“LOS PARAÍSOS FISCALES EXACERBAN LA INJUSTICIA”.
Reportaje al experto francés GABRIEL ZUCMAN.- Martín
Granovsky
Recién
cumplirá 30 años en octubre. Discípulo
de Thomas Piketty, el parisino Gabriel Zucman escribió el libro La riqueza escondida de las naciones. Cómo
funcionan los paraísos fiscales y qué hacer con ellos, que en la Argentina
editó Siglo XXI. El economista francés calcula en el texto que el 8 por ciento
del patrimonio de los particulares (depósitos, carteras de acciones y
obligaciones, partes de fondos de inversión y contratos de seguros) está en los
paraísos fiscales. Hoy da clases en Berkeley, California.
–¿Es
útil el escándalo de los Panama Papers?
–Claro,
cualquier escándalo con datos concretos es útil para debatir con mayor fuerza
la cuestión de los paraísos. Las discusiones son esenciales para que la gente
se dé cuenta de que estamos frente a un gran problema.
–El
libro menciona que para Europa el gran problema son los paraísos de Suiza,
Luxemburgo y Singapur.
–Allí
evaden los ricos y los ultrarricos.
–¿Quiénes
son?
–Los
que tienen como mínimo 30 millones de dólares. El 0,01 por ciento de los dueños
de la riqueza.
–¿Cuánta
riqueza tienen?
–El
15 por ciento de la riqueza. ¿Desproporcionado, no?
–Además
de ser un problema para las agencias nacionales de impuestos, ¿influyen en el
nivel de injusticia?
–Mucho.
Por lo pronto altera la economía. Cada año el fraude fiscal de los ultrarricos
le cuesta a Europa 130 millones de euros. Eso por la simple existencia del
secreto bancario en los paraísos. En 2013 la deuda representaba en Francia el
94 por ciento del Producto Bruto Interno. Si uno descontara el fraude, la deuda
hubiera sido el 70 por ciento del PBI. Por eso en términos específicos la
evasión de los ultrarricos tiene dos efectos inmediatos. Uno, la pérdida de riqueza en la nación de origen. El segundo, no menos importante, es que
como esa riqueza se pierde por evasión el Estado busca mecanismos para
compensar la pérdida. Entonces aumenta
más los impuestos a la clase media y al consumo directo. De esa manera
empeora la situación cotidiana de los trabajadores y de las distintas franjas
medias de la población. Se hacen más vulnerables y a la vez deben pagar más
impuestos. Los paraísos fiscales no solo son fuente de injusticias. Los
paraísos exacerban la injusticia.
El señor Maurice
En
su investigación, Zucman incluye un
recuadro. Se llama “El fraude fiscal
explicado a quienes no lo practican”. Toma un ejemplo imaginario, “el de un tal señor Maurice”. Para
enviar diez millones de euros a Suiza, el empresario Maurice no lo hace de una
vez sino en tres etapas. Primero crea una sociedad en Delaware, donde los
controles son limitados. Después abre una cuenta en Ginebra a nombre de esa
sociedad de Delaware. Los suizos son celosos del secreto bancario que
establecieron en 1935. Luego su empresa compra servicios ficticios (asesorías)
a la sociedad de Delaware y los paga depositando dinero en la cuenta suiza. El
señor Maurice por un lado paga menos en concepto de ganancias (porque tuvo
gastos de asesoría) y por otro lado genera nuevos ingresos con el dinero
invertido en Suiza. Por el secreto suizo esos ingresos quedan fuera del alcance
del fisco. Si quisiera usar una parte de esos nuevos ingresos, podría pedir un
préstamo a una filial local del banco suizo y comprar una mansión o una obra de
arte.
El
libro es útil para conocer más aún los complejos sistemas de triangulación para
eludir, evadir y reutilizar los ingresos obtenidos de las ganancias
originarias. Una forma habitual es, para los ultrarricos europeos, abrir una sociedad en las Islas Vírgenes británicas, que les
garantizan el anonimato, y una cuenta en Suiza.
Las inversiones en acciones, obligaciones y fondos se realizan con preferencia
en Luxemburgo, gracias a la ausencia
de barreras de este país. Zucman llama al circuito Islas Vírgenes-Suiza-Luxemburgo “el
trío infernal”. Antes que Panamá la banca para ultrarricos funciona
en Singapur, Hong Kong, Bahamas, Islas
Caimán, Luxemburgo y Jersey, pero “gran parte de los recursos son
gestionados por bancos suizas, en ocasiones desde Zurich o Ginebra”.
–Siempre
hay presente un operador bancario. Los Panama Papers revelan que el HSBC gestionó
2300 cuentas a propietarios de las sociedades offshore.
–La globalización facilitó ese
tipo de prácticas. Por un lado es más difícil
recaudar impuestos porque algunos países facilitan la evasión: son muy
generosos en sus reglas, para decirlo finamente, y no supervisan sus
instituciones financieras. Incluso muchas veces esta falta de supervisión
termina ayudando a las conspiraciones criminales. Por otro lado los mismos
bancos crean compañías cáscara, shell companies, para sus clientes.
–El
libro propone tres soluciones: registro financiero mundial, intercambio
automático de información e impuesto global a los capitales.
–Sí,
porque hay un hecho evidente: quienes depositan riquezas por ejemplo en Panamá no las dejan quietas. Las
invierten en fondos con acciones de compañías en Europa y en los Estados Unidos. Un registro ayudará a cruzar datos
y entonces aparecerán los que tengan dinero afuera. También los argentinos. En estos
momentos Europa y EE.UU. están discutiendo un régimen de libre comercio entre
ellos. ¿Se puede liberalizar el comercio sin hablar de impuestos? El secreto
bancario es un subsidio encubierto a favor de las offshore.
–Pero
el problema de Francia no es Luxemburgo sino su propia elite de ultrarricos y
la globalización financiera sin límites.
–Obviamente
los obstáculos son la forma en que circulan las divisas y el poder de un grupo
reducidísimo de individuos. Para ellos la ganancia es enorme.
–Pueden
perder y no hacer nada ni contra el núcleo del sistema financiero ni contra los
ultrarricos.
–Es
verdad. Pero hay un conflicto de intereses real entre los muy ricos y los
Estados donde viven. Antes de la última crisis no existía ni siquiera
intercambio de información. Hoy inclusive la Organización para el Comercio y el
Desarrollo está trabajando en un sistema. Es imperfecto e incompleto pero se
trata de un progreso.
–¿Y
hay alguna experiencia de impuesto global?
–Nada menos que los Estados Unidos. El país es muy federal pero los
impuestos trascienden el límite entre los Estados. Página /12 domingo 17 de abril del 2016.
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Grindetti es uno de los hombres de confianza de Mauricio Macri, a quien
Santoro también pedirá que investiguen.
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TRAS LOS PASOS
DEL TANGO EN SUIZA Y PANAMÁ.
La posible
vinculación entre la emisión de un Bono Porteño y la Offshore que manejó Néstor
Grindetti.
*****
En 2010 el entonces ministro
de Hacienda porteño comandó la polémica colocación de los bonos Tango Serie 8.
Los Panama Papers revelaron que poco después empezó a manejar una sociedad
fantasma y una cuenta en un banco suizo. Leandro Santoro pedirá mañana a la
Procelac que investigue si hay relación entre ambos hechos.
Santiago Rodríguez.
Página /12 domingo 17 de abril del
2016.
La
pregunta quedó planteada cuando se hizo la operación: por qué, siendo jefe de
Gobierno, Mauricio Macri apresuró en 2010 la emisión de los bonos Tango Serie 8
para financiar obras que entonces la ciudad no estaba lista para poner en
marcha y por qué pagó por ello al Credit Suisse y a KBR Corporate Finance
comisiones ocho veces más caras que las que pedían otros agentes financieros.
La respuesta podría llegar ahora de la mano de los Panama Papers. De allí
surgió que fue entonces que Héctor Grindetti, en ese momento ministro de
Hacienda porteño y hombre de confianza del actual Presidente, quedó a cargo del
manejo de Mercier Internacional SA, una empresa de dueños desconocidos radicada
en Panamá, y también de una cuenta en un banco suizo vinculado con esa
colocación de deuda. El dato reavivó las sospechas de que detrás de aquel
endeudamiento por 475 millones de dólares hubo una maniobra de lavado de dinero
que luego fue destinado a financiar la actividad política del PRO, como señala
el ex candidato a vicejefe de Gobierno porteño por el Frente para la Victoria
Leandro Santoro en una denuncia que mañana presentará ante la Procuraduría de
Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) para que Macri y
Grindetti sean investigados.
Según
los documentos del estudio de abogados panameño Mossack Fonseca, especializado
en operar en paraísos fiscales, Grindetti tuvo un poder para manejar la firma
Mercier Internacional SA entre 2010 y 2013. En ese lapso el ahora intendente de
Lanús también figura como apoderado de la empresa para el manejo de una cuenta
en el banco Clariden Leu AG, con sede en la ciudad suiza de Zurich.
La
vinculación de Grindetti con una offshore quedó en parte eclipsada por la
revelación sobre la participación del propio Macri en dos empresas radicadas en
paraísos fiscales: Fleg Trading, la firma creada en Bahamas en 1998 en la que
el Presidente fue director, y Kagemusha, constituida en Panamá en 1981, y que
según el Registro Público de ese país tiene a Macri como vicepresidente.
La deuda.
Grindetti
no dio hasta ahora explicaciones sobre su relación con Mercier Internacional SA
y la cuenta en Suiza, pero su aparición en los Panama Papers vuelve a poner el
foco sobre la emisión de los bonos Tango Serie 8. Esa colocación de deuda se
realizó entre marzo y abril de 2010 y estuvo envuelta en sospechas. El gobierno
de Macri justificó la emisión de los títulos en la necesidad de financiar las
obras de extensión de las líneas de subterráneo A, B y H, pero cuando obtuvo los
475 millones de dólares la mitad de las obras no habían sido licitadas y
terminó utilizando el dinero para otros fines.
Los
agentes financieros fueron el Credit Suisse y KBR Corporate Finance, una firma
sin mayor trayectoria en la materia. La administración PRO los contrató de
manera directa y a cambio de la colocación de los títulos a una tasa del 12,5
por ciento les pagó el equivalente al 2 por ciento de la operación. El Credit
Suisse cargó con la mayor parte de la tarea, pero del total de nueve millones y
medio de dólares de la comisión se llevó el 0,75 por ciento. La mayor tajada,
1,25 por ciento, se la quedó KBR Corporate Finance. Entre los directores de esa
empresa estaba Edgardo Srodek, quien fue jefe de campaña del PRO en la
provincia de Buenos Aires en las elecciones de 2005, aportó a la campaña del
macrismo en 2007, y cuyo hermano Jorge era entonces diputado provincial por ese
espacio político.
“La
tasa y la comisión que se pagaron son obscenas. Me parece muy grave que no haya
habido una licitación de un banco agente”, denunció entonces Ricardo López
Murphy. Martín Hourest, por aquellos días legislador porteño por Igualdad
Social, también advirtió sobre el pago de “una comisión absolutamente
desproporcionada”. Otras provincias que se endeudaron en la misma época
consiguieron hacerlo a menores tasas de interés. Y, según se supo, hubo bancos
que ofrecieron hacer la operación por una comisión ocho veces menor a la que se
finalmente se pagó.
El
gobierno de Macri no sólo tuvo que lidiar con las denuncias políticas: la
Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) llevó el tema al terreno
judicial, donde acusó a Grindetti y también al entonces director de Crédito
Público porteño, Abel Fernández Semhan, por administración fraudulenta e
incumplimiento de los deberes de funcionario público, entre otros cargos.
Entre
las presuntas irregularidades de la operación que la ACIJ denunció ante la
Justicia, además de lo excesivo de la tasa de interés y las comisiones, citó el
hecho de que el gobierno porteño no hizo con los fondos lo que había sido
autorizado por la Legislatura. Los 475 millones de dólares que se consiguieron
por la colocación de deuda fueron pesificados y se convirtieron en 1843
millones de pesos, de los cuales 600 millones de pesos fueron destinados a la
compra de Letras del Banco Central (Lebacs) y 1243 millones de pesos quedaron
depositados en el Banco Ciudad con un rendimiento anual del 6,5 por ciento.
Según se calculó, ambas decisiones habrían significado una pérdida para la
ciudad superior a los 30 millones de pesos en virtud de la diferencia entre la
tasa de 12,5 por ciento pagada a los inversores del bono y el rendimiento
obtenido por las Lebacs y el plazo fijo.
Las
sospechas sobre aquella operación financiera ahora cobran más fuerza. Santoro
destaca en la presentación que hará en la Procelac que si bien el juez Mauricio
Zamudio sobreseyó a Grindetti y Semhan, los datos que surgen de los Panama
Papers ameritan abrir una investigación porque dan cuenta de la posible
comisión de otros delitos diferentes a los que se investigaron en su momento.
Hay coincidencias temporales y hechos que respaldan esa suposición.
Las coincidencias.
La
emisión de los bonos Tango Serie 8 concluyó en abril de 2010. Los documentos
difundidos por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ)
revelan que Grindetti recibió menos de tres meses después, el 2 de julio de ese
año, el “poder especial” que le confirió Mossack Fonseca para manejar Mercier
Internacional SA. Ese instrumento legal le dio al entonces ministro de Hacienda
porteño la atribución de “administrar la sociedad sin limitación alguna, tanto
mediante actos de simple administración, así como los de disposición; celebrar
o llevar a cabo en nombre de la sociedad contratos o actos de toda clase y
descripción y más específicamente pero sin limitarse a las facultades
expresadas a continuación”.
El
estudio de abogados panameño dedicado a la creación de empresas fantasma le
cedió a Grindetti el manejo de Mercier Internacional SA a partir de instrucciones
que vía mail recibió del Estudio Chadicov, que desde Uruguay se ocupa también
de brindar servicios a clientes que buscan constituir sociedades offshore. Diez
días más tarde, Grindetti obtuvo el poder para operar la cuenta del Clariden
Leu AG en Zurich. Según consigna Alejandro Giuffrida en el sitio web
Artepolítica, Mercier Internacional SA había sido creada poco tiempo antes, el
19 de mayo de 2010, y los directores de Mercier Internacional SA que firmaron
el poder en favor de Grindetti fueron José Jaime Melendez, quien también
participa en la dirección de otras 802 sociedades, y Jaqueline Alexander,
director también en 8627 empresas más.
En
su denuncia ante la Procelac, Santoro destaca de los datos conocidos ahora se
desprendería que las acciones de la Mercier Internacional SA “son al portador y
que se dividen en dos mitades”. “Ello –agrega– es un dato relevante ya que el
principal objetivo de emitir acciones al portador es evitar que se conozca el
nombre del verdadero dueño de las mismas.”
A
la coincidencia temporal entre la emisión de los bonos Tango Serie 8 y el
surgimiento del vínculo entre Grindetti y Mercier Internacional SA se suma el
hecho de que el banco suizo donde estaba radicada la cuenta que el intendente
de Lanús fue autorizado a operar haya sido el Clariden Leu AG. Esa entidad
bancaria fue creada en el año 2007 a partir de una asociación entre el Clariden
Bank y el Credit Suisse. Cinco años después, el Credit Suisse anunció la fusión
definitiva de ambos bancos bajo su nombre.
El
gobierno de Macri eligió contratar al Credit Suisse a pesar de que, asociado
con KBR Corporate Finance, pedía comisiones mucho más caras de las que ofrecían
cobrar otros agentes financieros, y a pesar también de que a esa altura ese
banco ya había aparecido involucrado en maniobras de lavado de dinero. Uno de
esos casos tuvo lugar en Brasil en 2007 y derivó en la detención de un empleado
del Clariden Leu AG, el banco con el que justamente Grindetti terminaría
operando en Zurich. Dos años después, el Banco Central brasileño estableció
reglas bancarias más estrictas y obligó a varios grandes grupos internacionales
a cerrar oficinas que ofrecían ilegalmente servicios de banca privada. La
medida se produjo tras el arresto de ejecutivos de Credit Suisse y otras
entidades. El Credit Suisse y su unidad Clariden Leu AG cerraron entonces sus
sucursales representativas en ese país.
La denuncia.
Más
allá de considerar “relevante la relación que une a Grindetti con el Credit
Suisse”, Santoro pone también énfasis “la relación directa del mismo con Macri
y el Grupo Socma”. Al respecto señala que no sólo los une el hecho de que haya
sido ministro de Hacienda porteño, sino que “son varias las situaciones que
permiten sospechar la sociedad o el vínculo de dependencia entre ambos”. Recuerda
que Grindetti fue “uno de los funcionarios de mayor confianza de Macri” durante
su gestión en la ciudad. “Su amistad con el actual Presidente es públicamente
conocida, pero además también es de público conocimiento su intervención en el
Grupo Socma”, añade Santoro, sin pasar por alto que el actual intendente de
Lanús “arrancó a trabajar como cadete y llegó al directorio” del holding de
empresas de la familia Macri.
Santoro
sostiene que al margen de que en el caso de la emisión de los bonos Tango Serie
8 “existió un apartamiento de la administración porteña de aquel entonces que
habría respondido a alguna motivación ajena al interés general”, ahora hay
indicios de la posible “existencia de lavado de activos” y que Grindetti actuó
“en ambos lados del mostrador”. “Por un lado, era Ministro de Hacienda de la
Ciudad Autónoma, por el otro apoderado de una empresa para operar en un banco
que llamativamente antes de otorgarse el poder había cobrado un porcentaje
importante en una operación. En otras palabras, era el funcionario competente
con poder de decisión en la emisión de deuda y, tiempo después, actuaba como
apoderado para actuar en el mismo banco que cobraba la comisión de tal
operación”, explica.
El
ex candidato a vicejefe de Gobierno porteño por el FpV subraya, además, que
“existen elementos para suponer que parte del producido por las maniobras de
lavado sospechadas pudo haber sido destinado a la campaña electoral”. En este
punto, se detiene en un dato “que –afirma– no puede sino generar sospechas
sobre el financiamiento de campaña de 2013 por parte del PRO”: que “el 14 de
marzo de 2013 Macri, junto con Grindetti, viajan a Panamá. Sin perjuicio de que
dicho viaje se hizo con los fines de obtener un crédito, no debe perderse de
vista que se realiza meses antes de las elecciones nacionales, ya que las PASO
legislativas se realizaron en agosto y las elecciones definitivas en octubre
del mismo año”. Macri informó que aquel viaje, del cual participó también
Rogelio Frigerio se hizo para pactar préstamos con el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) para realizar obras en la ciudad. Eso fue a mediados de marzo
de 2013 y los tres estuvieron en Panamá poco más de dos días. El poder de
Grindetti para manejar la offshore radicada allí expiró en junio de ese año.
En
relación con el posible financiamiento ilegal de la campaña del macrismo, el
referente de la agrupación Los irrompibles recuerda también en su denuncia la
participación de Srodek en la operación de emisión de los bonos Tango Serie 8 y
manifiesta: “Se trata de una hipótesis que cobra más relevancia, entre otras
circunstancias, por el aporte económico que algunos de los implicados en las
maniobras efectuaron también en la campaña electoral del espacio político PRO
en las elecciones legislativas de 2015, como lo es el caso de Grindetti que si
bien llamativamente no figura como aportante directo, si sospechosamente sus
empleados.” Al respecto, precisa que los colaboradores del entonces funcionario
porteño “contribuyeron con 700.000 pesos; y eligieron hacerlo con 30.000 pesos
13 de ellos; y tres trabajadores con 25.000, 45.000 y 50.000 pesos”.
“La
aparición del poder otorgado a Néstor Grindetti, un hecho nuevo que no se
conocía allá por el 2010, pone de manifiesto su vinculación con operaciones
dudosas de las que Macri no puede ser ajeno”, afirma en su denuncia Santoro,
tras advertir que la creación de sociedades offshore no tiene otro fin que
cometer alguna actividad ilícita, para hacerse luego una pregunta: ¿Por qué el
ocultamiento por parte de los involucrados?
Grindetti hasta ahora no ha respondido. Santoro tiene su explicación:
“Porque el ocultamiento es la base de todas las maniobras que tienen que ver
con el lavado de activos o la evasión fiscal.” Desde mañana será tarea de la Justicia
encontrar la respuesta definitiva.
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