EN EL PLANALTO
CON DILMA.- Pablo Gentili *
Dilma Rousseff sonreía y
se emocionaba con cada discurso. Aplaudía cada declaración con entusiasmo y
abrazaba a quienes leían los manifiestos de apoyo. Cuando comenzó su
intervención de agradecimiento, fue interrumpida por el canto que unifica a
todos los movimientos y partidos que hoy en Brasil se movilizan por la
democracia: “Nâo vai ter golpe. Vai ter luta”. No habrá golpe. Habrá lucha. Su
rostro brilló conmovido cuando recordó que se estaban cumpliendo 52 años del
golpe militar de 1964. Dijo que el desafío continuaba siendo luchar por la
justicia social, por la inclusión y por los derechos históricamente negados a
los más pobres.
Así fue ayer la
ceremonia realizada en el Palacio del Planalto, la Casa Rosada de Brasil, en
que la presidenta jaqueada por el riesgo de juicio político recibió a
intelectuales, artistas y personalidades de la cultura que se movilizan en la
defensa del estado de derecho y de la democracia en todo el país.
La mandataria brasilera
recogió muestras de apoyo a su gobierno por parte de organizaciones
científicas, académicas y movimientos de derechos humanos. Como secretario
ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, estuve
presente y compartí la solidaridad con el Grupo Tortura Nunca Más; la
Asociación Brasilera de Ciencia Política, la de Antropología, la de Psicología
y entidades docentes de diversas universidades públicas; el Foro 21, un espacio
de articulación de intelectuales y luchadores sociales; asociaciones de
periodistas, de artistas, directores de teatro y de cine, así como de algunas
de las más destacadas figuras de la música popular brasilera. Hablaron la
cantante Beth Carvalho, la actriz Leticia Sabatella y la cineasta Anna
Muylaert, directora de uno de los filmes que mejor retrata las transformacione
s democráticas del Brasil en esta última década, ¿A qué hora ella vuelve? La prestigiosa
economista Maria da Conceiçao Tavares y el actor norteamericano Danny Glover,
entre otros, grabaron mensajes especiales para el acto.
Rita Segato, reconocida
dirigente feminista y profesora de la Universidad de Brasilia, fue la encargada
de entregar a Dilma Rousseff la declaración de solidaridad del Comité Directivo
y de la Secretaría Ejecutiva de Clacso. En ella, las más de 500 instituciones
que componen el Consejo en 40 países del mundo, expresan su apoyo al estado de
derecho y su rechazo al golpe en Brasil.
La declaración observa
que, “en Brasil, los principios que deben guiar el ejercicio de la justicia en
una democracia republicana han sido maculados por recursos arbitrarios y
selectivos producto de discrecionales actos de la autoridad judicial, los que
se expresan en filtraciones periodísticas y operaciones policiales divulgadas
por algunos medios de comunicación como despreciable recurso de linchamiento
mediático, creando factoides políticos dirigidos exclusivamente al Partido de
los Trabajadores y al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff”.
Destaca también que, “la
presidenta de la república ha sido atacada con acciones judiciales arbitrarias
y acuerdos políticos revanchistas, que sólo buscan, por los medios y las formas
que sean posibles, impedir que concluya el mandato que le fuera investido por
el pueblo brasileño”.
La declaración de Clacso
alerta que “nuestras democracias, duramente conquistadas gracias a la
movilización y las luchas populares, no pueden subordinarse a intereses
autoritarios que surgen y se perpetran a la sombra de un creciente fascismo
social”. Concluye realizando un llamado a la solidaridad internacional,
observando que “el riesgo de ruptura de la legalidad y la institucionalidad
democrática por una asociación entre políticos derrotados en las últimas
elecciones, sectores del Poder Judicial y los grupos monopólicos que controlan
la prensa nacional, no pueden comprometer el futuro de Brasil”.
El objetivo, dentro y fuera de Brasil, es evitar un
nuevo golpe a la democracia en América Latina.
* Secretario Ejecutivo de Clacso.
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Miles de personas apoyaron al gobierno de Dilma
Rousseff durante la manifestación de Brasilia.
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UNA MAREA ROJA Y BLANCA CUBRIÓ A
BRASIL.
Multitudinaria muestra de apoyo a la
Democracia y al Gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff.
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Lula no estuvo en la
concentración brasiliense pero grabó un mensaje reiterando su rechazo al golpe
institucional contra Dilma pergeñado por la oposición y ya comenzó a tramitarse
en Diputados. La escena se repitió en varias ciudades.
Darío Pignotti
Desde
Brasilia Página /12 viernes 1 de abril del 2016.
Marea roja y blanca en
Brasil. Decenas de miles de personas, parte de ellas procedentes de otros
estados, marcharon ayer en Brasilia al grito de “no va a haber golpe, va a
haber lucha” en la manifestación más numerosa de las decenas que se realizaron
en defensa de la democracia en todo el país.
Camiones con parlantes y
un palco en lo alto, los famosos “tríos eléctricos” que desfilan en el
carnaval, se estacionaron frente al Congreso donde era esperado el ex
presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien no estuvo en la concentración
brasiliense pero grabó un mensaje reiterando su rechazo al golpe institucional
contra Dilma pergeñado por la oposición y ya comenzó a tramitarse en Diputados.
“El impeachment sin base
legal es golpe, no hay poder legítimo si su fuente no es el voto popular.
Quiero saludar a este movimiento extraordinario que crece a cada día y está
tomando cuenta de nuestro país, un movimiento que va más allá de los partidos,
que une a las personas de las más variadas opiniones y principalmente no se
intimida delante del odio y la intolerancia. Es un movimiento de paz y amor al
país, de fe en la democracia y el diálogo”.
Mientras tanto la Corte
Suprema de Justicia de Brasil le concedió una victoria a Lula ayer cuando
decidió no devolverle a un juez una investigación por corrupción en contra del
mandatario.Lula acusó al juez de parcialidad por enfocarse en su contra
injustamente. En una decisión de ocho votos a favor y dos en contra, la Corte,
el más alto tribunal de justicia del país le quitó la competencia del caso Lula
al juez Sergio Moro, que lidera una investigación de un entramado de corrupción
de sobornos a cambio de contratos en la estatal petrolera Petrobras.
En su mensaje, el líder
del Partido de los Trabajadores reiteró su apelación a la concordia para
salvaguardar el Estado de derecho en contrapunto a la beligerancia creciente
del campo opositor compuesto por partidos conservadores, medios grandes y
jueces, grupo respaldado por las patronales industriales y el mercado
financiero. Al frente del cual se ubican agrupaciones juveniles neocons, como
el Movimiento Brasil Libre, posiblemente entrenadas y financiadas por tanques
de ideas norteamericanos, según afirmó ayer el profesor Laurindo Leal Filho de
la Universidad de San Pablo.
Las primeras columnas
arribaron al cantero central de la avenida Eje Monumental de Brasilia alrededor
de las 18 horas cuando aún no se había puesto el sol de un atardecer apacible,
con 27 grados de temperatura según indicaban los postes informativos. El
ranking de las consignas más repetidas lo encabezó “No va a haber golpe”,
“Olee, olaa, Lula, Lula”, “Dilma Guerra de la patria brasileña”. Los personajes
más vapuleados fueron el presidente de Diputados, al que le fue dedicado “Fuera
Cunha” y “Cunha golpista, corrupto”, y la cadena de medios más poderosa que fue
recordada con el conocido “El pueblo no es bobo, abajo la red Globo” y “La
verdad es dura Globo apoyó la dictadura”.
Una novedad fueron los
carteles y cánticos contra el vicepresidente Michel Temer, quien esta semana se
presentó como postulante a suceder a Dilma si es derrocada por el
“impeachment”. “Temer no vas a tener paz”, “Temer golpista”, gritaban algunos
manifestantes. Cunha y Temer , ambos del Partido Movimiento Democrático
Brasileño (PMDB), comandaron esta semana la salida de esa agrupación de la
coalición gobernante. Un golpe fatal para la ya anémica administración de Dilma
Rousseff.
Poco después de las 20
horas desde los altoparlantes un locutor anunció una “noticia triste para la
derecha: somos más de 200 mil”. La multitud explotó “No va a haber golpe, no va
a haber golpe”. La policía militarizada contó 50.000 personas. El color
predominante en Brasilia era el rojo del Partido de los Trabajadores, la
Central Unica de los Trabajadores y los Campesinos Sin Tierra. Completado con
grandes manchas blancas de “ciudadanos comunes, que no somos de partidos, que
somos de la democracia, yo sé lo que es vivir en dictadura” dijo Anita Young,
una maestra de la red pública de Brasilia. Además de los grandes pasacalles al frente
de las columnas organizadas también se vieron innumerables cartulinas escritas
a mano con letra despareja.
“Mientras ustedes
golpean las cacerolas para sacarnos los derechos nosotros venimos a pelear para
que sigan “ decía una dirigida a las protestas de clase media que suelen usar
enseres de cocina. “Hoy es un día muy importante, en el 64, en este mismo día
31 de marzo fue derribado un gobierno y hoy un cretino llamado Eduardo Cunha
está derribando la libertad de Brasil” afirmó Joao Vicente Goulart hijo del
presidente depuesto por los militares que impusieron una dictadura de 21 años.
El
cantante Chico Buarque fue uno de los oradores del acto realizado en el centro
de Río de Janeiro, donde hubo más de 50.000 personas según los organizadores.
“Estoy aquí para agradecer a ustedes que me animan a creer que no va a haber
golpe, estamos con la democracia y el gobierno de Dilma, no va a haber golpe”
dijo Chico, de camisa gris, en el palco erigido en el Largo da Carioca. Hubo
actos en la capitales de los 26 estados, en San Pablo los organizadores
contaron 60.000 personas en la Plaza da Sé. “Con el pueblo en la calle así de
animado no vamos a tener golpe, estamos viendo un sentimiento formidable” declaró el
secretario de Derechos Humanos de la Alcaldía de San Pablo, el dirigente
petista Eduardo Suplicy.
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