en la izquierda – es una crisis que toca todos los ámbitos y
procesos de la Política. En realidad es un
proceso ideológico y político que se ha profundizado con la propia
crisis de la Modernidad, la crisis de las Instituciones post-Segunda Guerra
Mundial, - olvidemos que las instituciones, que las ideologías, las políticas,
aún mantienen una fuerte carga de influencia de los tiempos de la Guerra
Fría de un Mundo Bipolar, y años después unos procesos consolidados en un
mundo Unipolar y otros que ingresaron en crisis y las propias alternativas
de solución aún están en proceso de construcción social y política.
Dr. Salvador Allende, Socialista, Presidente de Chile, gobierno de la Unidad Popular, abrió un nuevo camino de esperanza en la lucha de los pueblos de Nuestra América. Entregó su vida ante la traición, ante la intervención de la CIA en el proceso político. Con su vida defendió la Revolución en Democracia. Se abriran las amplias avenidas del siglo XXI, por donde caminaran las grandes poblaciones de Nuestra América, para forjar y construir el Socialismo en la Patria Grande.
***
TERCERO.- En el
desarrollo del proceso político, entre todos los grandes logros y conquistas
sociales que hoy son reconocidos – como la lucha contra la
pobreza, el reconocimiento y ampliación de los derechos sociales, la vigencia de los Derechos Humanos, el fortalecimiento de
la Ciudadanía Política y la propia práctica de la Democracia, y siempre
ampliando y recreando sus contextos – sin embargo, las movilizaciones, luchas y
protestas sociales en Nuestra América en los dos últimos años, nos
presentan un escenario distinto, diferente al que deberíamos estar construyendo
social y políticamente: Porque los millones de ciudadanos que salieron de la
pobreza? Los millones de jóvenes que alcanzaron producto de este proceso
nuevos niveles de vida?. Porque la naciente y desarrollada “clase media” –
producto del proceso de estabilidad y crecimiento económico y las grandes
inversiones del Estado, hoy donde están políticamente? Y en definitiva,
porque las poblaciones de los pueblos originarios hoy están enfrentados a los
gobiernos – Chile, Ecuador, Argentina, Brasil,
etc. – que pasó, porque hoy unos están “solos” en su lucha por sus
derechos – aunque con el apoyo del pueblo – y otros en forma amplia y radical
ocupando las calles y plazas públicas, junto a la derecha.
CUARTO.- Este
trabajo social y político era y es responsabilidad social y política de los
partidos políticos – pero encargarle semejante responsabilidad a un
enfermo de cáncer y actualmente en sala de cuidados intensivos, fue un gran
error político. La clase política, sus partidos – hay unas cuantas excepciones
– y las representaciones parlamentarias, se “durmieron en sus laureles”,
pensaron que ya son gobierno y “ganaron todo”, pero al final se dieron cuenta
que no ganaron nada, al contrario estaban creando “un nuevo monstruo” social
que les pediría cuentas políticas muy rápidamente. Miremos con serenidad el
carácter violento de las movilizaciones, las protestas primero sociales de
la juventud y la clase media, en el
2014 - antes del mundial y los derechos que exigían al Estado - y en el 2015
las movilizaciones políticas de la derecha en
Brasil, pidiendo la “cabeza” política
de la Presidenta y los dirigentes del Partido de los Trabajadores - las
movilizaciones hoy en Ecuador, - hoy los pueblos originarios en las calles contra
un Presidente que “perdió” su gran
objetivo político de la llamada “revolución ciudadana” en Venezuela – la violencia de la derecha en las
calles contra el proceso político bolivariano. En Chile,
Maestros, estudiantes universitarios y secundarios, por años están
comprometidos en una lucha por la gratuidad de la Educación. En Uruguay en el último mes, la huelga de los Maestros, los “diez
días que conmovieron y cuestionaron el sistema
democrático uruguayo” una de las democracias más avanzadas y de mayor confianza
política. En Argentina
– está presente la lucha de los pueblos originarios en defensa de sus tierras; Bolivia, qué dicen, los movimientos sociales, hoy es la fortaleza
social del proceso político del Socialismo Andino del Estado Plurinacional. Este
proceso de “oposición” social y política es parte del proceso político de la
izquierda democrática, se cometieron errores, hay que repararlos con urgencia,
ampliando, revisando los escenarios presentes y futuros del de la Sociedad Civil, Real, emergente, popular, democrática – como
escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases. La calle, la
plaza pública, es nuestro escenario, nuestro hogar, tenemos la obligación
de abrir los inmensos jardines de la democracia directa, participativa,
ciudadana y sustentable, que nos brinda la gran responsabilidad de recuperar la
Confianza del Pueblo, para estar presente nuevamente con nuestros Amigos y
Ciudadanos de la “nueva” clase media, con los jóvenes universitarios, con las
poblaciones de los pueblos originarios, como hoy estamos con los Movimientos
Sociales, que es y serán la columna vertebral del proceso, político
democrático, de izquierda y revolucionario, porque
un proceso, una revolución no es calco o
copia, es creación heroica de los pueblos. Otro Mundo Socialista, si mes
posible.
/////
Pablo Raúl Fernández Llerena, Sociólogo, Politólogo. Master en Comunicación, Doctor en Sociología. Docente cesante - a mi solicitud - de la Universidad Nacional San Agustín. Ciudadano Mariateguista - pertenencia a una cultura, a una identidad cultural colectiva, de un pueblo, una Comunidad, una Nación; pertenencia por más de 5 décadas a una comunidad política, Socialista, Democrática, Participativa, Ciudadana y en pleno ejercicio de mis derechos Constitucionales. Ciudadano Peruano de Nuestra América, la Patria Grande. Ciudadano del Mundo. Por una Nueva Democracia Cívica y Republicana, por la forja y construcción de un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo. Plenamente identificado, con los procesos políticos de Izquierda Democrática en Nuestra América.
***
LOS PROCESOS POLÍTICOS DE IZQUIERDA Y PROGRESISTAS EN NUESTRA
AMERICA, SI ES POSIBLE.
Resistencia y triunfo curando de inmediato grandes heridas
políticas.
*****
Dr.
Pablo Raúl Fernández Llerena*.
Sociólogo.
Politólogo.
“Para todos los
que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”.
“Hay
hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son
mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes
luchan toda su vida, esos son imprescindibles”. B.B.
La ofensiva del capital
corporativo global es contundente, con nuevos procesos de acumulación,
las burguesías enriquecidas y las elites político-financieras, con el
decenio del crecimiento macro-económico están a la ofensiva, sobre todo en
coyunturas como la actual donde este modelo ingresa a una etapa de parálisis
interno, producto, que el principal comprador de las materias primas, China,
ingresó en una fase muy crítica – devaluación del yuan, caída espectacular de
la bolsa e inestabilidad financiera global – sumado a ello su “reorientación”
interna de sus problemas estructurales – básicamente culturales – con las
minorías nacionales – medio-ambiental – miles de conflictos sociales sobre
contaminación y exigencias reivindicativas del campesinado – aún el
sector mayoritario de su población. El modelo extractivo tradicional exportador
de materias primas “hace agua” en todo el continente, situación que genera
graves problemas en la ciudadanía – población económicamente ocupada – con el
aumento de la desocupación y los problemas propios e internos que origina en
las tierras de las comunidades históricas y pueblos originarios – la
intervención prepotente abusiva, vertical de las corporaciones – la gran
inversión irresponsable - la devastación de miles de hectáreas – deforestación
de parques amazónicos – así como la compra, alquiler o hipoteca de millones de
hectáreas para la producción del etanol – producción de sorgo, maíz amarillo,
caña de azúcar, soja, etc. -.
Pero es necesario e
importante también manifestar que los gobiernos e izquierda progresistas,
democráticos, en Nuestra América vienen atravesando serios problemas
estructurales internos: corrupción generalizada, crisis Política (partidos
Políticos, “clase política, representación, pérdida absoluta de confianza,
crisis económica producto del agotamiento del modelo extractivo tradicional
exportador de materias primas, fuerte y peligrosa inseguridad ciudadana, etc. –
Por ejemplo la corrupción está devorando de distintas formas y prácticas las
instituciones, ha secuestrado a “distinguidos dirigentes” de los partidos en el
gobierno; situación real que se concatena en forma destructiva con la
crisis política de los partidos (atrapados por la corrupción) y la propia clase
política (devota de la corrupción personal); en el mismo escenario
local-nacional, en segundo lugar, no se ha tenido la suficiente visión
política y responsabilidad institucional, con respecto a los millones de
ciudadanos(as) que salieron de la pobreza extrema, y la presente “clase media”,
sectores sociales “nuevos” y “diferentes” en escenarios que deberían ofrecerles
otras condiciones con respecto a sus derechos sociales: educación de calidad,
mejores condiciones de atención y servicios de salud, mejorar el transporte,
nuevos espacios de cultura, deporte y mejor protección del medio ambiente. No
sé trabajo en este nuevo contexto social – cada vez – más ascendente y
heterogéneo; trabajo político que debieron asumir los partidos políticos – pero
en realidad en la coyuntura nacional, continental global que viven, en
condiciones de emergencia, en cuidados intensivos en una sala de sobrevivencia,
muchos de ellos enfermos de cáncer y sin solución -. La vía de los partidos
fracasó, y de dejó un amplio y gigante escenario de los nuevos sectores
sociales a la oposición, que sí tiene recursos y los utiliza mientras le sean
útiles, la manipulación más cobarde y monstruosa contra los gobiernos
izquierdistas y democráticos.
Hoy estos amplios sectores
sociales – de millones en América Latina – son manipulados y movilizados
frontalmente contra el gobierno. Y lo más terrible, es que el gobierno, sus
partidos políticos y su propia “clase política” perdió totalmente la Confianza
de la Ciudadanía, (perder la confianza del pueblo, es destruir la organización,
la propuesta, la participación, la comunicación y “trabajar” en un negro
escenario de desconfianza generalizada); la corrupción con prácticas visibles e
invisibles es el veneno destructivo no solo de la política – como estructura –
sino de la estructura de la sociedad en general. En esa perspectiva los
Gobiernos de izquierda democrática – donde hay pocas excepciones sobre la
corrupción – y en general en todo el ciclo político anti-neoliberal, su
gran tarea política y responsabilidad social es trabajar desde la
sociedad civil – el Poder Local Popular – muy fuerte y poderoso hoy – esta es
la “residencia” permanente de los Movimientos Sociales -, profundizar la
movilización social, reorientar la participación ciudadana – forjando la unidad
y cohesión desde las propias raíces sociales, donde los “nuevos” líderes
comunitarios asumen el protagonismo social y popular – por ahí no entra la
corrupción – como portadores de las necesidades y derechos de los pueblos.
Plataforma de lucha Popular que debe ser concatenada – oxigenación política muy
necesaria en coyunturas de asfixia – confrontación radical– con la
anti-política - en forma diaria y permanente con la Agenda Nacional el Gobierno
– (cuidado con la asfixia y ahogamiento del gobierno, ante un ataque frontal de
los poderes facticos globales y las mafias locales anti-sistema) con la
finalidad de mantener la frescura y actualización del trabajo político de la
izquierda democrática en el gobierno.
En cambio la derecha
político-financiera – elite financiera única favorecida por el modelo del
crecimiento macro-económico, representa el 1% de la población, pero en cambio
acumula más de 65% de la riqueza - y el conjunto de sus aliados de coyuntura –
unidos ahora hasta con los enemigos de sus enemigos de clase – en principio no
tienen problemas de “unidad”, porque ellos se unen por dinero, por finanzas,
por los intereses mafiosos que les imponen los poderes facticos mundiales
o desde las corporaciones transnacionales y los propios intereses de los
nuevos procesos acumulativos mundiales del capital corporativo global. Estos
sectores conservadores anti-nacionales en su desesperación por recuperar el
Poder – que se les va de las manos – no importa el método que utilicen, no
importa con quien se unan, lo que importa es recuperar el Poder – en momentos
alucinantes de su oposición llegan al extremo de proponer formas “golpistas
militaristas”; para ello se sienten fuertes, “nuevos”, poderosos, porque nos
han arrebatado algo que nos pertenece al pueblo, a la izquierda – las
calles, la plaza pública, nuestro hogar histórico, allí nacimos, crecimos y
allí debemos seguir viviendo -, como nos arrebataron , como nos expropiaron -
nuestra apatía y supuesta confianza nos llevó a olvidar nuestro “hogar político”
– y ahora una de las grandes responsabilidades sociales y compromisos políticos
con el futuro de Nuestra América, es implementar una lucha implacable contra la
corrupción – caiga quien caiga, hay que limpiar la política desde sus raíces -,
ampliar los ámbitos y contextos de la participación ciudadana, con la finalidad
que el pueblo organizado y movilizado, la participación ciudadana, sea el gran
poder de decisión de las políticas públicas ( también significa la lucha contra
la cultura del secreto) es decir, estamos construyendo socialmente un nuevo
escenario local-nacional favorable al proceso democrático progresista.
Que la derecha proteste,
se “organice”, se movilice, tiene todo el derecho – en democracia, aunque
electoral, mediática y novelesca - - pero que lo haga en sus propios y lujosos
locales políticos, con lujosas alfombras y cortinas, ese es su verdadero local
donde ellos nacieron. La derecha por lo general NO tiene Programa Político,
simplemente se moviliza y actúa en base a consignas, a frases aisladas – y con
sentido de poder y tempestad momentánea -, al final ese es el escenario donde
trabaja y desde donde debe recuperar el poder que se les va de las manos y para
ello cuentan con aliados – vario pintos – de varios colores y sabores. En
cambio para frenar en democracia este proceso de radicalización y
enfrentamiento entre la política enferma y en “cuidados intensivos” con al
anti-política, es deber y responsabilidad de los movimientos políticos de cara
y unidad con los movimientos sociales – el pilar y columna vertebral del nuevo
proceso político progresista y democrático – fortalecer las bases centrales de
la unidad social y la cohesión política, renovar en forma permanente – revisar
el Programa de Gobierno, actualizado con los grandes cambios que vamos
promoviendo, en correspondencia a los cambios en el escenario global.
Para muchos gobiernos
nacionalistas de izquierda progresista es urgente – tarea y responsabilidad
política – recomponer la “unidad” con las comunidades históricas y los
pueblos originarios – nuestras reivindicaciones y derechos son los mismos
o parecidos – que sus derechos históricos, en la presente coyuntura de grandes
definiciones políticas no podemos darnos el lujo de ver a nuestros
hermanos en la “orilla contraria – por la otra acera política reaccionaria,
juntos debemos caminar por la misma acera del lado izquierdo, camino al
Socialismo, la gran avenida política del siglo XXI. Hoy los utilizan,
manipulan, los tratan con “alegría y respeto” mientras consigan su gran objetivo
político el Poder. Posteriormente, la situación cambia en segundos, porque si
continúa reclamando sus derechos en las calles – derechos que son absolutamente
opuestos a los de la gran burguesía golpista – entonces como lógica respuesta
del poder, viene la represión y la criminalización con todo el peso político y
el odio de clase desde el Poder. Finalmente nuestra mirada se centra en lo
medular del proceso político anti-neoliberal, que cada proceso político hoy en
América, es único, propio, autónomo, democrático, independiente y concatenado a
un Gran Proyecto Nacional – pero todos tienen el mismo gran objetivo
político de clase, romper definitivamente las ataduras neocoloniales del
poder neoliberal – porque la revolución no es copia y menos calco, es creación
heroica de los pueblos – si es posible, en el proceso de reconstrucción de
Nuestra América la Patria Grande. Otro mundo
Socialista, Democrático y de profundo respeto a nuestra Madre Tierra, Si es
posible.
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*Pablo Raúl Fernández
Llerena- Académico. Maestro Universitario. Trabaja en temas de
Globalización; Gobernabilidad y Gobernanza; Movimientos Sociales. Es Bachiller
en Sociología y Ciencias de la Educación. Sociólogo Profesional. (Politólogo).
Master en Comunicación. Doctorado en Educación y Doctor en Sociología. Actual
Decano del Colegio de Sociólogos del Perú. Consejo Regional Arequipa.
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